"En vida y muerte"
El destino no es el fin
Es solo un punto del camino,
una intersección;
Un momento de quiebre,
una oportunidad de decidir
cuando te encuentras en un cruce de palabras
-000-
28 de octubre
La brisa que despedían las olas del mar acariciaban su pálido rostro y jugueteaban con su negra cabellera. La melancolía se hacía presente en su hermoso rostro de muñeca. A su lado sus dos inseparables amigas murmuraban en silencio emocionadas sentadas a su lado mirando el inmenso mar desde el interior de la pequeña lancha que las conduciría a su destino.
Viajar a aquella isla en el pacífico en medio de la nada, en otro continente, en un país que les costaba trabajo pronunciar, muy lejos de casa había sido una de las acciones más impulsivas de su vida, Pero algo más fuerte que ella la habían hecho decidir que "ese" era el lugar idóneo para ir cuando sus amigas le pusieron un ultimátum sobre salir de su "guarida" que es como Mina y Makoto habían llamado a su departamento.
Desde hace seis meses su departamento se había convertido en su refugio. Refugio que la salvaguardaba del dolor del mundo exterior, del dolor de vivir sin el…
- Rei. ¿dónde estas?
- ¿ehh?- contestó la delgada mujer- ¿me decían?
- Que hemos llegado amiga- comenta la rubia mujer de larga cabellera ensartada en una minifalda de mezclilla y un top color naranja- llegamos a la isla de tus sueños.
- Ahora solo falta que Pedro nos muestre nuestra casa- Sonríe la chica mas alta de las tres que viste un short café y una blusa color rosa pastel de tirantes- y nos ayude con nuestras maletas ¿verdad, Pedro?
- Claro que si señorita. – contesta el alto y musculoso hombre de piel bronceada y ojos negros tomando las maletas de las tres chicas- solo síganme.
- ¡Diablos! Aquí no hay señal de celular ¡Ni de Internet! (chilla La rubia revisando su IPhone)
- Mina. Hemos venido a relajarnos no a estar pegadas todo el día en Internet.
- Ash. Ya qué.
Pedro guió a las tres chicas a una hermosa casa colonial que se encontraba en alto brindándole a la casa una vista privilegiada. En lo alto del cancel de hierro forjado un antiguo letrero de madera con el nombre "las ánimas" era el que daba nombre a esa peculiar casona .
En la casa fueron recibidas por una mujer de avanzada edad que fue quien les abrió la puerta. Hubiera sido difícil calcular la edad de aquella mujer de larga cabellera cana envuelta en una trenza recogida en un chongo. La mujer era de muy baja estatura, posiblemente a consecuencia su avanzada edad. Sus ojos lucían grises, posiblemente a consecuencia de las cataratas. Un rebozo negro cubría su espalda. Ella se limitó a abrir la puerta y caminar delante de los recién llegados. Al llegar a la casa abrió la puerta cediendo el paso a Pedro y las tres recién llegadas.
- Señoritas. Ella es María, será quién las atienda en todo lo que necesiten y se les ofrezca.
- Pedro – Preguntó Mina- ¿ella no habla?
- Si habla señorita, Pero habla lo indispensable y solo cuando ella lo considera adecuado. Aun así, no hay mejor persona digna de atender ésta casa que María.
- Bien María. – dice Makoto dirigiéndose a la mujer- Mi nombre es Makoto, mi rubia e imprudente amiga es Mina y esa mujer tan platicadora de ojos violeta es Rei. Estamos encantadas en conocerla.
- Mucho gusto, María – dice Rei volteando a ver a la mujer y haciendo reverencia- chicas. Iré a recostarme, estoy cansada, tengo mucho sueño. Pedro, por favor, acompáñame para que subas mi maleta. (Dice la chica al alto hombre de ébano que camina en silencio siguiendo a la pequeña mujer que viste un vestido de gasa en color negro y unas sandalias a juego con su vestido. Ella y Pedro desaparecen por las escaleras dejando a sus dos amigas mirándola en silencio)
- ¿crees que algún día vuelva a sonreír?
- No lo se Mina. – Dice Makoto tumbándose en el sillón de la sala- Espero que éste viaje le sirva para sanar las heridas de su corazón.
- Espero que sí. Por que éste es un lugar hermoso. Y espero que tengan a muchos chicos guapos. ¿sabes? Me gustaría conocer el pueblo. María, ¿hay algún auto en casa?- María respondió moviendo la cabeza en forma negativa- ¿no? Demonios Makoto, no pensamos en ese pequeño detalle, ¿en qué nos moveremos?
- Calma. María ¿hay algún medio para poder llegar al pueblo?- María asintió e indicó con su dedo tres bicicletas que estaban recargadas en la puerta de cristal de la sala- Valla. Creo que tendremos que hacer ejercicio.
- Ay Mako.¡son vacaciones! ¿me pondrás a hacer ejercicio?
- Si quieres conocer el pueblo. Si. Y yo que tu querría hacerlo por que tal vez ahí encuentres turistas guapos.
- ¡cuenta conmigo! (Grita Mina corriendo hacia donde están las bicicletas)
- María. Dile a Rei cuando despierte que fuimos al pueblo. (dice Makoto, a lo que María solo asintió, las chicas salieron corriendo con las bicicletas en mano dejando a la anciana sola en la sala)
- Parece que "las ánimas" está destinada a ser un lugar lleno de tristeza y dolor.
-000-
A través del enorme ventanal podía observarse la lluvia caer. La ciudad de Tokio lucía bastante melancólica cuando la lluvia lo invadía. Sus hermosos ojos violeta contemplaban el hermoso paisaje desde su cama. Unos fuertes brazos abrazaron su cintura y unos labios cálidos besaron su cuello haciendo que la piel bajo ellos se erizara.
- Buenos días amor.
- Darien. Buenos días.
- ¿Te despertaste con la lluvia?.
- Si. Me encanta ver llover, lo sabes.
- A mi me parece algo muy triste, preciosa.
- Tal vez. Pero justo por eso me gusta. Cuando las mañanas se ponen así es por que el cielo llora alguna pena.
- Pero nosotros no tenemos penas. Al menos yo soy muy feliz a tu lado.
- Y yo también soy muy feliz contigo, Darien- contesta ella dándole la espalda a la lluvia para perderse en los perfectos ojos azules del guapo hombre- Nada podría mejorar éste momento.
- ¿estas segura? (contesta el mirando con picardía a la chica)
- Vivo al lado del hombre de mi vida. Estamos sanos, tenemos trabajo. Nada podría hacerme más feliz. ¿qué mejor que esto?
- No se…tal vez. Esto -Dice el guapo chico de cabello negro sacando una cajita de terciopelo Rojo de debajo de su almohada- Rei Hino. ¿te casarías conmigo? (Dice tras abrir la caja y mostrar un anillo de oro blanco con un hermoso diamante)
- Da….Darien…
- Por favor, di que sí. Pensé mil veces en la mejor forma de pedírtelo sin que salieras corriendo por los formulismos. Y decidí que lo haría cuando estuvieras en la cama con poca ropa por que de aquí a que intentaras vestirte y ponerte tus tenis de correr tendría tiempo suficiente para detenerte.
- Darien…Es que yo no necesito de esto para sentirme unida a ti- Comentó la bella chica sonriendo y acariciando la frente de su amado-. No lo necesito. Te amo y eso no va a ser más o menos por firmar un papel.
- Lo se- Dice el hombre sonriendo a la chica y sentándose en la cama aprisionando sus finas manos- Pero para mí si es importante mi cielo. Quiero gritar al mundo que eres mi esposa.
- Puedes gritarle que soy la mujer de tu vida
- Dime romántico pero muero por ver tu apellido y el mío juntos tras el nombre de nuestros hijos.
- ¿Nuestros hijos?- contesta la chica abriendo sus ojos violeta lo más posible- ¿ahora hablas de hijos? Darien. amor ¿te sientes bien?
- Claro que sí. Mejor que nunca.
- Cuando hablamos de vivir juntos jamás hablamos de casarnos o tener hijos, o…
- No hablé de nada de eso por que creí que saldrías corriendo. Se que para ti no es fácil amor. Después de que tu padre las abandonó a tu madre y a ti se que dejaste de creer en el matrimonio. Pero yo no soy así. Yo te amo y no pretendo ir a ningún lado.
- Pero tampoco te quiero a la fuerza a mi lado. (comenta la mujer desviando su mirada)
- ¡y jamás lo estaré! Te lo juro. Quiero vivir el resto de mi vida a tu lado, ¡y más aun! Después ésta vida, si hay algo más quiero seguir a tu lado Por favor, Rei. nos casaremos como tu quieras, donde tu quieras. Pero para mí es importante. ¡Muero por decir al mundo que eres mi esposa!.
- Está bien- dice la chica tras respirar profundamente- Acepto. ¡pero no quiero muchos invitados!
- No. claro que no. (Dice el hombre abrazándola)
- Y no quiero una ceremonia religiosa.
- Lo que tu quieras (comenta tras besar tiernamente sus labios)
- Y no quiero usar un vestido blanco
- Por mi puedes ir desnuda
- Y tampoco quiero…
- Shh- coloca Darien su dedo índice sobre los labios de la chica de los ojos violeta- será como tu quieras princesa. Te amo (coloca Darien el hermoso anillo en la frágil mano de Rei)
- Y yo a ti.
- Entonces…¿Juntos en vida y muerte? Mi preciosa Diosa de fuego
- (Rei respiró profundamente, para ella eso era el equivalente a saltar al vacío, "los compromisos para toda la vida" no eran lo suyo) si…Juntos en vida y muerte, amor…
- Esto lo tenemos que celebrar. Iré a nuestra cafetería favorita a traer tus pastelillos de queso crema con zarzamora para festejar. Tú quédate así, justo ahí.
- Pero amor. Está lloviendo afuera. Mejor quedémonos aquí. Abrazados.
- Eso será a mi regreso princesa. Mi futura esposa debe celebrar como una reina nuestro compromiso.
- Podemos celebrar con Hot Cakes, preparados por tí claro está. Por favor.- Dice ella jalando a Darien del boxer para impedir que salga de la cama- no te vallas.
- Amor. No tardaré. La cafetería no está tan lejos. Iré en la moto y regresaré en menos de lo que puedas imaginarte.
- Darien. No me dejes. Por favor.
- Princesa. ¿lo ves? Llevamos unos minutos comprometidos y no puedes separarte de mí. ¡Fue una gran idea!.
- No salgas de casa. Por favor. Tengo un mal presentimiento.
- Mi preciosa gitana- comenta el chico besando la frente de su amada y poniéndose una playera y un pants deportivo- todo estará bien. Hoy es un gran día, el mejor del mundo y nada malo ha de pasar.
- Darien…
- Además. Tengo antojo de uno de esos pastelillos de cuatro chocolates que no puedo dejar de comer.
- Entonces no es por mí sino por tu antojo que quieres salir de la cama.
- En parte- Sonríe Darien tras ponerse los tenis y caminar hacia la puerta- últimamente tengo muchos antojos. ¿no estarás embarazada?
- ¡largo de aquí! (ríe indignada la chica de larga cabellera arrojando una almohada directo al rostro de Darien)
- Te amo…
- Y yo a ti. Vuelve pronto…
El ruido del mar la arrullaba como nunca antes. No sabía cuanto tiempo había pasado desde la última vez que durmió sin necesidad de tomar una de sus "pastillas". Abrió sus ojos violeta encontrándose con alguien mirándola desde un rincón de la habitación. Ella se levantó sobresaltada.
- Perdón señorita. – le dice María- ¿la he despertado?
- No. Para nada María. Solo me sorprendiste.
- ¿ha descansado? Debió ser un viaje muy pesado para usted. Me han dicho que viene de una tierra muy lejana.
- Si. Tienes razón. Japón está muy lejos de "Mictlán"
- Jamás había escuchado hablar de "Japón"
- Estamos a mano. Yo jamás había escuchado hablar de "Mictlán"
- Pues seguro Mictlán si escuchó hablar de usted
- ¿cómo?
- Nadie viene aquí por "casualidad" mi señora.
- No te entiendo.
- Ya me entenderá Mi señora.- comenta la anciana mirando con sus profundos ojos grises a Rei y acercándole una bandeja con algo de comida- Imaginé que tendría hambre, le he preparado una sopa de pastas hecha en caldo de pollo. Es un platillo sencillo, pero le encantará, consuela el alma.
- No tengo hambre. Pero gracias.
- Debo insistir mi señora- coloca María la bandeja sobre la cama- le caerá muy bien.
- Mejor bajaré a comer con mis amigas. Deben estar preocupadas.
- Las señoritas fueron al pueblo. Así que creo que lo mejor será que coma algo.
- Está bien.- dice la chica colocando la bandeja sobre sus piernas- creo que comeré solo un poco.
- He acomodado su ropa en el armario y sus enseres personales en su baño. Hay agua caliente por si desea tomar una ducha.
- Muchas gracias.
- No me agradezca señora. Estoy para servirle - Comentó la anciana caminando hacia la puerta de la habitación- Señora…
- ¿si?
- Usted encontrará en Mictlán lo que está buscando. Créame.
- Ojala así sea María. Ojala…
La vieja mujer salió de la habitación de Rei dejando a la chica con una mirada llena de melancolía. Ella miró hacia su derecha. El mar tenía el color de los ojos de María, gris como el mismo cielo. Parecía como si el mar supiera como se encontraba en ese momento su destrozado corazón…
-000-
Dos bellas turistas recorrían emocionadas los pequeños puestos en el centro del Paraíso. Makoto tomaba entre sus manos las pequeñas figuritas que los nativos del pueblo habían labrado en madera, roca y metal, sabían que México se distinguía por su arte culinario y sus artesanías, así que Mictlán no era la excepción.
Mina por su parte compraba emocionada cuanto accesorio encontraba en su camino, aretes, collares, sombreros y hermosos vestidos de vivos colores hechos en mantas y gasas fueron solo una parte de sus múltiples compras.
- Mina. Estaremos aquí un largo periodo de tiempo. Deja algo para los demás turistas.
- No. que busquen su propia isla. ¡todo esto es mío! – Dice Mina abrazando sus collares parada en un puesto del mercado callejero- Señor ¿tiene éste en amarillo?
- Eres incorregible. Iré a la tienda a comprar algunas cosas para preparar unas galletas o tal vez algo de pan. Procura no comprar todos los souvenirs.
- ¡no me limites!
Makoto se aleja divertida de la vista de su amiga. Minako definitivamente era quien agregaba felicidad a su "clan". Tal vez era una chica inmadura e infantil, pero Mina siempre tenía una palabra de aliento para ellas. Aun cuando la rubia la avergonzaba la mayor parte del tiempo. No podía imaginar su vida sin ninguna de sus amigas.
Makoto entró a una de las pequeñas tiendas del pueblo. A pesar de estar del otro lado del mundo encuentra todo lo necesario para preparar una de sus deliciosas recetas. Compró algo de harina huevos azúcar y mantequilla. Por ésta vez un sencillo panqué caliente sería una excelente opción para compartir con sus seres queridos.
Indudablemente Mictlán era un verdadero paraíso, aun cuando su nombre significara "Lugar de muertos" . Era un lugar hermoso. Aun contaba con la arquitectura de la colonia española en su centro histórico. Hermosas y coloridas casas con enormes ventanas de madera protegidas por herrerías de acero forjado custodiando a las doncellas que charlaban ilusionadas con sus príncipes de ensueño que les hablaban del otro lado de la ventana. En ese lugar parecía que el tiempo se había detenido.
Makoto sonrió para sí misma. Definitivamente Rei había hecho una excelente elección de su destino vacacional, por más terrorífico que sonara su nombre.
Caminó un par de pasos más hasta encontrarse con un negocio, sus paredes estaban coloreadas en un rosa brillante y no pudo evitar entrar a ese lugar "dulcería" nombraba un enorme letrero a aquel hermoso lugar. Nada la preparó para lo que vería a continuación.
En el mundo de Makoto, una dulcería era un lugar donde encontraría caramelos en envolturas de papel celofán selladas al vacío y con el nombre de la marca de cada uno de ellos en el papel. Por el contrario el lugar estaba repleto de cosas que rara vez había visto.
En una canasta se encontraba sobre pliegos de coloridos papeles de china,un centenar de cráneos de azúcar glass decorados con llamativos colores y diversos nombres propios en la frente de cada uno de ellos. Había otros cráneos más, elaborados en amaranto y chocolate, estos claro sin nombre alguno. Encontró también enormes paletas hechas en caramelos macizos de diversos colores. Brillantes limones rellenos de coco, tamarindos y diversos dulces de cajeta y de leche. Makoto se sentía anonadada ante tanta belleza.
- Señorita. ¿puedo ayudarla? (se acercó una alta mujer de tez blanca, cabello castaño y hermosos ojos azules, era una mujer madura, pero aun así, muy hermosa)
- Es hermosa su tienda.
- Gracias. Usted no es de por aquí ¿verdad?
- No…¿es tan obvio?
- En Mictlán somos pocos los lugareños y nos conocemos bien. ¿gusta probar?- extiende la bella mujer una charola con un sin numero de muestras de los dulces exhibidos- ande.
- No. no. gracias
- Es una ofensa personal no aceptar probar algo de mi tienda. Señorita.
- Bueno. Siendo así- dice Makoto tomando un pedazo de palanqueta- ¡es delicioso! ¿qué es?
- Se llama palanqueta.
- ¡quiero tres!
- Pruebe éste otro.
- ¡que rico!
- Se llaman cocadas.
- Déme tres para llevar.
- Martha. No vallas a vender mis "alegrías"- la riñó un alto hombre de rubia cabellera y unos profundos ojos verdes- No te lo perdonaría.
- Claro que no Andrew. – rió la bella mujer- se que son tus favoritos. Es más, ya te los tengo reservados, iré por ellos. Están en la bodega. (comentó la guapa mujer yendo detrás del mostrador y dejando a solas al recién llegado con Makoto)
- ¿ "alegrías"?
- Ohh si. Tienes que probarlas- dice Andrew caminando hacia el canasto de muestras y extendiendo un pequeño trozo de amaranto cubierto por chocolate y decorado con pepitas de calabaza, pasas, cacahuate y nuez. Makoto se rehúsa en su primer reacción. Pero acepta el dulce y lo prueba degustando con cuidado- ¿y bien?
- Mmhhmm. ¡es delicioso!
- ¡lo se! Son mis favoritas. Cada semana vengo con Martha a comprar mi dotación de "alegrías".
- Son tantos y tan deliciosos que no sabría que elegir.
- Descuida- Ríe el guapo chico- tengo la solución -Camina hacia una esquina del lugar donde se encuentran unas coloridas canastas y toma unas pinzas recorriendo el lugar y llenando la canasta con todos y cada uno de los dulces del negocio- tienes que probarlos todos para que escojas tu favorito.
- Listo Andrew – sale la dueña del lugar con una bolsa de papel entregándosela al guapo chico- tu pedido.
- Gracias Martha- extiende el chico un billete a la dueña del lugar- y también cóbrame ésta canastilla.
- Claro. – dice Martha tomando el dinero y regresando el cambio al chico- eres un Excelente cliente.
- Tenga señorita- Entrega Andrew la bella canasta a la chica- Espero que disfrute sus dulces
- No. No puedo aceptarlo.
- Claro que si. En Mictlán Es de mala educación no aceptar un regalo.
- Pero…usted y yo ni siquiera nos conocemos
- Eso se resuelve muy fácil- ríe el hombre, la dueña del lugar rió ante el gesto de su cliente y entró silenciosamente a la bodega para dejar a solas a los chicos- Mi nombre es Andrew Hansford
- Makoto…Makoto Kino
- ¿lo ve? ya no somos desconocidos. Buen día (Hizo reverencia el guapo chico saliendo del lugar. Makoto por su parte no pudo evitar salir corriendo detrás de Andrew)
- ¡espera!
- ¿si? Dime, Makoto.
- No puedes aparecer en la vida de una chica, regalarle una canasta con dulces y dejarla así.
- ¿ah no?(Ríe el guapo chico)
- ¡no!
- Lo lamento. ¿Qué puedo hacer para corregir mi error?
- Deja que te invite un helado. Aun cuando está nublado hace un calor terrible.
- Jajaja. Lo lamento Makoto.
- ¿cómo?- dice la chica sorprendida, nadie antes la había rechazado- bien. Lo entiendo, tu novia debe estarte esperando en casa.
- No tengo novia. Pero soy un caballero inglés, no puedo aceptar que una dama me invite un helado. Yo invito.
- (Makoto rió nerviosa) bien. Estoy de acuerdo
-000-
Minako se probaba divertida un sombrero de paja con una enorme flor a un costado. Reía divertida ante un espejo que tenía el encargado del puesto callejero para que los clientes pudieran medirse los accesorios.
- ¿cómo me veo, José?
- Muy bien señorita. Hermosa.
- Jajajaja. ¡lo se!...- dudó Mina un segundo- No lo dices solo por venderme el sombrero ¿verdad?
- No. ¡claro que no, señorita!
- José tiene razón, Bella dama- interrumpió un alto chico de cabellera blanca y hermosos ojos azules- Usted se ve hermosa con ese sombrero.
- Gra…gracias…
- Disculpe por meterme en lo que no me concierne. Pero, no pude evitar quedar prendado de su belleza.
- Que galante- Dijo Mina sonriente- ¿y después me invitarás a tu hotel?
- ¿cómo? (Dice sorprendido el alto chico de cabello blanco)
- Escucha, ¡abuelo! Puedo ser rubia, ¡puedo parecer tonta! Pero no soy ingenua. Tus galanterías no me harán caer. Así que. ¿te parece lindo mi sombrero?- Dice Mina quitándose el sombrero de la cabeza y colocándoselo con tanta fuerza al alto chico que se trozó en su cabeza- ¡quédatelo!
Mina se aleja vociferando maldiciones en japonés mientras el chico de cabello blanco se queda incrédulo ante lo que le acaba de pasar y José el comerciante ríe divertido con la escena.
-000-
Sentados en el kiosco del parque se encontraban charlando divertidos una alta chica de cabello castaño y un guapo hombre de rubia cabellera. Ambos disfrutando de una deliciosa Nieve de garrafa, algo de nueva cuenta desconocido para Makoto. Definitivamente en Mictlán nada era como ella lo conocía.
- Así que Dime Makoto. ¿qué hace una linda chica japonesa del otro lado del mundo? No estamos justamente en la guía del viajero.
- Mi amiga Rei eligió el lugar. Necesitaba desesperadamente salir de Japón. Cambiar de aires. Ver nuevos horizontes. Así que Mina y yo le pusimos un ultimátum o elegía ella nuestro destino vacacional o lo elegíamos nosotras. Creo que no confía mucho en nuestras elecciones por que al día siguiente había elegido Mictlán como nuestro destino. Creo que buscó el lugar mas lejano de Japón.
- Ya veo. ¿y dónde están tus amigas ahora?
- Minako debe estar acabando con todo lo que Mictlán pueda vender. Es adicta a las compras. Y Rei se quedó en casa durmiendo. Fue un viaje muy pesado para ella, además no había dormido en días así que preferimos dejarla descansar.
- ¿y dónde se quedan?
- En "las ánimas" no creerías el precio que conseguimos por ese paraíso. Los dueños deben estar locos por rentarla a tan bajo precio. ¡la casa es bellísima!
- Así que te quedas en "las ánimas"
- Si…un nombre escalofriante ¿no?
- Indudablemente
- Y tú Andrew. ¿qué haces en Mictlán? No me vas a decir que eres originario de aquí.
- Jajaja. No, Para Nada.
- ¿entonces?
- Estudiaba artes plásticas en Londres. Un verano vine aquí buscando nuevas formas de arte y…me enamoré de ésta bella isla.
- ¿de verdad?
- Si. Lo dejé todo. Y me instalé aquí. Tengo un pequeño Negocio en la ciudad donde vendo mis creaciones y las de otros artesanos. Pero lo atiene mi hermana Unazuki – Comenta Andrew sacando una fotografía de su billetera donde salían el y su hermana-quien también se enamoró del lugar. Yo me dedico a crear esculturas, aunque me gusta más la alfarería.
- ¿de verdad?
- Si. Es relajante. Tienes que venir un día a mi Taller.
- ¡Encantada!
- Y bien. Makoto, además de ver por tus amigas ¿a qué te dedicas?
- Bueno yo.
- ¡Makoto!- llegó Mina Molesta- ¡he estado buscándote por todo el lugar. ¡vámonos!
- Pero Mina ¿qué te pasa? ¿por qué vienes así?
- Por que sí. ¡vámonos!- Dice la rubia jalando la mano de su amiga- ¡ya!
- Nos vemos Makoto.
- Adiós…
-000-
Una fina silueta ensartada en un vestido negro de finos tirantes bajó las escaleras con el plato vacío donde hace unos minutos había sopa caliente. Entró a la cocina sin hacer ruido y encontró ahí a María preparando en una hornilla una olla de espumoso chocolate caliente.
- Mi señora- corre María a quitar de las manos la charola con los trastes sucios a la recién llegada y los coloca en el fregadero, la chica se sienta en la vieja mesa de madera de la cocina- No debió molestarse. Yo pude subir por la bandeja
- Claro que no María. En casa yo estoy acostumbrada a ser autosuficiente. Además, no me llames "mi señora" me llamo Rei Hino. llámame Rei.
- Lamento no poder complacerla con ninguna de sus dos solicitudes. Mi trabajo es servirla y "mi señora" es mi forma de llamarla con respeto. Pedirme que no haga una u otra cosa heriría mis sentimientos.
- Bien.- respira profunda y resignadamente la chica de pelo negro- Te quedó deliciosa la sopa y tienes razón. Me cayó muy bien en el estomago.
- Se lo dije mi señora.
- ¿qué preparas ahora?
- Chocolate caliente. – comenta María tras servir en un tarro de barro una humeante taza de la espumosa bebida- acompáñelo con un pan. Están calientes, Jacinto el panadero lo acaba de traer.
- No podría María. Estoy satisfecha con la sopa.
- ¡patrañas! Mi señora, un plato de sopa no es alimento para usted. Ande, la tarde comienza a refrescar, algo calientito le caerá bien.
- María. Saldré rodando de la isla si sigues malcriándome así.
- Le aseguro que no será así. Ande.
- Está bien.- sonríe Rei dando un pequeño sorbo a su taza de chocolate- ¡es delicioso! A Darien le encantaría probar tu chocolate caliente. Es un fanático del chocolate en todas sus versiones. Es como un niño grande…
- Darien es su prometido.- Dice María observando el dedo anular de la chica que portaba su precioso anillo- ¿verdad?
- Si…Darien es el amor de mi vida…
- Le prometo que prepararé una taza extra todas las noches para cuando el Señor Darien venga a visitarla.
- El…El no vendrá María…
- ¡claro que vendrá!- sonríe la mujer- Si el la ama como usted lo ama. ¡El señor Darien vendrá!
- El no...El no puede venir aquí María.
- ¿por qué no?
- Por que el….
- ¡Rei!- grita Mina Desde la puerta- ¡hemos llegado!
- ¿Dónde estás amiga?- Dice Makoto tras entrar a la cocina- ¡aquí estas! No creerás lo que nos pasó.
- ¡ñomi! ¡chocolate!- Grita Mina tras correr hacia la hornilla a oler la olla de chocolate caliente- ¡María! Ya siento que te quiero. ¿hiciste chocolate para nosotras?- María asintió sonriente tras servir dos tazas más de chocolate y poner más pan caliente sobre la mesa- ¡que rico!
- (María se inclinó un poco y después salió de la cocina dejando a las chicas a solas) No. tienen que probar los dulces típicos – Dice Makoto- ¡son deliciosos! Y…¡ay no! ¡Mis dulces!
- ¿qué ocurre Makoto!- La mira extrañada la chica de cabello negro-¿qué dulces?
- ¡los Dulces que Andrew me regaló! ¡Mina! ¡todo es tu culpa! Si no nos hubieras interrumpido!
- ¿interrumpido? ¡si ese galancito de quinta no me hubiera arruinado las compras no te hubiera interrumpido!
- Chicas. Chicas, vamos con calma. Empecemos desde el principio –Dice la chica de ojos violeta aturdida- ¿quieren?
- Bien iniciaremos desde el principio.
Las chicas le contaron a su melancólica amiga sobre su aventura en el centro de Mictlán. Sobre el guapo Andrew Hansford y aquel misterioso hombre de cabello blanco. Rei las escuchó pacientemente hasta que argumentó sentirse cansada y subió las escaleras dejando a solas a sus mejores amigas.
Entró a la habitación poniéndose su pijama que consistía en un corto camisón de seda en color negro. Se sentó en el banco del tocador colocándose ante la gran luna del espejo. Había una jarra de agua natural y un vaso de cristal. Se sirvió un poco y sacó un frasco de pastillas. Tomó dos de éstas y las tragó con un sorbo de agua. El aire abrió la ventana de su balcón y una ráfaga despeinó sus cabellos.
Rei se puso de pie para cerrar la ventana, pero al escuchar las olas del mar no pudo evitar asomarse un poco para contemplar con la luna llena el precioso e inmenso mar. Se recargó en el marco de la puerta embelesada y pudo ver a lo lejos una silueta femenina ataviada en un largo y ceñido vestido que caminaba a la orilla del mar. Su larga y lacia cabellera era objeto de los jugueteos del viento. Rei sonrió al ver semejante escena surrealista. A fin de cuentas estaba en un lugar donde las cosas no eran exactamente como estaba acostumbrada a que fueran en casa…
Afuera no dejaba de llover. La lluvia no era fuerte pero si constante. Volvió a su cama y se arropó bajo el edredón. Sin darse cuenta sus ojos se fueron cerrando hasta que se quedó profundamente dormida.
-000-
Una despampanante mujer de larga cabellera negra y ojos violeta ataviada en un traje gris Oxford con blusa roja llegó a las oficinas de Su empresa acompañada por su eterno Thermo de café. Al pasar por los diversos pasillos notó como el personal la observaba en una forma poco peculiar. Si bien solía reconocer el miedo en un par de personas en ese lugar, Jamás había visto a la gente con tal rastro de preocupación.
Llegó hasta su oficina donde la esperaban su asistente Minako y Su amiga y Gerente de ventas Makoto mirándola con gesto preocupado.
- Chicas. ¿qué ocurre?
- Jefecita- La llama su rubia asistente- Tenemos un problema
- ¿qué ocurre Mina?. Makoto. ¿por qué hay tanto silencio en la oficina?
- Rei. No tenemos líneas telefónicas.
- ¿qué?- Dice boquiabierta la pelinegra- ¿cómo?. Mina ¿ya llamaste al proveedor te telefonía?.
- Si- Contesta Minako apenada- Pero me dijeron que vendrían en las próximas cuarenta y ocho horas ¡hábiles!
- ¿qué?
- Yo también marqué Rei. A ambas nos tuvieron horas en la línea colgadas de nuestros celulares y nos dieron la misma respuesta. Mi gente no puede trabajar sin teléfono, No podemos vender sin teléfonos.
- ¡es que no puede ser posible! – Grita Rei enfurecida- ¿quiénes se creen que somos? Mina. ¡pásame el número telefónico yo misma les marcaré!
- Aquí esta- extiende temblorosamente Mina un post it a su malhumorada jefa que lo toma y marca el número desde su celular- Si. Señorita. Soy Rei Hino Gerente General de Fénix Corporation. Quiero hablar con el encargado. ¡no! No quiero hablar con un asistente telefónico. Comuníqueme al gerente. Ahh. Está ocupado. Bien. Dele el siguiente mensaje. Tiene veinte minutos para venir P E R S O N A L M E N T E a solucionar el problema de nuestros teléfonos. No quiero un técnico, no quiero un supervisor ¡lo quiero a EL en veinte minutos en las oficinas para que venga a resolver esto! Y que si no viene se valla olvidando de nuestro contrato, no solo los de Fénix Corporation, También los de T O D O grupo Hino. Imagino que sabe lo que es eso ¿verdad? Bien. adiós.
- Rei.- Dice Makoto sorprendida- Que miedo.
- Mina. Ve llamando a la competencia de Earth Comunication. Prográmame una cita en media hora con el. Si ese Gerente no llega en veinte minutos nos cambiamos de compañía.
- Pero Rei- Dice Makoto boquiabierta. – No puedes tomar una decisión así.
- Claro que sí- Dice Rei extendiendo su celular a Mina- Llámalos y programa la cita
Rei entró a su oficina azotando la puerta de la oficina. Pasó los siguientes veinte minutos dando de vueltas como león enjaulado y mirando el reloj constantemente. Los veinte minutos pasaron lentamente hasta que la hora llegó. Nadie se veía afuera. Así que salió de la oficina y caminó al escritorio de su asistente.
- Mina. ¿nada aun?
- No jefecita.
- ¿llamaste a la competencia?
- Si. el Señor Nicholas Kumada se comprometió a venir personalmente a hablar contigo.
- Bien.
- ¿Señorita Hino? – La llamó una ronca voz a sus espaldas que la hizo girar lentamente hasta toparse con un hombre galante de hermosos ojos azules y cabellera negro azabache- Soy Darien Spencer de Earth Comunication. Mi asistente me notificó que solicitó mi presencia - El guapo chico le entregó una tarjeta de presentación a la hermosa chica que lo miraba boquiabierta- Disculpe mi tardanza, pero su guardia no me permitía el acceso.
- Claro. Por que no tenía forma de comunicarse conmigo gracias a que mis líneas telefónicas colapsaron. Pero claro eso a alguien como usted no le interesa.
- Disculpe. De verdad lamento el incidente. Pero he venido a solucionarlo.
- Venga conmigo.- Dijo Rei dando media vuelta y caminando a la sala de máquinas seguido por Mina y Darien- Fénix Corporation vive de sus ventas señor Spencer. No somos como Earth Comunication. Para nosotros los clientes son lo primero. Si no podemos hacer o recibir llamadas estamos perdidos. ¿me explico?
- Claro que sí Señorita Hino. Para nosotros nuestros clientes son lo primero también.
- Si cuarenta y ocho horas hábiles para atender a nuestro problema es "ser lo primero" no quiero imaginar que tan prioritaria será su novia.
- ¡Rei!- la riñe Mina- No creo que sea para tanto. No le haga caso señor. Mi jefa se pone de muy mal humor cuando le dan malas noticias antes de terminar su café.
- No se preocupe Señorita. Lo entiendo. ¿y bien? ¿cuál es el problema? ¿interferencia?
- No. Simplemente no se escucha nada nadita- Ríe Mina- Creo que los teléfonos se suicidaron.
- En verdad ¿"nada"? Ningún ruido, crujidos.
- No. El fax tampoco funciona.
- Y bien señor Spencer. ¿cuál es su diagnóstico? Porque he de decirle que tendrá que hacernos una bonificación por todo el tiempo que hemos perdido esperando a que Usted se dignara visitarnos y si hay que hacer algún cambio en conmutador o líneas correrá por su cuenta porque para eso pagamos nuestras Pólizas de mantenimiento.
- (el guapo chico sonrió divertido) no se preocupe Señorita Hino sospecho que no será necesario. ¿dónde está su conmutador?
- Aquí. (indicó Mina)
- Muy bien –se agachó Darien- aquí está el problema -comentó tras encender el switch del conmutador- Listo.
- ¿qué?
- Listo señorita Hino. Su conmutador estaba apagado. Pero asunto resuelto.
- ¿pero por qué estaba apagado? ¡nadie entra jamás aquí!
- Este- interrumpió Mina ruborizada- Jefecita no te vallas a enojar. Pero…¿te dije que el chico de las copias es un bombón?
- ¿y?
- Me ofrecí a darle un recorrido por la empresa. Tu sabes para que la conociera completamente. Pero una cosa llevó a la otra y….
- Mina…
- Bueno. Yo tengo que irme debo hacer muchas muchas llamadas. Te veo muy tensa. ¡te programaré una cita en tu Spa Favorito! Adiosito. Mucho gusto bombón sexy (Dijo Mina tras salir corriendo y dejar a solas a los dos pelinegros)
- (la Pequeña mujer pelinegra resplandecía en rojo apenada) yo…
- Bien. Señorita Hino. Creo que hemos solucionado su problema.
- Una disculpa Señor Spencer- comentó Rei agachando la cabeza- No sabe que apenada estoy.
- No se preocupe. Creo que ha sido un buen pretexto para conocernos. (comentó Darien sonriendo tiernamente a la chica)
- No tengo cara para disculparme …
- Bueno. Solo hay una forma de estar a mano. Señorita Hino.
- La que sea. Realmente no tengo cara para mirarlo después de tratarlo tan groseramente.
- Permítame invitarla a cenar.
- ¿cómo?
- Usted hirió gravemente mis sentimientos. Creo que es lo menos que podría hacer. Además, podríamos ofrecerle unas cuantas cámaras de seguridad para instalar en su cuarto de máquinas para evitar este tipo de "percances"
- Bien. Creo que no me quedará otra que aceptar ¿verdad?
- No aceptaría un "no" por respuesta…
- Bien. Mi asistente le dará mi domicilio. Lo veré ahí a las ocho. Sea puntual. Detesto la impuntualidad.
- Ahí estaré- Dijo galantemente Darien besando el dorso de la mano de Rei- Hasta entonces
Darien se alejó del cuarto de máquinas dejando a Rei a solas, a pesar de encontrarse a muy baja temperatura ella seguía ruborizada y sintiendo que algo hervía en su interior, No sabía si era la vergüenza por la pena que le había provocado Mina o la sorpresa ante el acto galante de aquel guapo hombre...
Al destino no se llega
de él se parte,
el destino esta en buscar
sin importar lo que me encuentro
en andar sin importar el camino
en descubrir con un beso
lo infinito de un segundo
porque lo mas grande está escondido
en cosas simples y pequeñas
porque la paciencia con que miro
me costo mil años de esperar con impaciencia que me miren,
ésta noche he decidido no esperar a que regreses
ésta noche yo te seguiré...
-000-
¡Hola!
Como lo amenacé anteriormente ¡aquí estoy!.
Como muchos de ustedes lo saben, en mi país (México) El día de muertos es un día muy importante. Para mi forma romántica de ver las cosas es el día en el que aquellos que se me han adelantado en el camino regresan desde el inframundo para volver a convivir como lo hicimos en vida, me gusta pensar que casi puedo tocarlos.
De ahí nace mi inquietud por escribir "En vida y muerte".
De antemano una disculpa por errores presentes y futuros en ésta historia. Generalmente no escribo contra el tiempo, cuando Subo algo es por que ya terminé la historia, la analicé, la revisé (Si, ya se, aun así se me van algunos errorcitos jejejeje) En ésta ocasión no fue así y contra toda regla escribí este fic en muy corto tiempo para tenerlo listo a mi capricho...perdón...a mi gusto jejejeje
Como pudieron leer en éste primer capítulo, la historia se realiza en Mictlán (Una isla imaginaria pero situada en México, capricho personal, tengo que decirlo) que es un lugar de muerte y de vida.
Como pudieron leer, el primer capítulo se llama "28 de octubre" ¿por qué? Por que éste fic fue creado con la idea de subir un capítulo diario de aquí al día dos de Noviembre (día de muertos) cada capítulo contará lo vivido por nuestras Protagonistas durante ése día.
Es el primer fic donde manejo el tema Sobrenatural (que me encanta pero jamás he manejado antes) y donde trabajo contra el tiempo. Aun así, espero que esté a la altura y sepa ganarse un lugar en sus corazones. Espero ansiosa sus opiniones y claro, también espero que nos acompañen a Rei, a Mako, a Mina y a mí a lo largo de ésta historia de seis días... ¡Nos vemos Mañana!
Vientoaguamarina
