Estás ahí, parada frente al espejo, con tu típica sonrisa resaltada por un sutil brillo rosa, y una ligera sombra acentuando tus profundos ojos chocolate. Tu cabello castaño está recogido en un chongo alto que te hace ver más hermosa de lo que ya eres y dos caireles hacen compañía tu fleco en tu cara.
Tus amigas llegan a la habitación, para ayudarte a ponerte el vestido y el velo, y cuidar que estés perfecta para cuando llegues al altar.
Hoy es tu boda.
Hoy es tu día. El día más feliz de tu vida.
O al menos es lo que les estás haciendo creer a todos…
Es momento de tu boda, y caminas lentamente por el pasillo hasta llegar junto a él. Se ve realmente muy elegante, sin ese estúpido traje verde, y en su rostro se puede apreciar una felicidad infinita, porque por fin te vas a casar con él.
Por fin te vas a casar con Rock Lee.
¿Y por qué no habrías de hacerlo? Después de todo él es el amor de tu vida ¿No? ¿No es eso lo que le dices a todos? ¿No es eso lo que le dices a él todos los días? ¿No estás inmensamente feliz por casarte con él?
Claro que no… y lo sabes.
Lo quieres, eso no te lo niego, pero no lo amas.
No estás feliz por esta boda, aparentas estarlo, tú misma te convences de que es lo mejor, pero por dentro te estás destruyendo.
No eres muy consciente de lo que estás haciendo, solo te aferras a tu plan y te concentras en decir "si, acepto" cuando sea requerido, tu mente divaga en diferentes recuerdos que intentas enterrar a toda costa y por un segundo fijas tu mirada en Neji.
Y una parte de ti, espera que Neji se levante y detenga la boda, pero eres realista, y sabes que no lo hará, de hecho el se van tan tranquilo, no parece importarle que estés a punto de casarte, y probablemente no le importa.
-Sí, acepto.
Las palabras salen de tu boca de una manera casi robótica. Te recriminas a ti misma por esto y tratas de parecer más alegre a la hora de darle el beso.
Realmente te duele. Te duele estar haciendo eso, te sientes culpable por usar a Lee, te sientes culpable por mentirle a tus amigos y por no casarte por amor, como siempre lo habías querido.
Pero tú lo decidiste así.
Porque aunque Neji te hacía inmensamente feliz, también te hacía sufrir.
Tu quisiste cambiar la felicidad que Neji te daba solo con su compañía, por la felicidad que Rock Lee te da con mil gestos.
Aún sabiendo que amas más la sola palabra de Neji, que las mil que te da Lee, prefieres quedarte con esas mil palabras que se te antojan vacías al lado de la única palabra.
Porque prefieres casarte con Lee y fingir toda una vida de felicidad y no sufrir nunca, que estar con Neji y ser inmensa, y verdaderamente feliz de vez en cuando y tener que soportar el dolor el resto del tiempo.
Así eres tú, te encanta la plata, pero eliges el oro porque te queda más.
