Sus labios sabían a miel. Y Naruto no podía dejar de pensar en ese exquisito sabor. Los labios de su novia tenían un gusto sabroso a miel, más dulce que el vino. Sentía constantemente en sus labios el gusto a miel de su amada Sakura, un sabor mucho más dulce que cualquier vino fino. Él estaba en una misión mortal y tenía que concentrarse si quería infiltrarse con éxito en la aldea del sonido, pero no dejaba de soñar con su primer beso con Sakura y sus labios de miel. El volvería de su misión...sí, estaba convencido de que volvería. Volvería por la miel y por Sakura. Y trataría de volver con Sasuke también, pero Naruto lo veía difícil que accediera a volver a Konoha. Pero Naruto nunca se rinde...y menos ahora, que los besos de Sakura despertaron su corazón y mantienen viva la llama de su espíritu, que todavía sigue encendida, y que su corazón sigue despierto, a pesar de la distancia que los separa. El volverá, claro que volverá, por la miel...y por Sakura, su Sakura. Sus preciosos labios con sabor a miel, que lo volvían loco...el juraba que volvería, cueste lo que cueste, sin Sasuke o con Sasuke a su lado...
