Disclaimer: Pokémon Special no me pertenece, es propiedad de Hidenori Kusaka
—¡Hooola, Ruby!— Se oyó una voz que el chico conocía muy bien. En seguida buscó el origen de esa voz. La buscó hasta que de unos matorrales salió una sombra. —¡Bu! ¿Te he asustado?
—¡Aaah, Sapph, no me pegues esos sustos!
—Jajah, eres muy débil. —dijo está con una sonrisa colmilluda.
—Sabes que este bosque es peligroso. Incluso hay Ursarings , ¿Qué pasa sin nos atrapan?—Dijo Ruby mirando nervioso a todos lados.
—No tienes por qué preocuparte, no lo harán porque puedo oírlos de mucha distancia.—dijo Sapphire orgullosa.— mientras estés conmigo ninguna creación de Gray podrá atacarnos.
—Querrás decir de Arceus— La corrigió él.
—¡A-ah! Es cierto, qué equivocación más tonta.— Dijo Sapphire.—Bueno, como sea, te he traído aquí porque aquí podemos hablar sin que nadie nos oiga—dijo mientras se llevaba una mano al bolsillo de la chaqueta. —Y para preguntarte por esto— Sapphire extendió la mano y le mostró una piedra brillante y muy bonita, con tonos dorados. Ruby la miró curioso. —¿Y bien? ¿Te suena de algo?
Ruby se tomó un tiempo mirando la extraña piedra hasta que miró a Sapphire y negó con la cabeza.
—No, no tengo ni idea de lo que es.—Por alguna razón, Sapphire se llevó la mano al pecho y empezó a sollozar. —¿Sapphire? ¿Qué te ocurre? ¿Te encuentras mal?
La mencionada negó con la cabeza, aún con lágrimas en los ojos.
—No, no es nada. No sé lo que me ocurre, de repente sentí una presión en el pecho.—Miró de nuevo la extraña piedra—…Y tampoco sé por qué pensé que está piedra tenía algo que ver contigo.
Se hizo el silencio y lentamente Ruby se acercó a Sapphire para darle un abrazo, sorprendiendo a esta. Aún así correspondió al abrazo. No era la primera vez que les pasaba algo así. Ruby y Sapphire solían quedar desde hace seis meses. Se conocieron mientras Sapphire daba un paseo con sus padres. Ellos por alguna razón parecían sorprendidos de verle. Ahí en ese acantilado que daba unas hermosas vistas al mar y que era su lugar secreto y el de sus padres antes de que ella naciera se encontraba Ruby sentado, mirando al horizonte. La reacción de sus padres le pareció extraña pero Sapphire decidió no preguntar, de todos modos, a ella también le parecía peculiar. Rompieron el abrazo después de un rato.
—Creo que debería volver a casa o Green y Red se enfadarán…
—¿Green y Red?— Dijo Ruby arqueando una ceja.
—Bueno, me corrijo: Green se enfadará— Dijo Sapphire rodando los ojos.— En fin, vámonos.
Ruby y Sapphire volvieron a sus casas mientras por el camino hablaban de lo que les había pasado esa semana, ya que solían quedar cada domingo. La mente de Sapphire comenzó a divagar y a centrarse en la piedra. La había encontrado en una caja en su habitación, pero no sabía qué hacía allí. ¿Qué es lo que le había pasado? ¿Por qué esa opresión en el pecho? Por más que intentaba encontrar una lógica no se le ocurría nada. Sapphire siempre había sido una niña solitaria, o eso le decían Red y Green, sin embargo ella misma no recuerda nada de todo lo que pasó hace dos años. Lo único que recuerda es el tiempo desde que cumplió los trece hasta ahora, que tiene quince. Y ahora ella tiene amigas en el instituto, aunque ninguna tan buena amiga como Ruby.
—Bueno, yo me voy por aquí. — dijo Ruby sacándola de sus pensamientos.
—¡Ah, bueno, adiós!— dijo Sapphire mientras le despedía con la mano.
—Hasta luego.— se despidió Ruby.
Sapphire lo miró marcharse por el camino a su casa. Ruby antes era huérfano. Hace dos años, fue adoptado por una pareja ya que la mujer no podía tener hijos. Es algo extraño que adopten a un adolescente de trece años, que son los que tenía Ruby cuando lo adoptaron, ya que normalmente la gente quiere tenerlos desde pequeños. Pero eso no importaba, ya que Ruby era feliz con ellos. Tenía entendido que el padre se llamaba Norman y era jefe de policía en ciudad Petalia.
Caminando por el camino de tierra que llevaba a su casa, Sapphire pensó en el chico. Desde que lo conoció le dio una extraña sensación. El chico era bastante delicado y maníaco de la higiene, al contrario de Sapphire que no le daba importancia a esas cosas y disfrutaba de ir al bosque a observar pokémon. A veces Ruby la llamaba salvaje, pero como apelativo cariñoso, claro. Siempre que Sapphire le preguntaba de la época en la que era un huérfano el siempre esquivaba la pregunta diciendo que no había nada que quisiese recordar de esa época. Pensando en esto llegó a su casa. Sacó sus llaves y las introdujo en la puerta. Al entrar se encontró con Red haciendo la cena.
—Hola papá —dijo Sapphire.
—Hola, Sapphy— le dijo este dándose la vuelta y sonriendo. Sapphire fue hacia él y le dio un beso en la mejilla. —Bueno, ¿qué tal con Ruby?
—Bien, hemos ido al bosque y perdí la noción del tiempo así que por eso llegué tarde. ¿Crees que Green se enfadará?— Dijo ella.
—No lo creo— respondió este. Sapphire pensó que tenía razón ya que Green no estaba ahí para ver que había llegado una hora más tarde de lo acordado. —Lo sé.— A Sapphire le recorrió un escalofrío y se dio la vuelta para encontrarse con Green mirándola con el ceño fruncido.
—Jovencita, ¿qué te he dicho de llegar tarde?— Le dijo, esperando una respuesta.
—Waah, papá, ¿de dónde has salido?
—Responde mi pregunta— le dijo como toda respuesta este cruzando los brazos y mirándola serio. Sapphire miró al suelo esquivando la mirada de Green.
—Sighh… Que si lo volvía a hacer me quedaría una semana sin verle.— dijo está sin ganas.
—Bien, veo que lo recuerdas así que ya sabes tu castigo.
—¡Pero papá, no puedes prohibirme ver a Ruby!—dijo Sapphire colérica.
—Sabes bien lo que dije y ahora debes asumir las consecuencias.—dijo Green sin perder los nervios. Entonces sin darle tiempo a replicar dejó el abrigo que llevaba puesto en el perchero de la entrada y se fue al salón a leer un libro.
Red se acercó a ella y le dio una palmada en la espalda.
—Perdónale, en realidad estaba preocupado por ti, al ver que tardabas tanto cogió su abrigo para ir a buscarte.
—Pero no es justo, Ruby y yo solo podemos quedar los domingos ya que él va a un distinto instituto del mío y los sábados ayuda a su madre.
—Bueno, pues la próxima vez que lo veas vais a tener más que contaros. Puedes decirle por el pokégear que el próximo domingo no podéis quedar.— dijo Red. Su personalidad contrastaba mucho con la de Green. Mientras este era serio e inflexible, Red era amable y alegre.
En ese momento, Sapphire sintió algo en la pierna y al mirar hacia abajo sonrió ante la vista del morado felino.
—Hola, Vee— dijo esta mientras le acariciaba la perla de su cabeza, a lo que el pokémon respondió con un complacido ronroneo.
—Ve a poner la mesa, que vamos a cenar— dijo Red. Sapphire hizo lo que le dijo y cenaron.
—Buenas noches, papá—dijo Sapphire dándole un beso en la mejilla a Red.
—Buenas noches, hija.—respondió.
Sapphire pasó al lado de Green y sin mirarlo dijo: —Buenas noches.— y se fue a su habitación.
Green suspiró y se quedó pensativo. Red lo miró también pensativo.
—Qué recuerdos, ¿verdad?— dijo Red de forma que sólo Green lo escuchara, Sapphire realmente tenía un buen oído.
—Sí, es increíble que todo siguiese igual entre ellos dos— respondió Green— Bueno, en realidad no podemos decir que todo esté igual.—Añadió con tono triste.
—Pasaron muchas cosas…—dijo Red mientras recordaba, nostálgico. —… la echo de menos.
—Yo también —dijo Green. Se quedaron en silencio.
Mientras, Sapphire se encontraba en su habitación dando de comer a un pequeño pokémon con forma de pollito.
—Green es muy injusto. ¿No crees, Toro?— la mencionada la miró durante un momento y siguió comiendo. Sapphire suspiró y se miró en el espejo. Unos ojos morados profundos, sus ojos, le devolvían la mirada. Sapphire se acostó en su cama sin darle más vueltas al tema y enseguida se quedó dormida.
Este es mi primer fanfiction, ya me dirán qué tal me salió. Cualquier crítica constructiva será bienvenida. :)
