Mi cuarto año en Hogwarts estaba a punto de comenzar, y yo deseaba más que nunca que el día uno de septiembre llegase. Pertenecía a la casa de Griffyndor, y este año por fin podría entrar en el equipo de quiditch. Los años anteriores no conseguí la plaza debido a que no tenía escoba, y las del colegio eran demasiado lentas, pero este verano, por mi cumpleaños, me habían regalado una escoba, y de las mejores. Me había estado entrenando, y era bastante buena. Además, este año el antiguo buscador había acabado el colegio y dejaba libre la plaza que más me interesaba.

El verano pasó rápido, y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en King Cross, buscando a mis amigas en el andén 9 y 3/4. Las encontré hablando sobre lo que habían hecho en verano, y nos saludamos efusivamente.

-Bueno LiLy, ¿tú que has hecho en verano?

-Pues estuve en la playa todas las vacaciones. hay que aprovechar, en el colegio casi siempre hace frío. ¿Y vosotras?

-Yo también estube en la playa- respondió Megan.

-Yo en la montaña- dijo Allyson.

-Yo dando clases- se quejó Jane.

-Si estudiases más tal vez no necesitarías clases de refuerzo- se rió cariñosamente Megan-. Si quieres este año te ayudo un poco.

Megan era la que sacaba mejores notas, aunque merecidas, pues siempre estaba estudiando en la biblioteca y ayudándonos con nuestros deberes. Pero a Jane lo de estudiar no se le daba muy bien, era rara la vez que la veías con un libro en las manos. Aun así era muy inteligente, y en cuanto consegía centrarse un poco, lo sacaba a la primera.

-Bien, además de soportarte en clase y en la sala común te tendré que soportar en la biblioteca- tras esta declaración Megan se lanzó sobre ella y ambas empezaron una especie de pelea, pero falsa.

Megan y Jane iban pertenecían a la misma casa, Ravenclaw, mientras que Allyson y yo pertenecíamos a Griffyndor. Allyson era mi mejor amiga, compartiamos todo, y jugábamos juntas en el equpio de quiditch. Bueno, en realidad yo no jugaba todavía, pero este año, si ella seguía de cazadora, jugaríamos juntas.

-Vamos Lily, el tren está a punto de salir-me apremió mi madre.

Me despedí de mis padres, pero antes de irme mi madre me llevó aparte y me dijo:

-Lily, vigila a tus hermanos

-Mamá, ¿no crees que son lo bastante mayores comopara cuidarse ellos solitos? Estoy harta de hacer de niñera.

-¡Por favor! No soportaría que me mandaran otra lechuza por culpa de James.

-Ginny, ¿qué le estás pidiendo a Lily?- intervino mi padre preocupado por el tono de súplica que usaba mi madre.

-Calla Harry, estamos hablando de mujer a mujer-dijo ella con un movimiento de la mano.

-Vale, le vigilaré-accedí-. Pero tengo que irme, el tren está a punto de salir.

-Adios pequeña-me abrazó mi padre-. Y recuerda, no te metas en lios.

Me despedí de mi madre y de mis tios, y me dirigí al tren acompañada de mi primo Hugo. Ya dentro del tren nos despedimos, él se fue con sus amigos y yo me dirigí al vagon que ya estaba ocupado por todas mis amigas.

-Bueno chicas, ahora que nos alejamos de la vigilancia paterna... ¡Contadme!- chilló Allyson

-¿Os acordais del chico del verano pasado?-cuando asentimos, Jane continuó- Pues le volví a ver este verano, y me pidió salir.

-¿¡Qué!- chillamos a la vez, y un segundo despues estallamos en risas.

-Es súper mono, y además, a crecido mucho este verano, está mucho más guapo -confesó sonrrojandose-. Aunque lo dejamos, porque los dos terminabamos pronto las vacaciones, solo salimos durante una semana. ¿Y vosotras? ¿Algo nuevo que contar?

-Qué va-contestó Megan-. Me he pasado todo el verano con mi familia.

-Y yo- añadí-. Bueno, fui a un campamento a principios de verano, pero no pasó nada.

Allyson se estaba empezando a poner colorada, y como llevaba un rato callada me acerqué a ella:

-¿Tú etsás muy callada, no?

-¡Está bien, está bien! Yo he conocido a alguien- susurró. Al ver nuestra muda pregunta añadió-. Se llama Daniel, tiene un año más que nosotras y vive en Francia. También es mago.

-¡Genial! Así podrás mandarle lechuzas, ¿no? Yo me pasé una semana intentando expicarles a mis amigos del campamento que no funcionaban ni los móviles ni el ordenador en el colegio- confesé.

Megan era de familia muggle, Allyson, mestiza, y Jane venía de una larga familia de magos, aunque sus padres adoraban el mundo muggle y de vacaciones visitaban sitios de interés para los "no magos". Y yo era la hija del famoso Harry Potter. Al entrar en Hogwarts la gente me señalaba al principio, pero para mi hermano Albus fue peor. ¿Dónde se había visto un Potter o un Weasley en Slytherin? También Hugo, mi primo, era de Huffelpuf. Eramos una familia extraña, cada uno a una casa diferente. En las cenas familiares y otros eventos, nunca faltaba la discusión de siempre sobre que casa era la mejor en quidich, pero al final acabábamos todos riendo.

Entre risas, cotilleos y confesiones, el tiempo en el tren se nos pasó volando. Cuando llegamos, bajamos de las últimas, y yo me retrasé porque se me había caído una bolsa de "Grageas de todos los sabores" que había estado comiendo. Le dije a mis amigas que fuesen saliendo, y me agaché para cogerla, debajo del asiento, y al levantarme me golpeé contra el banco.

Maldiciendo, me levanté rascándome la cabeza por la parte que me había golpeado, y me di la vuelta. En la puerta estaba un chico al que no había visto nunca, alto, de pelo castaño y ojos negros. Al ver que me quedaba quieta y en el suelo,me ayudó a levantarme.

-Gracias- murmuré cohibida al sentir su mano sobre la mía.

-No hay de qué- dijo con voz grave y profunda. Tras ayudarme, se fue.

Salí del tren un poco confundida, y me reuní con mis amigas en el carruaje en el que estaban subidas.

-¿Por qué has tardado tanto?- me preguntó Megan.

-Luego os lo explico- respondí aun aturdida.

En la selección de las casas estaba todavía en mi mundo. ¡No sabía ue me había pasado! ¿Desde cuando me tiraba una hora embobada después de que un chico me ayudase?

-¿Te pasa algo? Llevas todo el banquete ausente.

Le conté a Allyson lo que me había pasado, y que no era normal que estuviese así de lejos del mundo real.

-Pues chica, no se que decirte. ¿Le habías visto alguna vez?

-Que va, ni siquiera se de qué casa es ni qué edad tiene.

-Mmm- dijo Allyson pensativa-. Me parece que hay un chico castaño de ojos negros en Ravenclaw.

-Bueno, ya les preguntaremos a estas- añadí señalando a Megan y Jane, que hablaban en su mesa.

El resto del banquete lo pasamos saludando a los compañeros de nuestra casa, especialmente a Robert y a John, dos chicos de nuestro curso de los que nos habíamos hecho amigas el año pasado.

-¿Qué tal el verano, Lily?- preguntó Rob.

-Un poco aburrido, ¿y el tuyo?

-Genial, aunque lo de volver al colegio lo ha estropeado un poco-añadió encogiéndose de hombros.

-Bueno, al menos todavía nos queda un año para los TIMOS, ¿has visto a los de quinto este año?- añadí señalando a un grupito de quinto curso- Están atacados y aun no han empezado las clases.

Estaban todos hablando entre ellos muy rápido, y nerviosos, seguramente porque aquel era el año más complicado en lo que llevaban de colegio.

-No es por los TIMOS, están hablando del chico nuevo- me explicó Rob.

-¿Qué chico nuevo?- pregunté extrañada.

-¿No te has enterado? Como este año ha quedado una plaza libre en nuestro curso (después de que Alexander se mudase a nose dónde) ha entrado un chico nuevo. No me acuerdo de cómo se llama. Es de otro país, del sur de Europa creo pero nose muy bien de cuál. Mira es ese- añadió señalando a el chico de ojos negros que me había ayudado en el tren.