Disclaimer: Inuyasha, Sengoku O Togi Zoushi es propiedad intelectual de Rumiko Takahashi.
La miko que vino y se fue
por Onmyuji
Y así comienza...
Blandió su espada con un total dominio, apuntando a su objetivo sin mayores dificultades. Se esforzó por concentrarse en no perder de vista a su objetivo, pues notaba que era veloz. La potente luz del sol le ponía las cosas peliagudas, pues el cabello largo y plateado de su objetivo brillaba tanto que a ratos la cegaba.
Pero lo sentía. Ya no se movía. Estaba la expectativa.
Igual que ella.
Luego, se movió de nuevo, casi desapareciendo. Pero sabía que no se había marchado. Sintió que el viento soplaba con gentileza, trayendo una fresca brisa de no muy lejos. Respiró hondo, tratando de que aquel fresco aroma a bosque. Recién concluía el invierno, hacia unas semanas que la nieve se había derretido por completo, dejando paso a la verdura de los campos y bosques. Se sintió extrañamente feliz.
Y no se inmutó al darse vuelta en 180 grados para cruzar espadas con su enemigo.
—Eres veloz, Miko-san. —respondió con una sonrisa burlona el aludido a quien enfrentaba. Pero ella ni siquiera estaba usando el máximo de sus capacidades. Más bien parecía...
El oro derretido de aquellos ojos. Ella lo conocía bien.
... que estaba jugando.
—Usted tampoco lo hace nada mal, Inu no Taisho. —El taiyoukai abrió los ojos sorprendido al saberse reconocido y luego volvió a sonreír galante, mientras arremetía una nueva estocada que fue detenida con maestría por la mujer.
—¡Qué grata sorpresa! —Repitió el hombre de alta coleta platinada y orejas sorprendentemente poco humanas, mientras sonreía de lado—. Jamás pensé que tendría la suerte de encontrarme con la famosa Midoriko tan pronto...
Continuará...
