Disclaimer: Todo es de JKR, nada mío. Y no, no lo escribí con fines de lucro.

-Leí:

"No tengo ganas de invitar a nadie murmuró Harry, que seguía procurando no pensar en Ginny, pese a que ésta no paraba de aparecer en sueños, en actitudes que lo hacían agradecer que Ron no supiera Legeremancia." (Harry Potter y el misterio del príncipe, pág. 287-288)


Le atormenta en sueños


Es tan real cuando Ginny llega hasta él desde cualquier parte y lo toma por la camisa mientras lo besa tan apasionadamente que le quita el alma. Y Harry le responde, porque claro, Ginny es hermosa, Ginny lo desea tanto como él a ella y Ginny, Oh Ginny, simplemente es irresistible. Y podría gritar su nombre mil veces y siempre, siempre sonaría igual de bien y definitivamente quiere gritarlo.

Recorre su cabello pelirrojo hasta el infinito y le gusta que ella haga lo mismo, porque cuando le roza la nuca con sus dedos mágicos Harry siente que se muere, que se eleva y que la necesita más que a cualquier cosa. Tiene algo de vergüenza, pero su cuerpo menudo, su cuerpo que le grita soy tuya le puede más que cualquier bochorno; le quita la blusa, le quita la falda, mientras ella hace lo propio.

Mira su cuerpo desnudo y no, no puede ser cierto, él mismo también está sin ropa y no recuerda cuando llegaron a la Sala de los menesteres, ni cuando se enamoró de ella, ni cuando comenzó a besarla de esa forma que por Merlín santo, ni él se reconoce. Delinea sus curvas, y la aferra contra sí, la aprieta mucho. Ginny lo está tocando, lento, mientras él susurra que sus ojos son los más hermosos, y su pelo el más suave, y su piel la más tersa y su aroma el más fragante, y a medida que aumenta la velocidad ya no puede hablar más porque la vida se le va en gemidos, y suda y hace calor y ya casi no aguanta embistiendo contra la mano de ella, mientras le muerde los labios, el lóbulo, el cuello y le grita Eres mía, eres mía y te amo.

Y Despierta.

Otra vez, le atormenta en sueños y ruega que no haya estado gritando. Se asoma por el dosel de la cama y, gracias a Circe bendita, Ron ronca como de costumbre. Suspira con alivio y le da miedo volver a dormirse, a demás que una incómoda rigidez le molesta. Se alivia porque sabe que de otra forma no podrá conciliar el sueño de nuevo. Se alivia apretando los labios, pensando en ella, luchando contra el impulso bestial de gritar su nombre mientras explota en una ola de placer que le hace vibrar todo el cuerpo, piensa que esa electricidad tiene dueña, tiene culpable, y tiene nombre:

Ginny.


Desde que leí por primera vez el Príncipe Mestizo (porque para mí se llama así), que he querido escribir esta parte, no he tenido inspiración para hacerlo y tampoco he encontrado ningún otro fanfic que la relate, porque me hubiera conformado con leerla, pero no, no había ninguno. O yo no he sabido buscar bien, cualquiera sea el caso, aquí está. Para mí es como un reto cumplido. Y con las manos congeladas te digo que si clickeas sobre las letras verdes y comentas lo que quieras comentar te querré mucho. Besos.