Nota: Ningun personaje es de mi propiedad, lo unico mio son las divagaciones en la historia jijiji!!!

EL PERFECTO FINAL

Por Scarleth

No parecía ser una broma. El doctor Martin le decía que un carruaje muy elegante había ido a recogerla a la clínica, porque el hombre que la adoptó solicitaba verla. Albert estaba sin poder dar crédito a lo que escuchaba.

-Me pidió que te avisara para que no te preocuparas. Va a regresar después de hablar con su tío abuelo.

-Pero … es imposible – exclamó pensando en qué estaría tramando la tía abuela con esta artimaña. Nada bueno definitivamente si usaba su nombre.

-¿Por qué lo dices?

-Por nada, gracias doctor Martin.

-Lo que sea por mi enfermera favorita – le contestó con un guiño y tomando un sorbo de café.

-De nuevo gracias – dijo levantándose de su asiento y dirigiéndose a la puerta.

Se quedó sentado frente a la ventana donde estuvieron conversando y observó al muchacho salir precipitadamente del lugar.

**************

-Esto no puede ser – exclamó sorprendida e indignada.

-Lo es Candy, es una orden expresa del bisabuelo, que te recuerdo es el hombre que te adoptó y te dio una educación … no le negarás nada supongo – comentó Eliza con toda la ponzoña de que fue capaz mientras la muchacha de ojos verdes volteaba a mirarla con rabia.

-No me casaré con nadie en contra de mi voluntad.

-Neal nos ha amenazado con alistarse en el ejército si no te casas con él y no estoy dispuesta a perder a ningún otro miembro de esta familia – concluyó la Sra Elroy.

-¡¡¡Por Dios!!! ¡Neal es un cobarde ... jamás se iría a la guerra! Es sólo un sucio chantaje para conseguir lo que quiere – vociferó fuera de sí.

-No pienso correr riesgos Candice.

-Recuerda que es parte de tu obligación por ser una persona de importante apellido – contestó Eliza sintiéndose dichosa ante la impotencia de la rubia.

-¡No quiero su apellido! …

-¡No seas insolente! después de todo lo que de debes al bisabuelo William – refutó la Sra Elroy.

Estaba atrapada, cayó estúpidamente en una trampa de la que no sabía cómo librarse. La casa estaba vigilada, su puerta estaba vigilada y se estaban haciendo los preparativos para celebrar el compromiso al día siguiente.

-Si tan sólo estuvieras aquí Albert - su mente voló hacia él.

No podía recurrir a Annie o a Archie, ellos desconocían lo que tramaban sus parientes y estaba segura que mantendrían el secreto hasta el último momento.

Una vez encerrada en su alcoba no hacía otra cosa que pensar cómo escapar. Parecía una misión imposible. Estaba rodeada de gente que sólo la tenían en la mira, pero no se quedaría de brazos cruzados. Tenía que llegar a su departamento con Albert, seguramente él la ayudaría, o también podría llamar a Archie, él también sabría qué hacer con todo ese complot en su contra y la última posibilidad era buscar al bisabuelo y decirle que de ninguna manera se casaría con Neal Leagan ni siquiera por todo lo que le debía.

Las horas pasaban lentas y angustiosas. Se detestaba por haber creído tan fácilmente en lo que le dijeran, pero no encontró motivo para dudar en su momento.

-Tengo que hacer algo …

La noche cayó sobre la mansión Andrey. Todos dormían excepto los encargados de vigilar el lugar.

Candy estaba sentada en su cama con las luces apagadas y repasando por enésima vez una posibilidad de escape cuando un ruido en su balcón la hizo estremecer.

-¿Será Neal? – pensó con nerviosismo ¿se atrevería a forzarla en su propia alcoba?

Tomó despacio un pequeño florero que descansaba sobre su mesa de noche dispuesta a estrellárselo si intentaba algo.

Poco a poco la sombra fue tomando forma ante sus ojos, esa figura que más de una vez había admirado, ese aroma que reconocería en el lugar más recóndito del mundo y sobre todo la seguridad que le transmitía la presencia de ese hombre.

-¡Albert!

Su voz temblaba, su corazón latía apresurado y sus ojos soltaron unas lágrimas traicioneras al saberlo junto a ella.

-Shhh pequeña, no hagas ruido – le pidió abrazándola y conduciéndola protectoramente cerca de la cama - ¿Qué es todo esto? ¿Qué ha pasado? – preguntó tratando de conseguir la mayor cantidad de información posible - ¿Por qué no regresaste a casa?

-No me dejan – contestó con un sollozo – quieren casarme con Neal por orden expresa del bisabuelo William.

-¿Qué? – el rostro del muchacho estaba francamente sorprendido. Sospechaba que planeaban algo en contra de la dulce enfermera, pero le enfureció que se atrevieran a tanto.

-Sí Albert … tienen vigilancia por todas partes, no me dejan ni por un segundo y yo no puedo ni quiero comprometer mi vida con él. Si ese es el precio por seguir siendo una Andrey no quiero serlo más. No pueden disponer de mi vida así como así – todo en ella indicaba que estaba muy alterada y con justa razón.

Estaba conmovido y también enojado ya que nunca permitiría que le hicieran daño.

-Tranquila Candy, todo tiene solución, sólo hay que actuar de la manera correcta en el momento preciso.

-¿Qué quieres decir?

-No creo que esta orden venga directamente del bisabuelo William.

-¿Cómo puedes saberlo? El es un hombre anciano que a lo mejor quiere que su fortuna queden dentro de su misma familia ¿no crees? – hizo una pequeña pausa meditando las cosas – pero no es la manera – continuó - Si tanto le afecta yo puedo renunciar al apellido. No quiero ser una malagradecida, no lo soy Albert. Tú sabes que lo respeto y le tengo cariño pero no pueden utilizarme como si fuera una pieza de ajedrez. ¡Soy una persona! No un muñeco que se mueve al antojo de alguien.

El rubio sonreía, esa era su Candy … no más una niña sino una mujer extraordinaria.

-Candy, te garantizo que nadie te obligará a hacer nada en contra de tu voluntad.

-Te agradezco el ánimo, pero esto va más allá de ti o de mi.

-Candy …

Una sonrisa enigmática curvó su atractivo rostro. La tomó por los hombros y la obligó a sentarse mientras él se arrodillaba frente a ella. Camaradería y complicidad es lo que se sentía entre ambos aún sin decir palabra.

-Candy – volvió a repetir tomando sus manos entre las suyas - nadie te obligará a nada porque ... yo soy el bisabuelo William – las palabras salían lentas y seguras de sus labios al tiempo que los ojos de la chica se abrían en enorme sorpresa y su cerebro trataba de registrar lo que acababa de escuchar - Mi nombre es William Albert Andrey.

Continuará ...

Pues ya regrese con este minific de 3 capitulines. Yo como muchas mas no estuve conforme con el final de Candy asi que en un momento de divagacion decidi que yo tambien queria la oportunidad de imaginarme un final alternativo en el que manejara la esencia de los momentos que pasaron en la serie pero en una situacion y tiempo diferente y pues he aqui el resultado (o parte de) :) En los siguientes dos capitulos veran como manejo la historia y como me habria gustado que sucedieran las cosas jijijiji!!!

Besos tronados, gracias por leer y espero sus comentarioooooooooos!!!!!

Un abrazo albertfan!!!

Scarleth

p.d. Mi maquina no tiene acentos .. juro que mi ortografia no es tan mala.

p.d.2 Las ventajas de estar recien casada y con tooooodo el tiempo del mundo para estar en la computadora :)