Basicamente, esto es un PWP (sin trama) por el simple gusto de ver a estos dos en situaciones comprometedoras.
Este es el primero de unos cuantos relatos que publicare con estos dos como protagonistas, quiza con el tiempo me anime a hacer un fic largo.
Espero que lo disfruten.
Dedicado a mi amiga A. Lo prometido, aun despues de todo este tiempo. Ame mi regalo de navidad y espero que te guste la primera parte del tuyo.
655 palabras con toda la perversion que pude reunir xD
Atte: Cyss Darko.
Ardía, literalmente. De adentro hacia afuera.
El pelinegro no tenia control de su mente, ni un solo pensamiento coherente se formo en su cabeza desde hacia… ¿horas? No lo sabía con certeza. No era consciente de cuanto tiempo llevaba en aquel lugar y de esa manera, con su cuerpo siendo recorrido por todas aquellas abrumadoras sensaciones.
Su visión estaba algo borrosa, sus brazos y piernas temblaban, a duras penas sosteniéndole sobre la cama. Las sabanas bajo su piel se sentían pegajosas y húmedas, en otras circunstancias no aguantaría aquella completa falta de higiene pero ahora mismo no podía importarle menos.
El semen tibio y pegajoso se deslizaba por sus muslos, podía sentir como más del pegajoso fluido se abría paso desde su entrada.
Su espalda estaba cubierta de mordidas, chupetones y moratones, pese a que estaba agotado, Shuuhei sabia que aquello estaba lejos de terminar.
Renji lo había pasado en grande, cogiéndole por horas en todas las posiciones imaginables, llevándolo casi hasta el punto de no retorno para luego truncarle su liberación justo al final. Dejándolo cada vez más necesitado y caliente.
A estas alturas era un duelo de voluntades, pese a que el no era muy adepto a rogar, Shuuhei estaba dispuesto a eso, a cualquier cosa que hiciera que Renji le dejase acabar.
Dos dedos entraron en su cuerpo repentinamente, un jadeo escapando de sus labios al sentirlos moverse en su interior. Ansiaba cualquier tipo de contacto, el que fuese, y si de momento solo tenia esos dedos, iba a aprovecharlos al máximo.
Sus caderas se mecieron contra esos dedos, descubriendo que aun tenia fuerza, al menos para eso.
Una mano se cerro con firmeza en su cintura.
_ Mala idea, ¿estamos impacientes?
Shuuhei se estremeció de pies a cabeza cuando Renji hablo, contra la piel empapada de su hendidura. Un dedo volvió a hundirse en el, y le tomo todo su autocontrol no empujar contra el, lo que menos quería era que Renji se detuviera.
A ese dedo pronto se unió otro, los dos jugueteaban en su interior cuando de pronto sintió una lengua subir de su muslo hasta su hendidura, centrándose en su entrada.
Parecía que se abría aun mas si es que aquello era posible, presiono su rostro sonrojado y ardiente contra la almohada, sus gemidos se ahogaban contra la tela.
El único ruido que se escuchaba en la habitación era el de los gemidos y jadeos que emitía Shuuhei y el que provocaba Renji con sus acciones, los lametazos, succiones… un pensamiento repentino lo ataco, la idea era tan obscena que le estremeció tanto o mas que la acción en si misma. Era como si Renji le estuviese devorando. Y aquello lo lanzo casi al punto sin retorno.
Cuando las caricias se detuvieron estuvo casi dispuesto a suplicar. ¡Ya no podía soportarlo más!
Repentinamente, una mano estaba en su hombro, la otra en su cintura, ambas con un agarre firme, Renji se abrió paso en su interior con una embestida salvaje que sacudió todo su cuerpo arrancándole un grito de puro placer.
La habitación se lleno del ruido que provocaba el choque de dos cuerpos, los gemidos de ambos, el sonido seco de la cama al chocar contra la pared al ritmo de las embestidas salvajes de Renji.
Una embestida particularmente dura fue todo lo que necesito Shuuhei para finalmente estallar, todo a su alrededor se desvaneció, su mente quedo en blanco y su espalda se arqueo en un ángulo casi imposible, una mordida feroz en su cuello y un fuerte jalón a su cabello no hicieron sino aumentar las sensaciones que le recorrían. Se sintió como abandonar su cuerpo y ahogarse en un mar de placer.
Cuando finalmente regreso a su cuerpo aun podía sentir como Renji seguía montándolo salvajemente, insaciable.
La calidez de las sabanas le envolvía, exhausto como estaba se quedo dormido al instante y poco después de eso, Renji se quedo dormido a su lado.
