*Explota por que debería estar estudiando Tecnología y ha decidido escribir otro Fanfic* YEAH BEACHES, Dos fanfics en dos días, no se que coño me pasa xD
Este fanfic es una disculpa para mi BFF Yatih (mi Best FanFiction :3) que le ''prometí'' un fanfic y pase un poco de ella PERO COMO ELLA PASA DE MI POR WASAP, YO PASO DE ELLA POR FANFRI :/
Total, que esta paranoia (es una paranoia caca porque entre que es cortito, es crack y está mal escrito) es pa ella porque es la más mejor escritora después que mua -mentira toh, escribo como el culo-
Y ahora dejando esta dedicatoria, si esa era la dedicatoria, pues empiezo a explicar mi cosa rara que llamaremos Fanfic.
Es crack, empezamos con eso desde ya, y los protagonistas son: Er buenorro de Toño e Islandia, que es el putoh amoh. En verdad no me gusta Islandia no se porque empeze a obsesionarme con el x3 Y bueno es de amor~ y la pareja principal es SpaIsl (como mola el nombre) pero tambien hay Spuk. Este fic es un fic de odio a Inglaterra en el que se le tratara como puta que es ;3 Que maja soy.
Y ya no hay na más. Por ahora tengo un cap dudo que lo continue si no tengo reviú -algo que dudo mucho-
Advertencias: Lo típico: Inglaterra puta, España parece una adolescente con sus dramas amorosos, Islandia depresivo, a Puffin se lo comió Kumanjiro porque no lo he metido, America tiene un serio problema mental, POSHOCOLATE PAS TOS y tal.
Disclaimer: Debería estar estudiando y lo sabes, EVERYBODY, PUT YOUR HANDS UP *música guay, música guay*. Hetalia es mio, beacheeeeees~ Nah, es coña. O no. O si. O no.
CUIDAICO CON LAS FARTAS
Pa la YáÀaTíÌh tÓo RéèSHúÚlÓònÁàh (es muy choni, ya)
¿Quién te quiere y te cuida, como yo? Son pensamientos
Capítulo 1
Por lo que hice por ti y tu no sabías
''No te vayas, no me dejes así'' te hubiese dicho entonces.
Pero no dije nada sin embargo.
Me quede quieto, allí, bajo la lluvia, como un perfecto imbécil,
viendo como te ibas para siempre.
Un chico de ojos color agua que se encontraban debajo de unas cejas fuera de lo normal. Su piel blanca contrarestaba con su pelo rubio. Era delgado y alto, parecía delicado, y en cierto modo, lo era. Con la cabeza bien alta para que se viera lo orgulloso que era, agarraba con una de su manos a su acompañante. Este era todo lo contrario, piel morena tostada al sol y con grandes músculos. Pelo castaño alborotado y dos grandes esmeraldas que decoraban su rostro. Iban alegremente intentando contagiar a su amigo, con ningún resultado.
Eran la noche y el día. El sol y la luna, el aceite y el agua. Si uno hacía una cosa, el otro hacía lo contrario. Destinados a odiarse hasta el fin de sus días y a joderse mientras vivieran. España e Inglaterra. Antonio y Arthur. Enemigos para siempre. O tal vez no.
¿Cómo habían llegado a ser novios? Nadie lo sabía. Un día habían saltado con la tontería y nadie se lo había creído hasta que Toño le había comido la boca en medio de la conferencia. Desde entonces, las cosas habían cambiado bastante.
Si bien mucha gente se había opuesto a la relación (vease todos los franceses menos Mónaco), nadie consiguió cortar la relación. Se veían cada día más enamorados, entre besos y grititos por parte del tsundere. Todos al verlos pasar cogidos de las manos soltaban el típico ''Aawwww'' que hacía que el británico se sonrojara. Quién fuera ellos ¿verdad?
Pues eso mismo pensaba España.
Eso era lo que aparentaban ser y, es verdad. La primera semana lo fue, la segunda no. La pasión hizo ''¡Puff!'' y se cayo con todo el equipo. Ni caricias, ni besos, ni llamadas, ni ''Te quiero'', a no ser que fuera en público. Y eso desconcertaba al ibérico.
Un día me quiere y me ama con locura y al día siguiente ''si te he visto, no me acuerdo''. Solo tenían momentos de pareja cuando el inglés aparecía en busca de sexo y ya esta, nada más. Él tan positivo que era no lo tomaba en cuenta. Solo es hoy intentando justificar los actos de su novio Tendrá un mal día.Pero eso ya no era un mal día, era una mala relación.
Y aún así no perdía la esperanza. Todas las mañanas al despertarse, le mandaba un ''Buenos días, amor'' o un ''Ojalá estuvieras conmigo''. Se molestaba en hacerle los recados que tenía. Le recogía antes de las reuniones ¡Incluso había dejado el tema de Gibraltar por él! Pero no servía para nada.
Era en esos momentos al llegar de las reuniones, en los que Arthur cogía su mano ágilmente y se ponía a sonreir cortadamente finguiendo un sentimiento que, a su parecer, no era mutuo.
Ahora, andando por los pasillos para hacer tiempo antes de entrar a la reunión, se dedicaba a pensar en su relación ya que ninguno de los dos hablaba y no se molestaban en hacerlo.
Siguieron andando hasta llegar al comedor donde no había nadie por que eran las 11:50 de la mañana y todos habían desayunado. Menos uno.
Estados Unidos.
Su principal enemigo. Sabía que le gustaba Inglaterra y sabía que a la más mínima que se despistara , se lanzaba a por él. Pero, gracias a Dios, su novio ya le había dicho a Alfred que no. O al menos eso le había dicho a él.
El de las gafas dejo de comer su hamburguesa (Típico aperitivo de media mañana) y saludo cual bobo al otro rubio, como si no le hubiera visto. Rápidamente, Arthur se soltó de el hispano y se dirigió con una sonrisota a su ex-colonia.
- ¿Se puede saber que haces comiendo ahora? - Dijo intentando parecer serio.
- Tengo hambre.
Era una conversación normal si no mencionamos que el inglés estaba casi tirado encima del americano que ni se inmutaba. Un poco más cerca y se estaban besando. El español ajeno a todo esto, se quedo en la puerta de la sala mirando como su ''novio'' ''hablaba'' con su ''amigo'' entendiendo novio por follamigo, hablaba por provocaba y amigo por puta de turno.
- Yo también tengo hambre.
- ¿Y qué quieres? Tengo hamburguesa, patatas... - El de ojos verdes le señalo su buffet a lo que el otro respondió acercándose a su oreja y diciendo.
- Te quiero a ti.
Vale. Eso era el jodido colmo. Mucho era que soportara los roces que tenía con el francés, que viera los besitos que se daba con el japones y que aguantara los abrazitos con el canadiense ¡Pero eso ya era pasarse!
España salió pegando zapatazos en el suelo y haciendo que los otros dos miraran confundidos como salía corriendo de la habitación. El ingles miro con cara de sorpresa mientras que el joven decía confundido.
- ¿Él también quería comida?
Apartarse, coño.
Todos los putos países entraban a la vez de repente. Y como él iba a contracorriente pues como que tenía que joderse e ir empujando a todos. Ignoro los comentarios de sus amigos y los insultos de las otras naciones ¡Tenía sus problemas!
Él ya sabía, desde antes de empezar a salir, la fama de putita de su amante, pero eso era ya pasarse. Recorría los pasillos de aquel edificio al tuntun y cada vez había más gente y más gente que le impedía moverse pero le daba igual, estaba mal y nadie le iba a impedir que siguiera su camino.
Excepto él.
De repente, un chico de pelo blanco y poca estatura, se quedo parado delante de él. De sus mejillas brotaban lágrimas a raudales y sus ojos amatistas eran preciosos. Pensaba hablar pero el joven se abrazo al español y comenzó a llorar más fuerte. No sabía que hacer, las personas seguían entrando y empujándoles, no podían quedarse ahí en medio.
- Eh, tranquilo – Antonio buscaba las palabras precisas para no herirle-. T-Te invito a un refresco.
Como iba a saber él que con una propuesta empezaría todo.
Frío.
La bebida estaba fría. Y encima hacía frío afuera.
Islandia.
¿Desde cuando existía eso? Es más, ¿dónde estaba y por qué era la reunión allí?
Agradeció al cielo que hubiesen podido salir de esa marea de gente porque sino hubieran terminado ahogados. Estaban sentados en el suelo apoyados en unos grandes ventanales que formaban la pared y desde la que se veía las calles de aquella helada ciudad.
Pero a España no le importaba. A él le importaba el chico. Estaba sentando al lado suya bebiéndose un chocolate caliente como si la vida le fuera en ello. Había dejado de llorar pero no decía ninguna palabra, se quedaba ahí contemplando el chocolate y luego a las personas del pasillo, y de nuevo al chocolate, al pasillo, chocolate, pasillo, chocolate, pasillo, chocolate, Antonio.
- Lo siento.
Se asusto más que cuando descubrió que la tetas de Ucrania no eran operadas. Se fijo en el albino, le sorprendió la seriedad en su voz y aunque intentaba sonar serio y tranquilo, se notaba que había estado llorando. Y también es que la mancha de chocolate que tenía en la mejilla le impedía tomárselo enserio. Se quedo un rato en silencio y por primera vez en mucho tiempo, sonrío de verdad.
- ¡No es nada hombre! - Dejo escapar una risita pero al ver la cara del chico se callo.
- Ha sido un día muy largo...
- Pero si acaba de empezar.
El chico miro al castaño más detenidamente y volvió a fijar su vista en el chocolate.
- Aún así.
Que diversión. Dos personas a las que la vida le iba como el culo, unidas. Se sentía como Lituania cuando Bielorusia le decía que no, solo que él no se cortaba las venas cual adolescente. Observo como el pequeño se levantaba del suelo dispuesto a irse y le extendía la mano.
- Ven. Apuesto a que no tienes ni idea de donde estás.
Por no saber, no se si Islandia existe o me están gastando una broma.
España se rió y agarro la mano del pequeño. Se metieron en aquella muchedumbre de gente que no parecía acabar y empezaron a andar. El chico iba decidido sin saber siquiera a donde quería ir el otro. Se quedo alucinado mirándolo y le recordó a Inglaterra. Al del principio. El rubio histérico del que se había enamorado y no a la puta que le trataba como un juguete.
Antes de que se diera cuenta, estaba en la puerta de la sala de reuniones con la mayoría de países sentados. Fue a darles las gracias al chico pero no estaba.
Confuso, se sentó en su sitio al lado de su novio que en vez de fingir una sonrisa, le ignoraba completamente y estaba coqueteando con el americano que no pillaba las indirectas.
Una vez todos sentados, se cerraron las puertas y hubo un silencio. Un hombre (que seguramente fuera el presidente de Islandia) empezó a hablar y a contar los típico de las reuniones, que si buenos días, que sí gracias por venir, que si Islandia sí que existe.
Aprovechando que nadie le miraba, se acerco a su ''novio'' y le susurro sin apartar la vista del hombre que hablaba:
- Tenemos que hablar.
El rubio le miro con un poco de asco y volviendo al presidente, contesto un ''Desde luego'' que hizo que se estremeciera. Él también lo había pensado, lo intuía. Había sido una bonita relación pero que se le iba a hacer. Se hacía el desinteresado pero no era verdad.
Tenía un nudo en la garganta. ¿Por qué? ¿Todo este tiempo para nada? Todas los besos a escondidas, todos los te amo antes de irse, todas las conversaciones por la madrugada en la que se confesaban todo, ¿había sido mentira?
No quería pensarlo porque por mucho que dijera que le trataba como un perro, le amaba. Se había obsesionado con él y no quería dejarlo. Quería que fuera suyo y solo suyo, que nadie lo tocara, era egoísta pero se la suda. Era su novio por que le amaba.
O puede que no ¿Por que empezaron a salir? Arthur se lo pidió pero, ¿acepto por amor? ¿O por desesperación tras haber sido rechazado por Romano? No, eso no era amor. Pero había algo. No sabía definirlo pero no podría aguantar ver al británico con otra persona aunque solo fueran amigos.
Nunca lo permitiría.
Pensando y pensando en que le iba a decir (porque le había dicho con toda la chulería de un español que tenían que hablar y ahora no sabía que tenía que contarle), se acabo el discurso de presentación y apareció el país anfitrión.
Aunque todos ya lo conocían, Antonio se llevo el segundo susto de la mañana y ambos provocados por la misma persona.
Frente a él, se encontraba un chico bajo con el pelo blanco y piel muy clara que inspecionaba la sala con sus grandes ojos violetas.
Ante él se encontraba la viva representación de Islandia.
Con una mancha de chocolate.
Es tu porquería de fanfic, asi que no es mi culpa *Huye en su triciclo de la Barbiu con su escuadra tuneada* Ya me estás dejando un buen reviú por hacertelo, guara.
Y a los demás, que seguramente no sea nadie, pos lo sorry por haceros perder el tiempo con esto pero weno, asi es la life.
Venga guapísimas y guapísimos, dejarme un reviú y os regalo, la felicidad de dejarme un reviú y además os regalo *redoble de tambore* ¡una bici de la Barbiu imaginaria! ¿Como os quedais? Muerticas.
Pos ya esta people, que os dejo viví.
¡Besicos pas toas!
Si me deja un reviú, te envio poemas de mi puño y letra, te envio canciones de cuatro cuarenta.
