...
Miré al cielo.
Una vez que mis ojos se posaron en el, contemplé lo azul de éste, unas nubes esponjosas moviéndose torpe con el silbido del viento y, por supuesto, lo hermoso que era. Guy iba conmigo y por un segundo creí que él no estaba ahí.
- ¿Qué tanto observas Ruuku? -dijo él, parándose cerca de mi.
Una sonrisa delineó en una curva mis labios y parpadeé mis ojos turquesas antes de responder.
- ¿No es hermosa, Guy?
- ¿La qué?-dijo imitándome a mirar el cielo.
- La vida misma. Estamos aquí y ahora, disfrutando de lo que está a nuestro alrededor, luchando por alcanzar nuestros objetivos... Compartiendo nuestro tiempo con nuestros cercanos... -no pude evitar lanzar un suspiro melancólico a lo que Guy posó su brazo alrededor de mis hombros.
- Ciertamente lo es, Ruuku. Por eso es que no debemos de dejarnos vencer cuando un obstáculo enorme y pesado se pone enfrente de nosotros. Siempre debemos de tener en cuenta que aunque un ciclo se acabe, nosotros tenemos que seguir adelante, porque ese es nuestro trabajo.
Escucharlo me hizo apartar los ojos del cielo y mirarlo a él, sólo para observar que me dedicaba una amplia sonrisa amigable. Posterior a eso, volví a sonreír y a enfocarme en el panorama de la atmósfera.
-¡Sí! -dije con entusiasmo-... ¡Por eso es que he decidido cambiar! Lamentarme lo que he hecho o lo que no hice no sirve de algo, lo entiendo perfectamente, debo de prepararme día con día para ser siempre mejor en cada momento, aprender de mis errores para ir con cuidado y sobre todo... ¡Nunca rendirme!
Una risa escapó de mis labios seguida de una de él.
-Entonces, veremos qué tan bueno eres jugando a las atrapadas ahora.
Me golpeó suavemente el hombro y echó a correr, por un instante no supe reaccionar.
-OI! ¡eso es trampa! ¡Guy!
Salí corriendo tras de él. No podía detenerme a especular si era trampa o no. De eso se trataba ¿Verdad?: De hacer acciones correctas.
