Este fic se ubica antes de que Satsuki se entere de la verdadera identidad de Ryuko
Disclaimer: KLK no me pertenece.
Vuelves a despertar, por la mañana.
Miras los rayos del sol, alegres y bonitos.
El cielo azul te dice buenos días de la forma más positiva del mundo.
Aprietas tu pecho, para retener las pulsaciones que enloquecen tu sistema.
Otra vez esos pensamientos
Otra vez esos sueños
Cierras los ojos.
Sus labios, curvándose en una sonrisa
Sus ojos azules, pidiéndote más.
Muerdes tu labio inferior.
Entrelazas tus dedos y dominas la situación.
Es fácil, sabes cómo hacerlo.
Estás al tanto de cómo mantenerla bajo tu dominio en cuestión de dos segundos.
Suspiras.
Ella te suplica algo, mientras sus ojos se cierran de placer.
En tus sueños, son los únicos momentos en que logran entenderse.
Quererse a pesar del odio.
O quizás, desearse como dos animales salvajes...
Ella abre sus piernas, aunque estén contra la pared.
[Probablemente eso es lo que son.]
Acaricias su intimidad, mirándola fijamente entre besos
Notas ese sonrojo que dispara tus hormonas
Tomas sus cabellos y la empujas contra ti, de forma posesiva
La escuchas dar un respingo, tu ego se hincha.
Todo su centro está inundado.
Te regodeas de ser la causante.
En un sollozo ahogado, entiendes que ha llegado al premio mayor
Y despiertas.
"Ryuko Matoi... Te odio", musitas, despeinando tus largas hebras, casi desesperada.
Tiras tu cuerpo hacia atrás, contra el suave colchón.
Miras los rayos del sol, alegres y bonitos.
El cielo azul te dice buenos días de la forma más positiva del mundo.
Tu madre lo llama purificación.
Intentas subir desesperadamente el camisón.
Lo quitas, casi arrancándolo de tu cuerpo.
Empujas tu ropa interior, que se pierde entre las sábanas blancas e impolutas.
Tus manos se deslizan rápidamente por las piernas y cierras los ojos, sonriendo por la deliciosa anticipación.
Pero sabes su verdadero significado.
Suspiras, tus mejillas se calientan.
Inclinas tu cabeza, arqueándote
"Matoi…Te odio"
…
¡Si no haces esto, explotarás!
Por primera vez en tu vida, logras ceder al instinto.
Y, por primera vez, sin ninguna explicación coherente:
Tú, La perfecta Satsuki Kiryuuin, llegarás tarde a clases.
"...Te odio..."
FIN
