LAS CASUALIDADES NO EXISTEN...
Bueno, bueno, bueno... este es mi primer fic en solitario. Creía que nunca llegaría a esto pero aquí estoy. Sólo os pido que tengáis mucha paciencia conmigo. Prometo esforzarme muuuucho en este fic... y en todos. Empieza cuando faltan unas pocas semanas para Navidad. En ralidad lo pensé como una historia corta opara Navidad pero se está convirtiendo en una historia muuuy larga Simplemente lean y disfruten. Y dejen muchos reviews!
Cápitulo 1. Desconocidos incompatibles
FALTAN 4 SEMANAS Y MEDIA PARA NAVIDAD
Sakura caminaba con paso decidido esquivando la gente por las aceras de la ciudad. Iba muy abrigada pues no soportaba nada bien el frío. Un gorro le cubría la cabeza casi hasta los ojos verdes, dejando ver por debajo unos mechones de pelo castaño claro. Unos enormes guantes le resguardaban las manos aunque no por eso dejaba de frotárselas para combatir el frío. Detrás de la enorme bufanda los dientes le castañeaban y no podía evitar que los escalofríos le recorriesen toda la espalda.
Era invierno y ya todas las calles estaban decoradas con luces, enormes abetos con todo tipo de adornos presidían las plazas, y lo que más la molestaba, había publicidad navideña allá donde mirase. La nieve cubría las calles y marcaba los caminos por donde la gente y los coches circulaban. Ciertamente las Navidades no eran su época preferida más bien la detestaba. Pero, ¿porque tenían que empezar a decorar las calles y ha lanzar larguísimas campañas publicitarias cuando todavía no había empezado el mes de diciembre?
Era el típico día que le habría encantado quedarse en casa con un tazón caliente entre las manos tapada con una manta. Pero no. Tenía que ir a una entrevista de trabajo. Los últimos lugares en los que había trabajado no cumplían sus expectativas o bien era incapaz de realizarlos. Quería encontrar algo lo suficientemente agradable como para durar unos meses. Ya era hora de que empezara ahorrar algo más que lo justo para tirar adelante cada mes.
Absorta en sus pensamientos la muchacha seguía caminando hacia delante intentando no sumirse en ese patético ambiente que reinaba en la ciudad cuando de repente chocó contra un bulto enorme. Levanto la vista para encontrarse frente a un enorme Papá Noël de casi dos metros quien ni si quiera se había inmutado. Estaba junto a la puerta de unos grandes almacenes y por eso había mas gente de lo normal haciendo casi imposible caminar.
-¡Genial un barrigudo me impide llegar al trabajo!- dijo casi enfadada mientras daba unos pequeños golpecitos a ese hombretón vestido de felpa roja- disculpe, ¿le importaría apartarse?.-Pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Parecía atrapada entre ese mar de gente con bolsas enormes.
Por fin, después de persistir Papá Noël se giró. Tenía una enorme barba blanca y la cara roja por el frío. En la gorra llevaba la insignia del centro comercial junto al que estaban. Soltó una carcajada y le ofreció caramelos de su saco. Sakura no cabía en sí de asombro. No sólo estaba harta de las Navidades (y eso que aun no habían empezado) sino que un hombre con una barriga prominente la había tomado por una niña mendigando caramelos. Al no reaccionar el hombre se giró para ofrecer caramelos a un niño que estaba junto a ella.
- Juntai, ya está bien, tienes suficientes, no cojas tantos y da las gracias- dijo un hombre alto y castaño que acompañaba al niño mientras él mismo cogía unos pocos.
- Jo jo jo pequeño! Coge todos los que quieras pero vigila no te los comas todos de golpe, Jo Jo Jo.- en ese momento Papá Noël notó como alguien le arrancaba la gorra desde atrás y le daba un empujón. Era la misma chiquilla a la que acababa de ofrecer caramelos.
-¡Oiga gordinflón! Hay gente que tiene cosas más importantes que hacer que quedarse parado en la calle porque alguien como usted le impide el paso, ¿me entiende?- dijo Sakura muy malhumorada y empujando al hombre para abrirse paso. Pero justo en ese momento empezó a oír como unos cuantos niños empezaban a sollozar a su alrededor.
- uaaaaaaaa! Esa niña mala esta pegando a Papá Noël – gritaron dos o tres pequeños.
-Coja su estúpido trineo con sus ridículos cervatillos y vuélvase al antro del que salió- Continuó la muchacha implacable no importándole que la gente empezaba a hacer un corro a su alrededor.- y haga el favor de llevarse también a esos duendecillos enanos que invaden la ciudad.- El hombre disfrazado de Papá Noël se distanció de la muchacha e intentó pasar desapercibido, no quería buscarse problemas.
-¡Ahora la bruja lo espanta! Papá Noël se irá... – los niños seguían sollozando ante la escena.
-Tranquilo Juntai... solo está jugando con él... no le está pegando, - intentó tranquilizarlo el muchacho que lo acompañaba. Después se giró hacia la agresiva muchacha enfadado por su comportamiento. Fue esta la primera vez que esa dulce mirada ámbar se sumergió en los profundos ojos verdes. Pero pasaron ese momento por alto recordando los acontecimientos. - Y usted, ¿le parece bonito ir agrediendo a la gente por la calle? Que pasa, ¿qué si alguien es feliz tiene que machacarle?
-¿Y se puede saber quien diablos eres tu?¿otro duendecillo del gordinflón? ¿Pepito Grillo, la voz de la conciencia?
-No tranquila, a ese ya lo derrotaste el otro día. Por eso ahora te dedicas a estropear las Navidades a base de golpear a Papá Noël.- Ahora los pocos niños que quedaban ya no sollozaban sino que lloraban a lágrima viva creando un sonido inaguantable
-Mira no le estropeo las Navidades a nadie porque todavía estamos a 25 de noviembre. Si los centros comerciales no se han dado cuenta y ya han decidido empezar la época navideña me parece muy bien, pero: ¡Todavía no es Navidad! Y a ver si alguien más en todo el resto del mundo se quiere dar cuenta de esto. –El enfado de Sakura empezaba a llegar a la cólera- Y haz el favor de decirle a tu hijo que pare de llorar de una vez, ya ha demostrado lo mucho que es capaz de gritar.
-No es mi hijo.
-Ahhhh... entonces es que te dedicas a utilizar a criaturas como él para atraer a las mujeres sensibles y ligar, ¿no? Alquilas a niños para utilizarlos como cebos... muy interesante... o más bien degradante pero resulta que la mala soy yo por abrir paso en las aceras de la ciudad. Asqueroso cerdo filibustero con actitudes denigrantes.
-¡No! Pero... aunque así fuese creo que contigo no necesitaría un cebo como niño sino más bien repelente o mata ratas. Y tu no abres paso sino que ¡arrasas con todo ser viviente!
- Mira, encefalograma plano, me alegro mucho, y ahora tengo mejores cosas que hacer que discutir con un mediocre discípulo del espíritu navideño.- Y con estas palabras Sakura se fue dejando al muchacho y al niño alucinados en medio de la calle.
-¡Hola! Ya hemos llegado- saludó Shaoran a su hermana Fimei entrando por la puerta de la casa. Ella llevaba muchos años viviendo en Tokio, desde que se había casado. Shaoran apenas llevaba seis meses. Se había mudado ya que su empresa lo había trasladado y aquí tenía la oportunidad de tener un cargo importante dentro de su empresa. Durante unos meses vivió en un apartamento relativamente cercano a su trabajo pero tuvo que dejar el lugar porque el casero había decidido hacer obras en todo el edificio. Se instaló temporalmente en casa de su hermana. De este modo también podía pasar más tiempo con ella y con sus sobrinos a lo que antes apenas veía.
-¡Mamáaaaaa!- Juntai entró corriendo a abrazar a su madre rompiendo a llorar nuevamente y entre sollozos intentaba explicarle algo.- la bru... la bruj.. la bruja... es ma... ma... muy muy mala... y pega... la niña mala pega a Papá No...
-¿Que te pasa Juntai?- dijo Fimei, su madre, abrazando al pequeño y mirando inquisitivamente a Shaoran.
-No pasa nada. Es sólo que hoy nos hemos encontrado con una chica por la calle un tanto malhumorada. No era una niña... más bien era una vieja refunfuñona atrapada en el cuerpo de una joven. – Shaoran recordó la escena, no podía comprender como había gente que podía comportarse de esa manera- Se ha ensañado contra el Papá Noël del centro comercial.
- ¿Como???? ¿Una chica peleándose en medio de la calle con un Papá Noël? ¿Delante de los niños? Pero que descaro... y que poca consideración. Oye recuerda que tienes que llevar a Akane a clases de piano.- Shaoran asinti
En ese instante entraron en el salón los hermanos de Juntai y se pusieron al corriente sobre la historia de la joven malhumorada, ahora apodada como bruja. Mientrastanto Shaoran se despidió pues todavía tenía muchas cosas que hacer y todavía tenia que llevar a su sobrina a clases de música. Con un poco de suerte podría ir a comprar algunos de los regalos de navidad esa misma tarde.
Shaoran había salido más temprano del trabajo. Iba vestido con un traje impecable con corbata. Estaba haciendo cola en el banco ya que necesitaba sacar dinero para ir a comprar regalos navideños. Era cierto que todavía faltaba mucho para entregar los regalos pero en pocos días los precios estarían por las nubes y muchos de los juguetes nuevos solían agotarse. La cola era desesperante, llevaba más de media hora ahí de pie y tenía la sensación de que no se había movido. De vez en cuando alguno de los clientes que estaban esperando en la cola se iban presos de la impaciencia. Shaoran estaba dispuesto a esperar lo que hiciese falta.
Detrás de él una mujer le pedía a su hijo que dejase de llorar. La insistente criatura no había dejado de gritar desde que pusieron a la cola. Finalmente la madre decidió abandonar la cola. En un primer momento Shaoran se sintió aliviado, pero poco duró su sentimiento. Sus ojos no daban crédito. Justo detrás de la mujer estaba esperando la joven que esa mañana había luchado contra el Papá Noël. Las miradas de ambos se cruzaron y de inmediato fruncieron el ceño.
- Vaya... ¿tú otra vez? ya tenemos a la maltratadora... tendrías que haberme avisado que me seguirías. Podría haber comprado mata ratas para probarlo. Aunque no sé si llegaría a funcionar con un monstruo como tú.
-Si, lo que tú digas degenerado alquila-niños... - ambos se miraban fijamente mientras unos rayos salían de sus ojos.- Y encima de traje, ni que fuese un mafioso... ¿quien te crees que eres? ¿Al Capone?
- A ver, déjame adivinar... - Shaoran colocó su dedo índice en la barbilla haciendo ver que pensaba...
-Mejor no pienses mucho no vaya a ser que te reviente la cabeza y luego me culpes a mí por ello.- dijo Sakura sarcásticamente.
Shaoran trató de ignorar su molesto comentario y continuó con su expresión pensativa- ¡Ya está! Clarísimo, sin lugar a dudas.
- ¿El que?-preguntó ella curiosa mientras él sonreía malévolamente.
- Pues pensaba porque debías haber venido al banco. Pero está clarísimo... debes haber venido para sacar dinero y poderte comprar unos guantes de boxeo. Así resultarás arrasadora – Una vena surgió en la frente de la muchacha. – Aunque, si quieres mi consejo, - continuó Shaoran- quizás podrías comprar una metralleta o una granada de mano para destruir el taller de Papá Noël... o... ¿no me digas que eso ya lo has hecho?
Sakura sacaba humo por las orejas. ¿Cómo se atrevía ese desconocido a tratarla así? Se estaba mofando de ella. Pero... ¿qué se había creído?
- Bueno verás en realidad pensé en hacerlo pero entonces vi una noticia muy interesante en el periódico y en vez de destruir la morada del gordinflón me quede leyendo en casa. – Shaoran la miraba sin entender a que venía eso- Sí, la noticia era muy interesante. Trataba acerca de un nuevo estillo de perversión a los menores. Se ve que gente sin escrúpulos se dedica a comerciar con niños para así llamar la atención de las mujeres. Suele ser gente poco agraciada, antisocial y sexualmente inactiva, sabes a que me refiero, ¿no?- Sakura trató de dirigirle una mirada inquisidora pero le costaba mantener sus ganas de reír. Eso era una batalla. A ver quien llegaba más lejos.
- Ohhhh vaya... Así que... si esa noticia te impidió cometer un atentado... y esa noticia existe gracias a mí... Yo soy una especia de héroe, ¿no? ¿Es a eso a lo que te referías????- Una gota resbaló por la nuca de Sakura, le había salido el tiro por la culata.
Decidió ignorar al irritante muchacho y permanecer en la cola. Al cabo de unos pocos segundos Shaoran también se giró hacia delante dando la espalda a la "bruja". Cuando todo parecía más clamado el joven, aburrido de estar tanto rato en la cola, empezó a canturrear una canción Navideña por lo bajo. Sakura se ponía nerviosa por momentos. Cruzó los brazos mientras daba golpecitos insistentemente al suelo con su pie. Hasta que no pudo soportar más.
- ¡Por el amor de Diós! ¿Puedes hacer el favor de callarte???- dijo furiosa.
-¡Oh no! ¿Vas a pegarme por que me gusta cantar?
- ¿Cantar??? Eso no es cantar... más bien parecía que estuviesen torturando a un gato. Casi prefiero al niño que no dejaba de llorar que tus alaridos.
-No, si eso ya lo sabía. Un niño llorando es tu sonido preferido. A ver... déjame ver... Mira, tres personas por detrás de ti hay otro niño. ¿Por que no vas y le quitas la piruleta para distraerte un rato? Estoy seguro que es algo que sueles hacer con frecuencia.
Sakura frunció el ceño muy enfadada. La bromita ya no tenía gracia. Se lo iba a devolver con creces. Se acercó un poco hacia delante y ante el asombro del muchacho tocó el culo del hombre que hacía cola justo delante de Shaoran. Luego volvió a colocarse en su lugar rápidamente. El hombre se giró molesto y vio a Shaoran inmóvil sin saber como reaccionar.
- Pe-pe-perdone. Yo, yo... Yo... n-n-no no... no he... – fue lo único que logró decir. Toda la sangre le había subido a la cabeza, no se sabía si por el enfado o por la vergüenza. De repente una cabecita surgió por encima de su hombro.
-Disculpe señor. De verdad lo siento mucho. Es que mi amigo... pues como le explicaré. Verá, mi amigo... pues no esta del todo seguro sobre sus inclinaciones sexuales, ¿me entiende? – Si en ese momento Shaoran no hubiese estado paralizado se habría puesto a gritar como un loco. Ese podía ser el peor día de su vida - Entonces le dije que debía comprobarlo pero nunca acierta el lugar adecuado. Mire que he intentado detenerlo pero es una cabezota. Intentaré que no vuelva a hacerlo.
-Eso espero- dijo el hombre pasmado ante la situación.
-Pero mírelo por le lado bueno- continuó Sakura intentando contener las carcajadas.- Mi amigo le encuentra tremendamente atractivo.
El hombre se giró intentando dejar de lado la incomoda situación. Shaoran se volteó para ver a la joven que casi le caían lagrimas de tanto reír. Él en cambio tenía una mirada asesina en el rostro.
-A tu lado Satanás es un angelito inocente.
Se iba a enterar con quien se estaba metiendo. Se giró y empezó a idear un plan. Pero debía ser rápido. Ya casi estaban terminando la cola.
Al cabo de un rato de reírse mucho Sakura pensó que tal vez se había sobrepasado un poco. El pobre muchacho miraba hacia delante muy serio y a una distancia prudencial del hombre que le precedía. Sakura le tocó en el brazo para avisarle y preguntarle si estaba bien pero justo en ese momento él esbozo una media sonrisa, se giro hacia ella y...
- NO, NO y una vez más le digo que ¡NO! – Gritó por lo alto para que todo el mundo pudiese oírle. Sakura se temió lo peor.- ¡LE HE DICHO QUE NO PIENSO ACOSTAMRE CON USTED EN EL LAVABO Y NO ME VA A HACER CAMBIAR DE OPINI"N POR MUCHAS PROVOCACIONES QUE ME LANCÉ!- En ese momento Sakura supo la respuesta a su inquietud. No, no se había sobrepasado con su bromita. Y ahora era ella la que estaba roja como un tomate - Por favor haga el favor de dejarme de insistir sobre el tema. Y menos acerca de sus tendencias sadomasoquistas - Todo el mundo miraba incrédulamente hacia Sakura y hacían cometarios por lo bajo. Shaoran sonreía triunfalmente. Una cosa quedó clara. Esto era la guerra. Los dos volvieron a colocarse en sus respectivos lugares. Callados y muy quitecitos para evitar confusiones y posteriores rubores.
La tensión era palpable. Sakura continuaba mirando al suelo fijamente pues podía notar que su cara todavía estaba muy roja. Ahora era él quien se había pasado. Era cierto que ella le había dejado en ridículo delante de ese hombre pero él la había avergonzado delante de muchísima gente. Era cruel, muy cruel.
Los minutos pasaban lentamente. Parecía que la cola no iba a terminar nunca. Y todo por los impulsos consumistas de las Navidades. De pronto, un hombre se situó al lado de Sakura e hizo un carraspeo con la garganta. Sakura se giró a verle, no lo conocía de nada. Un interrogante surgió en su cabeza. ¿Qué querría ese hombre? Shaoran giró un poco la cabeza, lo justo para verle de reojo. El hombre sonrió y volvió a carraspear. Sakura levanto las cejas para insinuar que no entendía nada. Shaoran observaba la escena divertido, había entendido de qué iba el juego.
- Disculpe, ¿tiene algún problema?- preguntó Sakura a fin de entender que pretendía el hombre.
- Mira preciosa, digamos que yo si que estaría dispuesto... - dijo el hombre mirándola de pies a cabeza una y otra vez. Sakura seguía sin entender nada así que siguió con su expresión inocente. En ese momento Shaoran pensó que más bien parecía una niña perdida que una chica cruel.
-Perdone pero no le entiendo...
- A ver encanto. Te he estado observando desde hace rato- A Sakura se le subieron los colores a la cara, se veía adorable- Y... He visto que no le sacabas ojo al culito de este chico- dijo el hombre señalando a Shaoran. Éste hacia esfuerzos para no estallar de risa en ese mismo instante.
- ¡Oiga! ¡Yo no estaba mirándole el trasero de nadie! Simplemente tenía la mirada fija en el suelo.- dijo Sakura indignada y empezando a ver las intenciones de ese desconocido. Mil tonos de rojo volvían a aparecer en su cara.
-Bueno, sea como sea. Veo que tienes muchas ganas de... bueno ya sabes. Y como este muchacho no accede... Pues yo si que estaría dispuesto a mantener relaciones contigo en un... –antes de que el hombre terminara la frase Sakura había estampado la mano en su cara. ¿Cómo se atrevía ese hombre a proponerle tal cosa?
-¡Pervertido! Pero ¿qué se ha creído???? ¡Piérdete!- Sakura se giró e ignoró al hombre pero entonces vio la nuca de su enemigo. Sus hombros se movían ligeramente. Se estaba riendo. Y todo era culpa suya.- Estarás contento, ¿no?- dijo en tono molesto a la vez que él soltaba una carcajada.
En ese momento Sakura pudo comprobar que realmente era muy atractivo. Se le veía guapo cuando reía. Casi hasta ella se puso a reír contagiado por sus carcajadas pero se contuvo. Realmente había pasado un mal rato. Shaoran continuaba riendo a más no poder, los ojos se le llenaban de lágrimas hasta que notó un ligero empujón de Sakura que le hizo volver en sí. Se puso serio, la miró.
- Lo siento. –Intentaba mantenerse serio- Ha sido algo fuera de lo normal. Ha sido realmente terrorífico,- Sakura no se lo podía creer, ¿acaso iba a disculparse ese energúmeno?- ¡Terroríficamente divertido! - y volvió a estallar en risas ante la mirada asesina de Sakura quien rápidamente le dio la espalda. – Míralo por el lado bueno, te he conseguido una posible cita, deberías agradecérmelo, ¿no crees?
Sakura no había estado tan furiosa en toda su vida. Tenía ganas de golpearle la cabeza contra un bordillo. Se imagino a ella misma girándose y dándole un puñetazo en el ojo. Eso la dejaría más calmada. Pero no quería llamar más la atención, suficiente tenía con lo que le había pasado ya. Se limitó a esperar justo detrás de Shaoran quien de vez en cuando empezaba a reírse recordándola escenita.
- No me mires todo el rato el cule, ¿eh?- dijo entre risas mirando a Sakura por encima del hombro. Ella se limitó a gruñir.
Por fin llegó el momento. Ya eran los primeros de la cola. Habían varios mostradores. Uno se quedó libre y Shaoran caminó hacia él. Sakura vio la última oportunidad de vengarse de ese molesto mucho y se acercó junto a él al mostrador.
- Perdone, verá, es que mi amigo tiene dudas acerca de sus inclinaciones sexuales, así que si le guiña un ojo... - Sakura dijo con una sonrisa triunfante... que no duraría mucho.
Shaoran no se iba a volver a cortar como la vez anterior. Miro al hombre tras el mostrador y le dijo sinceramente.
-Mire, es que esta señorita ha estado insistiéndome largo rato para que mantuviese relaciones con ella en el ascensor, ¿sabe? – El chaval del mostrador no cabía en si de asombro- Y como que me he negado, se ha enfadado conmigo. Y la pobrecilla degenerada todavía me sigue insistiendo.- Una gota resbaló por la nuca del hombre, ¿qué pretendían esos dos? Mientras, la tensión aumentaba. Sakura y Shaoran querían ver por qué se escandalizaba más el hombre.
- Escuchen, -dijo el hombre serenándose- creo que ambos tienen problemas. Usted – dirigiéndose hacia Shaoran- debería abstenerse de ir guiñando el ojo a todo el mundo.- Sakura rió levemente- En cuanto a usted, señorita, debería saber que lo que usted pretende atenta en contra del orden público y no debería insistir de esta manera a la gente. ¿Entendido?
Ambas caras empezaron a enrojecerse y a brillar. En eso momento podrían haber iluminado toda la ciudad tan solo con sus caras. Probablemente era uno de los momentos más embarazosos de su vida. Y no sabían lo que les quedaba por delante. Sakura giró la cabeza y vio como otro mostrador se quedaba vacío pero antes de que pudiese encaminarse hacia allí una mujer se le adelantó.
-Perdone, era mi turno- dijo Sakura quien no pensaba esperar en ese lugar ni un minuto más.
- ¡Uoooops! Disculpe- dijo la mujer con una sonrisa amable- es sólo que como bromeaban tanto creí que ustedes iban juntos.
Sakura y Shaoran no daban crédito a lo que oían. En un principio se ruborizaron y luego intercambiaron miradas. Ambos dijeron al unísono
- ¡Ni loco/a! ¡Antes muerto!- Elevaron un poco el tono de voz sin darse cuento volviendo a ser el centro de atención. Antes de que pudieran controlar la situación otra mujer regordeta apareció por detrás.
- Vaya, una adorable parejita con problemas amorosos. Shaoran y Sakura estaban taaaaan rojos que parecían las lucecitas del árbol de Navidad. – Tengan- dijo la mujer ofreciéndoles una tarjetita- Es un consejero matrimonial. Yo también tuve problemas con mi marido, y les aseguro que después de hablar con él, no nos hemos vuelto a pelear.
Ante el asombro de la amable mujer ambos se giraron hacia sus respectivos mostradores para concluir con lo que habían venido a hacer. Shaoran terminó y se fue rápidamente. Era ya muy tarde y había tenido suficiente por hoy. Ni tan sólo le daría tiempo de ir a comprar los regalos.
Yamasaki estaba sentado en el sofá abrazando a su novia. Ambos estaban viendo una película por la televisión. Tenían las manos entrelazadas. Cuando estaban solos Chiaru era mucho más dulce y cariñosa con él. Le encantaba que lo cuidase tanto. Pero cuando estaban enfrente de sus amigos, ella era mucho más agresiva y solían discutir. Eso era en parte culpa de Yamasaki que no paraba de bromear y mentir. Pero cuando estaban a solas él desistía. Prefería estar a buenas con ella. La película terminó y Yamasaki le dio un suave beso en los labios a su novia.
- Tengo que irme cariño. He quedado para los chicos. Ya sabes, nuestra noche de Póquer.
-Esta bien, ves a perder tooooooodo el dinero- dijo ella graciosamente.
-¡Oye! Para tu información soy un excelente jugador de Póquer. No hay quien detecte mis faroles.- dijo burlonamente- Además, es muy divertido ver como Shaoran Li se lo cree tooooodo. Puede que sea un gran economista pero a la hora de la verdad es casi tan inocente como Sakura.
- Si que os lleváis bien con él, ¿no? Hace sólo unos meses que le conocisteis. A mí me pareció muy amable cuando me lo presentasteis. Y realmente... muy buen partido- este comentario provocó que Yamasaki frunciera el ceño ligeramente.- Oye, no te pases con nadie, ¿de acuerdo? No quiero volver a tener que pedir disculpas en tu nombre por tus historietas.
- Esta bien pero sólo por que tu me lo pides. Eriol ya conocía mucho a Shaoran. Habían ido juntos a la misma escuela durante la infancia. ¿Recuerdas esa época en que Eriol se fue al extranjero? Y hace poco Shaoran se mudo a Tokio.- Chiaru lo abrazaba dulcemente por detrás mientras él se ponía la bufanda- ¡Uooooops!, casi me olvido- se giró hacia su novia, la miro a los ojos y cuando ella creí que iba a decir algo bonito o a besarla ...- ¡Me olvidaba la caja de puros!
Chiaru cayo al suelo ante el comentario de su novio. En vez de decirle que la quería... quería una caja de puros.
- ¿Y se puede saber para que diablos quieres tú una caja de puros?-
- Pues, ya te lo he dicho. Hoy tengo noche de póquer. Nos sentamos alrededor de una mesa redonda con una luz baja y fumamos un puro. Es como si estuviésemos en una película- una gota surgió de la nuca de Chiaru, ¡ese era su novio!- Y, no olvides, nuestras partidas son las más peligrosas a este lado del pacífico, nena.
Y con estás palabras salió de la casa de su novia, dejándola completamente pasmada. Se encaminó hacia casa de Aki. Hoy toda su familia estaba fuera así que jugarían en su casa. Además tenía mucho interés por llegar. Hacia poco rato había hablado con Shaoran y parecía algo alterado. Además Eriol le había asegurado que empezaba una etapa de diversión a su costa. Tenía curiosidad por saber que le ocurría.
Yamasaki llegó tarde a la reunión, como siempre. Dentro todos lo esperaban impacientes con la sala ya ambientada para la partida de póquer.
- Aquí llega el rey del juego- sonrió burlonamente acercándoles la caja de puros abierta para que cogiesen todos.
- Pues estaríamos mejor si te dignases a llegar puntual por una vez en la vida
- Es que veréis, de camino aquí me encontré con un gato persa que me robó la caja de puros. Y una partida de póquer sin caja de puros no es lo mismo. No sé si nunca os he contado sobre la adicción al tabaco de los gatos de ciudad, es por la costumbre de estar expuestos a la contaminación y esas cosas...
-Yamasaki, pasa de tus historietas. Limítate a no llegar tarde.- dijo Eriol quien pretendía empezar a jugar.
- "C'est la vie". Es inevitable. Lo llevo dentro de mí. No os lo toméis como algo personal. Y ahora... contarme, ¿qué tal vuestra semanita?- Estas palabras las dijo mirando fijamente a Shaoran.
- Bueno, Yamasaki, llegas un poco tarde. Shaoran ya nos ha contado lo terrorífico que ha sido tu vida y... - Aki casi no podía contener su risa- no creo que pretenda repetirlo.
- Aunque si estás realmente interesado... - Eriol sonrió maliciosamente- Yo mismo te haré un resumen.
Yamasaki sonrió y asintió varias veces. Shaoran se limitó a fruncir el ceño. A Eriol y a Aki les había parecido suficientemente graciosa su historia. Y no esperaba menos del bromista de Yamasaki. Las cartas empezaron a circular por a mesa ante los comentarios de todos y las risas de Yamasaki al escuchar lo sucedido en el día de Shaoran.
- jajajajaj... basta por favor. No me cuentes más... ja, ja, ja ¿En serio que esa chica le tocó el culo de un hombre y te hizo a ti el responsable? Jajaja...
- No veo donde está la gracia. – dijo Shaoran molesto ante las risas de sus compañeros.
-Bueno, pero a mi no me acaba de cuadrar todo esto.- dijo Eriol pensativo.
- La verdad es que a mí tampoco. Te encuentras a una chica por la calle, pega a un Papá Noël y hace llorar a tu sobrino. Te acusa de alquilar a niños para atraer a las mujeres...
-Ei... eso es algo que no se me había ocurrido- dijo Aki frotándose las manos- seguro que funciona de maravilla, pero... ¿de donde puedo sacar a niños?...
- Después te la encuentras en el banco y continua criticándote y dejándote en ridículo, diciendo que eres gay... En serio que hay algo que no acaba de encajar.
Yamasaki quien estaba tendido en el suelo de tanto reír imaginándose al tímido de Shaoran en esas situaciones se incorporó y se sentó en la mesa de nuevo.
- En serio Shaoran, algo debiste hacer para despertar su ira hacia ti, ¿no?
-Pues... nada fuera de lo corriente... Aunque le devolví la última jugada. – Los tres chicos miraron inquisitivamente hacia su amigo quien muy tranquilamente mostraba sus cartas y decía- Grite en medio del banco que se me estaba insinuando. Que me proponía hacer el amor en el lavabo.
Todos estallaron en risas al oír esto. Realmente se las había ingeniado bien el muchacho para darle una lección a la chica. La partida continuó animadamente entre los faroles de Yamasaki y las bromas acerca de una chica conflictiva.
- Oye... creo que deberíamos conocer a esa chica, ¡No?- dijo Yamasaki mientras Eriol y Aki asentían.
- ¿Porque? ¿No apreciáis suficientemente vuestra vida?
-No es eso Shaoran, es sólo que queremos conocer a la chica que saca a Shaoran Li de sus casillas.
-Dejarme en paz. Eso no es una chica, es el diablo personificado. Una fiera.
- Peor fíjate- comentó Eriol: Ya os habéis encontrado dos veces, eso no puede ser una casualidad. Es inevitable. Y además no hay dos sin tres. Yo creo que pronto te la volverás a cruzar.
- Yo no lo creo pero sinceramente, lo espero con impaciencia.
- Eo, ahora estaba pensando que... a mi ninguna chica me ha propuesto ir a los lavabos de un banco... - Aki volvía a estar sumido en sus pensamientos. A todos les surgió una gota en la nuca. Este chico no tenía remedio.- Pero una vez soñé que una me proponía una orgía en un parque y...
- Aki, calla y atiende que es tu turno.
- Mmm... – miró las cartas detenidamente y se fijo en la apuesta del jugador anterior. – Las veo y subo 10.
Sakura hacia malabarismos frente a la puerta de su casa. Venia de comprar comida y no conseguía encontrar las llaves en su bolso. Se estaba poniendo nerviosa. Cuando la puerta se abrió.
-Hola Saku- sonrió Tomoyo.
- Hola- dijo ella en un tono no demasiado alegre.
Ambas compartían un piso cerca del centro de la ciudad. Se divertían mucho viviendo juntas y era la manera de no perder contacto. Después de la escuela y de la universidad cada uno del grupo había ido alejándose un poco y cada vez se veían menos. Además Tomoyo pasaba bastante tiempo viajando por sus reportajes y cada vez les costaba más mantener el contacto. Así que decidieron compartir piso y quedar para verse con todo el grupo cada poco tiempo.
- Vaya, vaya. Parece que no has tenido muy buen día, ¿no?
-¿buen día???? Anda, mejor no digas nada y ayúdame a guardar la compra.- dijo Sakura dándole algunas bolsas a Tomoyo y dirigiéndose hacia la cocina. Empezaron a colocar todo en su sitio en silencio absoluto. Tan sólo se oían los gemidos del gato, Kero, quien ya pedía que le diesen comida. Tomoyo miraba insistentemente a su amiga quien fruncía el ceño. ¿Que le había ocurrido?
-Saku...
-¿Que?- dijo Sakura cortante no queriendo empezar una conversación. Abrió una lata de comida de gato y puso su contenido en el platito de Kero.
-¿En serio no me vas a contar que te pasa?- Tomoyo la miraba con ojos suplicantes. Seguramente no habría conseguido el trabajo para el que iba a entrevistarse pero eso no le podía haber causado ese mal humor. Sabía perfectamente que seguramente le contaría alguna historia divertida para ella y no demasiado grave. Estaba enfadada, frustrada, indignada pero no triste.
Sakura miró a su mejor amiga. Se le había metido en la cabeza y no podría sacarle la idea. No la dejaría en paz hasta que le explicara todo lo que le había pasado hoy. Pero no tenía ganas de recordar todo aquello. Había sido penoso y degradante.
- Mmmm... ¿No tienes nada mejor que hacer?- Tomoyo negó con la cabeza- Y... ¿no piensas ir a cenar con Eriol? ¿O salir a hacer un reportaje nocturno? - Tomoyo negaba insistentemente con la cabeza.
-No. La verdad es que estoy un poco aburrida. Eriol está con los chicos jugando a póquer y no tengo mucho trabajo ahora mismo así que... por favor por favor por favor...- volvió a poner ojitos de cachorro y Sakura cedió a las peticiones de su amiga.
- Pues hoy a sido un día bochornoso. Tú sabes cuanto detesto que decoren las calles antes de tiempo, ¿no?- Ambas se sentaron en el sofá y se acomodaron para la charla.-Pues bien, hoy iba helándome de frío hacia esa maldita entrevista de trabajo y me ha ocurrido algo que me ha puesto de tan mal humor que no he podido reaccionar normal en la entrevista. Maldito sea....
Tomoyo la miró con una típica cara de excusa tonta y Sakura vio perfectamente a que se refería.
-Está bien. Puede que en parte haya sido porque he llegado tarde, pero es que era súper temprano. El caso es que ya iba tarde caminando por la calle cuando me choqué contra un gran hombretón vestido de Papá Noël.
Sakura explicó detenidamente su día ante la mirada incrédula de Tomoyo. A cada frase que decía los ojos de Tomoyo se abrían como platos. No sabía que Sakura fuese capaz de hacer tales cosas. La joven reportera intentaba mantenerse sería ante su amiga pero llegó a un punto donde no se pudo contener y entre risas intentó asegurarse de si era cierto lo que acababa de oír.
-¿En serio gritó en medio del banco que se te acababas de insinuar???
- Sí y yo no le veo la gracia. Ese tipo es un degenerado descarado. ¿Acaso te parece bien lo que ha hecho?
-No - Tomoyo seguía riéndose mientras Sakura no podía creerse que su amiga tuviese esa reacción. Ella le contaba su desastroso día y ella lo pasaba en grande.- Es sólo que intento imaginarme tu cara en ese momento.
-Genial- dijo la chica de ojos verdes levantándose y dirigiéndose hacia la cocina. Allí cogió una tableta de chocolate, la desenvolvió y le dio un gran mordisco- Sinceramente no puedo entender como puedes continuar mofándote de mí. Sigo aquí delante, ¿eh?
- Perdona, -dijo Tomoyo guardando las composturas- en el fondo estoy muy apenada- he perdido una gran oportunidad. Si te hubiese filmado habría sido un reportaje extraordinario- a Sakura le resbaló una gota por la cabeza. Tomoyo tenía estrellitas en los ojos mientras que hablaba de como habría enfocado la escena.
- Piérdete Tomoyo. Me voy a dormir. Y no quiero volver a oír una palabra sobre el tema. –Sakura se dirigió a su habitación y cerro la puerta de golpe. Sólo quería que ese día terminara de una vez.
Notas de la Autora: ¿Qué? ¿Qué os ha parecido? ¿os ha gustado? Estoy taaaaan nerviosa por saberlo! Por eso publico hoy, unas horas antes de irme de vacaciones a una isla durante una semana. ¬¬UUU Después de está semana veremos si ha dado buen resultado... espero ser capaz de no morderme todas las uñas en estos días. Así que si os ha gustado y queréis leer más por favor dejar un review... Y si no, no seáis demasiado duros! Es mi primer fic!
Uy! Que despistada! Casi ni me he presentado! ¬¬U Si leeis mi bio podreis saber algunas cosas de mi, pero es compartida con una amiga mia. El caso es que me llamo Carmen y soy una gran fanática de CCS! Adoro a SS! ¿Y quien no? Son la pareja más kawaii del mundo. Jeje. Pues hasta pronto, en concreto hasta después da semanita! LOL
