Dejo con cuidado una pequeña caja de cartón en el suelo, procurando que esta no se moviera de manera brusca y así evitar que los objetos dentro de ella pudieran salir dañados.
Se levantó de la posición en la que se encontraba, llevando su mano hasta su frente para limpiar la fina capa de sudor que se habia alojado ahí.
Detrás de ella, sintió la presencia de Adrien, quien llevaba entre sus brazos dos cajas más, dejándolas a un costado de donde ella habia colocado la que anteriormente cargaba.
― No sé cómo voy a pagarte esto ― Expresó con una gran sonrisa, colocando su mano sobre el hombro de su amigo ― Me sacaste de una posición algo incomoda ―.
― Claro que sabes cómo hacerlo ― Comentó, ocultando una sugerencia indiscreta. Marinette rodó los ojos ― Me refería a tus famosos desayunos los fines de semana, Alya siempre menciona que son los mejores ― Se excusó.
Marinette solo pudo suspirar ante el comentario de su amigo, para después sonreír.
Por un momento pensó que se refería a rememorar cierto encuentro completamente accidental que habia sucedido el año pasado.
― Ella se lo pierde, prefirió a un hombre antes que a los excepcionales desayunos que le preparaba ― Soltó con cierto tono de burla, logrando que Adrien riera un poco ante los comentarios de ella.
Y, es que ahora ya no compartiría departamento con su amiga, ella ahora estaba comprometida con Nino, y ambos habían decidido comenzar a vivir juntos antes de que la boda se efectuara.
Aunque, si lo pensaba bien tampoco era un gran cambio.
Solo se estaba mudando al departamento de enfrente, al lugar que Adrien compartía con Nino.
Y no, aquello no habia sido una increíble casualidad del destino, pues los cuatro amigos siguieron en contacto después de su graduación del instituto y su inminente entrada a la universidad, claro, al igual que con él resto de la clase, pero entre ellos se formó un vínculo especial.
En el cual, en ocasiones Chloé se veía inmiscuida cuando se encontraba en la ciudad, cosa que en ocasiones podía ser poco frecuente. Pero muchas otras parecían no salir de los departamentos de sus amigos.
Alya y Marinette alquilaron el departamento dos años después de terminar la universidad, siempre habían planeado vivir juntas y para ellas dos era la oportunidad perfecta pues quedaba relativamente cerca de los trabajos de ambas mujeres; Gabriel's no estaba a más de quince minutos caminando, mientras que las oficinas de TVi a unos diez.
Al año siguiente de su mudanza, Nino comenzó a trabajar en la misma televisora que Alya, habia sido un increíble golpe de suerte que el inquilino anterior fuese arrestado por posesión de cannabis (aunque para el susodicho, hubiese sido todo lo contrario).
Él moreno nunca considero la posibilidad de tener un compañero de departamento, tal como ellas, pues se proclamaba demasiado mayor para esas cosas, definitivamente le gustaba su privacidad.
Las cosas cambiaron un tiempo después, cuando el inminente divorcio de Adrien llegó.
Marinette mentiría si dijera que aquello no le dio una punzada de alegría, pero a su vez fue opacada por la culpabilidad de ello, pues sabía que Adrien la estaba pasando mal. Ya no era la misma adolescente que moría por él, aquella que habia sido rechazada con delicadeza por su amigo para que la relación de ellos no se estropeara.
Pero, nuevamente, mentiría si ella dijera que no sentía nada por él. Después de todo, además de verlo cuando se reunían, también eran compañeros de trabajo.
Habia sido duro para Adrien, pero con su semblante tranquilo parecía quererle decir al mundo que, de una u otra manera él ya veía venir aquello, y no, no era por qué él en realidad supiera que Kagami era lesbiana, más bien porque las cosas no habían resultado como en un principio imagino.
Y así, luego de muchas bromas por parte de Nino sobre la razón de su divorcio, termino siendo el romee de este.
Ahora bien, a sus treinta años Nino se le propuso a Alya, quien de inmediato acepto. Sabía que ella le diría en cualquier momento que su amigo se mudaría con ella y también sabía que querían un poco más de privacidad, después de todo en poco tiempo serian una pareja casada.
Así que, luego de pensarlo mucho no tuvo otra opción o vía de escape rápida para aquella incómoda situación más que Adrien, pues él se terminaría quedando solo en aquel departamento.
― Mira el lado bueno, no tendrás que escuchar más cuando ambos tienen intimidad ― Adrien se dejó caer en el sofá, observando la gran cantidad de cajas que habían movido hasta la sala de estar.
Ella solo esperaba que todo estuviera bien entre ellos, pues estaba segura que no podía soportar nuevamente lo sucedido en aquella fiesta de navidad en Gabriel's del año pasado.
― Sí, contigo es silencio y tranquilidad ― Pronuncio mientras se acomodaba a un lado suyo, burlándose un poco de él.
Adrien fingió una risa amarga, imitando los gestos de ella.
Intentando borrar un recuerdo que habia llegado a su mente como si se tratase de un rayo, y solo por tocar el tema de una manera tan sutil.
― Espero que contigo también lo sea, estoy harto de usar tapones para los oídos, Nino tiende a ser ruidoso ― Una sonora carcajada salió de los labios de ella, logrando que Adrien tragará saliva.
Y en realidad, esperaba que así fuera. De alguna manera no soportaba la idea de escuchar algo así donde ella fuese la culpable.
― Sí, sí, muy gracioso Adrien, pero a mí no me dejaron por otra mujer, y rubia ― Él susodicho se dejó ver por el umbral de la puerta principal, esta se encontraba abierta y pronto pudo entrar, sus facciones demostraban molestia.
Alya entró a su espalda, llevando un pequeño florero y colocándolo en la mesa de centro de la sala de estar, en este se encontraba una flor de lirio.
― Yo no cantaría victoria aun ― Marinette se levantó de golpe, plantándole un suave beso en la frente a su amiga.
A ambos adultos un ligero sonrojo ante aquella acción.
Adrien pudo observar como Nino completamente aturdido comenzaba a reclamarle a Marinette, colocando a Alya tras su espalda, exagerando un poco el asunto.
Su vista se dirigió hacia Marinette, quien sonreía de oreja a oreja ante la actitud completamente exaltada del moreno.
Entonces, su estómago se removió como solía ocurrir cuando observaba detenidamente a su amiga, solo que en esta ocasión habia algo diferente.
Y no sabía si era el hecho de que sus pertenencias estuvieran en su departamento, o de la idea de volver a compartir el hogar con una mujer era lo que le provocaban aquella sensación algo extraña.
― Hermano ¿No vas a ayudarme? ― La voz con un tonó de súplica proveniente de Nino lo sacó de sus cavilaciones.
Ambas amigas se abrazaban febrilmente con el solo propósito de hacer molestar al moreno.
― Diría "Bienvenido al club de los divorciados", pero no llegaste a ese punto ― Comentó con una sonrisa burlona.
Sí, podían tener sus vidas básicamente construidas y ser unos adultos responsables, pero en ocasiones se podían comportar como niños entre ellos.
Aunque las aventuras a los treinta no eran tan emocionantes como las que un adolescente puede tener, estaban seguros que serían las mejores de su vida, más si se encontraban juntos.
[…]
Varios meses habían pasado ya desde Marinette habia prácticamente huido de su antiguo departamento para evitar así situaciones muy incomodas con sus dos amigos, llegando así a vivir con Adrien.
Y, sí se era completamente sincera, ni en su adolescencia habia imaginado que aquello fuese posible.
Acoplarse a la rutina de ambos no habia sido una tarea muy difícil, pues ambos tenían prácticamente el mismo horario de trabajo en la empresa de modas de Gabriel Agreste, quien comenzaba a instruir a su hijo para que supiese manejar la compañía cuando él fuese indispensable.
Y, aunque al principio muchos pensaron que aquello Adrien lo hacía por obligación, tiempo después se dieron cuenta que no era así. Realmente disfrutaba hacer el trabajo del cual su padre se encargaba la mayoría del tiempo, claro, quitando de lado la parte de diseñar prendas, la logística se le daba increíblemente bien al igual que las relaciones con el mercado.
Se veían más, convivían más, hablaban más entre ellos.
Las cosas iban mejor de lo que ambos podían esperar con aquel cambio tan repentino que habia azotado a sus vidas, pero, cabe resaltar que si podía existir un pequeño problema entre ambos.
Sí, eran amigos cercanos, incluso podían decir que esos últimos meses aquella cercanía se habia acrecentado por los hechos. Sin embargo, algo de tensión habia entre ellos.
Casi imperceptible, pero se encontraba ahí, con miradas cómplices y pequeños roses que aunque intentaban evitar aun así sucedían.
Adrien al poco tiempo de aquella convivencia entendió su extraño sentimiento, pues las experiencias que iba viviendo al tener a Marinette a su lado de aquella forma eran terriblemente aballas adoras.
Llegándose a formular una pregunta; ¿Cómo sería su vida si hubiese abierto su corazón a su amiga en aquella época?
No era un hombre que se arrepentía de sus acciones, y mucho menos se habia arrepentido de contraer matrimonio con Kagami en el pasado, habia disfrutado la relación el tiempo que habia durado, incluso podía decir que su ex esposa era su amiga aun, aunque evitaba decir eso frente a Nino para evitar ciertas burlas.
Pero aun así, la pregunta persistía en su cabeza.
― Adrien, tienes que checar tu email ― Escuchó la voz de Marinette a su costado, ella se acomodó sobre el sofá recogiendo sus piernas en este, acomodándose en el respaldo mientras sostenia su teléfono con una mano y, con la otra, le tendía un bol repleto de papas fritas.
Él la miró curiosa, oprimiendo la pausa desde el control remoto para detener la película.
Se habia hecho un ritual para ambos desvelarse los jueves en la noche para hacer un maratón de películas con algunos snack y unas pocas cervezas, asegurándose ambos de nunca beber más de dos, Marinette en muchas ocasiones llegaba a rechazar el alcohol por seguridad.
― Si es del trabajo, mañana lo veré, realmente quiero terminar de ver Thor ―.
Marinette rodó los ojos intentando disimular su sonrisa ante lo dicho por Adrien, en ocasiones se podía comportar como un niño, y no sabía si odiar o disfrutar aquella faceta.
― No, y ya la has visto más de diez veces ― Replicó, mostrándole su móvil ― ¡Están haciendo una reunión de nuestra generación del instituto! ― Comentó con emoción ― Max hizo un sitio web a petición del Director Damocles para que nos pusiéramos en contacto y acordar la fecha, también dice que es para no llegar desinformados ―.
― Wow, han pasado años desde que todos hemos estado juntos en un solo lugar ― No pudo evitar sentir como la ternura le invadía al verla emocionada de aquella manera ― ¿Es algo así como una red social? ―.
Marinette asintió.
― Sí, una privada ― Afirmó ella, volviendo su vista en el teléfono.
Adrien llevó una mano hasta su mentón, a modo pensativo.
― Deberíamos casarnos para cuando llegué esa fecha ― Soltó de repente, recibiendo una mirada de incredulidad por parte de ella ― ¿Qué? Somos solteros, de treinta años, y realmente no quiero tener que explicar lo de Kagami ― Un tonó bromista apareció en sus palabras, logrando que Marinette bufara.
― Eres increíble ― Golpeo levemente su hombro, levemente nerviosa ― Prefiero ver cómo te comen vivo ―.
Él hizo una mueca ante la reacción de ella, observando como su semblante habia cambiado de uno alegre a uno nervioso, notando como el color rojo se comenzaba a acumular en sus mejillas.
Tragó saliva, pues él también se habia sentido nervioso al pronunciar aquello, después de todo era una buena idea, y no le molestaba en absoluto.
No habia sido una broma en su totalidad.
[…]
― Realmente es increíble lo que todo mundo ha hecho en todos estos años ― La voz insistente de Nino resonó por su departamento, saliendo de su cocina con dos cervezas en una mano y, con la otra, no despegaba su vista de su teléfono.
― Sí, es increíble que Max está más cerca del premio nobel de lo que algún día imaginamos ― Tomó una de las cervezas de la mano de Nino para que este no cometiera algún error y terminará rompiéndolas o derramándolas sobre su alfombra ― Me siento como si no hubiera logrado nada desde la graduación ― Se quejó, dando un pequeño sorbo a la botella.
Ambos adultos se encontraban algo estresados por la reunión de su ciclo escolar del instituto, habían pasado ya doce años desde su graduación y a muchos, incluyendo al antiguo director Damocles, les habia parecido una buena idea concretar una reunión ahora que la gran mayoría ya tenía los treinta años cumplidos, y así ponerse al tanto de todo lo que habia pasado con todos en el transcurso de todo ese tiempo.
A su email habia llegado una notificación, dándoles un usuario y una clave para entrar a una página web que habia sido creada con ese fin, para comenzar a entablar conversaciones sobre los cambios de su vida y que las conversaciones no fuesen incomodas cuando el re-encuentro ocurriera, aquello habia sido idea de Max por supuesto.
Era como una red social privada para todos ellos, según Marinette.
Y si bien, no habían perdido total contacto con todos ellos, muchos detalles de la vida de sus excompañeros si se le habían escapado.
Como que Juleka y Rose habían logrado adoptar al fin, y que Iban estaba por obtener un doctorado en psicología.
Él se habia concentrado demasiado en su trabajo al frente de "Gabriel's", además de que su círculo social era algo reducido pues aún era algo torpe socialmente hablando.
Además de su inminente fracaso en el amor, y su gran confusión latente actual.
― Hermano, ¿Enserio pusiste en tu perfil "Divorciado por falta de cosas en común?" ― Soltó Nino, aguantando una carcajada ― Si mal no recuerdo, el divorcio entre Kagami y tú ocurrió por que tenían una gran cosa en común sobre lo que les gustaba ― No pudo aguantar más y una sonora carcajada, dejándose caer de espaldas sobre el sofá ― Ya sabes, te gustan las mujeres, a ella le gustan las mujeres, te dejo por esa chica rubia llamada Aurore ― Puntualizó.
Y sí, Adrien Agreste era un hombre divorciado porque su ex esposa habia salido del closet, buscando una pareja más acorde a ella.
Adrien sobó su sien, intentando mantener la calma.
― Creo que no es algo que necesiten saber ― Murmuró mientras Nino seguía sin contener su risa ― Además, fue idea de Marinette ― Observó su botella, recordando las palabras de ella ― Me dijo que si aclaraba eso desde un principio todo mundo evitaría preguntarme sobre lo sucedido por qué pensarían que estoy destrozado ― Explico con calma.
Y, con algo de molestia, pues habia sido el tema para dejar su comentario bromista lejos de la conversación, dejando a Marinette sin saber los pensamientos y confusiones que el experimentaba.
― Creo que sería un gran tema de conversación ― Hizo una pausa, suspirando― ¿Sabes? Quizás las cosas hubiesen sido diferentes ― Comentó, observando de reojo a su amigo.
― ¿A qué te refieres? ― Se atrevió a preguntar.
― Oh vamos, no me digas que no lo has pensado nunca ― Al ver la mueca de desconcierto que el ex modelo hizo, reparo en un pensamiento que tenía desde hace años, sobre su amigo: En ocasiones era algo lento ― Recuerdas cuando el segundo año en el instituto, Marinette se te declaró ¿Verdad? ― Aquello logró que la sangre del rubio se helara, claro que lo recordaba ― Me refería a que, sí no la hubieses rechazado con tu frase te quiero como una amiga, no hubieses vivido hace dos años el divorcio con tu ex esposa lesbiana ―.
Y sí, Nino tenía razón.
¿Cómo sería su vida si hubiese abierto su corazón a Marinette? Sonó en la mente del rubio nuevamente, como usualmente sucedía cuando pensaba en ella.
Y, no es que no amará a Kagami al momento del divorcio, quizás era una clase de amor que no era para él, por eso quizás lo más lastimado habia sido su orgullo, y no su corazón.
Siendo lastimado este último, cuando en pasadas ocasiones su amiga tenia citas, y él se preguntaba lo que pudo haber ocurrido.
Aunque no habia reparado en la insistencia de esos pensamientos hasta esos últimos meses, sintiendo el calor de un hogar con ella.
― Sí, bueno, él hubiera no existe ― Añadió el rubio, haciendo una mueca.
Pero existe el ahora, pensó.
― ¿Qué me dices de la fiesta de navidad de la compañía de moda? ― Preguntó ― Si aquella modelo no los hubiese interrumpido, vaya amigo, quizás tendrías a otra asiática en tus manos ―.
Adrien no pudo evitar sonrojarse por aquel comentario, pues un sinfín de recuerdos de aquella noche se desató en su mente.
― Ambos estábamos ebrios, tomamos más de la cuenta, y como adultos hemos sabido manejar eso ― Y con aquello finalizo, intentando dejar zanjado el tema. No era un tema que realmente quería platicar con Nino.
Nino se sintió un poco mal por el repentino cambio de humor de su amigo. Su mente no tardo en maquilar un plan para llegar a molestarlo y así, olvidará el asunto.
― Préstame tu teléfono ― Demando mientras estiraba su mano hasta la mesa de centro, tomando el teléfono de su amigo.
― Hey ¿Qué demonios crees que haces? ― Adrien se alarmo cuando observó a su amigo poner el patrón de desbloqueo, y por un minuto maldijo cuando le habia enseñado aquello por emergencias.
Ya saben, por si moría de manera repentina el tenía que eliminar la evidencia de su historial. Estar divorciado era difícil.
― Daré un buen tema de conversación para la reunión este fin de semana ― Comentó divertido mientras se ponía de pie, escapando de Adrien mientras comenzaba a escribir algo con el móvil de este ― Y no, no es el alcohol lo que me orilla a esto, me sale natural ― Se excusó con una sonrisa.
Eso hacían los mejores amigos, apoyarse en las buenas y en las malas, pero sobretodo también servían para molestar con los temas más delicados posibles para que estos dejaran de ser una razón de dolor y sufrimiento.
Además, era hilarante.
Se detuvo cuando dejo de sentir la presencia de Adrien a su espalda, ambos habían estado caminando en círculos alrededor de la habitación, pero ahora se encontraba tomando el celular del moreno, el cual se encontraba desbloqueado.
― Adrien, detente ¡Esto era una broma, hombre! ― Comenzó a caminar hacia él ― Haz algo y subiré lo que acabo de escribir a tu perfil ―.
Adrien sonrió, dándole al pequeño botón de enviar, actualizando así el perfil de su amigo.
Y así lo hizo Nino también.
― ¡¿Qué demonios hiciste?! ― Gritaron ambos al mismo tiempo, arrebatándose sus respectivos teléfonos para poder ver lo que habia ocurrido.
Ambos no dudaron ni un segundo en comenzar a leer la nueva información que se habia añadido a sus respectivos perfiles.
― ¡Y esta es la razón por la cual debemos dejar de beber juntos! ― Exclamó Adrien, levemente ofuscado ― ¿Enserio, Nino? "Mi esposa era lesbiana y termino dejándome por otra candente rubia" ― Bramo, observando como no podía cambiar la información de manera inmediata, debían esperar un mínimo de tres horas para poder hacerlo.
― Y tú deberías madurar ― Musitó, llenándose con un poco de pánico ― "Soy más Gay que Neil Patrick Harris" ¡Madura! Además, si mal no recuerdo tu disfrutaste mucho una presentación suya en los Tony's ― Bramó, dejándose caer en el asiento donde ambos habían comenzado a entablar una conversación y donde el tema de sus viejos compañeros habia salido.
No habia duda, el alcohol era un arma cuando se trataba de ellos. Y eso que no estaba ebrios.
― Al menos yo no solté algo de tu vida privada que debería quedar ― Hizo una pausa, haciendo ademan de cerrar algo con sus manos ― ¡Privado! ―.
― Al menos yo puse algo real y que sucedió, no algo sin fundamentos ― Soltó, cruzándose de brazos ― Alya va a matarme, hombre ¿Por qué siempre hacemos cosas así? Tenemos treinta ya ― Llevó sus manos a su rostro, lamentándose.
[…]
Esto es algo que realmente salio de la nada ¡Todo por obsesionarme con Friends!
Espero que, esto fuese divertido. No, no es el final, hay una parte más y es la que tiene un poco más de romance ;) La verdad es que fue divertido escribir esto, me quito un poco todo el estrés que tenia sobre no tener animos de escribir, esto me lo regresó.
¡Gracias a Alex-sol por soportar todo mi estrés! Fuiste un gran apoyo señor sol, y tus ideas y consejos fueron de lo mejor u2u
¡Aposhen! Si no, Nino sufrirá.
