Disclaimer: No, aún no me pertenecen los personajes, por más que los use y los quiera. Eso sí, todo lo que aquí aparece es obra de mi imaginación.
Jotaká no le dio demasiada importancia a estos personajes, por lo que sus personalidades (sobre todo la de Ludo) son semi-mías, así que no lo uséis (?).


CICATRIZ

Y sabe, cuando lo ve sobre su escoba tan sonriente, que está decidido a ganar el partido. Y cuando quiere algo, lo logra.

Lo sabe bien porque lo conoce desde hace demasiados años, y todo porque sus padres eran amigos. Había tenido que soportar demasiadas veces a ese enano pesado en su casa, después en el colegio (daba gracias a que tuviera un año más que él) y ahora, en su trabajo.

Y odia la revista en la que está trabajando porque ella merece mucho más, porque sabe que tendrá que entrevistarlo después de ese partido. Y lo odia porque casi siempre consigue manipularla. Después de todo, aprendió de la mejor.

—¡Skeeter, no te lo repetiré más! —El grito de su –por ahora- jefe le hace salir de su ensimismamiento y dirige una mirada hacia el campo: el partido ya había finalizado.

Sensacionalismo, eso es lo que le habían pedido, lo que vendía. Y fuera quien fuese a quien tuviera que entrevistar, lograría lo que quería.

Bajó hasta donde se encontraba el equipo y respiró hondo. Acomodó sus rizos elaborados que tanto le gustaban y, decidida, avanzó entre todos los jugadores. Cuando llegó hasta él, le pareció como si hubiera retrocedido en el tiempo: su cabello rubio estaba empapado de sudor, sus ojos chisporroteaban de emoción y tenía unos hoyuelos en las mejillas.

—Vaya, Rita. ¿Qué te trae por aquí? —Su pregunta la hace reaccionar de nuevo y endurece sus facciones.

—Tu olor no, eso seguro. —Un gesto aburrido se apropia de su cara, y sin darle tiempo a contestar comienza con el "interrogatorio"—. Eres el jugador más joven del equipo, ¿cómo te sientes al saber que gracias a ti han ganado?

Su voz no denota ningún tipo de emoción y ni siquiera le mira a los ojos: está más pendiente del trozo de pergamino que acaba de sacar y de su pluma que de la respuesta que Ludo le pueda dar.

—Tú siempre tan aburrida, ¿por qué no dejas el trabajo un poco y vienes a divertirte conmigo? —dice encaminándose a los vestidores mientras piensa que pasarlo bien a su costa no estará nada mal.

—Mira, Ludovic —Ignora el "Ludo" que él casi grita, sabe que odia su nombre—: estoy aquí para trabajar. No tengo ganas de verte ni de hablarte. Cuanto antes acabemos mejor.

Rita sigue caminando a su lado, y cuando llegan a los vestuarios ella continúa con sus preguntas. Después de unos minutos, él le quita el pergamino en el que ha estado escribiendo y sus ojos van abriéndose cada vez más.

"Es el mejor día de mi vida", dice Bagman sin poder evitar que unas lágrimas de emoción escapen de sus ojos. La gran afición al quidditch le viene desde que era niño, y con sonrisas furtivas, nos confiesa que no siempre ha sido el hábil y prematuro golpeador de las Avispas de Wimbourne: "Aún recuerdo cuando mi querido padre me regaló mi primera escoba y monté en ella, caí desde una altura tan grande que tuvieron que llevarme a San Mungo. Afortunadamente pudieron curar todas mis heridas, menos una cicatriz que está en…"

—Rita, ¡nada de lo que hay aquí es cierto, y no he dicho nada de eso! Sabes que odio a mis padres, ¿cómo se te ocurre poner algo así? —Sabe que está enfadado, por eso lo único que puede hacer es sonreír maliciosamente.

—Claro que es cierto, querido —dice, quitándole el pergamino de nuevo. Ya ha terminado y ya tiene la condenada entrevista. Al fin puede irse—. No te preocupes, ya lo leerás completo cuando salga el próximo número y podrás comprobar si lo que pone es verdad o no —le susurra al oído suavemente, rozando con sus labios su oreja, como hacía siempre que quería ponerlo nervioso o quitárselo de encima.

Y sabe que lo consigue cuando nota que se tensa y que se le eriza todo el vello, como cuando era un crío vulnerable.

Mas su voz masculina, un tanto enronquecida, la frena cuando se dirige a la puerta de salida. Y recuerda que, después de todo, siempre será un crío.

—¿No quieres comprobar si esa cicatriz existe?


N/A: Bueno, pues aquí os traigo un nuevo fic que espero que os guste. Además, me siento especialmente orgullosa porque no había ningún fic de esta pareja (?) y porque me gusta mucho, que aunque sea crack, yo la veo ya casi canon (las cosas de los rpg... qué se le va a hacer xD). Mmm cabe aclarar que esto se sitúa en el año 1980 y ambos personajes están en su veintena.

Por una parte, gracias a Alive to live a lie por beteármelo (: que toda ayuda se agradece.

Me gusta mucho mucho esta pareja (son tan discordes *O*) y quizás consigo que vosotros os enamoréis de ella como yo. Y ahora, críticas, comentarios y reviews son bien recibidos :D

Un saludo, y espero que lo disfrutéis.