disclaimer. south park © trey parker, fimv, matt stone
note. post-"kenny muere" (nunca vi los capitulos en orden)


El primero en fumar es Kenny.

Por supuesto que es Kenny. A nadie le sorprende nada de lo que haga un McCormick, pero Stan es diferente (lo segundo menos sorprendente de South Park). No le importa el olor a cigarrillo, ni que el humo le queme los ojos, le infecte los pulmones, abra un agujero sobre ese maldito pueblo. Pero Kenny se sienta contra un muro sin puerta, escondido de todas las ventanas y suelta el humo que tiene adentro como un escupitajo al cielo y Stan no puede evitarlo.

—Amigo, acabas de volver —le reprocha y en su enojo se mezcla una gota de arrepentimiento con dos de miedo. —¿Qué haces fumando?

Kenny sonríe con los dientes amarillos y el flequillo desparramado debajo de la capucha (ocho años y una maldición desdibujándose en su cara). Stan aprieta los puños dentro de los bolsillos y a pesar de su ropa, siente frío porque nunca notó que todas sus sonrisas se inclinan un poco hacia la derecha.

—Me fumo la muerte, Stan —toma una bocanada más profunda que la anterior y se ahoga cuando intenta hacer anillos de humo con la boca. Le tomará un tiempo, pero los dos saben que terminará haciéndolo mejor que los chicos de quinto grado. —¿Qué pensabas que hacía?

"Morirte de nuevo, idiota", piensa tan alto que por un momento cree que lo dijo. Si fue así, Kenny se limitó a seguir fumando. Ese cigarrillo parece más largo que su amistad. Su boca se resiente con un anticipado gusto amargo y supone que el tabaco no servirá para mejorarlo, pero eso no le impide acercarse a Kenny y robarle la última pitada a su cigarrillo.

El resultado es patético. Stan larga el humo por nariz y boca, doblándose sobre su estómago como si fuera a escupir un pulmón por la fuerza con la que tose. Tiene la garganta irritada y los ojos llenos de lágrimas; al igual que Kenny, quien no puede parar de reírse.

Stan le patea una rodilla con fuerza y espera que le duela, a pesar de que en su cara se forma una sonrisa. Esa es otra cosa que no recordaba; cómo el mundo se callaba cuando Kenny se reía.

—¿Qué… —trastabilla, tratando de recuperar el aire. Probablemente eso sea lo más inteligente que haya hecho en toda su vida— intentabas hacer tú, Stan?

Ojalá tuviera una respuesta menos gay para darle. Pero todavía está demasiado avergonzado para pedirle perdón y como su madre decía: "si no puedes decir toda la verdad, di una mentira a medias."

—Quería saber qué se siente ser tan estúpido como tú.

(No conozco a nadie con más cojones que tú.)

Kenny sonríe y vuelve a casa.