Capítulo Editado por Emic, mi linda y encantadora nueva Beta.

Hola, las personas que están leyendo "El es un maniquí" tendrán que perdonarme pero no lo pude evitar, vi esta película hace meses y recién hoy se me ocurrió escribirla, es solo una idea la que saqué de ahí, lo demás solo será idea mía. En la película la cual olvidé el nombre sale Morgan Freeman y Jack Nicholson, es muy buena y no afecta en nada si la ven pues no será en nada igual mi fic.

La trama se desarrollará es un principio el cual será corto, en otra parte que durará dos meses (en el tiempo de ellos) los cuales cada día será un capítulo, así que como mínimo habrán 30 capítulos, tendrán que soportarme mucho y en el final.

Este primer capítulo es algo corto pero los demás serán más largos, pues relataré todo lo que hacen en un día.

Si han visto una historia parecida por ahí me avisan para borrar esta.

Desde hoy en adelante prometo publicar una vez por semana, pero alternando este fic y el otro (El es un maniquí) así que tendrán que tener paciencia y sabrán de mi todos los domingos, si no han leído el otro fic que ya he nombrado dos veces, háganlo creo que es bueno.

Los personajes no son míos son de aquella mujer que hizo que mi vida se convirtiera más en una fantasía, muchas gracias. Y la historia y el drama y lo que salga es mío.

Que disfruten este primer capítulo, con cariño, Philana.

Recuerden dejar un rr para saber que opinan, besos.

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Epílogo

(Bella)

Estaba nuevamente dentro de ese ascensor, que me trasladaba al quinto piso, donde el doctor me diría lo mismo que todas las sesiones me dice. Ya estaba cansada y esto no tenía vuelta atrás. Tenía 21 años y un cáncer terminal estaba consumiendo mi vida día a día. No me deprimía, pues vivía con la idea que todo en esta vida pasa por algo, no es que creyera que estaba pagando por algún pecado que había cometido en mi corta vida, sino todo lo contrario, lo tomaba como una prueba, ¿Para quién? Aún no lo tenía claro, pero tampoco me importaba mucho saberlo, era solo algo que el destino había puesto en mi camino y la verdad ya era cosa de unos meses a que todo esto terminara.

Cuando las puertas se abrieron me encontré directamente con la secretaria de mi doctor, era una chica alta y muy guapa, nunca me agradó mucho, pero ¿quién era yo para decirle a mi doctor que cambiara a su secretaria? Fácil respuesta, nadie.

- Bella el doctor Cullen ya te está esperando, solo pasa –me dijo ella cuando me vio salir del ascensor.

- Gracias –le respondí sin mirarla.

Seguí mi paso tranquilamente y golpeé por educación antes de entrar. El doctor Cullen estaba frente a su escritorio viendo unos papeles dentro de una carpeta con una expresión en su rostro que muchas veces había visto en mi madre, pero que jamás pensé poder ver alguna vez en él.

- ¿Se encuentra bien doctor? –en ese momento levantó su vista y la fijó en mi, su expresión cambió y me regaló una amplia sonrisa, que solo logró llegar a su cara, pero no a sus ojos.

- Bella, no te sentí entrar, toma asiento –me indicó con una mano la silla que se encontraba frente a su escritorio, aquella silla que tantas veces había usado y que había soportado mis silenciosas lágrimas cuando nuevamente el me volvía a decir que no se podía hacer nada.

- No le veo el sentido a estas visitas –le comenté tomando asiento- son tan inútiles, siempre me dice lo mismo después de un examen, quizás lo mejor sería seguir con lo poco que me queda de vida y no perdiendo el tiempo en esta habitación.

- ¿Se lo has dicho a tu madre?

- No, ni lo haré, no le veo el sentido decírselo ahora y que se deprima antes de tiempo, hasta el momento todo va bien y nadie ha sufrido –dije repitiéndole nuevamente lo que pensaba al respecto.

- Quizás tengas razón –dijo en un suspiro rindiéndose- mañana tendrás que tomarte otro examen Bella, pero tendrás que estar toda la mañana en la clínica, así que supongo que los estudios en casa de tus compañeras puede ser una buena escusa para tu madre –me tendió un sobre con la orden y luego sonrió- a las 10.30 y la misma sala de siempre, me esperas con la bata puesta y sobre la camilla, habrá un joven que se hará los mismos exámenes, así que lo mejor será que te cambies en el baño.

- Siempre lo hago en el baño, no soy una exhibicionista –le contesté enojada- además ¿por qué habrá un chico?

- Pues él está en las misma condiciones que tu, ahora Bella vete a tu casa, nos vemos mañana.

La forma en que se despidió de mi fue de forma cortante y nada agradable, de cualquier otro doctor no me hubiera importado, pero del doctor Cullen era completamente extraño.

______________________Camino al cielo_________________________________

A la mañana siguiente ya estaba colocando mis cosas sobre la camilla cuando alguien tocó la puerta de la sala.

- Adelante –dije sin importancia pensando que tal vez era una de las enfermeras para saber si ya estaba lista, pero no fue así, Cuando sentí unas fuertes pisadas en la sala no pude evitar darme la vuelta para ver de quien se trataba. Y Dios, pensé que mi hora había llegado. Era un chico alto, de tez blanca, cabello cobrizo, esbelto y muy, pero muy guapo.

- Permiso –dijo pasando a la habitación y dejando su bolso sobre la cama que se encontraba junto a la mía.

- ¿Eres la otra persona que compró el pasaje al cielo? –le pregunté sin saber cómo había tomado el la enfermedad. (Le pregunté sin saber como un chico como él podría estar en estas condiciones)

- Sí –me contestó en una forzada sonrisa- alcancé el último boleto, que suerte tuve.

El silencio fue el siguiente en hacer acto de presencia, ya sin nada más de que hablar tomé la bata azul que habían dejado sobre mi cama y entré al baño a cambiarme. Me desnudé con calma, eran recién las diez y en media hora llegaría el doctor. El olor de la bata era horrible, nunca me gustó el olor a hospital y esta bata era espantosa. Gracias a Dios no era de esas que estaban abiertas a los lados ni en la parte trasera, fue un alivio más cuando recordé quien estaba al otro lado de la puerta.

Salí con mi ropa en la mano, esperando tal vez que el muchacho estuviera esperando el baño para cambiarse, pero él ya estaba en la camilla, con la bata puesta y un brazo sobre sus ojos.

Sin intenciones de molestar su tranquilidad, guardé la ropa en mi bolso y me acosté en la cama a esperar, como siempre, solo a esperar.

- Soy Edward –dijo él de pronto estirando su mano hacia mí.

- ¿Sólo Edward? –le pregunté tomando su mano, era suave y muy cálida tanto que me costó soltarla.

- Sí, lo que nos queda de vida, no alcanza para nombrar los apellidos.

- Entonces yo sólo soy Bella –le dije con una sonrisa a la que respondió de la misma manera derritiéndome.

- ¿Cuánto te dijeron que te queda de vida? –me preguntó como si preguntara la hora, lo cual me agradó, no quería que nadie me tratara como si fuera a quebrarme con solo mirarme.

- Cinco meses –le dije- puede ser más o puede ser menos, la verdad no es algo que me importe demasiado ¿y a ti?

- Lo mismo y la verdad tampoco me importa demasiado, es solo que me hubiera agradado tener algo más de tiempo, solo para hacer algunas cosas que me faltaron, no son cosas importantes, son solo estupideces y locuras.

- ¿Qué edad tienes Edward?

- 21 ¿y tú?

- También tengo 21 y nunca pensé en las cosas que me hubiera gustado hacer, invento lo que quisiera estudiar solo para que mi madre sea feliz y no pregunte nada más, ella no sabe nada de mi enfermedad, no la quiero asustar, no antes de tiempo.

- En mi caso, sólo mi padre lo sabe y le he pedido que no se lo cuente a nadie, es especial a mi madre, tienes razón no es necesario que lo sepan.

El sonido de la puerta nos hizo voltearnos hacia ella y vimos a la enfermera entrar.

- ¿Bien quién será el primero? –nos preguntó.

- Las damas primero –dijo Edward con esa hermosa sonrisa.

- Cobarde –la enfermera tomó mi camilla y me sacó de la sala, solo un bajo "suerte" de parte de él me hizo sonreír. Los chicos nunca me habían hablado y sólo él que está a pasos de morir lo hacía, lo cual me parecía obvio en el mundo en que siempre había vivido.

Los exámenes no demoraron tanto como había pensado, así que volvimos rápido a la habitación, a Edward ya se lo habían llevado, por lo que solo tuve que esperar hasta alguien me diera la autorización para irme a casa. La cual llegó pronto, una enfermera me comunicó que el doctor me había dejado irme a casa y que por teléfono se me informaría de mi próxima consulta.

Me vestí lentamente, esperando si por alguna casualidad del destino alcanzaba a ver a Edward antes de irme, pero no fue así, cuando ya estaba lista, no me quedó más remedio que partir. Salí de la habitación y miré a ambos lados, nada. Subí al ascensor y miré por si aparecía antes que las puertas se cerraran… y nada. Salí al hall de entrada y volteé por última vez, nada. Ya asumida la situación salí de la clínica.

- ¡Bella! –escuché que gritaban mi nombre, o mi mente me engañaba, lo cual o era una cruel broma o efectivamente alguien me llamaba, cuando me volteé vi a Edward correr en mi dirección- Creí que me esperarías –dijo ya junto a mí.

- Lo siento –fue lo único que atiné a decir.

- Quería hacerte una propuesta –me dijo muy serio.

- ¿De qué se trata? – le verdad estaba muy intrigada.

- Mira Bella se que nos conocemos hace dos horas, pero tenemos más en común de lo que podemos tener con gente que hemos conocido hace años, no tenemos más de cinco meses por vivir y quiero disfrutar todo lo que me queda, pero hacerlo bien, no emborracharme y quedar tirado en cualquier lado, sino con las cosas que siempre he deseado hacer.

- ¿Y de qué manera entro yo en ese plan? –le pregunté sin entender nada.

- En que lo haremos juntos, haz una lista Bella, con las diez cosas que te gustaría hacer en estos últimos días, no importa que sean locuras o cosas que queden lejos, solo anótalas y veremos cómo cumplirlas –él parecía emocionado y yo no sabía que responder.

- No lo sé Edward.

- No digas nada hoy, juntemonos mañana a las 10 en el bar de esta esquina, si aceptas vendrás, si no haz como si nunca me hubieras conocido y tranquila, no resultaré herido, sólo cumpliré mis sueños, solo, triste y abandonado.

- No hagas eso –le pedí al ver su rostro.

- Solo piénsalo, estaré ahí a las 10 –se acercó a mí y depositó un beso en mi mejilla. Sobra decir que sentí el cosquilleo en ese lugar todo el bendito día.

______________________Camino al cielo_________________________________

No es la gran cosa, pero prometo se pondrá mejor.

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