Disclaimer: ¿Seguro que Himaruya es él mismo? ¿Nadie ha comprobado que no sea Francia en su cuerpo ahora que dibuja a todos los personajes con la ropa explotando? ¡Hasta empezó con Inglaterra!
Tú a Londres y yo a Madrid
Romano abre los ojos pesadamente y los vuelve a cerrar, a su lado España sigue dormido con un sueño pesado.
El italiano se revuelve en la cama porque para variar tiene calor y empuja a España, quien se da la vuelta suavemente y empieza a susurrar cosas en inglés sobre unos ángeles.
—¡Eres un horno! —protesta empujándole con los pies porque no se entera aún, protestando un poco más y quedándose dormido un par de minutos más tarde.
La letanía no se detiene y acaba abrazado a las sábanas, estrangulándolas, pero destapado porque también tiene mucho calor.
—Spagnaaa... cállate —le patea un poco más, la espalda, después de un rato—, y ve a abrir la ventana.
España remolonea y con la patada se medio despierta.
—Abre la ventana —protesta Romano de nuevo, empujándole un poco más y extendiéndose en la cama.
—Abre tú the bloody window, frog —replica dándole una patada de vuelta sin abrir los ojos ni notar el idioma.
—Ma che cazzo! —protesta el italiano abriendo los ojos. Apunta una buena patada en el culo del español—. ¡Que abras la ventana!
España casi se cae de la cama y se despierta parpadeando, volviéndose para devolverse de la patada. Se queda paralizado al notar el pelo moreno.
—Bastardo —susurra el italiano dándole la vuelta a la almohada y acostándose dándole la espalda.
—What the... —se calla al oír su voz levantando las cejas, se lleva las manos a la boca y mira alrededor notando que es un cuarto que no conoce—. No...
La almohada de Romano le pega en la cara con bastante buen tino.
—La finestra, sciocco
España aprieta los ojos y sale corriendo hacia el baño... se oye un grito de "NO" un poco rasgado al verse al espejo, pasándose las manos por el pelo.
Romanito se sienta en la cama. España vuelve a salir del baño corriendo, empezando a buscar por todas partes, acaloradísimo.
—¿Qué es lo que te pasa? ¡No has abierto la ventana! —protesta mirándole hacer, un poco menos incisivo que de costumbre, medio descolocado.
—What time is it? —pregunta con urgencia mirándole, desistiendo de encontrar un reloj o un despertador.
—¿Por qué hablas en... inglés?
—Because... forget it! Necesitamos ir a Paris! Now!
Romano sigue mirándole, fijamente ahora. España le mira al notar que no reacciona y pone los ojos en blanco, exasperado.
—Estás... ¿qué es lo que te pasa? Sólo abre la ventana y ya —responde frunciendo el ceño con las caras del español.
—Romanou, pour favour —pide en español con un horrible acento, el italiano se ríe.
—Eres un idiota.
Frunce el ceño y se va al baño.
—¿Qué es lo que pasa? —pregunta Romano que no tiene ni idea de nada, medio preocupado de que España no se ría ni nada—. Estás soñando algo raro o algo así.
El español vuelve a salir del baño sonrojado de muerte, dando una vuelta sobre sí mismo.
—Bollocksbollocksbollocks.
—Spagna... ¿qué es lo que haces? —pregunta Romano levantándose, un poco asustado.
—OK, come on... no vamos a hacer un drama de esto, is just a dick.
—¿De qué hablas? —pregunta Romano acercándose a él y mirándole con el ceño fruncido.
—Weird italian, why are you... nacked? VÍSTETE!
—Qué es lo que te pasa? —pregunta frunciendo más el ceño.
—Nothing! Nada! —responde en inglés y en español histérico, y vuelve a meterse al baño—. Vístete para irnous, please
—Para ir a donde, no voy a ir a ningún lado —le sigue intentando abrir la puerta del baño.
—A Paris! —responde mirando el techo frente a la taza, meando intentando ver y tocarse lo menos posible, haciendo un desastre al no apuntar y reaccionando. Aprieta los ojos.
Romano abre la puerta del baño que dudo que tenga seguro.
—Ya abrí yo la puerta del baño, deja de ser tan dramático —protesta
—AAAAH! —grita sonrojándose más al notar que ha entrado y le ha pillado, levantando las manos y planchándose contra la pared.
El italiano parpadea un poco, mirándole y luego decide que España debe estar teniendo un problema de sonambulismo así que pone el vaso para lavarse los dientes en el lavabo, lo llena de agua fría.
—Esto es infinitamente estúpido de tu parte, voy a reírme de ti por horas y a contarles a todos que estabas hablando inglés —protesta frunciendo el ceño un instante antes de lanzarle el agua encima.
España parpadea y boquea como un pez, al menos se le ha bajado la... reacción, se pasa una mano por el pelo.
—Thank you.
—Ya, idiota... ya basta con eso del inglés —protesta Romano—. ¿Qué maldita hora es además?, ya me has despertado por completo.
—You nou sé —responde con su feo acento y decide ir a vestirse. El italiano le mira de reojo acostándose en la cama.
—¿Qué haces?
—Yo, irme a Paris —responde abriendo el armario y tomando unos pantalones cualquiera, que seguro son de Romano.
—¿A Paris? ¿¡Ahora?! —levanta las cejas—. ¿A qué?
—A... —se sonroja—. Tú venir counmigou y lou verás.
—Spagna, en serio, esto es como... ¿una fiesta sorpresa o algo? —pregunta flipando de que se sonroje.
—Algou... parecidou —se encoge de hombros buscando una camisa.
—Esos son mis pantalones... ¿Qué haces?
—Ehm ¿cuáles mious soun?
—¿Podrías hablar bien? —protesta con el ceño fruncido.
—You bloody silly italian, me voy a ir a Paris a besar a France con o sin ti, más te vale que no me hagas llegar tarde —le grita exasperado, decidiendo no quitárselos y tomando una camisa cualquiera.
—Ché cosa?! ¿Cómo que vas a ir a besar a... qué es lo que te pasa? —chilla mirándole como si tuviera dos cabezas, porque España se está portando MUY extraño hoy, mientras se levanta de la cama.
El español se pone la camisa lo más rápido que puede, si llega lo bastante pronto no se habrán despertado ninguno de los dos, busca la cartera y el móvil.
—Ya me has oído —sentencia en inglés.
—¿Pero qué te has creído tu qué haces? —pregunta enfadadísimo, tomando la cartera de España antes que él y sonriendo un poco—. No vas a irte a ningún lado.
Frunce el ceño.
—No me obligues a golpearte —pide en inglés.
—¡Deja de hacer esto! —protesta Romano empezando a tener miedo, entre el tono y la mirada de España. Da un paso atrás—. ¿Qué es lo que te pasa?
—No voy a explicártelo porque no hay tiempo y porque me vas a tomar por loco así que mueve el culo y ¡vístete antes de que te lleve inconsciente!
—Andate tutti a 'fanculo! Che cazzo! Tua madre si da per niente! —murmura enfadado... pero se va a vestir
España se cruza de brazos mirándole con el ceño fruncido, esperando.
—Vai all'inferno... pezzo di merda... testa di cazzo... —sigue murmurando en su más florido italiano mientras se viste, sonrojado y sin soltar la cartera del español—. Voy a matarte... me ¿oyes? A descuartizarte, cagacazzo...
—Yes, yes, yes... of course, todo lo que quieras —asiente sin creerle nada, en burla.
Romano levanta la cara y le FULMINA. España le sostiene la mirada fijamente
—Che ti succede, eh? —pregunta agresivo, aunque la mirada de España hace que trague saliva y de un pasito atrás.
—Que yo ser... enfermou —responde y hace un gesto para que le siga.
—¿Enfermo de qué? De estupidez será... —protesta saliendo tras él.
—Puede ser —asiente mirando la casa sin estar seguro de dónde ir, se va hacia el otro lado.
—A donde merda vas... —frunce el ceño mirándole hacer, cruzándose de brazos en la escalera.
—Eh? Ah! —se acerca hacia allí. Romano le mira a la cara con el ceño fruncido, sin moverse.
España baja las escaleras de dos en dos, apresurándose. El italiano baja tras él, observándole, tratando de entender qué es lo que hace... bastante asustado porque no sonríe en realidad.
—¿Qué es lo que hice mal según tú esta vez?
—No has hecho nada mal, solo necesito llegar a Paris lo bastante pronto. Tú también me lo agradecerás —responde menos agresivo.
—¿Por qué hablas en inglés? —pregunta seriamente, porque habitualmente es él el que hace las traducciones cuando tienen que hablar con alguien en inglés.
—Estoy practicando —se inventa mirando alrededor, ha estado aquí algunas veces, más en la planta baja, claro, así que va directo a la salida.
Romano le detiene del brazo a la salida de la casa, sonrojándose un poco.
—Spagna.
Los ojos verdes le mira de reojo, exasperados, los chocolate, le miran con el ceño fruncido. Aparta la mirada abriendo la puerta.
—¿Qué es lo que pasa? —pregunta tenso.
—Bloody hell —protesta como respuesta saliendo de la casa. El italiano sale tras él, con el ceño fruncido.
—¿Qué necesitas hacer en Paris? ¿No puede el idiota de tu amigo pervertido venir en vez de que nosotros vayamos? —pregunta de mala gana, siguiéndole.
—No, porque no quiero que se despierte —responde yendo a por un taxi.
—¿Por qué no? No te importó despertarme a mí.
—No es lo mismo —le mira de reojo y se sonroja otra vez.
—¿Cómo que no es lo mismo? —le mira también y vuelve a levantar las cejas al verle sonrojado.
España bufa y se va corriendo a por un taxi Romano le sigue, preocupado y asustado.
Se suben al taxi y el mayor le pide que le lleven al aeropuerto y el taxista empieza a hablar con ellos, España ni sonríe ni contesta una sola vez.
Una vez adentro del taxi, Romanito se le acerca un poco como quien no quiere la cosa y se le recarga encima, respondiendo el escuetamente al taxista. Mira de reojo a España muy, muy preocupado.
—Spagna... ¿pasó algo malo que no me estás diciendo? —pregunta frunciendo un poco el ceño, sonrojándose.
—Yes... —se sonroja de tenerle tan cerca, separándose un poco. El italiano se cruza de brazos y se le pega más a pesar de que se le separe. El español le pone una mano encima para apartarle.
—¿Qué es lo que te pasa? —pregunta empezando a ponerse histérico porque NUNCA ha visto a España en estas condiciones, NUN CA.
—No te me acerques tanto, please.
—Voy a irme a casa.
—Pues vale.
—Che cosa? —pregunta mirándole con los ojos muy abiertos.
—Que vale, que vayas a donde te dé la gana.
—¿Por qué estás enfadado conmigo? —pregunta ahora si ASUSTADO.
—No estoy enfadado contigo
—¡Pues me acabas de echar así como así! ¡¿Qué es lo que te pasa?!
—No te he echado, te he dicho que puedes irte si quieres, no me importa.
—Che cazzo stai dicendo? —medio chilla, medio grita.
—¿Pues de qué te extrañas?, no me vas a decir que Spain no te deja hacer nada.
—No es que... Aaaah! No es un juego gracioso, es un juego estúpido y ¡voy a enfadarme en serio! —protesta.
—No es un juego...
—Si quieres que te acompañe con el cazzo pervertido, te acompaño con él, no es necesario que hagas tanto drama —agrega dándole un empujón en el brazo como si hubiera estado tocándole y quisiera que le soltara. Le patea un poco también y se separa todo lo posible de él, sonrojado.
—¡Nadie está haciendo un drama!
—¡Cállate!
España suspira, mirando por la ventanilla cuando el taxista empieza a hablar del Barça, le ignora. Romano le mira de reojo, muy, pero MUY preocupado, pensando que quizás Francia sí que sabe cómo arreglarle.
Que rara se lee esta historia ahora mismo . creo que nuestro estilo ha cambiado bastante desde entonces... aunque no es tan vieja, pasó despues de "Tú a París y yo a Viena" nos gustó el experimento y empezamos a hacer unos cuantos más con la misma trama.
Recuerdo haber empezado esta historia estando en el pasillo de la facultad, frente a las taquillas. No sé porqué recuerdo ese detalle. #datorandomqueanadieleimporta
Es una historia de cinco capítulos al final, así que no será muy larga. De todos modos esperamos que la disfrutes :D
