Solo una razón
Todo está cambiado. No se sabe que paso realmente. Aquella explosión… ¿desapareció misteriosamente? Imposible, algo tuvo que pasar.
Nadie recuerda a aquel saiyajin que entro corriendo para advertirles que Freezer quería destruirlos a todos.
Solo pasaron 10 años después de que alguien misteriosamente apareció y evito que eso pasara.
Freezer no fue destruido. Solo fue gravemente herido. Su padre se lo llevo a él y su ejército para que se recupere.
Hasta ahora no se sabe nada sobre él. Si sigue con vida o no.
Los saiyajines entrenan más y más duro, solo por si algún día decide volver.
Nadie sabe exactamente que paso. Solo que no fue solo una persona . fueron dos.
Desde ese entonces muchas cosas cambiaron en el planeta Vegitta.
Una mañana. Un niño, que nació durante toda esa tragedia, despertó. Actualmente tenía 10 años y era un gran guerrero. Perteneciente de la clase baja . Tenía un gran poder oculto pero no sabía cómo expulsarlo.
Al sentir los rayos de sol golpear contra su cara, se levanto poco a puso su traje habitual y salió hacia el comedor.
Comenzó a oler su comida favorita. Se había dado cuenta de que su madre había llegado de su misión para ayudar a unos habitantes por la falta de agua.
-vaya, despertaste ¿tan temprano? _ dijo su madre al ver que el niño entraba a la sala donde se encontraba toda la comida.
-si. Anoche me acosté temprano _ contesto él, seguido de un corto bostezo.
-¿y tu hermano? _ mirando a todos lados.
-supongo que se fue a entrenar. Yo voy a hacer lo mismo luego de comer _ dijo, mientras se sentaba.
-¿y tu padre? Él nunca se pierde mi comida.
-supongo que en realidad no le gusta tu comida. _ recordando la vez en que su padre escupe toda la comida por la ventana hace 4 años.
*flashback*
-¿les gusto la comida? _ pregunto la madre del niño. –la traje de un planeta que encontré cerca de aquí.
-esta… _comenzó a hablar el niño de 6 años de edad -increíblemente…
-¡Kakaroto! … quiso decir que estaba… increíblemente… exquisita. _contesto lo contrario que quería decir su hijo.
-me alegra que les guste _ sonrío – coman que se les enfría.
Bardock no quería volver a probar la comida que en definitiva, estaba horrible.
-Ginne, ¿me pasas el agua?
-enseguida _ volteándose para buscar la jarra con agua y los vasos
Bardock agarra la comida de él y de sus hijos y la tira por la ventana, haciendo que esta caiga sobre uno de los guardias que prácticamente se encontraba dormido, antes de que la comida cayera de la nada.
-ya termine con mi comida. Me voy porque el rey me dijo que valla en cuanto pueda.
-¿y nosotros podemos ir? _ pregunto el hermano de kakaroto.
-mmm… no, ni lo sueñes _ contesto su padre mientras salía corriendo rumbo al castillo.
-bueno. Ya que les gusto tanto empezare a traer esta comida todos los días _dijo sonriéndoles a sus hijos.
"¿en que nos metiste, papá?" pensaron los tres hermanos.
*fin flashback*
-¡kakaroto! Hijo, ¿te sientes bien? _pregunto Ginne al ver a que su hijo no le contestaba
-¿eh? Ah, si. ¿Qué me decías?
-te pregunte hace más de una hora de por qué pensabas eso.
-¿de qué pensaba, que?
-¿Por qué piensas que a tu padre no le gusta mi comida?
-ah. No me refería a eso _ poniendo la mano detrás de la nuca mientras forzaba una sonrisa.
-¿entonces a que te referías?
-ah… emm… ya me olvide
Ginne había cambiado de cocinar esa comida, una vez se entero que ya no se vendía más, y que causaba algunos efectos en los saiyajines como: nauseas, disminución de energía y a veces mareo.
Bardock no sabía nada sobre el cambio, ya que empezó a comer en los que sería, una cafetería estilo restaurante para los habitantes del edificio, y nunca comía con su familia.
En ese momento entra Bardock.
-kakaroto, el rey quiere verte.
-¿a mí? _ pregunto, medio confundido
-¿a él? _ pregunto Ginne, igual de confundida que su hijo. - ¿para qué?
-a mi no me preguntes, solo me dijo que lo lleve.
-bueno _ parándose y yendo con su padre
Caminaron por largos pasillo, todos llenos de saiyajines, parecía que se hacía infinito. Los demás saiyajines miraban sorprendidos a Bardock y a su hijo caminar por los pasillos sin hacer alguna parada en las salas que siempre iban. Normalmente, kakaroto no salía casi nunca de su sala, o al menos por la puerta. Siempre saltaba por la ventana y se iba volando hacía algún lugar para entrenar. Tampoco iba caminando con su padre por los pasillos.
Al salir, caminaron un par de kilómetros. Luego kakaroto so dio vuelta para ver el edificio donde se encontraban los saiyajines. A él siempre le gustaba mirar hacia aquel edificio mientras iba volando a algún lugar para entrenar tranquilo y sin molestias, ver como se hacía cada vez más pequeño, lo hacía sentir de una manera inexplicable.
Empezaba a fantasear sobre su primera misión, sobre como derrotaría a todos los habitantes del planeta asignado. El problema era que él no era de esos saiyajines que solo piensan en destruir.
Cuando era muy pequeño, de unos 3 años, mientras jugaba cerca de un barranco, cayó accidentalmente y se golpeo muy fuerte la cabeza. Su hermano gemelo, Turles, le aviso inmediatamente a su madre que se encontraba a un par de kilómetros de ellos. Rápidamente lo sacaron de allí, pero no pudieron impedir su caída. Lo llevaron al hospital más cercano.
Él perdió todo lo que se diría "maldad" y fue siempre muy simpático, honesto, bondadoso y gran persona. A él le contaron esto cuando ya era más grande
-a partir de aquí comenzaremos a volar _ dijo de repente su padre, sacándolo de sus pensamientos.
Emprendieron vuelo hacia el castillo.
Desde arriba podían verse las casas de los sayajines que solo tenían permiso de vivir allí por ser de clase alta, o las más altas, que algunos, por suerte, podían vivir en el castillo.
-llegamos.
Nota de autora: este es el primer fanfic que hago. Espero que sea de su agrado. Lo entretenido pasara después, lo gracioso vendrá luego, y lo que todas las chicas quieren… el romance, comenzara en la primera misión de kakaroto.
Prometo actualizar pronto (pero no esperen que sea en unos minutos o mañana).
Nos vemos pronto.
TesoruDBZ.
