¡Feliz día de la diversidad sexual! Primero que nada quiero advertir que este fanfic está a rebosar de mis headcanons, sin que ninguno de estos contradiga el canon. Y bueno, hago esto principalmente porque estoy habida de más representación para mi comunidad. Si vieron la imagen de portada probablemente ya sabrán de que trata esto, pero si no déjense sorprender y por favor siempre mantengan la mente abierta. ¡Espero que les guste!
Antes de Drama Total
La primera vez que alguien me cuestiono por mi orientación sexual tenía nueve años. Probablemente ahora mismo se están cuestionando que tipo de monstruo cuestionaría a un niño de nueve años sobre su orientación sexual. Bueno, si esa pregunta se pasó por tú mente probablemente es porque llevas mucho tiempo sin convivir con niños, o simplemente no les pones atención.
Y no, no voy a empezar con esas tonterías de que los niños pueden llegar a ser crueles. Porqué honestamente lo último que me sentí fue ofendido cuando eso sucedió. En todo caso asqueado, pero más que nada porque mi mejor amiga escupió su gelatina sobre mí cuando escucho la pregunta. Vaya que es sensible la niña.
En fin. Antes de llegar a este punto de relato les contare algunos datos que por alguna estúpida razón las personas creen que están de algún modo relacionadas con la orientación sexual.
Mi madre, Anika Kapur, y mi padre, Vivaam Dasari, nacieron y crecieron en la India. Vivaam, primogénito de los Dasari, obtenía todo lo que pedía, así que cuando pidió viajar a Canadá para estudiar el Este de Asia en la Universidad de Toronto a mis abuelos les pareció bien. Por otro lado Anika, única mujer en una familia donde había también tres varones, fue una niña prodigio que lucho contra el sistema y consiguió una beca para estudiar una Ingeniería en Computación también en Toronto. Se conocieron, se enamoraron y mandaron todo a la mierda para ponerse inmediatamente a hacer hijos. Ocho partos, nueve hijos, seis hombres y tres mujeres.
Ahora papá es gerente en una tienda de zapatos y raquetas de tenis y mamá fue ama de casa hasta que cuando yo tenía once años y mis hermanas Angel y Paridhi doce decidió que todos estábamos lo suficientemente grandes para no necesitarla en casa todo el día y abrió un pequeño café internet.
Una vez explicado mi contexto familiar vayamos a los otros puntos. Sí, soy creyente y soy católico. ¿Sorprendido? Probablemente. Y si se lo están preguntando, sí hay católicos en India (no muchos), mi mamá era una y cuando vino a Canadá lo trajo consigo. En cambio mi padre solía ser agnóstico, pero se atonto tanto por mi mamá que si ella le hubiera pedido que se convirtiera al pastafarismo él hubiera aceptado.
En cuanto al motivo por el que yo creo es simple. Estadísticamente es más probable que exista un Dios a que no (técnicamente es aún más probable que no seamos más que una simulación por computadora, pero me gusta pensar que soy demasiado complejo para eso), y honestamente pienso que no soy tan mala persona, por lo que no tengo nada que perder con su existencia. Por otro lado en mi familia tienes dos opciones los domingos: O haces las tareas domésticas que se suponen le tocan a mi papá a cambio de cinco dólares, o pasas una hora sentado escuchando hablar sobre un libro antiguo. La elección era obvia.
Y bueno, siempre me he llevado mejor con las mujeres que los hombres. Todo empezó con que mi hermano, hombre, más cercano ya tenía seis años cuatro meses cuando yo nací. Mi papá en verdad se esforzó por pasar tiempo de calidad conmigo cuando era pequeño, pero rápidamente se dio cuenta que prefería fingir que prestaba atención a las películas que veían mis hermanas antes de salir a jugar pelota con él.
En la escuela las cosas no cambiaron mucho. Cuando iba a preescolar durante la primer semana en mi salón no había suficientes mantas para la siesta, así que decidieron que los dos niños más pequeños (ósea yo y una niña llamada Marley Williams) deberían compartir. Al inicio pensé que podría entrenarla, como a un perro, para que fuera una compañía agradable y obediente. Pero la niña se resistió a mis intentos de amaestrarla por lo que decidí que me agradaba, e incluso cuando cada quien tuvo su propia mantita decidimos seguir durmiendo uno cerca del otro. Así que desde entonces somos amigos, e incluso hubo una época en la que considere que sería la única amiga que necesitaría por el resto de mi vida (después de un incidente que incluía a una come crayolas que se sentía con el derecho de babear a un niño soló porque fue amable con ella), después de todo vivíamos lo suficientemente cerca el uno del otro como para estar seguros de que siempre iríamos en las mismas escuelas hasta, quizás, la universidad.
También se bailar, en realidad incluso se podría decir que soy bueno. Y, cuando estoy especialmente contento, incluso llego a disfrutar de hacerlo. Pero esa historia no voy a contarla.
Ahora regresemos a mi yo de nueve años que se intentaba limpiar la gelatina de su chaleco mientras Marley miraba incrédula a Joey Bergeron, un chico que se había convertido en nuestro amigo durante los últimos dos años.
—¡Dijimos que íbamos a esperar al momento correcto para preguntárselo!— exclamó horrorizada.
Les daré una breve descripción de Marley. Primero que nada, es diminuta. No importa qué edad tuviera cuando la conocieras, ella es sencillamente diminuta. Tiene el cabello castaño siempre amarrado en decenas de pequeñas trenzas, la piel ligeramente más oscura que la mía y unos ojos pequeños enmarcados por la variedad de gafas más extrañas que puede encontrar.
—Pero para ti nunca iba a ser el momento correcto— se justificó Joey.
—Es que no es del todo amable preguntarle a una persona si es gay. Él tendría que decírnoslo cuando esté listo.
—Están diciendo que ustedes en verdad creen que soy gay— intente confirmar con el ceño fruncido mientras terminaba de limpiarme—. ¿Tienen alguna base para plantear esa teoría?
—Bueno Noah— por cierto, mi nombre es Noah Dasari, mucho gusto—. Nunca te ha gustado una chica, y puedes llegar a ser bastante afeminado.
Yo mire a mi amigo con una ceja enarcada antes de voltear a ver a Marley.
—A ella tampoco le ha gustado nunca un niño y nadie le dice que es lesbiana— observé.
—Tres.
—¿Disculpa?
—Me han gustado tres niños.
Una parte de mi quería reclamarle por nunca haberme contado sobre eso. Pero otra, la más lógica, recordaba que si bien yo llevaba casi cuatro años comiendo las manzanas que me mandaba su mamá, ella no había ido a mi casa hasta el año anterior cuando me habían regalado a mí perro y ya no se lo había podido impedir. Entonces tenía algo de sentido.
—De todos modos. ¿Quién dice que a mí nunca me ha gustado una niña?
—¿Te ha gustado una?— preguntó Joey escéptico.
—Sí, Alexantra.
Alexantra Predescu era una niña Rumana que había pasado el año anterior en nuestra escuela y qué la maestra había decidido que yo debía cuidar, en vista de que no dominaba del todo el idioma. No era especialmente bonita, porque no ser europeo no te hace automáticamente atractivo, pero tampoco es como si eso importara. Podría decirse que la deteste por el primer mes y medio, cuando saque un 8.6 por su culpa. Finalmente aprendí a tolerarla, y mientras ella aprendía más de la lengua y yo descubría que en realidad tenía cerebro incluso llegue a apreciarla como amiga. Y justo dos semanas antes de que acabara el curso escolar, cuando ya sabía que sus padres habían tomado la decisión de regresar a Rumania, me di cuenta de que me gustaba. Pero ya llevaba tanto tiempo de eso que la verdad ni siquiera recordaba exactamente como había llegado a esa conclusión.
—¿Ustedes fueron novios y no me dijeron?— me cuestionó Marley aparentemente dolida.
—¿Qué? No. Solo me gustó.
—¿Y porque no fueron novios?— pregunto Joey.
—¿Por qué tú no has sido novio de ninguna de las niñas que te han gustado?— le conteste sarcásticamente.
—Porque yo no les gusto. Pero Alexantra, Noah, estaba completamente loca por ti— respondió, demasiado serio.
—¿Y tú qué sabes?
—Cariño, toda la maldita escuela lo sabía— dijo Marley, y si bien ella solía ser honesta conmigo, algo debía estar mal. No había forma humana posible de que toda la escuela supiera algo y yo no.
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Después de que se enteraran de Alexantra, Marley y Joey habían dejado en paz el tema de mi orientación sexual. Supongo que asumieron que eso significaba que era heterosexual. ¿Qué si yo lo asumí también? No. En realidad no había ninguna razón lógica de porque pensar eso, pero sencillamente parecía incorrecto. Aunque tampoco es como si en verdad le hubiera dado muchas vueltas al tema después de eso.
Entonces, dos años después, Serena Girard llegó a mi vida.
Técnicamente ella ya llevaba ahí un tiempo, cinco años para ser exactos, pero en realidad jamás habíamos hablado. Ella era el tipo de chica que aunque podía hacerse de un futuro por sí sola, probablemente terminaría casada con algún pobre diablo que si se había esforzado por conseguir algo de su vida y que aparte sería guapo. Y entonces se quemó casi la mitad de la cara. Así de cruel, así de simple. Y Mayra, a la que Selene en verdad nunca le había agradado, decidió que debíamos ser amables con ella en vista que todos sus amigos hipócritas habían decidido que al parecer ella no era tan agradable después de todo.
Nosotros no éramos la clase de personas que eran amables con las personas. Eso era lo que nos había mantenido fuera de las estadísticas de acoso escolar a pesar de ser nerds irremediables. Pero la pobre niña en verdad daba pena, así que de nunca cruzar palabra se convirtió en algo así como nuestra amiga de un día para otro.
Honestamente yo creía que Joey se lanzaría inmediatamente sobre ella, después de todo había estado colado por ella desde que teníamos ocho y el hecho de que ahora no fuera bonita no le quitaba que sus hijos lo serían (no me juzguen, tenía once y creía que la sexualidad funcionaba igual con animales y humanos). Pero resulto ser tan superficial cómo todos los demás.
Mi historia con Serena empezó más o menos igual que con Alexantra, solo que en vista de que en este caso no hubo ningún tipo de barrera de lenguaje todo fue mucho más fácil. Eso y que la niña era una maldita genio.
Antes del accidente no había mucho que destacar de ella en cuanto a lo académico se refería. Pero la primera vez que trabajamos en equipo juntos, para mi desagrado, en un proyecto de matemáticas Serena no solo logro mantener mi ritmo, sino que llego un punto en el que a mí me costó mantener el de ella. Y aunque en el resto de las materias era claramente superior, ella definitivamente se esforzaba por vencerme. En realidad, todo se convirtió en una amistosa competencia entre nosotros, todo. Y me encantaba.
No es fácil que verdaderamente respete a las personas. Claro, soy bastante educado con los mayores y los niños. También soy capaz de hacer que una persona se sienta sucia y miserable sin tener que usar una sola mala palabra. Pero respeto, lo que en verdad es respeto, es algo que hasta ese momento de mi vida solo se lo habían ganado cuatro personas de mi parte: Mi madre, Marley, mi hermano mayor Abhinav y la directora de la escuela. Y ahora estaba ella.
—Es una lástima lo que le paso, ella era realmente bonita— comento Joey en una ocasión mientras veíamos a Marley y ella hablar sobre el libro que le había prestado.
—¿Bromeas? Creo que esas quemaduras fueron lo mejor que le pudo pasar. Ahora que no es "bonita", resulta que es verdaderamente brillante, y divertida…
Mierda. Era lo único que podía pensar. Porque, mierda, ella me gustaba. Ya estaba por acabar el ciclo escolar también en esta ocasión, pero, a diferencia de Alexantra, Selene no iría a ningún lado. Y aunque estábamos a punto de terminar la escuela primaria para ir a secundaria, vivíamos lo suficientemente cerca para que las posibilidades de ir a una distinta eran mínimas.
Y ahí estaba yo, un puberto de casi doce años haciendo miles de planes tontos en su cabeza. La graduación sería pronto, y yo ya me imaginaba bailando con ella y toda la maldita cosa. ¿Conocen la canción de "Soul Sister"? Bueno, había decidido que esa sería nuestra canción. Aun me cuesta creer lo estúpidamente cursi que puedo llegar a ser cuando alguien me gusta. Eso sin mencionar mi propósito de leer los libros que a ella le gustaban, y lo hice, todos, tarde menos de un mes en realidad. Lo que es una hazaña considerando el pésimo romance que manejaban todos.
La cuestión es que durante la fiesta de graduación en verdad bailamos juntos. No una canción lenta, porque no hubo ninguna, pero fue lo suficientemente bueno para mí. Y por un momento creí que también para ella.
Durante ese verano las cosas parecían ir demasiado bien, considerando que era la época del año donde había más posibilidades de que todos los Dasari estuviéramos en casa al mismo tiempo. Y que mi hermano Parakram, el segundo que en ese entonces tenía poco más de 23 años y medio, había embarazado a su novia.
Jugaba videojuegos en línea con Joey, leía todos los libros que era capaz de conseguir (la mayoría de la casa de Marley), jugaba pelota con mi perro (al que había amaestrado para que pensara que los paseos era horribles) y hablaba mucho con Selene. Incluso habíamos salido en un par de ocasiones los cuatro, al cine y esas tonterías. Podía decirse que ella había llegado a revolucionar completamente la placida dinámica que habíamos construido y que ni siquiera Alexantra había logrado mover, y la verdad es que no me molestaba.
Nunca pensé en declarármele, no veía la necesidad, estaba cómodo con nuestra relación así como estábamos. Pero sí que esperaba poder llevarla conmigo a la boda de mi hermano.
No puedo decir que no sabía que había algo mal con ella desde antes. Tendría que haber sido un retrasado total para no notarlo. Si bien sus antiguos "amigos" habían sido unos idiotas totales y la habían abandonado, lo cierto es que ella tampoco había hecho nada para buscarlos. Porque ya no se sentía digna de ser querida. La había escuchado decirlo en más de una ocasión, y por supuesto yo nunca había tenido la decencia de decirle que eso no era cierto. También estaban todas las ocasiones en las que la había visto llorar en el hombro de Marley, de un momento a otro, sin que nada verdaderamente hubiera pasado. Incluso me entere de que había eliminado todas sus redes sociales y tirado a la basura su ropa linda. Y no era para menos, se había quemado casi la mitad de la maldita cara. Aun así nada me preparo para eso.
No, no se preocupen, no se suicidó. Hasta donde se actualmente está estudiando matemáticas en la misma universidad en la que Marley biología, pero ese no es el punto.
Lo que sucedió es que el mismo día que yo iba a invitarla a la boda de mi hermano ella nos informó que se mudaría, por lo que no estaría con nosotros en la secundaria. Parecía una broma de mal gusto.
—Mi familia quiere empezar de nuevo— bla, bla, bla—. Yo quiero ir a un lugar donde nadie me conozco ni quien era antes del incidente— bla, bla, bla—. Aparte, ya no hay nada aquí para mí.
Creo que eso fue realmente lo que me dolió. ¿Cómo que ya no había nada ahí para ella? ¿Qué mierda éramos nosotros?
Así que fui a la boda de mi hermano con Marley, que en realidad también estaba bastante dolida. Y mientras soltábamos pestes sobre los vestidos de las tías de la esposa de mi hermano y discutíamos si era mi obligación como su tío más listo asegurarme que el bebé no nacido fuera más inteligente que su padre, Selene salió al tema. Y yo le confesé que me gustaba.
Y ella me dijo que no se me notaba.
Yo me encogí de hombros.
Me pregunto si me había gustado alguien entre Alexantra y Selene.
Yo le dije que no.
Y ella me dijo que entonces lo justo es que ahora ella me contara de los cuatro chicos que le habían gustado en su vida, porque al parecer había habido uno más desde la última vez que habíamos tocado el tema.
En verdad no es que me emocionara mucho el tema, pero tampoco había nada mejor que hacer. Aparte de que estábamos en una boda. Lo que significaba que el romance estaba en el aire o algo así. Sin embargo mientras más hablaba Marley más atención ponía. Ninguna de sus "historias de amor" era especialmente larga o inte4resante, pero todas tenían algo que las mías no. Algo que hacía que lo que yo había sentido por Alexantra, o incluso por Selene, se sintiera… incompleto.
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¿Por qué rayos había nombrado "Soul Sister" como una canción que describiera lo que sentía por Selene? Definitivamente la primera vez que la había visto no había sentido nada, ¿A qué se refería exactamente a que la manera en la que se movía "no era justa"? Y mi corazón definitivamente no se salía de mi pecho cuando la veía. Así que, en las dos semanas de verano que me restaban me puse a escuchar canciones de amor, leer poemas de amor, ver películas de amor y usar mucho el recién inaugurado café internet de mi madre.
Termine asqueado, completamente harto de todas esas cursilerías y malas metáforas (en serió, si se creen poetas deben de encontrar algo mejor que "tus labios de rubí" o "delicada como una rosa"). Pero más veía más necesidad tenía de seguir buscando. Por qué no podía evitar sentir que había algo… raro en todo lo que encontraba. Algo que yo no sentía cuando me gustaba alguien.
Finalmente, gracias a una publicación de Tumblr (no me enorgullezco de haber terminado ahí), encontré una palabra que me llamó la atención y continúe mi búsqueda desde ahí.
Y de repente todo tuvo sentido.
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Al llegar a la secundaria fue cuando mi tendencia a juntarme más con mujeres se hizo claro, ya que a mi vida llegaron un par de chicas que se unieron a nuestro pequeño grupo: Marley Oullet y Victoria Li. Sí, leyeron bien, otra Marley. Solo que esta de piel algo más clara, mucho más alta y sin gafas. Pero claro, como llego segunda a mi vida, ella siempre fue para mí Oullet.
Oullet y Vicky habían sido amigas desde casi tanto tiempo cómo Marley y yo, y eran el tipo de amigas que no veían la necesidad de socializar con nadie más que una con la otra. Pero cómo en la escuela suelen obligarte a hacer equipos, terminaron trabajando con nosotros. La relación se hubiera quedado en lo estrictamente profesional si Oullet no hubiera hecho una referencia, muy mala por cierto, a Kosmic Kaos. En ese momento Joey decidió que la amaba, y yo que definitivamente podría soportarla.
—Conozco a una chica que una vez entro al duodécimo nivel secreto del Dragón Asesino— dijo ella una vez, mientras discutíamos de quien tenía las mejores influencias en el juego.
—Cariño, yo creé ese nivel— eso es cierto, cuando tenía seis años en realidad. Aún estoy orgulloso de ello.
A partir de entonces mi vida en casa se hizo más interesante. Entre Oullet (Mwitch214), Joey (Bergetron2000), la chica que una vez había estado en mi nivel secreto (Cinderhella243) y yo (no son lo suficientemente buenos para saber mi Nick), hicimos una alianza subterránea capaz de patear los traseros de algunas leyendas cómo Newton, Pythagoras y Kranthor (los de la alianza "científica" de Kosmic Kaos, no los verdaderos).
Vicky también me agrada, la niña sabe cómo hacer juegos de palabras dignos de un verdadero poeta (y lo mejor de todo, sin una pisca de romance). Eso sin mencionar que tiene una colección de comics lo suficientemente amplia cómo para saciar mi sed de lectura mientras Marley acaba de leer sus libros y me los presta.
Rápidamente me empecé a sentir cómodo con ellas. Y la exasperante secundaría llena de hormonas y problemas superficiales se convirtió se disolvía alrededor de nuestro pequeño santuario nerd justo al fondo del salón, donde uno puede echarse una siesta sin que el maestro lo note. O al menos eso creía.
—¿Hay algo entre Marley y tú?— me pregunto Oullet en una ocasión.
—En este momento unos trescientos metros entre mi escritorio y el baño de mujeres, aunque claro varía dependiendo de en qué escusado está sentada— respondí.
No soy tonto, ya deberían saberlo, sabía perfectamente a que se refería. Pero la pregunta era tan estúpida que no merecía una respuesta, debía alegrarse de que me hubiera dignado a abrir la boca.
Entonces, una semana después, fue el turno de Marley de hacer exactamente la misma pregunta.
—Claro. Oullet y yo llevamos saliendo seis meses— llevábamos cinco conociéndonos—, y de hecho estamos planeando en casarnos. Deberías ir, será divertido. Cómo no hay ningún bebé de por medio en esta boda si habrá alcohol.
Le di una vuelta a la página del comic que estaba leyendo en ese momento, así que no veía a mi mejor amiga, pero sabía que estaba rodando los ojos.
—Vamos Noah, es importante.
—No— la mire con fastidio.
—¿Estás seguro?
—Sí.
—¿Y ella lo sabe?
—Marley. ¿A qué estas jugando?— le pregunte, había logrado incluso que dejara a un lado el comic de Vicky.
—Mira Noah, sé que eres muy inteligente para muchas cosas.
—Soy un niño prodigio, cariño.
—Cómo sea. Pero también sé que eres estúpido para estas cosas— juro que si hubiera sido cualquiera que no fuera ella la habría hecho llorar, se cómo hacer eso con las personas que me fastidian—. A Mayra le gustas, y mucho. Y creo que Joey dijo algo que puede que la haya hecho creer que el sentimiento es mutuo.
—¿A Joey no le gustaba ella? ¿Por qué la haría creer eso?
—Por qué eso de la estupidez respecto a estos temas parece generalizado para todos los hombres. Pero eso no importa, lo que importa es que cómo nunca se sabe contigo en lo que se refiere a tus gustos tenía que preguntar antes. Y ahora qué sé la respuesta tengo que pedirte que no la lastimes. Mayra es mi amiga, y es buena persona. No hagas que se aleje.
Yo sabía que a Mayra le había dolido tanto cómo a mí el abandono de Selene. Después de todo creo que había sido la única amiga real que había tenido en su vida hasta antes de que Oullet y Victoria llegaran a nuestra vida, y temía que mi falta de tacto las alejara de ella. Y, siendo honesto, yo tampoco quería alejarlas.
Así que hice algo que Noah nunca hacía. Hice que Oullet se sentara enfrente de mí, parada me resultaba un poco intimidante, por ese entonces era casi una cabeza más alta que yo, y le eche un pequeño discurso que no incluía ni una pizca de sarcasmo. Le dije que era importante para mí y que en verdad la apreciaba cómo una amiga, pero que eso era todo, una amiga.
—¿Es que soy fea?
Honestamente me sorprendió un poco su reacción. ¿En serió todo el mundo es así de superficial?
—¿Qué? ¡No! Ni siquiera me había puesto a pensar si eras fea o guapa. Pero estas más cerca de lo segundo… supongo.
—¿En verdad tienes que pararte a pensar si una chica es guapa o no? — por su expresión puedo decir que no me creía ni una palabra de lo que decía.
¡Mierda, sí! Tenía que pararme a pensar antes de juzgar si una persona era atractiva o no. Y no solía hacerlo muy seguido porque no le encontraba el maldito chiste.
—Mira, créeme o no. Pero lo importante es que quiero que sigamos siendo amigos, todos. Y que sigamos jugando Kosmic Kaos, y trabajando en equipo y todas esas mierdas. Así que, tú decides, supongo— ya me había cansado.
Seguimos siendo amigos.
Tres semanas después ella y Joey empezaron a salir.
Duraron exactamente 22 días.
Y cuando cortaron, por supuesto, me echaron la culpa a mí.
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No puedo decir que mi decisión de "salir del closet" (si puede llamarse de esa manera) ante mis amigos, tuviera una relación directa con lo que había pasado entre Joey y Oullet. Pero tampoco fueron hechos completamente independientes.
Eran finales de año escolar, y las cosas ya habían sido incomodas por un tiempo lo suficientemente largo cómo para que me empezará a importar. Así que un día durante el almuerzo lo solté, como si nada, Para romper el hielo, creo.
—Soy asexual.
¿Recuerdan la escena con la gelatina? Ahora imagínensela con agua, y sí, otra vez yo fui el afectado.
—Diablos Marley, tienes que aprender a dejar de escupir cosas cada que hablamos de mi orientación sexual— dije mientras le quitaba su servilleta a su sándwich y me empezaba a limpiar con ella.
—¿Esperen? ¿Ya habían hablado de su orientación sexual antes?— preguntó Oullet.
—Fue hace años, creíamos que Noah era gay— respondió Joey.
Esa era probablemente la primera vez desde que habían cortado que hablaban entre ellos. ¿Por qué diablos los niños son tan dramáticos? Así que puedo decir que ya había hecho mi acción de buen amigo del año, gracias.
—Pero no eres gay. ¿O sí?— me pregunto, a veces lograba hacerme olvidar porque me agradaba— Eso explicaría muchas cosas.
—Uno: acabo de decir que soy asexual, así que no soy gay. Dos: ¿qué diablos explica? ¿Por qué no me gustas? No seas así de ególatra.
No transcribiré toda esa conversación porque, honestamente, que flojera. Pero les resumiré un poco lo que explique en ese momento porque sé que la mayoría de ustedes son unos incultos y no saben qué es esto de la asexualidad.
Ser asexual significa que no sientes atracción sexual hacía ningún generó, punto. No tiene nada que ver con la reproducción asexual, ni con el hecho de que no sea tan atractivo ni nada. Tampoco significa que fuera incapaz de enamorarme, aunque para ese punto de mi vida aún no me había enamorado, ni que no me pudieran gustar personas, cosa que sí me había pasado. Y no, aunque hubiera dado con esa etiqueta a la edad de doce años, eso no significaba que era muy joven para saber lo que estaba pasando. No tenía que "darle tiempo al tiempo" o "conocer a la persona indicada" (bueno, eso está un poco a discusión en mi caso en concreto). Simplemente yo no tenía ese impulso sexual que las personas tienen desde los tres años (¿muy pronto? No, investiga un poco antes de escandalizarte). Fin.
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Aunque llevaba sabiéndolo desde hacía un año, en realidad eso no había cambiado mucho mi vida. Simplemente me hacía entender un poco mejor las cosas, y me daba cierto alivio de que nunca actuaría de la forma tan estúpida que veía que mis compañeros lo hacían. Sin embargo una vez que les dije a mis amigos las cosas cambiaron.
Vicky fue increíblemente agradable y comprensiva, e incluso "obligo" a Oullet a comportarse de la misma manera. Por otro lado estaba Joey que por tercera vez en los siete años que llevábamos conociéndonos me invito a su casa con la única intención de hacerme ver porno.
—Vamos, al menos te debe de excitar un poquito— me dijo Joey.
—Si por excitar te refieres a dar ganas de vomitar… Sí, estoy muy excitado.
Bueno, quizás exagere. Pero, en serió, me alegro de que eso nunca se volviera a repetir. Fue asqueroso.
Por su parte Marley me obligo a decirle a mi mamá. No es cómo que yo se lo quisiera ocultar, pero tampoco veía la necesidad de hacerlo. Pero cómo Marley es Marley, y me conoce mejor que nadie, así que supo convencerme.
Hice toda la pantomima de sentarme frente a ella en la mesa de la cocina y mirarla a los ojos seriamente mientras ella tomaba un té.
—Mamá, soy asexual.
Tomo un trago largó sin reaccionar.
—Supongo que no te refieres a que un día te partirás por la mitad y habrá dos Noah, así que…— enarcó una ceja, creo que yo lo aprendí de ella.
—Significa que no quiero tener sexo, ni con hombres ni con mujeres.
—Me alegro, pero no le veo lo sorprendente. A tú edad yo tampoco lo quería.
—Me refiero a en ningún momento de mi vida. No me siento sexualmente atraído sexualmente hacia ningún género.
Mamá se detuvo a pensarlo durante un momento pero finalmente suspiro y se froto la cara.
—Mira, mientras termines la universidad puedes salir con quien quieras y hacer lo que quieras. Tú hermano aún no me lo ha dicho, pero yo sé que hay un segundo bebé en camino. Y sé que Tejas y Devansh no tardan mucho así que… Nietos no me faltaran— mamá me sonrió, creo que no lo entendía del todo, pero me apoyaba y eso era lo imp0ortante—. ¿Ya se lo dijiste a tú padre?
Accedí a decirle con la condición de dejar a mis hermanos fuera de esto, para ella estuvo bien. Mi papá dejo que le explicara todo en lo que mi orientación consistía sin decir nada. Pero una vez hube acabado se quedó pensando un rato y finalmente pregunto:
—¿Esto significa que no vas a tener un novio, no?
No sabía exactamente cómo tomar eso. Pero cómo hasta ese momento sólo me había sentido románticamente atraído hacia mujeres supuse que era una respuesta fácil.
—Correcto.
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Siempre supe que no era la definición de "mejor amigo" al que las chicas estaban acostumbradas. Pero solía creer que Marley y yo teníamos una amistad sólida y basada en un respeto mutuo que algunos podrían considerar cuestionable.
Entonces ella consiguió novio.
Su nombre era Theo Smith, era un año y medio mayor que nosotros, tenía un iq de 115 y jugaba asquerosamente bien Kosmic Kaos.
También era guapo, o al menos eso es lo que decían Victoria y Oullet. Incluso Joey admitió que estaba mejor que él, y consider4ando el ego que tenía en esa época de su vida ese era un cumplido bastante grande. Aunque, por supuesto, yo nunca me di cuenta.
Yo tenía catorce años, estaba por terminar la primera etapa de la secundaria, y por primera vez en mi vida había tenido que esforzarme por llamar la atención de Marley. Así que me esforcé en entender que le veía a ese tipo. Y, desgraciadamente, lo logre.
Todo empezó cuando Joey decidió que ya era "muy grande" cómo para jugas Kosmic Kaos con Oullet, Cinderhella y yo. Para entonces el tipo ya me agradaba lo suficiente, entendía mi sarcasmo y no tenía problema con que la madre de Marley me quisiera más a mí que a él. Oullet por su parte estaba ansiosa por que le presentara algunos de sus amigos. Así que decidimos invitarlo a jugar con nosotros. Y, por supuesto, el acepto.
A partir de entonces no había momento del día en que él no estuviera de alguna manera presente.
Durante clases Marley soltaba espontáneamente comentarios sobre Theo.
A la hora de la salida siempre, en la puerta, estaba esperando Theo.
Cuando iba a casa de Marley por más libros para leer, o para regresarle los que ya había acabado. Ahí estaba Theo.
Cuando era ella la que iba a mi casa a ver mi perro, la maldita siempre lo quiso más que a mí, Theo iba con ella.
Eso sin mencionar cuando Vicky nos convencía de ir a ver alguna nueva película, o cuando Oullet tenía alguna duda sobre algo de la escuela. "Es más grande que nosotros Noah, ya vio este tema, prefiero que él me lo explique. Aparte de que no se burla de mí" Vaya tonterías.
Incluso llego a invadir lo que más amaba: Kosmic Kaos. Y lo peor de todo es que yo estaba de acuerdo con eso. Aún peor, yo estaba feliz por ello.
No me di cuenta de la forma en la que ese sujeto se había apoderado de mi vida hasta que un día, después de que él y Mwitch214 se habían desconectado, la voz sin rostro de Cinderhella me confronto.
—Oh mierda, él te gusta.
—¿De qué diablos hablas, Cinderhella?— pregunte.
—Le he estado dando vueltas durante un tiempo. Créeme que no te acusaría de eso si no estuviera segura. Pero he visto cómo has cambiado tú comportamiento desde que TheoSit (sí, ese era su nickname, daba asco) juega con nosotros. No se me ocurre ningún otro motivo.
—Primero, tú no poder ver nada porque estas del otro lado de Canadá. Segundo, no soy gay. Y tercero, Theo es el novio de mi mejor amiga, ya te lo habíamos dicho.
—Ugh— se quejó mientras veía cómo le iba cambiando la ropa a su personaje—. ¿Ves? Ese es el (censurado, ni crean que van a sacarme mi nick tan fácil) que conozco. Eres un maldito con todos. Pero esta esa otra patética versión tuya que es súper agradable con Theo, a pesar de que es el peor miembro de la alianza. Aparte, yo no estoy diciendo que seas gay. Siempre puedes ser bisexual.
—No soy bisexual— ella no sabía de mi orientación sexual, y la verdad ese no era el momento en que se lo diría.
—Yo soy bisexual.
En serio. ¿Por qué tardaba tanto en decidir el nuevo aspecto de su personaje?
—Y eso a mí me importa por qué…
—Está bien, no soy bisexual. No sé por qué dije eso. Pero mi mejor amiga sí lo es, y es algo completamente normal. No tienes por qué avergonzarte.
—Yo no me avergüenzo de nada. Y en todo caso. ¿Olvidas la parte de que es el novio de mi mejor amiga?
El personaje de ella finalmente dejo de modificarse y la escuche suspirar.
—Pues en ese caso, eres un pésimo mejor amigo.
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Finalmente tuve que aceptar dos cosas:
Uno. Quizás no era bisexual, pero sí que era birromantico y el maldito de Theo Smith me gustaba.
Dos. Definitivamente era un pésimo mejor amigo.
Finalmente decidí que no podía seguir siendo así de mierda. Así que hablaría con Marley, le diría la verdad y esperaría que no decidiera dejar de hablarme para siempre.
Fui a su casa en fin de semana, algo que nunca hacía al menos que fuera extremadamente importante. Tuve una conversación del tipo "toda mi familia está bien, gracias" con su madre, y subí a su habitación que en lo único que había cambiado desde la última vez que había estado ahí, ósea el año anterior, era en la cantidad de libros en el suelo y las repisas.
—¿Alguien se murió?— me recibió.
Yo la mire. Estaba en un pants gris que le quedaba chico (lo que era sorprendente considerando su tamaño), tenía un bote de helado a su lado, los audífonos puestos y abrazaba una almohada.
—No. Podría preguntar lo mismo. Te vez…
—Muy cliché, lo sé— se quitó los audífonos—. Mi relación es la muerta.
Una mezcla de alivió y culpa se formó en mi estómago en ese momento. Pero aunque eso quizás podía significar que ya no tenía por qué confesarle nada, decidí que debía ser un poco menos mierda por una vez en mi vida y ser honesto de todos modos.
—¿Quieres contarme?— pregunte antes, en verdad esperaba que no quisiera.
—Sólo digamos que llevaba un tiempo buscando un pretexto para cortarlo y lo encontré. Pero ahora me siento mala persona— respondió simplemente—. Tú turno. ¿Por qué estás aquí?
—De hecho venía a hablarte sobre tu n… ex novio.
—¿Theo?— me miro incrédula.
—No recuerdo que hayas tenido otro.
Camine hasta su cama y me senté al lado de ella.
—Sí, sobre él— tome aire para continuar cuando ella me interrumpió.
—No te contó lo que le dije. ¿Verdad?
—No…— en ese momento tuve muchas ganas de interrogarla, pero recordé que al que le gustaba el novio de su mejor amiga era a mí, así que lo deje pasar— La verdad es que creo que me gusta.
Por suerte no tenía helado en la boca cuando se lo dije, porque si no estoy seguro de que lo hubiera escupido.
—Crees… ¿O estas seguro?— preguntó.
—Estoy seguro— puse los ojos en blanco—. Y soy un amigo asqueroso. Pero ya cortaste con él. Así que ya no hay problema. ¿No?
—Sí, si lo hay…— se empezó a frotar la cara cómo una loca, suspiro y finalmente volvió a mirarme— ¿Planeas intentar seducirlo ahora que cortamos?
—¡¿Qué?! ¡No!
—Me escuchaste, entonces no digas qué.
La mire cómo si no la conociera. Puedo decir que había esperado muchas reacciones, pero esa definitivamente no estaba en la lista.
—Eres mi amiga. Nunca intentaría nada con nadie con el que hubieras tenido algo,
—¿Te dan asco mis babas?
Y entonces hizo la cosa más asquerosa e infantil que la había visto hacer en su vida: una burbuja de baba.
—Mierda sí. Deja de hacer eso— dije apartándome un poco, ella empezó a reírse cómo loca.
—Eso significa que eres gay. ¿O sigues siendo asexual sólo que ahora también puedes sentir atracción romántica por los hombres?
—Lo segundo.
Ella estaba tomándolo demasiado bien.
—Bueno, eso es un alivio.
—¿Por qué?
—¿Recuerdas que te dije que estaba buscando un pretexto para cortar con él? Pues le dije que eres asexual. Y él me pregunto qué… carajos, era eso. Así que yo le dije que eso era discriminación y que yo no quería tener nada que ver con alguien como él. Así que cortábamos y no quería que se volviera a acercar a mis amigos. Mucho menos a ti.
Bueno. La idea original es que fuera de un único capítulo. Pero no logre terminarlo. Así que decidí dividirlo en dos: antes de Drama Total y después. El próximo capítulo ya veremos muchos menos Ocs y muchos más personajes que ya conocen. Espero que me apoyen con esta pequeña historia y prometo subir la segunda parte pronto.
Los quiere: yo.
