Disclaimer: Frozen es propiedad de Disney.

ADVERTENCIAS:

Fanfic Elsanna (No son hermanas)

Universo Alterno

Cambio de personalidades

Es un mini-fic. Capítulos cortos. Sólo serán 6.

Soy yo

Ya se le había hecho costumbre a la rubia hacer ejercicio cada mañana en un parque distinto. En cuanto el reloj marcó las 6:00 a.m. ella salió de su cama de inmediato, se puso su ropa deportiva y comenzó a trotar rumbo al parque.

A pesar de que se podría considerar que ya era de día, el amanecer aún no hacía su aparición, por la zona horaria, aún se miraba muy obscuro a esa hora.

La rubia disfrutaba tanto hacer estiramientos, y toda clase de ejercicios para relajar sus músculos, y obviamente para no sentir frío. Pues sólo a ella y a algunas otras personas les daba la gana de hacer ejercicio aunque hiciera frío o estuviera lloviendo.

Y ese día, era uno de esos, en los que las brisas congelaban sus mejillas, y pequeña gotas heladas refrescaba su cuerpo por el sudor del ejercicio.

Finalmente, después de media hora de hacer estiramientos, decidió retomar la actividad de comenzar a trotar alrededor del parque. Ahí se encontró con más personas haciendo algo similar, unas caminaban con su mascota, otras corrían, y así sucesivamente.

En cuanto la rubia comenzó a trotar, pasó cerca de una joven pelirroja que al igual que ella, estaba haciendo ejercicio, pero ésta chica pelirroja estaba acompañada de su novio, y fue ahí donde la platinada pudo presenciar una amarga discusión.

"Si no querías hacer ejercicio conmigo, solo debiste decirme que no y ya" –le decía aquella pelirroja al chico rubio que solo hacía muecas ante cada palabra que pronunciaba la chica.

"Si hago eso te enojas, y ya no estoy para aguantarte, ¿sabes qué?, yo me voy" –le contestó el rubio muy molesto.

"Anda, vete, es lo único que haces últimamente" –le dijo la pelirroja en tono serio. "Huir como el cobarde que eres" –le restregó en la cara.

"Es cierto, es lo único que hago, porque ya no encuentro la manera de decirte que ya no te quiero, no sé por qué sigo haciendo esto" –le dijo el chico. Finalmente explotó y gritó todo lo que había callado tal vez durante bastante tiempo.

El rubio ya no dijo más nada, y mucho menos la pelirroja. Él se fue, y ella se quedó ahí. La rubia solo miraba desde una distancia de unos cuatro o cinco metros.

La pelirroja se sentó cerca de una banca, y la rubia luchaba internamente en si ir a preguntarle que cómo se encontraba o simplemente lo dejaba pasar desapercibido. Pero es que la pelea fue tan dura, y ella está destrozada, o tal vez no, y así pensaba la rubia, hasta que por fin decidió acercarse.

Elsa comenzó a caminar a pasos lentos, y cuando por fin miró a la chica que se encontraba cabizbaja, se puso frente a ella.

"Disculpa, no es que yo sea una metiche, pero te vi discutir con ese chico, y supuse que necesitarías…" –comenzó a hablar la rubia, pero no terminó cuando vio que la pelirroja levantó su rostro. "¡Anna!" –dijo Elsa sorprendida y asustada.

"Tú aquí" –contestó Anna con indiferencia.

"¡Genial!" –se dijo la rubia así misma. "Lo que me faltaba" –dijo en un tono irónico.

Y es que, desde la distancia Elsa no pudo descifrar de inmediato que de la persona que se trataba era de Anna.

"¿Qué haces aquí?" –le preguntó Anna un poco molesta.

"Es un parque, puedo estar aquí" –contestó la rubia intentando usar el mismo tono.

"Me refiero a que por qué te has acercado a mí" –le preguntó Anna.

"Pues vi la discusión que tuviste con ese chico, pero no imaginé que se tratara de ti, no te reconocí" –explicó la rubia. "Pero ahora que sé que se trata de ti, lo mejor será que me vaya" –dijo y estuvo a punto de irse pero Anna la detuvo.

"Seguro estás feliz ¿no?" –dijo la pelirroja cambiando su tono a uno de burla.

"¿Por qué he de estarlo? ¿A qué te refieres?" –le preguntó Elsa poniéndose nuevamente frente a ella.

"Tú lo viste todo, mi relación ha fracasado, tal como lo predijiste" –le respondió.

Elsa suspiró y se sentó a su lado.

"Yo no lo predije exactamente, pero te lo advertí" –contestó la rubia. "Y no, no estoy feliz por lo que te está pasando, y eso muy bien lo sabes" –le dijo la rubia en un tono tranquilo.

La rubia se puso a observar cada movimiento que hacía Anna, notó en ella tristeza, mortificación, preocupación, incluso desesperación. Y lo dedujo al ver como Anna movía sus manos sobre sus rodillas sobándose las muñecas una y otra vez sucesivamente. Más que nada, la pelirroja estaba nerviosa.

Elsa quiso tocarle el hombro, incluso pensó en abrazarla. La rubia imaginaba que la pelirroja correspondería a esas muestras de afecto que pensaba hacerle, y que Anna recargaría su cabeza sobre su hombro y acariciaría sus cabellos mientras le susurraba un "todo estará bien", pero no, no podía ser así.

Sintió miedo.

La llovizna no dejaba de caer, esa mañana sin duda no saldría el sol.

"Y ahí vas de nuevo" –le dijo Anna soltando una leve risita de ironía.

"Sí, sí, ya lo sé, no tienes que decírmelo" –le dijo Elsa de inmediato.

"¿Sigues enamorada de mí?" –le preguntó la pelirroja girando su rostro para finalmente ver a Elsa de frente.

¿En serio quería que la rubia le respondiera? ¿Acaso Anna no podía ver la respuesta en los ojos de Elsa? Porque los ojos de Elsa lo decían todo, estaban tan brillantes que con ellos podía iluminar el parque.

"¿Es en serio tu pregunta?" –contestó la rubia un poco decepcionada.

"Creí que ya no" –le dijo la pelirroja y regresó su vista al frente mirando cualquier otra cosa que no fuera el rostro de Elsa.

"No te he respondido que sí" –se defendió la rubia.

"No hace falta, con tu silencio dijiste mucho" –le dijo Anna.

"Ha pasado mucho tiempo, me parece algo increíble ¿sabes?" –le dijo Anna con un tono incrédulo.

"Lo sé, es muy absurdo el tiempo, pero es verdad" –dijo la rubia.

Hubo un pequeño silencio entre ambas, el cual fue aprovechado para que Anna soltara un leve suspiro al igual que la rubia.

"Tú ya no estás enamorada de mí ¿verdad?" –le preguntó Elsa un poco temerosa.

"Sabes bien que nunca lo estuve" –mintió la pelirroja, y Elsa sólo sintió un dolor en su pecho. Sintió decepción por no escuchar lo que anhelaba. Pero ¿Qué anhelaba escuchar? Tal vez un "Sí, Elsa, aún me gustas mucho, volvamos". Sí bueno, eso sería demasiado bueno, pero sin duda, esa mañana no se lo escucharía decir a la pelirroja.

Anna se sintió mal al mentir, pero esa chica podría ser la mejor actriz del mundo al disimular todo tan bien.

Elsa sólo se recargó sobre la banca, ya no importaba que estuviera mojada, total, ya se encontraba empapada. Miró al cielo, estaba vestido completamente de gris, y cada gota que mojaba su rostro lo disfrutó tanto intentando apagar la herida que en su pecho se volvió a prender. Porque sentía que le quemaba mucho, y le provocaba tanto dolor. No podía resistir más, tal vez se echaría a llorar.

"Me alegra saber que no has cambiado nada, siempre tan directa y sincera" –le comentó Elsa sin quitar la vista del cielo.

"Pues ya sabes, simplemente así soy yo" –contestó la pelirroja.

"Sí" –dijo la rubia mirándola nuevamente, y en su rostro se dibujó una pequeña sonrisa. "Lo mejor será que me vaya, un gusto volver a verte o eso creo" –dijo la rubia poniéndose de pie parándose frente a Anna.

"¿Cuánto tiempo pasó?" –le preguntó Anna. Pero no le preguntó porque no sabía, sino porque quería saber si al igual que ella contó los días desde que tuvieron aquella despedida tan amarga.

"Casi tres años" –contestó Elsa. Después de eso, la rubia sólo hizo un ademán de despedida y se fue.

La pelirroja se quedó ahí sentada bajo la lluvia, mientras internamente lloraba su alma, y no tanto por la pelea que tuvo con su novio, sino por el encuentro tan casual que tuvo con Elsa, a quien creyó que jamás volvería a encontrar en su vida.

Tantos pensamientos comenzaron a invadir las mentes de ambas chicas, y tantos recuerdos regresaban sin parar. Unos recuerdos amargos, otros felices, otros muy extraños, pero en sí, buenos recuerdos.

Elsa caminó rumbo a su casa, y sintió una chispa de esperanza, de que tal vez, ahora sí, Anna sería de ella para siempre. Tal vez era una señal, tal vez finalmente podrían estar juntas. Pero se apagó en cuanto recordó el daño que le causó salir con Anna en aquellos tiempos, donde la pelirroja insinuaba tantas cosas, pero jamás le daba respuestas concisas. Donde le confundía el sentimiento, de sí Anna algún día le amó o sólo jugó con ella.

Aún así, la rubia desde ese entonces hasta hoy día, se la vivía fantaseando, y soñando de que algún día, Anna volvería.

Después, la rubia se contradecía, y decía que Anna había sido el peor error de su vida, le deseaba lo mejor y lo peor al mismo tiempo, y concluía que era mejor vivir de ese triste recuerdo, pero luego se mataba diciendo que era mejor ni conocerla.

Algunas ocasiones, la rubia se preguntaba si mínimo algún día Anna la recordaba en pequeños instantes, esa era una de sus más grandes inquietudes, el saber si mínimo la pelirroja la recordaba un poquito.

Finalmente, con tanto pensamiento sin poder acomodarlos o darles un orden coherente, volvía a contradecirse, y le daba el impulso de querer ir a buscarla nuevamente, pero se detenía al recordar lo que Anna le dijo en esa despedida tan amarga, donde le dejó claro que nunca se había enamorado, ni se enamoraría de ella. Aún así, Elsa se ponía a pensar más, y concluía que eso no podría ser verdad, no después de todo lo que habían pasado, y la rubia podría jurar una y otra vez que sin duda Anna le pertenecía solo a ella, pero que simplemente esa chica se hacía mucho del rogar con tanta modestia y soberbia.

Al fin Elsa llegó a su casa, se metió al baño, y comenzó a ducharse.

Mientras tanto, Anna vio que Elsa salió del parque, y ahora ella se puso de pie dispuesta a regresar a su casa. También iba pensando tantas cosas, y recordando bellos momentos, y otros amargos. Incluso recordó aquella ocasión en la que Elsa le declaró su amor, y una sonrisa apareció en su rostro.

La pelirroja pensó que todo sería más distinto si pudiera definirse sin tener protocolos o principios qué seguir ante sus padres. Pues ya que finalmente, se había quitado a su novio de encima, ella logró que él no la quisiera, ahora sí quedaría libre.

Anna sí está enamorada de Elsa, le costó bastante tiempo admitirlo, porque estaba muy confundida con tantas acciones, y reconoció que hubo un tiempo en el que sí estuvo enamorada de su novio, o tal vez ahora ex. Es que aún no terminan formalmente.

En fin, al igual que Elsa, la pelirroja sintió una chispa de esperanza, ya había pasado tiempo, tal vez finalmente podrían estar juntas. Pero así quedaba todo, en un "tal vez".

Al fin llegó Anna a su casa, entró al baño y se dispuso a darse un baño.

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