(Narrado desde el punto de vista de:¡Neko Liu Kang! *Aplausos (?)*)

Yo, era un pequeño gatito de la calle, tengo un aspecto y físico de humano, en ese entonces era muy pequeño, como un felino bebé, al igual que tengo orejas, una cola de gato, y un comportamiento como tal.

Vivía en un callejón juntó a un enorme contenedor de basura, me recostaba a dormir junto a este, y cuando el día acabara, me ponía a buscar entre los escombros de la basura para ver si encontraba algo de comida. Aunque aveces, la gente que pasaba por ahí mostraba compasión por mí, y si tenían algo de comida, me lo ofrecían, eso era el mejor regalo que me podían haber dado en ese entonces.

-"Pobre gatito" - Me decían la gente. - "Debe de estar hambriento."

Incluso, cuando pasaban niños con sus madres o sus padres, se acercaban a mi al ver mi aspecto pequeño.

- "¿Nos lo podemos llevar a casa?" - Era lo que constantemente preguntaban esos niños a sus padres.

-" No hijo." - Les respondían. -"Esos animales luego aportan bacterias y muchas enfermedades."

La verdad eso era lo de menos para mí, lo único que podía complacerme, era recibir un poco de alimento y agua. Mis noches no eran tranquilas, llenas del insoportable frío que me erizaba la piel, además de eso, los perros que ladraban y los carros que pasaban por ahí, me asustaban, haciendo que viviera un infierno. Aveces me preguntaba.

-"¿Porqué a mí? ¿Qué he hecho yo mal?" - Esas preguntas se repetían en mi cabeza cada día y cada noche.

Y así estuve como por 5 años, desde que tenía memoria, había vivido ahí.

Un golpe de suerte, llegó un día, en donde, un hombre y lo que parecía ser su pareja y su hija, se me quedaron viendo, el hombre tenía cabello castaño, con su fleco levantado hacia arriba, camisa azul, con una chaqueta negra encima de este, pantalón negro, guanteras y tennis.

-"Mírenlo, pobrecito." - Dijo aquel hombre.

La mujer, de cabellera rubia, quien tenía una coleta atada a su cabello, con una playera gris, chaqueta sin mangas negra, pantalones y botas, me miró con una cara indiferente y se notaba que le daba un poco de asco mi aspecto.

Y por último, la niña que los acompañaba, quien era también rubia, quien estaba distraída y masticando algo de color rosa, con una blusa azul, chaqueta blanca y negra, falda de color negro y unos tennis, apartó su vista de él y me miró con asombro al principio, pero luego lo cambio a una triste y deprimente al ver mi estado, sucio y descuidado.

-"¿Recuerdas que querías una mascota, Cassie?" - Preguntó volteando a ver a la niña de nombre Cassie.

-"¡Si! ¡Se ve adorable!" - Contestó Cassie emocionada.

-"¡No Cassie!" - Interrumpió la otra mujer. -"No tendremos esa cosa como mascota."

-"¿Porqué no, Sonya?" - Preguntó el hombre.

-"¡Porqué mírenlo!" - Me señaló. -"¡Esta sucio y descuidado!"

-" Si, esta descuidado, porque al parecer alguien lo abandonó. Además, hay algo llamado adopción y veterinario ¿Lo sabias?" - Contestó el hombre.

La mujer de nombre Sonya se quedó callada al no saber que decir, me miró a los ojos, yo le hice mi mejor cara, entonces suspiró.

-"Esta bien, podemos llevárnoslo." - Dijo sonriendo.

El hombre y Cassie dieron una especie de celebración, acto seguido, la joven me agarró cuidadosamente del suelo.

-"¡Valla, se nota que este gato no ha comido en días!" - Exclamó al sentir mi ligero peso.

Cassie me recostó en su hombro y yo me agarré de este, y después, vi como nos alejábamos de ese horrible callejón en el que he estado por mucho tiempo, había salido de ese infierno por fin. Después de un rato, vi que entramos a lo que yo pensaba al principio era una tienda.

-"Buenas tardes señor." - Dijo una voz.

-"Buenas tardes, encontramos a esta especie de gato en la calle y queremos que le de la ayuda necesaria para que nosotros lo podamos tener como mascota."

Cuando Cassie me dejó sentarme en una superficie, es donde pude ver de quien era esa voz, era otro señor, alto, delgado y con una bata blanca.

-"Esta es una especia que acaban de surgir. Se les llaman Nekos. Que son una especie de mitad humano y mitad de animales, estos adquieren forma y físico de humano, pero tienen ciertas características del animal que le corresponda, esta especie se ha estado extendiendo por todo el mundo, las cuales, afortunadamente, no son un peligro para la sociedad. Pronto lo tendré como nuevo." - Sacó sus conclusiones el señor de bata blanca mientras acariciaba mi cabello.

-"Aquí lo esperamos." - Dijo Sonya.

El señor me agarró de la misma manera en como lo hizo Cassie, de manera en la que no me lastimara.

Luego, entramos a un cuarto que parecía oscuro, lo único que lo iluminaba era una lámpara en el techo. Primero lo que hizo fue quitarme mis atuendos, sólo traía un pantalón negro con rayas rojas a los costados y un lazo en la cabeza, de ahí prosiguió a meterme a lo que creía yo era un plato muy grande y hondo y luego echó un poco de agua tibia, al momento que estaba mojado, me echó otro líquido un poco más espeso, el cual olía muy bien, me recordaba al olor de las frutas. El cual al estar al contacto con mi piel, se formaban pequeñas burbujas. Me tiró otro poco de agua tibia, haciendo que las burbujas se fueran. Me envolvió en una tela que me secó mi piel y le quitó el exceso de humedad en mi pelo, en mis orejas y en mi cola.

Luego de eso, el señor sacó una cinta blanca y rodeó mi antebrazo izquierdo, en el cual tenía una raspadura. Me devolvió mi ropa, la cual estaba limpia e impecable. Me puso mi lazo rojo y mis pantalones, al igual que me regaló unos pequeños calcetines y unos zapatitos, que se sentían cómodos.

Me volvió a cargar y salió del cuarto en donde me atendió, me puso en la superficie en la que me había puesto Cassie, los 3 al verme se levantaron para verme.

-"¿Ves lo que pasa cuando se adopta?" - Dijo el hombre de copete a Sonya.

-" Sí Johnny, ya entendí." - Contestó.

-"¡Mira!" - Dijo Cassie enseñándome una prenda de ropa. -"Te verás muy adorable cuando te pongamos esto."

Era un traje, en donde era como una blusa negra cruzada, con una especie de cinturón, pantalones rojos con detalles de lo que parecían eran dragones aún costado de ellos, calcetines blancos y zapatillas negras, aunque estaban algo extrañas, ya que al parecer las zapatillas tenían las agujetas cruzadas, como una bailarina de ballet.

Pero de todas formas, era y es un traje bonito.

-"Bueno, muchas gracias doctor." - Dijo Johnny. -"¿Cuánto es?"

En esa parte no puse atención, ya que estaba distraído con una mosca que pasaba por ahí.

Cuando menos me di cuenta, ya estábamos afuera en la calle, estaba tan fuera de la realidad en ese momento, que les dio tiempo a los 3 de hacer unas compras, ya que Cassie tenía una bolsa de plástico con cosas que al principio no distinguí.

Entramos a una casa, en la cual, era muy diferente al callejón donde yo vivía, era lujosa y muy bien iluminada. Cassie dejó en el suelo una especie de almohada en forma de círculo.

-"¡Esta será tu camita!"

Me acerqué al colchón, y cuando me recosté en ella, sentí una sensación muy suave que dominó y relajó mi cuerpo. Ya que siempre había estado durmiendo en el piso de ese callejón. Me comencé a revolcar en esa cómoda superficie circular.

-"Debes de tener hambre." - Dijo Johnny dejando dos platos, uno traía un líquido blanco, y en el otro, tenía pedazos pequeños, se veían carnosos y de color carne. El olor de eso, llego hasta mí, el cual me atrajo de inmediato, cuando lamí uno de los pedacitos de ese platillo, sentí una sensación en boca, el mejor manjar que había probado en mi vida, es entonces donde casi devoro el plato entero, pero sentí una sensación en mi panza, así que deje de comerlo, apenas iba por la mitad, pero me daba curiosidad ese líquido blanco, cuando lo lamí, era mil veces mejor que el agua, lo mismo con el otro plato, le di lamidas hasta cansarme.

Esa sensación, me hacia sentir que no entraba más comida a mi cuerpo, puse la panza para arriba. Cuando Sonya me vio así, se impactó.

-"Cassie, creo no sólo no ha había comido en días, si no semanas, no se ha comido ni la mitad del Whiskas que le disté."

-"Me siento extraño, siento que no puedo comer más, y sólo comí poquito."

Los tres integrantes me miraron con asombro al escuchar mis palabras, creo que no se esperaban que yo tuviera voz y supiera hablar.

-"¿Sabes...hablar?" - Preguntó Johnny sorprendido.

-"Sí. ¿Pero porqué me siento así? - Pregunté.

-"Eso es que estas lleno." - Respondió Cassie.

-"Nunca me había sentido así." - Dije rozando mi panza, la cual estaba hinchada.

Los tres se miraron entre ellos.

-"Creo que sí fue buena idea adoptarlo." - Dijo Sonya.

Cuando llegó la noche, yo me recosté en mi nueva cama y refugiado en esa casa, que tenía un poco de aire, pero no era nada comparado con las frías noches que pasaba afuera en ese infernal callejón.

A pesar de eso, Cassie, antes de irse a dormir, me dio una mantita por si tenía frío a mitad de la noche, me dio un beso en mi frente y se fue a lo que parecía ser su cuarto.

Una nueva vida, había comenzado.