Su corazón latía fuertemente, no es la primera vez que salía a cantar a un escenario, pero esta vez era diferente, era su primera vez como cantante profesional.
Se armo de valor y salio, tomo un poco de aire y canto las primeras líneas de su canción mas conocida. Todo el publico le alentaba, gritaba con exasperación, agitaban sus brazos en el aire al compás de la canción. Cuando la parte rápida de su melodía comenzó, tambien inicio una bien planeada y ensayada coreografía, ella se movía ágilmente y le acompañaban un par de bailarinas igual de agraciadas.
Un par de par de canciones, coreografías y vestuarios coloridos después, el gran concierto acabo. Todos los presentes llevaban una gran sonrisa en el rostro, y como no después de semejante concierto, todo tan bien planeado y realizado... por ello provocaba que las chicas adolescentes le admiraran y quisieran ser como ella, y tenia el efecto de que todos los chicos le amaran.

Reacciones asi solo las podía causar una sola persona, y esa era Meiko Sakine a sus 16 años de edad...

Caminaba con lentitud, como si no deseara llegar nunca, o por lo menos tardar un poco mas de tiempo en realizar el camino a su meta. La verdad era esa, no deseaba llegar nunca a aquel sitio, si por ella fuese se quedaría dormida hasta después de mediodía, después iría por unos tragos y pasaría la noche bailando y cantando en quien sabe donde.

-Hola Meiko- saludo alegremente su asistente personal

-Hola...- saludo con voz apagada, y no es que no quisiera verle ni mucho menos. Al contrario se alegraba mucho de verle, Neru Akita era su confidente y su mejor amiga desde que entro al mundo de la fama.

-Pasa, Kiyoteru te espera en su despacho- señalo con una de sus manos, mientras con la otra sujetaba una carpeta firmemente en su estomago.

-Neru, ¿Para que me han llamado?

-Eso yo no lo se, solo me han mandado llamarte urgentemente

-Bueh, entonces deséame suerte- dijo con una sonrisa

-Suerte...

Entro a la habitación que la de cabello rubio señalo, al final del pasillo, una puerta café oscuro, exactamente igual que las otras. Entro con un poco de miedo, pero nunca lo demostró y al contrario, se mostraba segura siempre.

-Kiyo- dijo asomando solo su cabeza por la puerta

-Pasa Meiko- Esta obedeció, no se sorprendió al ver el nuevo despacho de su representante, nada fuera de lo común: un escritorio de madera detrás de este una silla acolchada, de tapiz rojo en donde se encontraba Kiyoteru. Delante del escritorio se encontraban dos sillas de madera, en estas se encontraban dos pequeñas personas rubias. Al ella entrar completamente en la habitación ambas personas se incorporaron e hicieron una leve reverencia, al verles detenidamente, noto que se trataban de una niña y un niño, rubios y de ojos azules. No tendrían mas de 13 años.

-Hola, Meiko-sama- comento la niña

-Es un gran placer conocerle Meiko-sama- dijo el niño

-Vale niños, un placer, pero llámenme solo Meiko, a secas.

-De acuerdo, Meiko-sa... Meiko...- respondió el pequeño

-¡Kya!-grito la niña de repente- ¿A quien quiero engañar? Meiko, ¿de verdad estoy hablando contigo? ¿no es un sueño?

Después se abalanzo sobre la chica, y le abrazo fuertemente. Le dijo cientos de palabras que solo una fangirl viendo a su ídolo diría.

-Rin, tranquila, le asfixias

-oh, lo siento tanto Meiko, perdón, perdón, perdón.

-No te preocupes...

-Bien basta de charlas sin sentido. Vamos al grano, Meiko...

-Hm

-Ella es Rin- señalo a la chica que antes le abrazaba, llevaba un short corto gris oscuro, una playera blanca con una clave de sol arriba del pecho. Un par de calentadores en las piernas y en los brazos, y un par de audífonos blancos que tenían un enorme lazo blanco. Todo el traje tenia detalles en amarillo.

-Y el es Len- El chico no era muy diferente, el tenia el cabello sujetado en una pequeña cola de caballo, y unos cuantos mechones despeinados cayendo por su frente. Y la misma vestimenta que su hermana (menos el lazo), solo que adaptado para un chico, y su playera con una clave de fa arriba del pecho.

-Un gusto chicos-miro a Kiyoteru- pero no comprendo...

-Tu les ayudaras

-¿He?

-Mira, ellos son los nuevos integrantes de la compañía, tu serás su apoyo y guía para manejarse por el medio artístico.

Los dos pequeños gemelos le miraban suplicantes, esperando la respuesta afirmativa por parte de ella. Meiko solo asintió con pesadez, deseando de nueva cuenta haberse quedado en su cama hasta el mediodía…