Mi obsesión por Law no se iba a quedar solo con un songfic, así que aquí tengo este LawxOC.

La historia transcurre en un mundo igual al nuestro, sin poderes ni nada por el estilo. Espero que os guste.

Disclaimer: One Piece no me pertenece, solo ésta historia y mi OC.

Capítulo 1- El lugar al que nunca deberías haber ido.

Caminar por las calles de Sabaody un sábado por la mañana con la intención de dirigirte a la escuela era algo horroroso y terriblemente humillante para cualquier estudiante. Pero debida la falta de respeto con la que Maya había decidido tratar con uno de los profesores nuevos, debía asistir como castigo.

Aunque ella jamás fue una persona demasiado problemática. Lo que sí era una persona que se deprimía con facilidad, y el haber suspendido cinco asignaturas ese semestre la hacía estar de muy mal humor. Y si, además, un profesor de dichas asignaturas le recriminaba en frente de toda la classe su poca falta de dedicación y talento para la física, su deplorable dificultad por las matemáticas y su poca facilidad de comprensión del inglés, ella no iba a quedarse de brazos cruzados como si nada hubiera pasado.

Habia dicho en voz alta todos aquellos insultos y ofensas con las que podría hacer enfadar a dicho ejemplar de un profesorado dedicado a arruinarla y, como era de esperar, aquel día tenia su castigo.

Dejó su chaqueta en la taquilla y subió los peldaños hasta el primer piso, dirigiéndose al aula 23 para ver la cara de esa person a la que habia odiado por varias horas. Pero, en lugar de la cara del profesor, la mismisima directora habia decidido dejarse ver.

-Buenos días, señorita Maya.- Dijo con una voz totalmente carente de sentimientos.- Parece que ayer tuvimos un pequeño percanze con uno de los nuevos miembros de nuestro profesorado... otra vez. ¿Alguna explicación razonable?

-¿Por qué no se encuentra el profesor aquí?- Ignoró a propósito la pregunta que le hacía la mujer.

Ésta se acomodó en la silla y se cruzó de brazos, observando a la castaña como quien ve algo terriblemente repulsivo.

-Creo que no está en condiciones de preguntarme nada a mi.- Dejó que la chica se asustara un poco, relamiéndose interiormente por aquello y, mientras se ajustaba sus gafas con la palma de la mano revisó los archivos que habia en su ordenador.- Según sé, no es la primera vez que vienen quejándose de su falta de respeto hacia el profesorado de nuestro instituto.

-Eso no sucedería si ellos también tuvieran respeto por mi.- Se cruzó de brazos indignada, aún sin atreverse a sentarse.

Califa, la directora de su instituto, le pasó un folleto mientras sonreía misteriosamente.

-Creo que sería interesante que lo leyeras en este momento.- Regresó a su tarea en el ordenador y Maya se puso a leer el papel que le habia dado.

Pasaron un par de minutos. La castaña tuvo que leerlo dos veces antes de cercionarse de que lo que allí habia escrito era lo que pensaba que era. Levantó la vista. La hurraca de la directora la estaba mirando con cara de creerse superior. Y ella estaba a punto de soltar una lágrima, puesto que tenía un nudo en la garganta demasiado apretado.

-P-pero... no tienen por qué llegar a este extremo...- Dijo en un susurro.

-Me parece recordar que te habíamos avisado con anterioridad sobre lo que sucedería si continuabas causando problemas en este instituto. El translado ya está preparado, así que el lunes empezarás las classes.

-¡Pe-pero...!- Esperó a que Califa dejara de hablar y le prestara atención.- ¿No le preocupa que cause problemas allí?- Era un intento desesperado de poder permanecer en su instituto, pero no pareció funcionar con una mujer de acero como la rubia.

-Esos intentos van a terminar frustrados, señorita Maya. Lo mejor seria que se apresurara a regresar a casa a decirle a sus padres lo sucedido, y a recoger las cosas de su taquilla. No queda nada más que decir.

-¡Pero...!

-Nada más que decir.- Califa la miró con un tic en la ceja, molesta por la insistencia de su alumna.- ya la avisamos anteriormente, recuérdelo. No queremos que nuestro instituto tenga mala reputación por su culpa.

-Eso no va a pasar.

-Largo.- Un aura oscura rodeó a la mujer.- Y que le vaya bien en la nueva escuela.

La castaña obedeció sin rechistar a pesar de sus ganas de rociar con insultos a esa mujer, y cerró cuidadosamente la puerta. Una vez en el pasillo, se puso a maldecir en voz baja. Ni siquiera se percató de la presencia de un estudiante rubio que era conocido en la academia. Su nombre era Duval, y muchos rumores afirmaban que, a parte de ser homosexual, solía codearse con la gente de los bajos fondos.

-¡Oh! ¿Dices que soy bello?- Dijo, cuando Maya regresó al mundo y le miró de reojo. No sabía qué era lo que estaba haciendo allí, pero de algún modo le incomodaba su presencia.- ¡Soy tan guapo!- Y acto seguido intentó guiñar un ojo, pero como ella ya sospechaba, no fue capaz de hacerlo.

-¿Qué estás haciendo aquí?- Preguntó. Aun trataba de guiñarle el ojo.

-Me enteré por Pauley, el profesor de tecnología, que te transladarían lejos de Water 7.- Terminó de guiñar el ojo y su rostro volvió a la normalidad.- ¡Oh, pero que guapo soy!- Bailó un poco en círculos antes de percatarse de la mirada impaciente de la castaña. Se dirigió hacia ella y le tendió una carta.- Hay alguien a quien necesito que le des ésta carta. Estudia en el instituto al que vas a ir y seria bueno si pudieras dárselo como un último favor.- Nuevamente trató de guiñarle el ojo.

Maya cogió la carta y, doblando el sobre que la contenía, se la guardó en el bolsillo interior de su chaqueta. No dejó que él le agradeciera porque era consciente de que tras todo lo que Duval habia hecho por ella, lo mínimo sería hacerle ese pequeño recado.

-Dile al profesor Pauley que lamento no poder ayudarle en la construcción de esa maqueta.- Si habia una cosa, una de las dos asignaturas que la castaña adoraba, era tecnología. Disfrutaba creando inventos cada vez más raros, y solía pasar las horas muertas dedicándose a ello. Y al arte, la otra asignatura sobre la cual podía presumir. Pero, de todos modos, ya poco le servía.

-Se lo diré.- Afirmó el rubio, desapareciendo por el pasillo hacia el taller, provablemente a recoger el desastre que el día anterior no habia terminado de limpiar. Tras el incidente con la sierra eléctrica, y a pesar de que Maya no creía posible que él fuera a ir un sábado por la mañana a la escuela, a Duval aún le quedaba mucho trabajo que hacer.

Quitó la pegatina de "¡Súpeeeeeeer~ate!" que Mozu y Kiwi le habían dado, y la pegó en el interior de su carpeta porque le daba pena tirarla, y recogió todos los libros y libretas que habia dejado allí. Su espalda iba a dolerle en el camino de regreso a casa, pero ya se las apañaría. Ahora el problema sería hablar con sus padres sobre el tema.

Así que, con el ánimo por los suelos, abandonó el instituto Water 7 para no regresar jamás.

Púdrete Califa, directora provocativa... escupió al suelo con desprecio. Ojalá te violen en un callejón oscuro. Fúrcia... palabras sin sentido e insultos espontáneos travesaban la mente de Maya mientras se mostraba rehacia a volver la vista atrás.

Llegó a casa no demasiado tarde para lo que ella queria, y entró por la puerta temiéndose lo peor. Fue en silencio hasta su habitación y, una vez hubo dejado la mochila en su lugar, se dirigió hacia el comedor con su mejor sonrisa y allí se topó con su padre, quién leía desinteresadamente el periódico, y con su madre, que pese a ser sábado estaba escriviendo alguno de los artículos para la revista en la que trabajaba.

-Has regresado pronto, Maya.- Escuchó que decía su padre cuando se dispuso a abrazarle.

-Si bueno...- Trató de pensar.- Es que la directora Califa estaba en un apuro, el profesor Pauley ha tenido que ir a ayudarla y al parecer algo ocurrió entre los pasillos del instituto que al final me han hechado y transladado a Grand Line porque un ratón pequeño la habia asustado.

El cigarro que hasta ese momento se habia estado consumiendo el padre de Maya cayó al suelo al tiempo que éste abría la boca más de lo necesario. Pronto reaccionó y cogió a su hija por los hombros, zarandeándola con fuerza.

-¿¡Cómo es eso de que te han transladado a Grand Line!?- Su madre también se habia girado cuando escuchó el cigarro de su marido caer al suelo.

...

-¡Robin!- Seguía insistiendo un joven pelinegro.- ¡Si tu vas Ace no va a quejarse! ¡Necesito comer carne! Vengaaa~.

Luffy, un estudiante de primer año del instituto, estaba zarandeando cual niño pequeño a una mujer de tercer año pelinegra y increiblemente calmada pese a estar aguantando a dicho joven. A su lado se encontraban un par de muchachos aproximadamente de su misma edad.

-¡No zarandees a una dama, Luffy!- Le regañó un joven rubio.- Robin es una bella flor que no puede ser tocada por alguien como tu.

Inflando los mofletes, el pelinegro se colocó bien el sombrero de paja que le había caído y miró con ojos de corderito degollado a su amiga, quien aún no habia dicho nada, manteniendo la esperanza de que aceptara salir al bar que habían abierto nuevo hacía pocos días.

Su hermano, Ace, no le habia dejado ir porque era consciente del peligro que ello conllevaba. Le habia perdido el gusto a recibir cuentas millonarias por la comida que siempre consumía su hermano, y le habia prohibido ir en un tiempo a menos que alguien "responsable" le acompañara.

Y parecía que ese "alguien responsable" iba a ser Robin aquella noche, aunque a ésta no le importaba acompañar a su joven amigo.

-¡Hoy toca cenar carne!- Exclamó el pelinegro alzando los puños al aire, rodeando a Usopp y a Franky, mientras bailaba una extraña danza que a Nami y a Robin les pareció peculiar. Sanji estaba destellando corazones debida la sonrisa comprensiva de la pelinegra.

Salieron de ese banco y Nami se encargó de llamar al hermano de Ace para explicarle la situación, mientras poco a poco iban hacia el bar "La estafa de Shakki". Tan sólo por ver el título, Nami se mostró rehacia a entrar y tomar algo, pero al ver los precios se relajó. Pese al nombre, seguía siendo un bar normal y corriente con precios normales y corrientes.

Se sentaron en una mesa alejada y, tras pedir todo lo que querían tomar esa noche (les saldría igualmente cara la cuenta tras haber pedido tantisimos platos con carne, por parte de Luffy), se pusieron a charlar, cada vez volviéndose más ruidoso.

Las horas pasaron y poco a poco la gente iba abandonando el local. La propietaria, Shakki, estaba observando divertida a aquel grupo escandaloso que no parecía cansarse de hablar a gritos. A parte de ellos, tan sólo había una clienta más en el bar.

Ésta se encontraba sentada en la barra. Llevaba toda la noche para comer un simple estofado y para beberse un simple refresco de cola. Pinchaba la comida con el comedor lentamente y su mirada se encontraba bastante lejana. Sus cabellos castaños cubrían gran parte de su rostro y, aunque en un principio Shakki habia mostrado curiosidad por saber quién era y por qué se encontraba a esas horas aún comiendo el estofado que seguramente ya estaba frío, pronto habia dejado de lado esa curiosidad suya para observar al grupo escandaloso del final de la sala, quienes ahora parecían estar muy entretenidos con una danza peculiar y horrenda.

Maya estaba dándole vueltas a lo que habia sucedido aquel día. Varias horas habían pasado desde que sus padres habían buscado un pequeño apartamento y le hubieron ordenado marcharse de casa. Le pagarían una pensión al mes, pero a cambio de aquello debía mejorar notablemente y, ya que no estaban en sus mejores tiempos, y coger el bus desde su barrio hasta la otra punta de Sabaody resultaba tremendamente caro, habían decidido alquilar un piso cerca del instituto.

Y por eso aquella misma tarde ya se encontraba semi-instalada, pero a falta de comida en la nevera decidió salir al bar más cercano. Y allí había pasado las últimas tres horas. Apenas terminó el primero que entraron el grupo de Luffy, y apenas decidió beber un sorbo de su cola que estaba perdiendo gas. Nunca antes se habia arrepentido de algo que habia hecho, y ahora lo hacía enormemente. Nadie le pidió que insultara de tal modo al profesor.

Y por su culpa (la del profesor), se encontraba allí, viéndose obligada a comerse un pedazo de carne que ya habia perdido todo el sabor y estaba frío, y a beberse un refresco al que ya no le quedaba nada de gas. Se daba pena a sí misma.

Por otro lado, Luffy continuaba pidiendole carne a Shakki. Aunque se la habia terminado toda él solito, y la cuenta le costaría un ojo de la cara a su hermano Ace. Sin embargo, y por primera vez, divisó a esa chica sentada en la barra, observando un trozo de carne. Carne...

Se levantó de un salto y se acercó a la joven, algo receloso porque no parecía haber advertido su presencia en ningún momento.

-Oye...- Dijo, viendo babeante el trozo de carne casi intacto que descansaba en el plato. No respondió.- Oye...

Maya se giró, dejandole ver al pelinegro con sombrero de paja sus ojos, molestos, al ver que interrumpían sus pensamientos. Sin embargo, la sonrisa del joven la sacó de su enfado y escuchó su petición en silencio.

-Claro.- Dijo al fin.- Tomalo.

Le cedió el plato, mientras él se lo comía allá mismo y le dedicaba una última sonrisa. A Maya le gustó, parecía ser un chico sincero y amable, el típico "amigo de sus amigos".

-¿Vienes con nosotros?- Le preguntó mientras se relamía los labios.

-No, gracias.- Se levantó con la intención de irse, pero por algún motivo paseó su vista por el grupo que le habia señalado Luffy, y una persona la cautivó por completo. Sentada al lado de una radiante y sumamente atractiva pelirroja, estaba sonriendo levemente ante las estupideces de un pervertido con tanga que levantaba los brazos, formando una estrella con otras dos que tenía tatuadas en los brazos.- Bueno, tal vez no estaría mal ir contigo a conocerles.- Dijo, provocando una sonrisa en el joven.

-Shishishishi...- Rió, mientras iba saltando hacia el lugar en el que la fiesta continuaba. Shakki recogió los platos de la chica sonriendo, porque parecía que las cosas serian más interesantes que de costumbre aquella noche.

-Chicos.- Dijo el pelinegro.- Ésta es una chica amable que me ha dado su carne. Se llama...- Se dirigió hacia la castaña.

-Maya.- Terminó.- Encantada.- Sin embargo, pese a querer dirigirse a todos en general, fijó su vista en esa persona. Un rubio la halagó por su belleza y la invitó a sentarse a su lado. Y si aceptó, fue solo porque se encontraba de igual modo al lado de esa persona que tanto le interesaba y le empezaba a gustar.

La miró de arriba a bajo, observando su cuerpo perfecto, sus ojos hermosos y su cabello... atrayente, como su rostro. Los demás hablaban, pero se habia quedado prendada en su belleza. No era algo que solía pasarle a Maya... bueno, debía aceptar que se enamoraba de imposibles con mucha frequencia, pero le pareció que esa vez era distinto.

Se aferró a ella con fuerza. Olió su aroma, se emborrachó con él. Dicha persona la miraba con algo de desconfianza y, finalmente, Maya declaró:

-No voy a permitir que nadie se te acerque.

Y todos se quedaron viendo asombrados como la castaña se aferraba y miraba amenazante al rubio, dirigiendo esas palabras a él en particular. Cabello negro, ojos celestes, nariz recta, morena, cuerpo de ensueño... esa era Robin.

-¿A Maya le gusta Robin?- Dijo Nami, aún sorprendida.- No me digas que eres...

-Bisexual.- Aclaró, alzando el dedo índice pero sin separarse de Robin.- Y más te vale no coquetear con ella.- Le sacó la lengua.

-No tenia pensado hacer eso...- Dijo, suspirando, la pelirroja.

-¡¿Maya no me amará?!- Exageró Sanji, quien desprendía un aura pesimista y peculiar.- ¡Esto no puede estar pasando!

La aludida le dedicó una mirada sombría y, separandose de Robin algo sonrojada, continuó la charla como si nada hubiera pasado. Sin embargo, la morena sonreía, ya fuera por ternura o por no saber qué hacer. No era como si no aceptara que la joven era guapa, pero a ella no le atraían las mujeres. Y pese a que Maya lo sabia, porque tenía un doble sentido por aquello, no quiso separarse de la morena en toda la noche.

No sabia cuanto cambiaría su vida a partir de entonces.

Aclaración: el físico de todos es el que tenían antes del salto temporal.

Esto sigue siendo un LawxOC, aunque él no haya aparecido en este capitulo va a hacerlo en los siguientes. Espero que os haya gustado este fic :))

Otra cosa: sé que prometí escribir "Cartas a Natsu", pero imaginé este fic y al ponerme a escribir, salió solo. Prometo a todos los que estaban esperando el fic de FT que voy a escribirlo, pues me estoy poniendo a ello para tener más avanzado. Aún así, la fecha para publicarlo aún está un poquito lejos, a no ser que decida llevar cinco longfics a la vez...