DESEO
1.- Encuentro fortuito
-¡Guarda silencio! ¡No te muevas!
La guerrera del Tigre lo miró ligeramente molesta ante la demanda que el buey había hecho, no era estúpida, el hecho de haber estado bebiendo no significaba que hubiera perdido de vista lo precaria de la situación actual.
-… ¿alguna idea sobre cómo salir de aquí? – Dijo Tora en un susurro.
-Aun lo estoy considerando – Respondió el buey.
Si no hubieran estado justo en el medio de aquel campo de batalla, seguramente la situación en la que estaban les habría parecido hilarante, después de todo, acabar abrazados de esa forma en un reborujo de piernas y brazos para evitar caer dentro de la enorme grieta provocada por una explosión en el suelo, con la espada del buey encajada en la pared como único apoyo bajo los pies de ella no era algo que sucediera todos los días.
-Al menos eso acaba con la odiosa liebre – Volvió a murmurar la castaña al darse cuenta de que la parvada de pájaros que la habían seguido segundos atrás, ahora se encontraban rodeando el cuerpo sin vida del gallo, si la liebre siguiera con vida, aquella chica menuda también habría seguido manipulando a los pájaros de la zona para atacarlos a ellos
-Mhm – Respondió su compañero completamente inmóvil, sin dejar de observar la situación desde todos los ángulos posibles - … hacía mucho que no necesitaba pensar en una estrategia pero…
El aliento del buey tan cerca de su oído le provocó un escalofrío placentero, el plan por otro lado era simple, además, podía estar segura de que el susto de las aves persiguiéndola seguido del suelo cayendo habían acabado por dejarla sobria casi por completo… y en una posición para nada inocente con el buey, ¡vaya suerte! No sabía si reír o llorar.
-¿Lista?
-Si
-A mi señal.
...
La cabra había estado observando todo disimuladamente desde su escondite en una vieja tienda de juguetes, oculto en la oficina ubicada por encima de la tienda, con las persianas abajo para no ser detectado por el enemigo, ya había tenido que huir de un cómodo edificio, detonando de paso algunas bombas luego de que los gemelos Tatsuki notaran su presencia, esquivarlos había sido difícil, por suerte el perro se había enfrentado a ambos con la suficiente precisión para hacer de distracción y permitirle hallar un nuevo escondite bien posicionado.
No había pasado mucho tiempo, aun así, cuando los gemelos volvieran a dar con su ubicación, el anciano había dejado de moverse, conteniendo el aliento en su lugar desde la ventana, seguro de que iban tras él cuando notó que la presa era otra.
El buey se había estado enfrentando a los guerreros del dragón y la serpiente, privando a uno de sus brazos y al otro de una buena parte de su torso luego de atacarlo con lo que parecía ser una lámpara callejera, vaya, la versatilidad y precisión de sus movimientos combinados con la fuerza y filo de su estoque realmente lo convertían en un genio dentro de todo campo de batalla, y aun cuando la cabra había querido salir de ahí lo antes posible para evitar ser descubierto, el buey había detectado oculto al guerrero de la rata, ambos habían entablado conversación por un momento, la cara de sorpresa de la rata, la cara de hastío del buey ante la respuesta recibida, el rápido final de aquel muchacho de cabellos plateados al ser decapitado por el buey, todo había sido tan rápido y difícil de ignorar.
Aquel anciano no era para nada tonto, sabía que su hora se acercaba a pasos agigantados ya fuera que ganara o muriera, faltaba media hora para el amanecer y la mayor parte de los guerreros ya habían fallecido, la cabra hizo un rápido recuento de los guerreros aun con vida, la liebre, el buey, el tigre y él… solo quedaban cuatro y escuchar que una enorme parvada de pájaros se acercaban desde el parque le habían dado la información que necesitaba.
Se apresuró entonces a buscar sus herramientas y hacer el recuento de cuanta bomba le quedaba cerca, después de todo, el ejército de la liebre no tardaría en llegar para enfrentarse a los guerreros restantes, los cuerpos del caballo, el gallo y el perro seguramente vendrían junto con la liebre para acabar con los últimos tres guerreros que quedaban por en medio de aquella masacre sin sentido.
...
Horas atrás, Tora había golpeado y roto cosas hasta hartarse en la casa más cercana al edificio donde les dieran la bienvenida y las instrucciones, estaba molesta y dolida, el idiota del buey no la recordaba, ni siquiera se había dignado a dirigirle la mirada cuando ella le mostró aquella sonrisa apenas llegar… era de esperar, seguramente la suya era una entre un millar de caras que el buey había visto por el mundo a lo largo de los años… la decepción y el enojo de perderlo en la confusión de la detonación del suelo la habían guiado luego de perderlo de vista a una licorería, no había nadie ahí para decirle algo o detenerla, así que ella simplemente había tomado algunas botellas y se había ido al primer lugar que le pareció cómodo para ahogar sus penas en alcohol.
Las botellas se habían ido acabando, una detrás de la otra mientras la miseria que sentía iba siendo cada vez menor, la vista del río fluyendo pacíficamente había sido un calmante perfecto para la guerrera del tigre.
Rió un momento, había corrido con suerte, estaba por terminar con la última de las botellas robadas en santa paz, aquello era la Juuni Taisen, "el juego de guerritas entre las doce familias del zodiaco" y no se había vuelto a topar con ninguno de ellos, por supuesto, el agua frente a ella y el puente sobre su cabeza magnificaban los sonidos de cuanta batalla parecía reverberar cerca de su ubicación.
-Un trago más – pensó la guerrera con ropa atigrada – un trago más e iré a buscarlo, si ese idiota no puede reconocerme, lo obligaré a que lo haga.
Esa había sido su idea, estaba completamente segura de que el buey seguía con vida en alguna parte de la enorme ciudad, así como estaba segura de que podría encontrarlo aun en el estado tan deplorable bajo el cual se encontraba ahora… bueno, al menos ese había sido el plan antes de escuchar pasos arrítmicos acercándose a ella desde el parque.
Tiró la botella a un lado, soltando un suspiro, más que molestarle que alguien se estuviera acercando, le molestaba la discordancia de aquellas pisadas.
-Ne, ¡eres demasiado ruidoso! ¡me provocarás una jaqueca a este pas…
La visión que se le presentaba era escalofriante, la guerrera del gallo se acercaba a paso lento, los ojos sin vida, la pierna derecha quebrada, el cuello torcido de manera anormal, la sangre seca sobre su vientre, ahí donde algo o alguien le había hecho un corte, seguramente para extraerle la gema venenosa que todos habían tragado justo antes de empezar el juego.
-¿PERO QUE DEMONIOS…
Imposible decir más, de pronto el trinar de cientos de pájaros la habían obligado a saltar al río, guiada por sus instintos más que por su juicio nublado en alcohol, podía oler el tufo de la muerte en aquel cuerpo maltrecho, ver el brazo pálido del gallo señalarla con aquella especie de rastrillo antes de que el sonido de todos aquellos pájaros sonara le había puesto los pelos de punta, darse cuenta de que varios pájaros habían ido a parar bajo el agua junto con ella mientras se dejaba arrastras por la corriente solo confirmaba que aquella había sido la decisión correcta, observó un momento a su alrededor, comprendiendo en que sentido la estaba jalando el río, se impulsó para ir lo más abajo posible antes de comenzar a nadar junto con la corriente, debía alejarse, debía alejarse tan rápido como le fuera posible o aquellos pájaros acabarían con ella antes de que pudiera enfrentarse al buey.
Un poco después saldría a tomar aire antes de volverse a submergir apenas escuchar el trinar de un pájaro cercano, como pudo, comenzó a nadar hasta acercarse más a la orilla del río, segura de que si seguía por ahí, no tardaría en encontrar un área por la cual pudiera salir con rapidez, irónicamente aquel debía ser su día de suerte, ya que no había tardado mucho en encontrar lo que parecía un banco de arena apenas se terminaran las paredes de concreto a su alrededor, salió de ahí y comenzó a correr sin rumbo tan rápido como le fue posible, podía escuchar el ruido de cosas cayendo sin que eso le importara, lo que estuviera pasando más adelante no podía ser más aterrador que aquello que se le acercaba a gran velocidad desde el aire y por detrás, una vuelta y de pronto pudo verlo, el guerrero del buey estaba justo frente a ella, dándole la espalda, su espada bañada en la sangre de los guerreros que acababa de enfrentar, un vistazo más y se dio cuenta de algo escalofriante, debían ser el miedo y la adrenalina quemando el alcohol en su sistema lo que la hicieron conectar una visión con otra y darse cuenta.
-¡CUIDADO! ¡A TU IZQUIERDA!
...
-¿Podrías decirme cuál es tu deseo?
-Mi… ¿Mi deseo?
La cara de sorpresa del guerrero de la rata ante la pregunta le habían dado la respuesta que necesitaba, aquel chico era similar a él, seguramente estaba ahí porque DEBÍA estar ahí y no porque deseara estar ahí.
-En ese caso, te prometo que esto será rápido.
-No, ¡ESPERA! ¡AUN NO TE…
No lo dejó terminar, apenas un par de pasos y su espada ya había separado aquella cabeza de los hombros y el cuello que la sostenían, sacudió su espada para limpiarla un poco antes de voltear a reclamar la gema en el interior de sus contrincantes, más que nada, quería recuperar la máquina para incinerar de la serpiente, no había sido difícil deducir que la liebre era un necromante luego que el cadáver del caballo interfiriera en su duelo contra el jabalí, discutir con el mono durante su enfrentamiento le había dado la idea de intentar incinerar al guerrero con las orejas negras y escasa vestimenta, definitivamente, procesar la información de cómo acabar con el necromante y sus walking death había sido un excelente hilo para deshacerse de la decepción que le provocaba darse cuenta de que el mono no tenía un plan completamente armado, lo cual lo volvía un plan lleno de fallos, además, acabar con ella había sido realmente difícil, no por nada, aun si el mono era una pacifista, estaba calificada como una de las mejores entre los doce guerreros zodiacales.
Un suspiro, ya había localizado lo que necesitaba, planeaba reclamar el arma y las joyas de los gemelos apenas tomara la joya en el interior del guerrero de la rata cuando escuchó lo que parecía el trinar de una inmensa parvada acercándose, volteó por inercia, entonces la vio.
-¡CUIDADO! ¡A TU IZQUIERDA! – Gritó la guerrera del tigre acercándose corriendo a cuatro patas como un animal salvaje.
La orden tardó poco en hacer eco en su cerebro, dándole tiempo a esquivar el golpe del caballo al cual comenzó a atacar, lanzándolo lejos apenas pudo justo antes de que una enorme explosión lo mandara a volar por los aires junto a la guerrera del tigre, ambos habían comenzado a caer, seguramente habría encontrado una mejor forma de aterrizar si el suelo bajo sus pies no se hubiera abierto con la explosión, la cabra debía estar cerca, solo él habría podido lanzar una bomba lo suficientemente potente para terminar abriendo aquella brecha… no… estaba en un error, la cabra debía haber lanzado el explosivo sobre el aparato que le había arrancado al guerrero de la serpiente, además, existía la posibilidad de que la explosión hubiera volado una pequeña parte del piso y encontrado ductos subterráneos de gas entubado, solo así se explicaba la repentina aparición de aquella brecha en el suelo.
...
Los escombros habían terminado de caer finalmente, la cabra observó cuidadosamente desde su escondite actual, era mejor de lo que esperaba, había lanzado la bomba apenas darse cuenta de que la liebre intentaba atacar al guerrero del buey por la espalda y que la parvada que perseguía a la guerrera del tigre estaba por alcanzarlo a él también, y realmente no deseaba ser alimento para pájaros, aun así, no esperaba una explosión tan potente, aun al combinarla con el equipo incendiario al que había lanzado aquella bomba… bueno, no podía quejarse, los pájaros habían perdido todo interés en perseguir personas luego de que el cuerpo sin vida de la guerra del gallo dejara de moverse, cayendo del puente al que había saltado para apoyar a la liebre y quedando suspendida de él, increíble que una capa de plumas pudiera atorarse de ese modo.
-Bueno, parece que he ganado – Murmuró el anciano sonriente mientras salía a inspeccionar lo que quedaba de los cuerpos desintegrados de la liebre y la serpiente.
Despacio, tomó las joyas que habían quedado cerca, casi intactas, pegajosas en realidad, seguramente aquel era el resultado del veneno y el ácido estomacal.
-Bien, bien, no esperaba ser el ganador de manera tan sencilla… aunque…
Una mirada hacia la grieta creada lo hizo replantearse si realmente había ganado, por mera precaución tomó una bomba luego de asegurar las dos gemas en uno de sus bolsillos, despacio, tratando de no hacer demasiado ruido, como no queriendo despertar a los muertos, se acercó más y más a la grieta, era en verdad una grieta larga en el suelo, corriendo a lo largo de la calle desde donde comenzaba la manzana hasta donde la misma veía su fin, ahora estaba seguro, la explosión había alcanzado un gasoducto menor, observó hacia el fondo de la parte más cercana de la grieta a su ubicación, estaba completamente obscuro ahí abajo, y no veía nada ahí, no había ningún cuerpo, comenzó a recorrer el resto de la grieta con la mirada mientras concentraba una parte de su atención en pescar cualquier aroma a gas que pudiera ponerlo sobre aviso, si no tenía cuidado, no habría ningún ganador…
-¡AHORA!
Estaba seguro de que aquella era la voz del buey desde el otro extremo de la grieta, sin embargo, no había sido la espada del genio de la masacre la que lo estaba atacando.
...
De nuevo sentía como volaba, su cuerpo siendo lanzado era algo realmente desagradable, contuvo el miedo a su pronto encuentro con la fuerza de gravedad y el suelo mientras se enfocaba en su objetivo, preparó sus garras mientras se dejaba embriagar, esta vez por el aroma a sangre impregnando su piel y su garganta, dejando salir a la bestia dentro de ella, un impulso más, esta vez con el apoyo de sus pies y la sorprendida cabra había muerto a causa de sus garras.
-Espero que no pienses utilizar el elemento sorpresa conmigo también. – Soltó el tigre conforme se incorporaba para voltear, caminar hasta el cuerpo de su reciente víctima y acuclillarse para tomar las gemas que habían salido rodando lentamente del cuerpo inerte de la cabra.
-No podría hacerlo – Contestó la voz del buey desde el interior de la brecha en el suelo antes de salir de ahí disparado tal y como ella había salido, aunque tomando menos altura que el pequeño cuerpo de ella había tomado.
-Debo agradecerte por salvarme de la caída de hace rato, seguro me habría partido el cuello ahí – Sonrió Tora de lado sin dejar de observar al espadachín de largos cuernos acercándose a ella.
-Yo debo agradecerte por advertirme del caballo, no estoy seguro de haber podido sobrevivir a su embiste sin tu advertencia.
-¿En serio?
-Mhm.
Ambos guardaron silencio por un momento, observándose fijamente justo antes de que el tigre se pusiera en pie, lanzando de paso algo que el buey no tardó en tomar, dos gemas, Ushii miró sus manos, luego a Tora, debía haber visto la interrogante en sus ojos porque ella simplemente le contestó antes siquiera de que él se dignara a formular la pregunta en voz alta.
-La liebre y la serpiente, yo me quedaré con la de la cabra.
-Estoy de acuerdo con esto.
Ambos seguían mirándose mutuamente, el buey completamente serio mientras el tigre le dedicaba una sonrisa ladeada justo antes de observar a su alrededor.
-¿Crees que podamos descansar un momento? Me refiero, antes de concluir con esto, me gustaría recuperar un poco de fuerza.
-De acuerdo.
Ninguno dijo nada más, ella simplemente fue a sentarse a una parada de autobús sin quitarle los ojos de encima mientras el buey se acercaba a los cuerpos en el suelo para extraerles las piedras.
...
-¿Puedo preguntar porque me guardas tanto rencor?
Sentados en la parada de autobús de una ciudad fantasma, cada uno con algo de comida en las manos, frente a un campo de batalla demasiado obvio, con la calle completamente destrozada y cuerpos inertes a su alrededor, tan tranquilos como si fuera la cosa más normal del mundo, el tigre no pudo evitar sonreír ante aquel pensamiento y la pregunta dirigida a su persona.
-No te guardo rencor alguno, solo me molestan las personas de mirada sombría.
-Mmh…
Unos minutos más y el descanso había terminado.
-Entonces, ¿cómo hacemos esto?
-Lo apropiado sería presentarnos primero, eso es lo que dicta la tradición dentro de un duelo.
La castaña sonrió entre emocionada y orgullosa, su deseo se había hecho realidad y ni siquiera estaba muy segura de merecerlo, tal vez por eso sus ojos no habían dejado de brillar mientras se ponía en posición viendo fijamente a su contrincante.
-Tora, guerrera del tigre, asesina borracha.
-Ushii, guerrero del buey, asesino sistemático.
NOTAS DE LA AUTORA:
¡LO CONFIESO, LO CONFIESO! ¡No he podido sacarme a estos dos de la cabeza! Pero ¿Quién si? Es una verdadera tragedia que Aira estuviera enamorada de uno de los mejores guerreros de este universo de Juuni Taizen y que aun cuando él la retó a un duelo, este nunca pudiera darse…
Ahora bien y como le comentaba en los comentarios de "Un Deseo Si Quieres" a Lady Crystal-4, recordemos que la rata dijo que había intentado 99 posibilidades diferentes, este chico había huido a un lado o a otro, se había aliado con unos y con otros hasta encontrar una ruta que le permitiera sobrevivir, en el último capítulo incluso se nos permite ver algunos pedazos de estas rutas mediante los cuales pudimos conocer más a fondo a los diferentes guerreros, y volviendo a ver todo esto pensé "Mmmh ¿qué tal que el tigre y el buey hubieran podido tener su duelo en alguna de esas otras líneas de tiempo?, por supuesto que la rata no podría saberlo porque habría muerto para entonces" y de pronto se me ocurrió todo esto.
En fin, espero que disfrutaran este capítulo, no, no soy tan mala como para dejarlos engolosinados con este final y despedirme (aunque sé que tengo pendientes de terminar otras dos historias, prometo continuarlas), realmente quisiera escribir más en este cap, pero no, me parece más interesante dejarlo así y terminarlo en el siguiente cap… si, habrá siguiente y último, I promise, solo necesito terminar de sacar estas imágenes de mi sistema, y luego ser feliz porque hay la posibilidad de que esto hubiera podido suceder en la serie *-, no todos los días se nos presenta esta oportunidad a los escritores de fanfics, en fin, no dejen de comentar si esta idea les gusta, o disgusta, ya saben que acepto todo tipo de reviews, incluso mentadas de madre, yo feliz de leerlos a ustedes, y bueno, los veo en el cap siguiente.
SARABA
