:::The Changing Sands:::

Las Arenas Cambiantes


Traducción. Tuve que cambiar algunas palabras y/o frases que no quedaban y/o sonaban bien al español, por lo que no está textual, pero el cambio es mínimo y no afecta nada a la trama.

Disclaimer: Naruto no me pertenece, es de Masashi Kishimoto-sama y el fic original es de everyday0203-chan quien me dio permiso para la traducción. Fue escrito del 5-16-07 al 7-4-07 pero es una historia muy linda.


Ojos verdes y azules.

Eso es todo lo que podía ver mientras que mis hermanos me llevaban de regreso a nuestro hogar en Suna.

Los ojos verdes y los azules resplandecían con el fuego de la determinación. Parecían rondar en cada grieta de mi mente, metiendo a Shukaku a la fuerza en la esquina más oscura, más profunda para acobardarse hasta que mi mente fuera otra vez libre para que él la atormente.

Imaginando al temible Shukaku acobardándose con su cola entre las patas casi me hizo reír… casi. Ya había frikeado a Temari y a Kankuro pidiéndoles perdón a ambos así es que creí que suprimiría mi sonrisa para salvar su cordura.

Pero todavía era divertido para mí… el todopoderoso Shukaku, golpeado por un pequeño niño que era un don nadie.

Shukaku fue golpeado, me salvaron.

Este niño Naruto me ayudó a ver la luz si tu quieres, me ayudó a ver cómo todas mis acciones pasadas estaban equivocadas. Pues bien, algunas de ellas estuvieron equivocadas, pero solamente unos de ellos si merecieron la peor forma que les pude dar.

Continúo reviviendo la pelea repetidas veces en mi cabeza, pero el momento que más recuerdo, el momento que es más vívido, es resaltado con ojos verdes y pelo rosado. Nunca habría imaginado que esa chica saltara delante de mi para salvar a ese niño Uchiha. Cuando la encontré la primera vez fue cuando mis hermanos y yo entramos en este pueblo, inmediatamente la descarté como alguna niñita que soñó con ser un ninja pero que no tenía los elementos y las agallas para seguir con esto.

Estaba equivocado.

Ni aun mi padre, el Kazekage de Suna, me haría frente así. Seguro, él había encontrado formas para castigarme, pero él nunca me haría frente cuando perdía el control.

Pero esa chica…

Esa niñita estúpida que arrastró todos los recuerdos que tan cariñosamente tuve que reprimir sacándolos de sus tumbas… ella me hizo frente.

Probablemente es por eso que sus ojos todavía están inquietándome.

Y ese niño Naruto… la forma en que sus ojos cambiaron mientras nuestra batalla progresaba… no es extraño que todavía me siguen a todos lados.

Pero no puedo pensar en esos dos ahora.

Ahora mismo tengo que concentrarme en el problema que tengo a la mano: ¿Qué diablos les voy a decir a las cabezas de Suna cuándo regresemos?

La misión falló porque no pode conservar el control, pero de todos modos sería castigado, por eso fue la pregunta. Por supuesto supe que todos los demás serían castigados, por mi fracaso todas las personas que fueron asignadas a esta misión sufrirían. Temari, Kankuro, los otros ninjas… todos ellos sufrirían.

Shukaku amó esa idea.

Todos ellos sangrarían por mí. Simplemente el pensar en toda esa sangre, hacia a mi corazón revolotear.

Pero por alguna razón, para mí ya no pareció estar bien. Por una vez en mi vida no quise que ellos sangren por mí.

Sólo puedo esperar que este nuevo sentimiento que ahora he encontrado no dure demasiado tiempo, porque no sé si podre manejarlo.

Sintiendo a mis hermanos disminuyendo su paso, escudriñé nuestros alrededores. La línea de los arboles comienza a escasear, lo que significa que nos acercamos al desierto. Aparentemente no íbamos a estar por ahí para confrontar las repercusiones de Konohoa.

Movimiento inteligente, pero vamos de la sartén al fuego. Ellos sabían a fondo lo que nos aguardaba en Suna, sabían de la política de nuestro país en cuanto a las misiones de rango S fracasadas: Veinte látigos.

Podría sonar barbárico y prehistórico… pero surtía efecto.

Incluso no era inmune para tal castigo. Nuestro padre construyó un edificio especial dónde ningún grano de arena podría entrar; Y donde no hay arena, no hay nada para protegerme; solo esta el látigo y cualquier otra cosa que mi padre podría escoger para castigarme perforando mi piel como a todos los demás. Él siempre solía amenazarme con llevarme a ese cuarto, y siempre lo miré, desafiándolo a que lo intentase. Seguro, una vez que él me pusiera en ese cuarto estaría a su merced… pero por supuesto, él tendría que meterme en ese cuarto, y ambos, él y yo, sabíamos que eso no iba a ocurrir.

Oyendo la disputa de mis hermanos, fui bruscamente sacado de mis recuerdos

- ¡"Tenemos que volver a Suna, Kankuro! Gaara necesita atención médica."

- ¡"Pero Temari, la misión podría no ser un fracaso completo todavía… nosotros tenemos que regresar y ver que podemos hacer!"

- ¡"Esta misión fue un fracaso incluso antes de que fuese ejecutada, Kankuro, y lo sabes! No sé qué es lo que nuestro padre y los antecesores pensaban cuándo hicieron este plan pero… "

Cansado de oírlos pelear sobre qué hacer, decidí traer la realidad derrumbando sus vidas otra vez.

- "Ese no era nuestro padre."

Eso los calló. Pero debería de haber pensado mi acción más porque ahora ellos esperaron una explicación mía… y no estaba en un estado de ánimo hablante.

Suspirando expresé - "él era diferente de alguna manera. La forma en que él se movió y habló… ese no era nuestro padre."-

- ¿"Entonces quién era?!" Kankuro gritó.

Tú sabes, para un hermano mayor, él no era muy listo.

- ¿"Cómo supones que sé quién era?" - Casi respondí a gritos, -"todo lo que sé es que no fue nuestro padre."

- "Gaara tiene razón" - Temari agregó, él fue diferente en cierta forma… él era más tieso en sus movimientos"-

Finalmente, la paz regreso a nosotros como mis hermanos pensaban.

- ¿"Qué vamos a hacer nosotros?"- Kankuro mascullo.

La pregunta quedo en el aire. Todos nosotros supimos que dondequiera que fuéramos las serias repercusiones nos seguirían.

- "Bien, no podemos sentarnos aquí todo el día" - Temari masculló.

- "Vamos a casa" decidí para nosotros.


A mitad del desierto recobré bastante chakra para soportarme por mí mismo en nuestro viaje a casa. Podría decir que Temari y Kankuro estaban exhaustos, pero no quise detenerme aún. Quise poner tanta distancia entre Konohoa y nosotros, antes de que el sol se ponga demasiado caliente y nos forcé a detenernos. Además… necesito tiempo para pensar y clasificar cosas en mi cabeza.

Caminando delante de mis hermanos, cerré mis ojos y enfoqué mi atención dentro de mí. Como mi cuerpo continuaba caminando, mi conciencia golpeaba cada esquina y grieta de mi mente buscando a Shukaku. Tanto como odie admitirlo, necesité y dependí de ese demonio miserable. Si no fuera por él, habría estado muerto hace mucho tiempo.

Creciendo, Shukaku se escondió a sí mismo de mí. Siempre supe que fui diferente a todos los demás, y la forma que los otros reaccionaron hacia mí sólo probó eso; Pero nunca habría adivinado qué tan diferente realmente fui.

No fue hasta que mi tío había intentado matarme bajo las órdenes de mi padre, que Shukaku me dejó que lo conociera.

Él me salvó del cobarde ataque de mi tío.

Él me dio fuerza a cuando todo lo que quise hacer fue abandonar y morir junto con mi tío.

Él me prometió venganza sobre aquellos que alguna vez me ofendieron.

Él me acompañó cuando fui rehuido de toda Suna.

Él me conto de mi madre…

Sí, Shukaku era mi amigo… pero él es también el que amenaza mi propia existencia abrumándome con su poder y asumiendo el control de mi cuerpo.

Suspirando, dije en mi mente, - ¿Shukaku, dónde estás?

Estoy aquí niño…

Eso es todo lo que necesité oír.

Abriendo mis ojos otra vez enfoqué la atención en el mar ilimitado de arena delante de mí, sabiendo que nuestro hogar estaba delante de nosotros y que Shukaku me hablaría otra vez cuando estuviera listo.

Al medio día, el calor se hizo dominante, así que nos vimos forzados a detenernos.

Mis hermanos establecen sus tiendas de campaña para resguardarse del sol y yo observé como lentamente fuesen a la deriva en un sueño ligero. Supe que no dormirían profundamente como algunas veces lo hicieron porque estaban todavía preocupados por mí, perdiendo el control… si sólo supieran cuánto control tuve ahora mismo, tendrían el sueño más profundo que en toda la vida tuviesen.

Me senté en la sombra de la tienda de campaña de Temari desde que usualmente usase mi arena como la protección del sol, pero con mis niveles del chakra estando tan bajos no quise presionar las cosas.

Cerrando mis ojos, escuché el aliento de Temari inhalando y exhalando. Solía hacer esto todo el tiempo cuando era pequeño. Solía oír el inhalar y exhalar de mis hermanos cuando dormían y me ponía celoso de su habilidad para dormir y soñar y para tomar una pausa del mundo alrededor de ellos. Algunas veces solía imitar sus patrones de respiración y pretendería que estaba durmiendo con ellos, ocasionalmente me hizo sentirse normal, pero ese efecto pronto perdió su atractivo.

Fui diferente.

No había un punto en actuar como lo que no fui.

- Perdimos !!!!- Un gran alarido agudo vino de lo profundo dentro de mí causándome visiblemente un sobresalto por el volumen.

Mantuve mi diálogo interior en "mute", supe que sólo le provocaría más allá si interrumpiese su discurso rimbombante.

-¡No puedo creer que perdimos en contra del niño del nueve colas! ¿¡Cómo pudimos ser tan débiles!?-

Podría sentir el demonio moviéndose agitadamente dentro de mí, haciendo un berrinche, que equivaldría a un niño de seis años no saliéndose con la suya.

Justamente me senté quedamente en la sombra de la tienda de campaña, dejándole hacer estragos en mis entrañas… él eventualmente se apaciguaría.

Después de algunos minutos de constantes gritos, Shukaku se calmo.- Creo que la batalla era un poco injusta… quiero decir, nosotros peleamos y derrotamos al niño Uchiha. Eso vale por algo. Si no hubiéramos tenido esa batalla antes de la batalla con el niño naranja, entonces habríamos ganado.-

Sonreí burlonamente en esto. Dejar a Shukaku hacerse sentirse mejor por perder.

Darle una paliza a su ego lo lastimo, el demonio devolvió su atención hacia mí.

-Chico. No te puedo proteger de la furia del pueblo si te llevan a ese cuarto-

-Lo sé,- contesté abriendo mis ojos. Vi el desierto circundante y las montañas de arena.

-Te podrían matar… si tienen allí esa maldita tetera e inician los cánticos-

-Lo sé- dije un poco mas fuerte. El estremecimiento se acerco recorriendo mi columna vertebral cuando una imagen del caldero brilló intermitentemente en mi mente. Sentí a Shukaku estremecerse también, él odió aquello más que yo.

Una vez mi padre me arrastró a ese cuarto cuando fui tomado desprevenido y me puso bajo llave allí por unos cuantos días. Eventualmente Temari noto mi ausencia y me dejó salir. Ella me encontró en una esquina del cuarto estremeciéndome violentamente y clavando los ojos en nada mas que esa maldita tetera.

Quitando el recuerdo a la fuerza a mi mente, me puse de pie repentinamente y sobresalté a mis hermanos diciendo, -"Hay que movernos."-

Saltaron ligeramente al oír mi voz pero siguieron mi orden sin queja.

No tenían ninguna prisa en llegar a casa, pero supieron que fuimos "patos "sentados en el desierto abierto.

Caminando ligeramente delante de ellos, mantuve mis ojos adiestrados en los ojos verdes revoloteando por encima del horizonte.


Espero les guste.

Evil Goddess Saiya

i wIsH tO gO wItH yOu ThIs BeAuTiFuL FuLl MooN nIgHt