Todos los personajes pertenecen a Kaoru Mori de su manga Otoyomegatari/Bride's Stories [léanlo es una joya del manga como tal]


"Y el tiempo pasó"

Para Karluk tenerla tan cerca todas las noches era como una bendición. Sentía como su respiración chocaba con su rostro, dándose cuenta que no era un sueño. Habían pasado cinco años desde que la conoció por primera vez, un tiempo que transcurrió volando. No podía evitar recordar con añoranza los primeros meses de su matrimonio, esos primeros besos que hasta el día de hoy lo hacen sonrojar. La inocencia que tenía en esos días parecían tan lejanos en el presente. "Creo que esa es la razón", dijo para sí jugando con el cabello de su esposa, enredando sus dedos y acariciando primero su rostro, luego su cuello, siguiendo su camino hacia la espalda desnuda de ella. Aquel tacto hizo que se despertarse.

– No quería que te despiertes – susurró Karluk al verla abrir los ojos–, vuelve a dormir, tuviste un día agotador.

–Tus manos...

–¿Amir?– preguntó el joven al ver como su esposa se acercaba más a él poniéndose debajo de sus brazos.

–¿Recuerdas cuando te acurrucaba de esta forma?– habló con un tono de nostalgia

–Jamás podría olvidar esa calidez– respondió Karluk abrazando más su cuerpo. Amir no pudo evitar estremecerse un poco.

–Había noches en las que pensaba cuando podrías tenerme en tus brazos así– confesó la antigua nómade de las montañas

–¿Valió la pena esperar?–preguntó Karluk tomando delicadamente su mentón. Tenía demasiadas ganas de besarla

–Cada instante– le contestó. En un segundo los labios de su esposo se posaron sobre los suyos. Las manos que antes abrazaban su espalda ahora recorrían todo su cuerpo.

–¿Quieres que vuelva a dormir?– preguntó graciosa Amir ante las caricias de su marido

–Sólo si de verdad lo quieres– respondió serio, solo para después besar su cuello con deseo

–Karluk...– suspiró

Un pequeño llanto de la habitación contigua los sacó de sus pensamientos completamente. Ambos esposos se observaron y rieron. Cuando Amir estaba por levantarse, Karluk le hizo una señal para que se quedase en la cama. "Vuelvo en un instante" le dijo antes de darle un beso en la mejilla. Amir sonrió, tenía de verdad un esposo maravilloso.

Sólo unos metros separaba el cuarto de los primerizos padres del de su pequeño hijo. El hecho de que haya nacido antes de tiempo fue en principio un motivo de preocupación para la familia. El doctor no era muy optimista tampoco. Sin embargo, seis meses después todos esos temores parecían olvidados. Doruk, como lo habían llamado, era un bebé sano y vivaz. Aunque odiaba verse separado de sus progenitores...

–¿Al parecer se te cayó esto no?– le dijo Karluk a su hijo que lo miraba expectante ya habiendo dejado de llorar al verlo. Un pequeño peluche de trapo, con una forma de caballo algo deshecha, era el juguete favorito del pequeño. Fue el regalo de su prima Tileke al momento de nacer. Karluk confortó al infante un poco, hacia solo un mes que estaba durmiendo solo y le costaba acostumbrarse, era cuestión de tiempo y paciencia. El joven Eihon le cantó para que pudiera conciliar el sueño más deprisa. Doruk adoraba la voz de su padre, más cuando tocaba el dombra y su madre les hacía compañia. No tardó en ceder y se durmió al cabo de unos minutos. Terminada la tarea, regresó a ver a su esposa.

– Tardaste más de lo que pensé– le dijo ella acostada. Karluk la acompañó al lecho y la abrazo tiernamente –¿Tenía hambre?– preguntó la joven

–No era eso– respondió su esposo –Solo quería que le cante, es todo– terminó de decir

–Sí, te escuché–dijo Amir –Nuestro hijo no es el único que ama la forma en que cantas Karluk– añadió acariciando su mejilla

–¿Mi esposa quiere que le cante a ella también?–preguntó Karluk en tono de broma. Amir parecía perdida, lo miraba con mucha atención con una sonrisa que no abandonaba su rostro –¿Qué pasa?–

–Pienso en lo afortunada que soy y en lo mucho en que los amo. A ti y a Doruk– dijo sin dejar de apartar la mano del rostro de su marido. Karluk sintió que el corazón se le salía del pecho ante las palabras de su amada esposa. Beso su frente y dijo: –No hace falta que te diga lo mucho que te amo Amir y en lo agradecido que estoy de que me hayas dado a Doruk. No concebiría mi vida sin ustedes, lo juro– terminó de decirle para besarla muchas veces, besos que ella recibió con mucha gratitud, hasta que lo cortó en un momento. Karluk se sintió extrañado pero se vio más sorprendido cuando su mujer se subió sobre él. No sabría cuánto tiempo podría mantener su autocontrol...

–He estado pensando...y creo que tal vez ya sea hora de que nuestro hijo tenga un hermanito ¿no lo crees Karluk?–preguntó Amir jugando con el pecho de su esposo.

–¿Dije algo malo?– volvió a preguntar ante un Karluk que no decía nada. Ante la palabra "malo", el joven Eihon volvió en sí

-¿Malo? Iba a preguntarte lo mismo esta noche, pero te dormiste antes de que pudiera decírtelo y... –Karluk no pudo terminar la oración. Más bien no quiso hacerlo –¿Y?– inquirió Amir ante la frase inconcluso de su marido. La joven seguía sobre él y el deseo de él lo estaba quemando. Lentamente acarició sus caderas, siguiendo sin prisa hacia sus senos. Él se levantó un poco para poder besarla como nunca en su vida, pero Amir se le adelantó. "¿Y?", susurró ella en su oído.

–Poder seguir haciendo esto y mucho más – le respondió un Karluk que ya no podía controlarse más.

Sin que se dieran cuentan las velas se apagaron.

"Y el tiempo para ambos se detuvo"