DISCLAIMER: Los personajes de Naruto no me pertenecen.

Esta historia decidí hacerla porque no puedo evitar escribir sobre esta hermosa pareja. Aviso: Un poco de OoC y lemon más adelante, por supuesto.

Aquí todos están en el instituto y tienen 17 años, excepto Neji, Lee, Tentén y Kankuro que son un año mayor, Temari y Shikamaru están en la universidad, Tsunade es la directora del instituto y Jiraya es el padrino de Naruto que además de haberlo adoptado tiene un bar.

Aparte de eso, si tenéis alguna duda ya sabéis donde estoy. Y sin más dilación, os dejo con el fic.

oooooooooooo

Hinata despertó temprano, al sentir los ajetreados pasos de su hermana correteando por los pasillos de la casa.

El verano había concluído, y volver a clase no era una opción para la peliazulada de ojos opalinos, sino más bien una obligación.

Había disfrutado del verano, todo lo que hubiera podido, y aunque no le agradaba el instituto de sobremanera, debía reconocer que disfrutaba mucho de la compañía de sus inseparables amigos. Y Naruto….el rubio que ocupaba su cabeza día y noche.

Ella lo amaba desde que eran unos niños, sin embargo su timidez, apenas le dejaba pronunciarse unas cuantas palabras en su presencia, que terminaban en elocuentes frases continuadas como Naruto-kun.

Había intentado decírselo en más de una ocasión, incluso con la ayuda de sus amigos, pero nunca resultaba, nunca encontraba el momento, y el rubio no era un genio en lo que asuntos del corazón se trataba.

Sintió como daban suaves golpes a la entrada de la habitación y distinguió la inquebrantable y ronca voz de Neji.

-Señorita Hinata es hora de levantarse o llegará tarde.

Hinata se levantó a duras penas, desperezándose para, Acto seguido asearse un poco y vestirse rápidamente.

Ya en el comedor, pudo distinguir la voz de su hermana despidiéndose de ella, mientras salía por la puerta junto a Konohamaru, uno de los chicos de su clase.

Su madre había muerto siendo ella una niña, y su padre viajaba continuamente de un lado a otro, y apenas se quedaba en casa.

El padre de Neji, gemelo del padre de Hinata, había sido asesinado cuando apenas contaba con 4 años, y desde ese momento, Hiashi lo adoptó como si fuese su hijo propio, así que, entre ellos no existía la palabra primos, sino más bien hermanos, ya que era Neji quien cuidaba de ambas.

-¿Está ya lista señorita Hinata?

-Si Neji, y por favor deja de llamarme así.

El mayor la miró sin comprender.

-Eres mi Nii san tanto tú como yo somos iguales, así que, por favor deja de llamarme así.

-De acuerdo. Imoto chan.

Neji se sonó raro llamándola él mismo hermana menor, pero le era imposible negarle nada. Hinata era una de las personas que más le importaban, y estaría siempre ahí para protegerla.

Ambos emprendieron el camino hacia el instituto mientras Neji suspiraba preguntandose si Hinata estaría bien.

-Señ…Hinata

-¿Si?La peliazulada lo miró interrogante

-Sepa que aunque sea un año mayor y no estemos en la misma clase, quiero decirle que si ocurriese algo no tendría más que avisarme…

-¿Lo ves? Ya estás otra vez.

Neji se detuvo a medio camino.

-No es necesario que te preocupes tanto por mí Neji, no pasará nada. Además, no puedo llamarte cada vez que tenga problemas.

Neji cerró sus párpados durante unos instantes.

-Está bien, lo comprendo. Pero no dude en que…

Hinata lo silenció colocando su dedo índice sobre sus labios. Luego sonrió despreocupadamente y comenzó a ir a paso ligero.

-¿Vienes o me voy sola?

Neji chasqueó la lengua y aligeró el paso.

Oooooooooooooooo

Intentó despertar a su hermano para que fuese al instituto. Hoy era su primer día y no quería llegar tarde, pero lo único que recibió fue un cojinazo tremendo en la cara, haciendo que su hermano mayor chasquease la lengua cansado y abandonara su cuarto con mala leche.

-¡jo! ¡No se puede hacer nada contigo!

El pelirrojo apretó su almohada contra la cara con fuerza y se recostó sobre el respaldo de la cama.

El despertador comenzó a sonar y él, con poca paciencia le dio un fuerte puñetazo provocando que el reloj saltase en pedazos por toda la habitación.

No había dormido apenas, de hecho, solía tener dificultades para conciliar el sueño, y unas marcadas ojeras negras alrededor de sus fríos ojos aguamarina se acentuaban desde hace años.

Se vistió mientras regaba toda la ropa por su habitación, ni siquiera se molestó en peinarse, bajó a desayunar dando un fuerte portazo.

Sus hermanos lo observaron sentarse en la silla de la cocina, con expresión fría y distante.

-Gaara…

Su hermana mayor terminaba de comer mientras recogía sus cosas. Ella iba a la universidad, y era la que siempre había cuidado de él, ya que apenas tenía recuerdos de su madre. Sabe que murió cuando era un niño, y que su padre lo culpó de ello y más tarde los abandonó, de modo que fue Temari la que ocupó el puesto de hermana mayor y sensata.

-Por favor no hagas ninguna tontería esta vez. Promételo.

El pelirrojo giraba aburrido la cucharilla dentro del bol de los cereales, mientras su hermana dirigía una mirada de súplica e insistencia.

-No te preocupes, yo le vigilaré.

Tras las palabras conciliadoras de su hermano, Temari decidió marcharse aunque no muy tranquila, ya que Kankuro y Gaara no se llevaban muy bien.

Kankuro tenía muy poca paciencia y su hermano era una persona con quien era imposible no perderla.

-¿Qué tú qué?

-Oye Gaara, no quiero tener problemas contigo, y menos delante de Temari, bastante ha pasado ya. Asi que por una vez en tu vida, empieza a comportarte.

-¡Cállate!¡Tú no eres mi padre!

Gaara se levantó dando un puñetazo en la mesa.

-¿Qué sabrás tú de lo que he pasado? ¡No tienes ni puta idea!

Kankuro se levantó de la mesa arrugando el entrecejo enfurecido.

-¡Ya basta!¡Te han expulsado de 8 institutos por mal comportamiento, incluso te abrieron un expediente disciplinario!¡No pienso dejar que nos jodas más, Gaara!

Este es el único instituto donde te han aceptado, así que empieza a comportarte, ya me estoy hartando de tus caprichos y de que siempre hagas lo que te dé la gana.

El pelirrojo apretó sus puños, dispuesto a enzarzarse en una pelea con su hermano.

-Mira Gaara, es por tu bien. Sé que lo has pasado mal pero…

-¡Bah1¡Olvídame!

Kankuro se dio por derrotado, mientras observaba como su hermano salía de casa dando un portazo.

-Espero que sepa comportarse.

Oooooooooooooooo

Ya en su llegada al instituto de Konoha, Neji se fue junto a sus compañeros de clase, que lo esperaban en el pasillo, y tras despedirse de Hinata, desapareció en los pasillos.

Hinata caminaba observando todo alrededor. El instituto no había cambiado absolutamente nada. Todo seguía exactamente igual que siempre.

Un grito con su nombre, la hizo girarse levemente hasta el susodicho, que se arrojaba hacia ella abrazándola fuertemente.

-¡Hinata!¡Cuanto tiempo sin verte!

-¡Déjala ya Naruto!¿No ves que la estás asfixiando?

La pelirosada cerró su puño y lo despegó en la cabeza del rubio. Para más sorpresa, Hinata se había desmayado.

-¡-Hinata! ¡Hinata ¿te encuentras bien?

Preocupados por su amiga, el rubio cogió a la chica entre sus brazos, para poder divisar como su cara se tornaba de todos los colores.

-¡Naruto kun!

-¡Perdona Hinata!¡Hacía tanto que no te veía que casi te dejo sin aire!

Con ayuda de Sakura y Naruto, la sonrojada Hyuuga se incorporó, para recibir al poco a Akamaru que se tiraba a sus brazos dándole lametones.

-¿Akamaru?¡Como has crecido!¡No sabía que los perros pudiesen crecer tanto en tan poco tiempo!-Agregó el rubio con sonrisa zorruna.

Tras él caminaban un divertido Kiba y un serio Shino, que se incorporaron con ellos saludando de paso a su compañera.

Kiba tiró de su perro, pues no dejaba de acosar a Hinata.

-¡Akamaru!¡No puedes estar aquí!¡Ve a casa vamos!

Kiba señaló hacia la puerta, y Akamaru lo miró sin comprender.

-¿Qué te he dicho?¡Vamos vete Akamaru!¡Eres demasiado grande como para esconderte como el año pasado!¡Venga vete!

El perro lo miraba interrogante, mientras Kiba, suspiraba cansado.

-Akamaru vete.-Espetó de pronto Shino, y para sorpresa de los demás, el perro le hizo caso.

-¿Cómo es posible que te haga más caso a ti que a mí?

Mientras el resto reía, un pelinegro se acercaba detrás de Naruto pegándole un puñetazo en la cabeza.

-¡Auch!¿Pero quien demon….?

-Hola Baka. Buenos días a todos. –Sasuke miró alrededor suyo.-Me alegra volver a verte, Hinata. Vaya, estás muy guapa con el pelo largo.

El comentario de Sasuke no hizo sino sonrojar más a Hinata, además de que Sakura se estaba poniendo echa una furia, por no hablar de la cara con la que lo habían mirado Naruto y Kiba.

-Gra--gracias, Sasuke kun.

La campana entonces comenzó a sonar de forma molesta.

-Ya es hora de entrar a clase.

-¿Y si nos fugamos?-Preguntaba el rubio.

Sakura tiró fuertemente de su oreja mientras Sasuke lo sostenía de la chaqueta y ambos lo arrastraron prácticamente hacia dentro.

-¡Ups!¡Olvidé mi libro de biología en la taquilla!

-Vale, pero date prisa, ya están todos en clase.

Mientras Kiba y Shino eran los últimos en entrar, Hinata se dirigió hacia su casillero, y sacando de su bolsillo la nota con su número de combinación apuntado, comenzó a teclear deprisa.

La campana volvió a sonar para los rezagados, y el pitido comenzó a sonar más débil, como si se hubiese estropeado.

Terminó de coger su libro, y fue entonces cuando se dio cuenta de que la campana había sido arrancada bruscamente.

Apoyado sobre la pared con los brazos cruzados, y meditando, había un chico pelirrojo a quien Hinata no había visto nunca.

Tenía el pelo alborotado, la piel más pálida incluso que la de ella, y sus ojos que permanecían cerrados dejaban ver la negrura que los cubría alrededor.

Lo que más le extrañó fue un tatuaje marcado en rojo fuego en su frente, delineando su contorno, el kanji del amor.

Antes de entrar en clase, el chico levantó su vista hacia ella, y sintió un escalofrío recorrerle toda la piel.

-Ho…hola.

Un débil saludo sin respuesta fue lo que pudo obtener, en vez de eso, un chasqueo de lengua por parte del pelirrojo. No se demoró más y entró en clase.

Oooooooooooooooo

Se sentía ridículo…deseaba irse de allí en ese mismo momento. ¿Por qué no lo hacía? Así se ahorraba la molestia de tener que presentarse ante toda la clase, no era lo suyo.

Profiriendo una maldición, entró en la clase.

Ooooooooooooooooo

El profesor Kakashi se encontraba ya en su puesto.

-Antes de nada, empezaremos con una charla antes de dar clase.

La puerta se abrió de golpe y la mirada de todos se dirigieron hacia el extraño chico que entraba por la puerta con las manos en los bolsillos.

-Vaya, veo que ya ha llegado el nuevo.

Hinata desde su asiento se quedó paralizada, el mismo chico que acababa de ver en los pasillos.

-Veamos, tu eres…¡Ah!¡Sabaku No Gaara! ¿verdad? siéntate donde puedas.

El pelirrojo dirigió una mirada alrededor de toda la clase.

-Que tío, no me gusta ni un pelo…-Decía Kiba por lo bajo.

Tras encontrar un sitio libre, a paso ligero se acomodó en el asiento libre que había al lado de la Hyuuga. El profesor Kakashi, siguió con su explicación.

Hinata miró a su compañero. Había algo en él que le resultaba irresistible, tentador, y aunque tuviese una mirada que aterrorizaría hasta el mismo demonio, y el sólo intercambiar unas miradas con él, le recorrían escalofríos por todo su cuerpo, pero había algo innegable, y es que el chico, era atractivo.

-Etto…

Hinata comenzó a chocar sus dedos de forma nerviosa, intentando atraer la vista del pelirrojo.

Oyó una tímida voz que parecía hablarle a él. Pero era imposible. Nunca nadie quería hablar con él.

La tímida voz volvió a hacerse sonar, haciendo que el pelirrojo dejase su tarea de rayar la mesa para mirarla fríamente a los ojos.

-¿Qué quieres?

-Me llamo Hinata Hyuuga. Si necesitas algo…

-No te he pedido nada.

--Claro, perdon por molestarte.

Hinata agachó su cabeza entristecida.

Nunca nadie lo había amado, nadie lo había querido. Todos le odiaban. Definitivamente, lo mejor era no acercarse a nadie.

Ooooooooooooooooo

Cuando llegó la hora del recreo, Hinata se marchó a la mesa de siempre con sus amigos, y mientras Ino y Sakura bromeaban, Naruto y Sasuke discutían, ella sonreía, feliz por tener amigos en quien poder confiar.

Desvió su mirada sin darse cuenta hasta la otra esquina , donde vislumbró a un pelirrojo

que comía sólo, dedicándose mientras a jugar con los cubiertos en la comida.

Hinata intentó levantarse. Quería hablar con él. Y el verlo sólo en un rincón, no hacía sino más ganas de querer hablar con él.

Observó como un chico castaño y de pelo alborotado con quien guardaba un cierto parecido, se sentaba a comer a su lado.

Hinata se dio por vencida y volvió a sentarse en su lugar.

Oooooooooooooooo

-No hace falta que te sientes conmigo sólo porque te dé lástima. No creas que todos estos años de indiferencia hacia mí, pueden cambiar lo más mínimo sólo porque te sientas culpable.

-Mira Gaara….

-Lárgate y déjame en paz.

Gaara se levantó de la mesa arrojando la comida al suelo por el camino.

Su hermano suspiró afligido. Era demasiado complicado intentar dialogar con él.

Kankuro se levantó y regresó con los de su clase.

Ooooooooooooooooo

Sonó el interminable timbre de la salida. Todos se dirigían a sus casas, rendidos de un día de largo instituto.

Gaara abandonó la clase el primero, sin detenerse a hablar con nadie, como siempre.

-Sólo….siempre sólo.

Mientras los demás salían de clase, Hinata se dio cuenta de que con las prisas, el pelirrojo había olvidado uno de sus cuadernos sobre la mesa de su pupitre.

Embargada por la curiosidad lo cogió y guardó dentro de su cartera.

-¡Hinata chan¿no vienes?¡Voy a invitar a todo el mundo al ichiraku!

-¿Quién ha dicho que queramos comer ramen?-Preguntaba Sasuke arqueando una ceja.

-Lo siento, Naruto. ¡He olvidado que tengo algo que hacer!¡Por favor decirle a Neji si lo veis que no me espere, sumimasen. Tras una inclinación de disculpa, Hinata salió a toda prisa, intentando seguir al pelirrojo.

Ooooooooooooooooo

Temari aún no había llegado de la universidad ¡maldita sea!Eso era un asco de casa. Ni siquiera podía llamarse familia.

Como de costumbre, Temari apenas tenía tiempo de cocinar algo medianamente bien, puesto que llevar una casa y dar de comer a sus dos hermanos era demasiado para ella. Además, estaba el hecho de que casi siempre se la pasaba con su novio, Shikamaru Nara.

Oooooooooooooo

-¡Maldita sea!Lo había perdido. Había intentado seguirlo, pero francamente el pelirrojo iba demasiado rápido. Intentó vislumbrarlo entre la urbanización de casas iguales que había por el lugar.

-¿Puedo ayudarte en algo, preciosa?

Hinata giró su cabeza levemente para encontrarse con el castaño que había estado hablando con Gaara.

Las mejillas de Hinata se tiñeron de rosa.

-Si…etto…¿Me podría decir cual es la casa de Gaara?

Kankuro arqueó una ceja. No se explicaba como una chica de un aspecto tan dulce y tan hermosa, buscase a su hermano. Definitivamente algo no le entraba en la cabeza.

-Es un chico pelirrojo que acaba de llegar nuevo al instituto Konohagakure.

El castaño sonrió despreocupado.

-Claro que sí, Gaara es mi hermano pequeño.

Hinata abrió sus ojos incrédula.

-¿Gaara y tú váis a la misma clase?

-Ha—hai- Etto…Hinata comenzó a chocar sus dedos nerviosa.-Se olvidó su cuaderno en clase, y pensé que le haría falta.-Dijo mientras lo sacaba de la mochila.

Kankuro sonrió.

-¡Claro claro!¡Pasa!¡No hacía falta que me dieses explicaciones! La verdad es que Gaara nunca trae a nadie a casa.

Hinata se posicionó tras el moreno mientras sacaba la llave y abría la cerradura de la puerta.

Hinata entró detrás, temerosa, observando aquella grande y enigmática casa.

-¡Gaara ha venido alguien a verte!-Espetó de pronto su hermano a grito pelado.

-Perdona, es que la mayoría de las veces se la pasa en su cuarto escuchando música y ajeno al mundo. Por cierto, no te he preguntado tu nombre…

-Hyuuga. Hinata Hyuuga.

-Encantado. Soy Kankuro. No te he ofrecido nada, ¿Te apetece tomar algo?

-No, muchas gracias.

-Perdona el desorden Hinata, pero es que es nuestra hermana mayor la que se encarga de todo, y como está en la universidad….

Kankuro desapareció entre la cocina, mientras se oía el incesante ruído de las cacerolas.

Gaara bajó por las escaleras, despreocupado, pero su rostro se quedó congelado al ver a la chica de ojos extraños, paralizada frente a él.

-Tú…

-Sumimasen Gaara kun. Etto…te olvidaste el cuaderno en clase.

Gaara arrebató con frialdad el cuaderno de sus manos, mientras le dirigía un vistazo rápido.

-Creo que será mejor que me vaya…

Antes de poder decir nada, se oyó un estruendo desde la cocina, seguido de una maldición.

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A ver, antes de nada, agradeceros todos los reviews que recibí en la otra historia. Reconozco que el primer capítulo, sólo estoy dándole un poco de forma a la historia, y Gaara me ha salido demasiado borde, pero prometo que más adelante Hinata irá derritiéndolo poco a poco.

Por supuesto, habrá lemon, pero más adelante, esto sólo ha sido una especie de prólogo de introducción a la historia, e iré contando más cosas de Gaara a medida que vaya subiendo más capítulos.

Los reviews son siempre bien agradecidos. Quejas, dudas y sugerencias, ya sabéis donde estoy.

Lamento lo de antes, pero no se que pasa que cuando subo el fic los separadores no aparecen.