Disclaimer: La serie de Kuroshitsuji es propiedad de Yana Toboso, así como los personajes. Esto es de fans para fans sin fines de lucro.
Disfruten.
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Estar Contigo
Es la peor mañana de su vida. Y había vivido mucho, suficiente. Los demonios viven una eternidad… o más. Quien sabe, nunca ha pensado en ello detenidamente. El mundo, el tiempo, todo avanza demasiado rápido. Le basta apenas un pestañeo para que los años pasen.
Como sea, no tiene ánimos para salir de la cama. Tal vez le hace falta algo de asistencia. En el pasado –en uno de esos tantos- cuando tenía a los trillizos bajo su servicio no debía mover un solo dedo. Era entretenido. Algo así. A lo lejos escucha el ruido de la ciudad. El movimiento. La penosa vida.
Ser un demonio en el siglo XXI era menos que beneficioso, ya nadie creía en el ocultismo. La ciencia desmentía los miedos de los humanos. Casi todos. Aquellos a los que no, como ella, quedaban en el plano inexistente, en fantasías estúpidas propias de la edad media. Si no se podía comprobar por el método científico, lo que fuera, siempre quedaba la excusa de que, llanamente, no existía.
Hannah suspira. La vida de su especie es tan aburrida. Alimentarse, ver cambiar los tiempos, dormir… mira al techo. Sería bueno salir. Respirar aire contaminado y mirar personas morir lentamente, victimas del consumismo. Esas siempre anhelan por una solución rápida que los alivie. Ella puede darles lo que piden, claro, a cambio de su insípida alma. Cierra los ojos. Las almas humanas tienen un sabor espantoso. Les ha perdido el gusto desde hace algún tiempo.
"Oye… dime que me amas…"
Los abre en medio de un sobresalto. Las uñas se clavan en el blanco edredón. Sacude la cabeza. No ha sido nada. Nada. Nada. Hannah se incorpora guardando bajo llave aquellas memorias que sólo le fastidian. Ella es un demonio, no tiene por qué haber nada que le recuerde aquella ridícula experiencia. No necesita ecos de sensaciones inexistentes.
Saldrá. Únicamente para estirar las piernas; ver la miseria a su alrededor será un bono extra. Sí, eso le pondrá de buen humor.
Hmmp.
Las calles son tan ruidosas. Las multitudes la enferman. El bullicio es todo, menos reconfortante. Ha sido pésima idea. Debería volver y dormir hasta que el apetito, dentro de algún tiempo, se apodere de ella y devore a cuanto imbécil se atraviese por su camino. Pero no, Hannah continua caminando. No tiene un rumbo fijo, ni siquiera tiene idea de a dónde conduce la calle. Es inercia, sus pies se mueven siguiendo el flujo de la multitud. Adelante divisa un cruce. Seguirá sólo por un par de cuadras más y luego volverá. La eternidad es increíblemente aburrida. Lo ha visto todo.
Alguien pasa a su lado. Hannah lo ignora. Entonces una chispa. Un roce en su mano derecha. ¿Estática? Mira de reojo; alguien la observa. Voltea. Es… Ah... y el aliento se le escapa. Es como si el tiempo frenara su indiferencia. Esos ojos. El azul. El rubio que luce dorado. Hannah siente desmoronarse. La coraza de mentiras que se ha ido construyendo desde aquel día se cae a pedazos.
Incluso si se trata de un demonio, lo que ahora experimenta es, sin lugar a dudas, una alegría efervescente. Está contaminada. Corrompida. Pero si el chico frente a ella es quien cree, admitir que ha esperado –secretamente- por verlo de nuevo… admitir…
Desearlo tanto…
No importa ya.
Si ese de allí es Alois. Sí, lo es. Romper las reglas una segunda vez para estar a su lado, valdrá la pena.
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"Hola"
"Hola… disculpe, ¿la conozco?"
Fin.
Notas de la autora: Basado en el video de dibujos medios feúchos que hice. Sniff, los amo tanto… aloisxhannah… uhhh, son tan perfectos.
