ADVERTENCIAS:

Lenguaje vulgar y escenas de sexo explícito

Parejas:

NaruHina

KibaNabi

SasuSaku

ShikaTema

Capítulo 1

Naruto observó a la chica. Tenía su largo cabello negro azulado atado en una cola de caballo, usaba una falda que llegaba hasta sus rodillas, sandalias y una blusa de tirantes. Estaba sentada bajo un árbol, leyendo un libro, estaba total y completamente concentrada en su lectura.

Le gustaría saber su nombre, se conformaría con eso. Negó con la cabeza, llevaba tres semanas observándola como un maldito pervertido, y aun no recogía el valor suficiente para acercarse para hablar. Tomó una bocanada de aire. Es ahora o nunca. Simplemente se sentaría cerca de ella, le preguntaría que leía con una sonrisa en su rostro, comentaría sobre cualquier osa, miraría la hora, le preguntaría su nombre y después se iría, no sin antes decirle que esperaba volver a verla otro día.

—Eres patético, huevón. —dijo alguien dándole una palmada en la espalda.

Kiba Inuzuka, su dolor de huevos, o mejor dicho, su jodido mejor amigo. Tenía esa mirada burlista que tanto odiaba, combinada con su sonrisa cómica… Suspiró.

—¡Qué te importa! —dijo. —No se supone que estás con tu novia.

—Me mando al carajo. Así que vine a reírme de tu dolor para olvidar el mío.

—Ni te imaginas lo mucho que te odio.

—Por muy homosexual que suene, me amas y no puedes vivir sin mí. Ahora vea hablar con ella y hazme sentir orgulloso de ti.

—No puedo hacerlo.

—Sí, sí puedes. Es solo una chica.

—No es una simple chica, es una princesa, una estrella inalcanzable.

Kiba arrugó la cara. —No me jodas con esas mierdas, ve y dile algo.

Naruto refunfuñó, pero de igual manera camino en dirección a la chica. Su corazón iba a salirse de su pecho, tenía ganas de vomitar y se sentía como un estúpido. No sabía que iba a decirle. No sabía por qué diablos le hacía caso a Kiba si sabía que terminaría mal.

Ella se puso de pie, un joven alto se estaba acercando, ella se abalanzó sobre él, se abrazaron, rieron, se dijeron algo y volvieron a abrazarse. Naruto se detuvo. Los miro un momento y luego simplemente camino en dirección a su casa. Ignoró la voz de Kiba.

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Al día siguiente, como un estúpido volvió al parque. Al menos podría verla de lejos, anhelando algo que no iba a tener. Pero ella no llegó esa mañana ni la siguiente ni la siguiente a esa. Naruto perdió la oportunidad de encontrar el amor. Lo sabía con certeza, y le dolía, le dolía como el infierno.

Recogió un poco de su dignidad. Se prometió no volver a buscarla ni a ella ni al jodido amor. Miró a Kiba, que había estado a su lado en todo momento. En los ojos de su amigo, no se veía rastro de burla ni lastima, estaba estoico, esperando su reacción.

—Me voy a dar una vuelta por ahí.

—Lo que digas.

Kiba pensó en correr detrás de Naruto, pero la verdad le daba mucha pereza, además, estaba seguro como el infierno que era la última persona en toda la tierra que Naruto quería ver en este instante, así que decidió ir a Mc Donald´s por una Big Mac, papas y una Coca-Cola

Hanabi dio la vuelta en la esquina, llegaba tarde a clases, y no podía permitirse una falta a su asistencia perfecta. Ella tenía una reputación que mantener. Se desestabilizó cuando chocó contra un cuerpo duro, se preparó mentalmente para caerse de culo pero unos brazos fuertes evitaron su caída.

Kiba no pudo evitar sonreír al verlos enormes ojos abiertos de la niña. Debía rondar los 15 años, cuanto mucho 16. Era hermosa, y el sonrojo en sus mejillas solo aumentaba su belleza natural carente de algún tipo de maquillaje.

—Lo… Perdone. —dijo.

—No hay problema. —debía soltarla, pero quería sostenerla en sus brazos. Podría demandarlo por acoso, le llevaba al menos unos diez años…

—¿Puede soltarme? —le pidió con un pequeño chillido al darse cuenta de la cercanía. Kiba dirigió su mirada a sus labios, carnosos y sensuales. Deseo probarlos.

—¿Segura de que no caerás?

—Sí.

Aunque dejarla libre era lo último que deseaba, lo hizo. Se quedaron mirándose el uno al otro, ella estaba divertidamente incomoda.

—Creo que tenías que ir.

—Cierto, muchas gracias. —corrió en dirección a su colegio.

Hanabi no podía creer lo guapo que era ese hombre. Con su cabello castaño, ojos negros, sonrisa lobuna y su aspecto de chico malo, era el típico amor platónico de toda adolescente. Y ella estuvo en sus brazos, sus amigas jamás iban a creerle. Se maldijo por no preguntar su nombre.

Kiba se prometió volver a verla mientras la veía seguir su camino, vio su lindo trasero, sus caderas y pequeñísima cintura, estaba algo delgada, y no era a lo que estaba acostumbrado, pero aun así, estaba interesado en ella. Siguió su camino, pensando en esa niñita, y en las muchas cosas que podrían hacer juntos, y ninguna de ellas incluía ropa.