¿En qué momento había empezado a sentir esa atracción por él?
Sonrió mientras recordaba todas las cosas que había vivido con él. Se sonrojó al recordarlas y el ligero rubor que tenían sus mejillas en ese momento aumentó cuando se percató de que una mirada lo observaba. Desvió la vista y desapareció de aquel lugar inmediatamente.
Él rió al ver su reacción y siguió entrenando. Sabía que volvería a observarlo a hurtadillas, pero no le importaba, ya se había acostumbrado y de hecho empezaba a gustarle que lo hiciera.
Esperó unos minutos y volvió a observarlo desde su escondite, no sabía porque actuaba así, era Tony Stark. Él obtenía lo que quería siempre, pero esta vez era diferente, no sabía cómo lidiar con ese sentimiento.
—Tony —dijo y él se sobresaltó al escucharlo—, ¿por qué no vienes a entrenar conmigo?
—Sabes que te venceré —respondió con su habitual tono prepotente.
—Sin tu armadura —alzó una ceja.
Él se quedó en silencio, Steve de una manera extraña podía ejercer poder sobre él.
—¿El señor Stark tiene miedo de que lo derroten? —se acercó a él sonriendo.
—No, Capitán —respondió él dando un paso y acortando la distancia entre ellos— por el contrario, temo por usted —Rogers amplió su sonrisa y Stark se dio cuenta de que su amenaza no había sido para nada una amenaza—. ¿Puedes quitar esa sonrisa de estúpido de tu cara, por favor? —Steve se acercó aún más a él, estaba nervioso, pero no dejaría que Rogers tomará la iniciativa. No, no lo dejaría, podía permitir que ejerciera poder sobre él, pero nada más. Lo miró fijamente a los ojos, humedeció sus labios y se dio el gusto de ver como el Capitán América comenzaba a perder su compostura firme y segura. Sonrió, provocando que las mejillas del Capitán se enrojecieran. Sus labios estaban a punto de rozarse, la respiración de ambos era agitada, vió como Steve cerraba sus ojos y él supo que ese era el momento indicado para besarlo y así lo hizo.
