Summary: Al cumplir los dieciocho todos los chicos de Black Mud desaparecen. Para siempre. Lo llaman "El Rapto": la medianoche antes de su decimoctavo cumpleaños se desvanecen para no volver. Todavía faltan unos meses para que a Emil le llegue su turno, pero cuando su hermano es víctima del Rapto, todas las verdades de su pequeño mundo empiezan a derrumbarse. [HongIce. Más parejas. AU.]

Advertencias/Aclaraciones: Me inspiré en el libro "La Trampa de los 18" al escribir esto, aunque claramente cambié bastantes cosas... solo para cambiar de hetero a yaoi ya hay que cambiar bastantes cosas. xD En fin: en este capítulo no hay nada fuerte... palabrotas, una escena con algo de violencia y angst, sí. Y aviso: es MUY posible que en capítulos próximos haya lime/lemon, más angst, más violencia, y más palabrotas (?). La narración puede variar entre capítulos, primera persona en los POV's, o en tercera persona.

Y uso nombres humanos, claro. A Emil y Lukas les puse el mismo apellido: Bondevik, porque son hermanos de sangre.

Puf, hace la tira que no publico nada aquí. Por fin me decidí a hacerlo.

Espero que le pueda gustar a alguien~

El Rapto

1

Emil.

Debería estar con mi hermano. Hoy es el último día que voy a verle, y aquí estoy, dando vueltas por el bosque en vez de aprovechar nuestras últimas horas. Supongo que puedo parecer bastante egoísta, sobretodo teniendo en cuenta que hoy desaparecerá para siempre. Se supone que ya debería tenerlo asimilado, como todos, pero no puedo hacerme a la idea, creo que por eso me estoy comportando como si fuera un día normal, como cualquier otro.

Un cuervo pasa volando por encima de mi, asustado por el ruido de mis pisadas, y le lanzo una flecha. Fallo, supongo que podría decirse que a propósito. De todas formas, dudo que nadie tenga hambre hoy, nadie tiene hambre cuando va a desaparecer. Esta medianoche Lukas aceptará de mala gana su destino, como todos, estamos condenados desde el día de nuestro nacimiento. Ya podemos darle por muerto.

Suspiro y me decido a volver por fin, no puedo esquivar a mi hermano todo el día, no el último que voy a poder verle. Vuelvo sobre mis pasos y después de caminar un rato ya he perdido el bosque de vista.

-¡Emil! -Me giro al escuchar el grito, y una pequeña niña rubia viene corriendo hacia mi. Me agacho para atraparla en los brazos cuando se lanza a ellos, y me levanto sin soltarla. -¿Y papá?

-Vayamos a casa.

Me esfuerzo por sonreír aunque sea un poco, pero no da resultado. Bajo a la hija de mi hermano al suelo y ella me agarra la mano mientras caminamos a nuestra casa. Siento una punzada de dolor al pensar que dentro de poco solo será mi casa.

Mientras camino con la niña, se cruza en mi camino una de las personas que menos me apetece ver en este momento. Natalia, la madre de Kristen. Una chica de la misma edad que mi hermano, madre de su hija, pero eso no quiere decir que ellos sean parejas ni mucho menos. Aquí tenemos lo que llamamos las Asignaciones, si a Lukas le mandaron que estuviera con ella, él debió aceptar, y no hay más discusión. Tuvo suerte de que Natalia aceptara, ambos se llevan más o menos bien, fingieron salir durante un mes, y... bueno, ahora Kristen tiene tres años. Esto es completamente normal aquí, así que a la pequeña no le ha costado nada aceptar que su madre tiene su vida y su padre otra, y no son más que amigos. Odio las Asignaciones.

-¿Qué, aprovechando las últimas horas en las que Kristen va a ser tu sobrina?

Aprieto los puños e intento ignorarla. Pero es cruel, pone el dedo en la llaga, y sabe dónde duele. Kristen le sonríe a su madre, ajena a todo.

-Dentro de poco su padre dejará de existir, así que olvídate de verla. -Natalia sigue abriendo la herida. -No quiero que mi hija esté contigo.

¡Como si no lo supiera! ¿Quién querría que sus hijos estuvieran conmigo? Soy perfectamente consciente de que solo veo a Kristen porque mi hermano SÍ es responsable y él no tiene problemas en que esté con la niña. Pero Natalia sí, y me fastidia reconocer que tiene razón. Soy demasiado impulsivo, me dejo llevar por las emociones. Pero no tiene que meter a mi hermano en esto.

-¿Estás demasiado deprimido por la desaparición de esta noche como para...?

Sé que probablemente no debería pegar a una chica. Suelto la mano de Kristen y estrello el puño contra la mejilla de Natalia, que ahoga un grito por la sorpresa y no termina la frase. No tardo en verme en el suelo, y la muchacha me devuelve el golpe. Es mayor que yo, un año, pero aún así tengo la ventaja de ser un chico. Aunque eso no me libra del puñetazo que recibo en la cara. Un par de tortazos después, alguien me aparta de ella y me echa a un lado.

-Emil. -Escucho la voz firme de mi hermano, que me lanza una mirada de reproche de hermano mayor- ¿Qué demonios haces?

-¡Ha empezado ella! -Intento defenderme, aunque sé que no servirá de nada- Estaba diciendo cosas horribles sobre ti, le da igual el Rapto, ella...

-Me da igual lo que haya dicho. -Lukas suspira y niega la cabeza, decepcionado. -¿Estás bien? -Pasa al lado mía y ayuda a Natalia a levantarse, la chica se limpia la sangre que le resbala por el labio e intercambian unas cortas palabras que ni oigo ni me interesa oir.

No tardan en separarse, cosa que agradezco, Natalia se va con la pequeña y mi hermano se acerca a mi.

-Emil, no puedes ser tan impulsivo... -Suspira y me mira con decepción, sé que intenta disimular la tristeza en su mirada- Natalia odia el Rapto, pero ha sufrido, está amargada, y por eso dice cosas desagradables.

-Eso no le da derecho a burlarse de las pérdidas de los demas.

Quiero replicarle, como siempre, pero no tengo ganas de hacerlo, no hoy. Me mira la herida del labio, reconozco que Natalia pega bien, me ha devuelto el golpe y bien devuelto. Caminamos en silencio hacia casa, nuestra casa, por última vez.

En cuanto entramos, se gira hacia mi.

-Ve a la enfermería.

-¿Qué? No, estoy bien. Y cuando he pasado antes por allí no había nadie. -Frunzo el entrecejo, sin entender cómo puede estar tan tranquilo- Te echaré de menos.

-No me vengas con esas ahora -Replica inmediatamente, pero detecto el tono triste en su voz- Ocurrirá queramos o no. No hagas esto más difícil de lo que ya es.

Suspira y me revuelve el pelo cariñosamente, aunque normalmente odio que lo haga, ni me inmuto. Me limito a bajar la mirada, y hay unos segundos de silencio hasta que mi hermano vuelve a hablar.

-Si no vas tú a la enfermería, iré yo. Si alguien se hace daño necesita que haya alguien atendiendo, ¿no crees? No deberías descuidar tus obligaciones. Creía que te gustaba trabajar ahí.

-Ya voy yo. -Murmuro, y me doy la vuelta sin esperar una respuesta, saliendo de la casa. Sé lo que pretende. Quiere asegurarse de que yo vaya estar bien cuando él se vaya, después de todo no conocemos a nuestro padre, a él también se lo llevó el Rapto; y mamá está muerta.

Suspiro y entro en la enfermería, cuando me doy cuenta de que hay alguien dentro. Frunzo el ceño al reconocer esa figura, y abro rápidamente la puerta, sorprendiendo a ese entrometido. Me escucha perfectamente, lo sé, pero se mantiene de espaldas a mi, como si mi presencia no le importara lo más mínimo.

-Xiang, lárgate.

No le veo, pero podría jurar que pone los ojos en blanco. Suelta lo que sea que tuviera en las manos y se gira hacia mi, clavando sus ojos color miel en los míos. Aunque yo me fijo más en el puñetazo que ha recibido en la mandíbula. Parece que no soy el único que ha estado peleándose últimamente.

-¿Qué cojones te ha pasado?

-Yong es demasiado idiota. -Se limita a responder, pasándose la manga por el labio ensangrentado.

Suspiro y le indico que se siente en una de las camillas, algo molesto. Porque él es molesto. Y me va a tocar aguantarle, así que espero que se cure rapidito. Tengo que ir con mi hermano. Ninguno de los dos habla mientras le limpio la zona de la herida, menos mal, no tiene nada grave, podré deshacerme de él pronto. Noto que va a abrir la boca y lo interrumpo.

-No hables.

El pesa-... digo, Xiang, me hace caso. Mientras espero a que se le duerma el labio, me distraigo en mis pensamientos. Xiang tiene... tenía un hermano mayor, pero Yao fue llevado por el Rapto hace tres años, así que ahora solo le quedan sus dos hermanas, que afortunadamente se librarán del rapto por ser chicas.

Cuando termino de limpiarlo, me giro, dándole a entender que ya puede largarse.

-Emil.

Me giro cuando le escucho, evidentemente fastidiado. ¿Por qué no se va ya?

-¿Qué?

-¿Quieres tomar algo? -Y lo suelta como si nada.

Alzo una ceja, incrédulo. Evidentemente, no dudo en rechazarlo, supongo que mi precioso dedo corazón le ha dejado bien claro que la respuesta es NO.

-¿Te han asignado a mi? -Digo de repente, horrorizado con la idea. No se me ocurre otro motivo por el que podría preguntar algo así.

Él niega con la cabeza y se levanta de la camilla, con total tranquilidad, incluso indiferencia.

-No tiene nada que ver con las asignaciones. -Me dice antes de salir de la enfermería, dejándome bastante confundido.

Maldito idiota.

xxx

Xiang

Las Asignaciones son interesantes. El Consejo, un grupo formado por unos pocos, decide a quién asignarnos. No solo mandan a chicos a reproducirse con alguna chica al azar (normalmente tienen hijos con dieciseis años o quince, simplemente es una manera de conservar la especie y no extingirnos aquí), si no que la líder del Consejo, la persona que más tiempo lleva aquí, con 43 años, hace cosas que nos sorprenden a todos, porque no tenemos ni idea de cómo lo consigue. Tener ideas tan estúpidas, quiero decir.

Aunque pensándolo bien tampoco es tan raro, en este sitio no existen restricciones, así que a nadie le parece sorprendente que también haya asignaciones entre hombres. No se saca gran cosa de esto, en realidad lo hacen porque casi todas las chicas son asignadas a alguien rápidamente, y... qué demonios, lo hacen por joder, si les caes mal, te asignan a otro chico, seguramente con el que peor te lleves. El caso es que se aburren demasiado y les gusta fastidiarnos.

Adivinad a quién han fastidiado esta vez. Premio. A mi.

Al parecer al Consejo no le ha hecho mucha gracia enterarse de que llevo todo el año fingiendo que realmente cortejo a la chica que me han asignado cuando realmente no lo hago, así que ahora me han devuelto la jugada. Y de qué manera...

Entro en la casa de la líder del Consejo, que quiere verme, y ya adivino para qué. Para fastidiarme de la manera que ya he explicado.

-Xiang, me decepcionas. -Empieza con eso, y yo me distraigo mirando la decoración mientras ella me echa la charla. Es de las pocas personas que tienen agua corriente, e incluso tiene suelo de madera en vez de la tierra negra que cubre todo el suelo de este lugar. Black Mud. Barro Negro. Original el nombre, ¿eh?

Cuando ella termina el monólogo, supongo que creyendo que la estoy escuchando, procede al castigo correspondiente.

-Como parece que no te gusta la idea de que te asigne con mujeres, ya sabes lo que te toca. Te he asignado a Emil Bondevik este mes. Ahora, largo de aquí.

Me echa impacientemente de la casa y suspiro, resignado. Genial, lo que me faltaba. Acaba de rechazarme hace un momento, y ahora me lo asignan. Ese maldito chico me odia, lo sé, tampoco es que lo disimule muy bien. Supongo que rechazará la asignación, así que tampoco voy a sacar mucho de esto.

Vuelvo sobre mis pasos hasta la enfermería. Miro al cielo, ha anochecido, supongo que Emil estará en la ceremonia de su hermano, hoy se lo llevan. Bueno, su hermano también me odia, pero me da pena, no parecía malo. Y, bueno, es el hermano de Emil.

Sorprendentemente, cuando entro, Emil está allí. Dormido sobre el escritorio, pero está.

Me acerco a él y se despierta sobresaltado en cuanto le pongo una mano sobre el hombro. Casi hasta me hace gracia.

-¿Qué...? -Empieza a balbucear, pero antes de que yo pueda decirle nada, mira el cielo a través de la ventana y se levanta rápidamente, tirando la silla- ¡La ceremonia! ¡Mi... hermano! ¡Mierda!

Adivino que va a salir corriendo, así que le agarro del brazo antes de que lo haga, me da igual como se ponga. Sé que tiene prisa, así que se lo suelto sin más.

-Me han asignado a ti.

-¿Eso es todo? Bien, no estoy interesado. -Resopla, claramente molesto, y sacude el brazo para que le suelte. Le agarro con más fuerza.

-Quería decírtelo para que este mes no fuera un infierno.

-Creo que no me has oído. -Me fulmina con sus ojos violetas, y se suelta con un tirón- No quiero. No acepto la asignación.

Antes de que me de tiempo a contestarle, sale corriendo. Suspiro y me dispongo a dirigirme al mismo lugar, la ceremonia debería estar ya celebrándose... si es que se puede decir que es una celebración. Agh.

Supongo que le veré allí. Aunque no creo que hoy tenga oportunidad de hablar con él sobre el tema, estará destrozado cuando su hermano desaparezca. Al menos Lukas es lo suficientemente sensato como para aceptar su destino y no intentar trepar el Muro. Porque todos los que intentan escaparse de Black Mud escalándolo vuelven en forma de cadáveres chamuscados.

Adorable.

xxx

Aish. Al próximo capítulo habrá más HongIce, yey. Y en poco empezará la acción de verdad~

¿Review? :3