Hola a todos guapos y guapas! He vuelto de nuevo con una historia nueva para estas navidades antes de hora jeje. Tal y como prometi, ya tengo la continuación de la historia "Ángelus", y os publicó dos capítulos para empezar, son bastante largo los dos. No os voy a aburrir así que os dejo tranquilamente leyendo este primer interesante capítulo, que disfruteis.

PRÓLOGO

Hacía frío, mucho frío, sobretodo para una niña que estaba de rodillas en el suelo mojado de un lugar oscuro y húmedo, sentía que sus piernas se estaban mojando a causa de las ropas en contacto con el suelo, y en sus manos que puso delante de su cara vio que estaban mojados y manchados de algo negro y fangoso. Junto a ella había otro niño, posiblemente era su hermano al juzgar su aspecto enormemente parecido, con eso se supo que eran gemelos de la misma edad con el pelo rubio y ojos azules. Él al verla temblando la abrazo con ternura para que dejará de temblar.

- Esta frío… todo esta mojado hermanito. - dijo la niña temblando y a punto de llorar. - Tengo miedo, ¿Dónde esta mama y papa?

- No lo se… ni se donde estamos ni que hacemos aquí… - contestó el niño apenado de ver a su hermana asustada y con frío.

- Quiero irme a mi casa… - dijo la niña apoyándose mas a él aterrada.

- Tranquila, estoy contigo hermanita, no tengas miedo. - animó él abrazándola con fuerza.

Los dos estaban de rodillas en el suelo mojado, todo estaba oscuro, apenas la luz de fuera dejaba ver que había alrededor, solo podía oírse el sonido de la lluvia caer con fuerza fuera de ese lugar, por lo que el niño pensó que quizás estaban en un viejo y abandonado almacén, que tenía el techo lleno de agujero donde dejaba entrar la lluvia allí. El ruido que hacía la lluvia impedía oír nada en ese lugar, pero poco a poco la tormenta se fue calmando hasta que paro totalmente, cosa que alivió a los niños un poco.

- Hermano, tengo mucho frío. - dijo la niña temblando como nunca.

Al verla de esa forma, el niño se quito la chaqueta que llevaba puesta para ponérsela a ella por encima de los hombros, la niña te tapó fuertemente con ella dejando de temblar un poco. En ese momento, se oyó un ruido muy fuerte, y delante de ellos a varios metros se vio como una enorme puerta corredera se abría dejando ver la luz de la noche y a la persona que la estaba abriendo, pero solo se le vio la figura negra y goteando agua por la lluvia. Cuando acabó de abrir la puerta, el sujeto caminó recto hacía ellos en silenció con las manos metidas en los bolsillos encogido, dejando que el sonido de sus pasos sonaran por todo el lugar, y eso inquieto a los niños un poco.

- ¿hola? ¿Quién es usted? - pregunto el niño al verlo.

- ¿Estáis bien, pequeños? - pregunto el hombre al estar a varios pasos de ellos.

El hombre se paro justo frente de ellos, dejando ver que llevaba una gabardina negra de tela con una bufanda gris ocultando medio rostro, se pudo ver también que tenía el pelo corto y negro, pero lo que llamó la atención del chico fue la piel blanca de esa persona, era tan pálida que parecía un muerto, entonces, esté abrió los ojos ante los niños y dejo ver unos ojos rojos intensos brillando con fuerza, dando una mirada aterradora.

- ¿Puedo beber un poco de vuestra sangre chicos? - pregunto él mostrando una sonrisa perversa con los colmillos a la vista de ellos.

El niño entendió de que ese hombre era en verdad un vampiro, y antes de poder reaccionar, el vampiro se inclinó sobre ellos, empezando primero por la niña que echo a llorar asustada y aterrada viendo como ese monstruo mostraba sus colmillos a punto de morderla sin miramientos sujetándola por la cabeza.

- ¡Suéltala monstruo! - exigió el niño cogiéndole del brazo, pero el vampiro se liberó al momento apartándolo con molestia.

- ¡N-Nooo! - exclamó ella a gritos. - ¡Hermanito! - llamó ella cerrando los ojos aterrada.

Ella pensaba que iba a morir, y él quería salvarla pero ese monstruo era muy fuerte. El vampiro estaba por morderla, pero algo apareció de la nada a sus espaldas y le detuvo al instante antes de poder siquiera de morder a la niña inocente.

- ¡ARGHHH! - exclamó él con dolor, después nada.

La niña, al notar que el vampiro dejo de sujetarle la cara, abrió los ojos y alzó la mirada confusa y entonces la vio, enfrente había una persona vestida de negro que estaba de espaldas a ellos dos, y con el brazo estirado había atravesado al vampiro por la cabeza, después con asco quito el brazo dejando caer el cuerpo inmóvil que no tardo en convertirse en cenizas frente a los niños asombrados.

- Eres una desgracia para los vampiros idiota, - dijo esa persona de negro, era la voz de una mujer joven. - ¿No te da vergüenza atacar a unos niños?

Cuando acabó de hablar, se sacudió un poco el brazo empapado de la sangre del vampiro, que lamió un poco al girarse a ellos mostrando sus ojos rojos y sus colmillos mientras lamía sus dedos un poco, ella era una vampira también, pero no se mostraba malvada con ellos, ni parecía tener intención de morderles ni nada de eso, parecía ser una buena persona y que veía a ayudarles.

- ¿Estáis los dos bien? - pregunto ella con amabilidad mientras se arrodillaba un poco y extendía su mano aún ensangrentada. - ¿Os encontráis bien, estáis heridos?

Quién estaba delante de su mano era la niña que estaba también un poco manchada de sangre en la cara, pero no se mostraba asustada ni aterrada por ello ni por la vampira de negro, se mostraba normal y sin emoción, solamente miraba a la chica fijamente, parecía asombrada y segura con ella igual que su hermano que estaba algo sonrojado por la belleza de la vampira, viendo también que era una aliada. Entonces, sin dejar de mirarla, la niña extendió la mano para ponerla sobre la de la vampira para después acercarse a ella para abrazarla entre lloros, el niño también lo hizo tiempo después, ya estaban a salvo.

"Un vampiro, los humanos no deben acercarse a los vampiros ni ser sus amigos por nada en el mundo. Por qué si lo hacen… quedarán capturados por esos ojos de sangre, y sus vidas estarán condenadas por el resto de su vidas."

CAPÍTULO 1: RECUERDOS SOBRE UN ÁNGEL SALVADOR

Año 2019.

"LA VERDAD ENTRE LAS TINIEBLAS DEL MUNDO ENTERO: LA EXISTENCIA DE LOS VAMPIROS"

"Tras varios años después de la guerra sangrienta que sufrió la capital de Inglaterra, la gente poco a poco fue encontrando pruebas y evidencias sobre la posible existencia de los vampiros, y al final dieron por sentado que en verdad existen en este mundo, y que en esa guerra provocada por nazis en verdad los soldados responsables de las innumerables muertes fueron de verdad vampiros bebedores de sangre.

Con eso en mente, la gente del mundo entero ha vivido aterrada durante las noches, pero en poco tiempo la gente importante de cada país del mundo, sobretodo el Londres, se dijo que los vampiros podrían convivir con los humanos a partir de algunas normas que los especialistas caza-vampiros podrían a toda costa para mantener el orden entre humanos y vampiros, muchos estuvieron de acuerdo y mas calmados con ello, pero eso no fue suficiente para algunos vampiros que seguían pensando que los humanos solo eran comida y objetos para el placer, por eso siguió habiendo matanzas en las noches, sobretodo en Inglaterra donde mas se reunían los vampiros, ya que ahora era la ciudad principal de ellos debido a algo que la gente normal desconocía, pero los responsables enseguida eran detenidos y eliminados por profesionales de una organización en particular que se conoció en los primeros años después de la Guerra de Millenium, una Organización Caza-Vampiros llamada Hellsing.

Esa Organización mantenía las muertes mínimas en toda Inglaterra gracias a verdaderos guerreros que conocían de pies a cabeza la naturaleza de los vampiros, pero aún así la gente se asombrada de lo rápido que solucionaban los ataques, pero casi nunca se dejaban ver por la gente de alrededor, solo veían soldados militares que veían a limpiar el lugar, los cazadores desaparecían sin dejar rastro. Por ese motivo muchos periodistas fueron a la Mansión donde era el Cuartel General y el hogar de los miembros, pero los vigilantes no les dejaban pasar en absoluto, los periodistas apenas lograban ver algún miembros que llamaba la atención, como una rubia de uniforme militar rojo con un brazo oscuro y terrorífico, o un hombre de coleta larga con pinta de mercenario extranjero, pero nunca conseguían ver al líder de ese grupo, ni sabían si era hombre o mujer, o si era siquiera humano por la gente de allí.

¿Quiénes eran en realidad la Organización Hellsing? ¿Eran humanos o monstruos los cazadores especiales del grupo? ¿Desde cuando existía esa organización? ¿Hay vampiros entre los guerreros? ¿Quién es el líder de Hellsing, es humano o vampiro en realidad? ¿Se dará a conocer algún día?"

Edimburgo, Escocia.

"Un vampiro, los humanos no deben acercarse a los vampiros ni ser sus amigos por nada en el mundo. Por qué si lo hacen… quedarán capturados por esos ojos de sangre, y sus vidas estarán condenadas por el resto de su vidas."

Esa frase resonaba una y otra vez en la mente de un joven que estaba durmiendo profunda y placidamente en su doble cama de mantas verdes, no conseguía quitarse esas palabras de la mente, pero no le importaba, por qué junto a esa frase estaba la imagen de una mujer vestida de negro masculina, alguien que tenía los ojos rojos intensos mirándolo fijamente con una mirada amable y simpática, parecía toda un ángel a pesar de esos ojos fieros, y ese ángel le estaba ofreciendo la mano para que se pusiera en pie, mientras le hacía una pregunta:

"¿Estáis los dos bien? ¿Os encontráis bien, estáis heridos?"

Él no contestaba, solamente miraba fascinado y asombrado a ese ángel de negro y ojos rojos que le mostraba una sonrisa, diciéndole que venía a ayudarle a él y a su hermana, pero todo eso a él no le importaba en ese momento, solo deseaba quedarse hay observando a ese ángel para siempre, desgraciadamente para él la imagen se iba borrando, y él extendió la mano para alcanzar la mano del ángel, pero desapareció antes de poder cogerla.

"…mano… hermano…"

De repente él empezó a oír una voz diferente a la del ángel dentro de esa oscuridad que poco a poco se fue aclarando, pero él no quería irse de allí, deseaba volver a ver a su ángel, pero algo lo arrastraba hacía esa luz que brillaban con mas y mas fuerza.

- ¡HERMANO! - grito la voz casi a su oído. - ¡Despierta ya de una vez dormilón de turno!

Él abrió los ojos sobresaltado, y justo frente suyo estaba el rostro de una chica que lo miraba algo molesta y harta, esa chica era su hermana gemela, y al ver que le había despertado de sueño maravilloso lo hizo suspira desanimado. Ante ese suspiro ella se apartó de él viendo que ya estaba despierto y se sentó junto a él en la cama doble de la habitación en la que estaban, simple pero acogedora.

- ¿Se puede saber por qué me despiertas de esta manera, Aurora? - pregunto él bostezando y estirando los brazos dolido. - Estaba teniendo un sueño…

- ¡Ya es hora de levantarse hermanito! - interrumpió ella sin dejarlo continuar. - ¿No te molesta imaginar en lo que piensan los demás al ver que eres tan dormilón?

- La verdad es que no, que digan lo que quieran. - dijo él pasivo de eso. - Soy el príncipe de Inglaterra, hago lo que quiero mientras este de vacaciones.

- Pues empieza a quitarte eso de dormir mucho hermanito… - aconsejó ella, y eso llamó la atención de él. - Por qué muy pronto nos iremos.

- ¿Ah si? ¿A dónde según tu? - pregunto él confuso con un ojo encogido.

- ¡A Inglaterra! - contestó ella emocionada, entonces se puso de pie sobre la cama y empezó a saltar sobre ella tope de contenta. - ¡Nos volvemos a nuestra casa de Inglaterra hermanito, regresamos por fin a casa!

- ¡¿Qué? - exclamó él alzándose para estar sentado, sorprendido de la noticia. - ¡¿Papa al final nos deja volver?

- ¡Si, después de mucho pedírselo al fin a accedido a ello! ¡hurra, por fin! - celebraba Aurora feliz y contenta saltando sobre la cama.

Ante esa inmensa noticia, Adam aún no acababa de creérselo y se quedo como en trance mirando hacía bajo, estaba contento a pesar de la expresión de su rostro, ya que, por fin volvería a su ciudad natal, a la ciudad donde conoció a ese "ángel" de ojos rojos vestida de negro. Entonces, mientras su hermana gemela celebraba a lo loco sobre la cama, él se sentó en el borde para inclinarse de lado para abrir uno de los cajones de su mesita de noche, busco y busco hasta que encontró lo que buscaba para sacarlo de hay y mirarlo con una sonrisa alegre.

Aurora se giró a él al oír el ruido que hizo removiendo el cajón y le vio hay con un papel en mano mirándolo con una sonrisa de esas que le dan risa a ella, una que era de felicidad y sonrojada, entonces sin que se diera cuenta se acercó a él para ver que estaba mirando, y cuando se sentó junto a él y vio lo que había en el papel quedo sorprendida pero contenta.

En el papel había el rostro de una chica de pelo negro con un rostro hermoso y angelical, ella conocía a esa persona, ya que, ella y su hermano fueron salvados por esa persona desconocida vestida de negro y de ojos rojos, esa persona que derrotó al vampiro que estuvo a punto de matarla a ella y después le ofreció la mano para ayudarla y ella acepto pegándose después a esa mujer para llorar asustada y horrorizada, pero el abrazo de esa mujer la calmó.

- Veo que has conseguido hacer un retrato de ella a pesar de hacer pasado ya diez años hermano. - dijo ella observando el dibujo. - Yo apenas recordaba el rostro de ella, pero si recuerdo perfectamente su mano y su abrazo que me dio, dándome seguridad y protección.

- Esta noche he vuelto a soñar con esa noche, pero lo que mas estuve soñé fue a ella, observándola fijamente, deseando que pudiera verla para siempre.

- Vaya, yo también lo he tenido esta noche, - coincidió ella, sorprendido a su hermano que giro el rostro hacia ella. - Pero veo que a ti te afecta mas ¿verdad? Te has enamorado de esa misteriosa mujer de ojos rojos y vestimenta negra.

Ante esa afirmación, él no pudo evitar sonrojarse de vergüenza y ella al verlo así se rió un poco divertida. Ella tenía razón, él desde esa noche de lluvia estaba enamorada de ese ángel desconocido que los salvo de la muerte, y deseaba volver a verla, pero dudaba de que siguiera estando de la misma forma, habían pasando diez años ya, quizás no siquiera estuviera en Londres, y eso lo desanimo.

- Aurora, - llamó él con pesar, ella lo miró. - ¿Tu crees que ella este en Londres aún? ¿Crees que se acordará de nosotros después de tanto tiempo?

- Adam…

Ella no supo decir otra cosa, viendo el rostro deprimido y triste de su hermano dejo de burlarse y reírse de él, en el fondo ella también deseaba reencontrarse con esa persona y darle las gracias por salvarles la vida, por eso quiso animarle como fuera.

- ¡Vamos hermanito anima esa cara! - exigió ella dándole un manotazo en el omoplato con fuerza. - ¡Estoy segura de que volveremos a ver a esa chica, tengo fe en ello! ¡Ahora que podemos volver a Londres no te deprimas y pienses en esa tonterías, anímate y ten fe en encontrarla y conocerla!

- Aurora… - nombró él asombrado de las palabras de su hermana.

- ¡Que sea la última vez que veo esa cara en ti hermano, sino me enfadaré y no volveré a hablarte ¿entendido? - advirtió ella muy decidida señalándole con el dedo en toda la cara.

Al ver su rostro molesto y decidido, Adam solo pudo asentir por el miedo que tenía hacia ella cuando estaba de esa forma. Con eso Aurora mostró una sonrisa contenta rápidamente y se separo un poco de él, que suspiró aliviado de que se calmará por fin. Entonces, Aurora se levanto de la cama y fue directa a la ventana para correr las cortinas y dejar parar un hermoso y brillante sol, ante esa luz Adam tuvo que taparse los ojos por qué la luz entró demasiado rápido allí y le daño un poco la vista.

- ¡Argh, Aurora! - se quejo él llorando un poco. - ¡No habrás así las cortinas sin avisar por favor!

- Vamos levántate hermano, que tenemos que hacer muchas cosas antes de volver a Londres. - dijo ella dirigiéndose al armario de la habitación. - Tenemos que ir de compras ya mismo.

- ¿De compras, para qué? - pregunto él confusa mientras salía de la cama.

- Para una celebración que habrá en Palacio cuando estemos allí, al parecer nuestro padre ha querido celebrar el aniversario de una persona conocida allí junto a la familia real y mas gente importante de Inglaterra, por eso debemos comprarnos ropa adecuada para esa fiesta. - contestó ella explicándolo todo con claridad mientras le pasaba la ropa que su hermano se iba a poner.

- ¿Celebrar el aniversario de alguien? ¿De quién si se puede saber? - pregunto él curioso mientras se vestía a espaldas de ella.

- No lo se seguro, pero creo que es un joven que cumplirá la mayoría de edad en pocos días, y con eso podrá liderar un grupo especial que trabaja para papa y el país entero.

- ¿Ah si, cual?

- No lo se, papa no ha querido decírmelo por teléfono, dijo que lo sabríamos cuando estuviéramos en esa fiesta. - contestó ella girando la cabeza.

Londres, Inglaterra.

Era una noche despejada y hermosa en la ciudad de Londres, sobretodo por la luna llena que iluminaba cada lugar del mundo en la noche, a pesar de ser hermosa, la luna y la noches como esas eran las mas peligrosas y aterradoras, por qué las criaturas de la noche salían a la vista de todos para alimentarse y matar a los humanos para comérselos o beber su sangre hasta dejarlos secos.

Esa misma noche, una joven atractiva y con vestido y bolso iba caminando inquieta por las calles, sentía que algo o alguien la estaba siguiendo por todos lados, por eso caminaba a paso rápido a pesar de los zapatos de tacón, por eso no podía correr como ella quería. Entonces, pasando por el lado de un callejón, de la nada aparecieron un grupo de chicos riendo divertidos y con malicia que habían saltado de arriba, la chica al verlos se aterró y no sabía que hacer, lo único que hizo fue correr hacía el interior del callejón donde no había salida alguna, por lo que dio medía vuelta pero ese grupo ya estaba a un metro de ella mostrando sonrisas perversa y malvadas entre colmillos afilados y blancos, además mostraban unos intensos ojos rojos brillando sedientos.

- ¡Vam… Vampiros! - adivinó ella temblando de miedo de arriba a bajo.

- No debes asustarte guapa. - dijo una voz detrás de ella que la paralizado mirando de reojo. - Tan solo queremos que te diviertas un poco con nosotros…

Entonces, de detrás de ella apareció un hombre que la sujeto por detrás, sobretodo por debajo de la mandíbula para tener el cuello a la vista, lamiéndola con seducción, cosa que a ella la sonrojo pero sin dejar de estar asustada rodeada de varios vampiros sedientos de su sangre. Ella iba demasiado provocativa, y eso excitaba a los vampiros a morderla por todo su cuerpo, ella lo sabía muy bien.

- Por favor, detente… - suplicaba ella temblando y llorando. - No me hagáis daño, os lo ruego por favor…

- Que rostro tan tentador… - observo el que la sujetaba, posiblemente era el líder de esos vampiros. - Cuando mas miedo tiene una mujer, mas sabrosa sabe su sangre, ¿verdad que si chicos?

Todos riendo con maldad entre sus dientes preparados para morder, y el que quiso ser el primero fue el que la mantenía cautiva entre los brazos oliendo y rozando con los labios el cuello de la chica, justo donde estaba la yugular, si la mordía hay con fuerza muy pronto la desangraría y moriría. Ante eso, la chica intento liberarse como pudo, pero el vampiro la sujeto con mas fuerza haciéndole daño.

- No te resistas guapa, muy pronto sentirás un placer inimaginable, muchísimo mejor que el sexo. - aseguro el vampiro sonriendo.

- ¡No, detente por favor! - grito ella en alto y llorando. - ¡Socorro, que alguien me ayude!

Cansado de oírla gritar, el vampiro puso una mano sobre su boca para callarla, y entonces sacó los colmillos preparándose para morderla. La chica se sentía perdida, y rezaba a Dios que la ayudará de algún modo. Entonces, el vampiro estuvo a punto de morderla.

- Yo en tu lugar mi querido amigo, no lo haría.

Todos los vampiros se sobresaltaron al oír esa voz, que no era de ellos ni de la mujer humana, buscaron el origen y entonces vieron a alguien en la entrada al callejón apoyada en la pared con vacilación y las manos metidas en los bolsillos de su gabardina negra. Al notar que seguía con vida, la chica abrió los ojos y también vio a esa persona, sorprendida también de su aparición, entonces pensó que quizás Dios escucho sus ruegos.

- Buenas noches chicos. - saludo esa persona de negro con naturalidad en la voz. - Hace una hermosa noche ¿verdad?

- ¡¿Quién demonios eres tu? - pregunto el líder vampiro molesto. - ¡¿Te parece normal interrumpir nuestras cena así eh?

Antes de contestar, la persona de negro se apartó de la pared y camino hacía ellos con calma y vacilación, no se le pudo ver bien el rostro hasta que la nube se apartó de la luna dejándola ver bien, al parecer era una mujer joven, una adolescente vestida de negro bastante peculiar. Su vestimenta era completamente negra con el pelo negro largo que tenía, iba con botas de tacón bajo y grueso, parecía un hombre pero se podía ver que era una mujer por el escote llamativo que tenía y las piernas delgadas bajo el pantalón ajustado de cuero que llevaba. Lo que mas llamó la atención de ellos fue que llevaba un tatuaje en el lado izquierdo del cuello, una estrella de magia negra un tanto peculiar, y además, ella tenía los ojos rojos y colmillos, palidez y hermosura.

- Lo que no me parece normal es que estéis molestando a una joven inocente a estas horas de la noche, cuando esta prohibido atacar a un humano y beber su sangre contra su voluntad, y que además no este vacunado contra la mordedura del vampiro. - opinó ella vacilando tranquila.

- Eres una vampira parlanchina pero estas muy bien de cuerpo je, ¿Es que acaso eres de esas aburridas que respetan las normas de esa estúpida Organización o qué?

- Algo así, pero no es por eso. - negó ella con una sonrisa. - Os dio la oportunidad de iros sin hacerle nada a la chica, vamos.

- ¿Irnos? ¡Ja! ¿Con quién crees que estas hablando, estas loca? - pregunto él burlón.

- Con uno que solo es un aprendiz de vampiro, que solo ve a los humanos como alimento, sobretodo a las mujeres como esclavas sexuales y alimento. Comparado con un vampiros de muchos años no llegas a ser mejor que un siervo recién convertido. - contestó ella sin dudar de sus palabras. - Me cuesta cree que tengas tantos compañeros que te hacen el juego sucio, es algo que da mucha pena.

- grrrr… maldita zorra presumida. - insulto él humillado y enfadado por sus palabras. - ¡Matar a esa maldita zorra ahora mismo! - ordenó él a grito.

Los vampiros no dudaron y se abalanzaron sobre ella, pero antes de poder siquiera estar a unos centímetro de ella, que sonrió con la comisura, los vampiros desaparecieron convirtiéndose en polvo en el aire, cosa que asusto al resto y sobretodo al vampiro que sujetaba a la humana que estaba asombrada por lo que estaba viendo. La vampira de negro no se movió de su sitio, solo mostraba una mirada tranquila y directa al líder que estaba perdiendo la paciencia pero también estaba algo aterrado, sobretodo por los ojos rojos de ella que brillaban en ese momento dando terror e inseguridad, no sabía quién era esa mujer que apenas se movió para eliminar a sus hombres, pero era alguien poderoso y peligroso para ellos.

- Debiste hacerme caso cuando te dije que te fueras y dejarás a la humana en paz amigo. - le recordó ella con los ojos cerrados y las cejas alzadas. - Ahora ya es tarde para eso, por qué me has insultado y provocado, lo siento mucho.

- ajajá, no me hagas reír zorra chupa-sangre. - dijo él nervioso pero sin soltar a la humana. - Una simple niña como tu no puede con todos nosotros, ¡muchachos adelante, acabar con ella! - ordenó él girándose hacia el resto de sus compañeros.

Al ordenar eso, los vampiros ni se movieron, solo estaba hay temblando de miedo incapaces de atacarla o moverse de su lugar, y eso al hombre lo dejo confuso, todos estaban temblando de miedo por una simple chica de negro que había venido a salvar a la humana que tenía cautiva. Viendo que no iban a hacer nada pero que tenían pensando alimentarse de esa humana, la mujer sacó de su cintura bajo la gabardina un largo látigo negro de cuero, y eso dejo mas aterrados a los vampiros y al líder, la chica se mantenía hay sin poder liberarse de él, mientras, miraba asombrada y fascinada a la chica de negro.

- "¿Quién es ella? Es posible que ella sea de…" - pensaba la humana con los ojos irritado de no parpadear de lo asombrada que estaba.

- Te lo digo por última vez… suelta a esa humana y marchaos de este lugar si no queréis sentir la verdadera muerte ahora mismo. - advirtió ella ahora sería.

- ¡Antes tendrás que cogerla por ti misma guapa! - retó él sujetando con fuerza a la humana. - ¡Vamos imbéciles atacarla ya, es solo una zorra con látigo!

Antes de que los vampiros pudieran siquiera pensar en si atacarla o no, la vampira hizo agitar su látigo con una velocidad increíble, fue tan rápido que acabo con todos los vampiros en un solo instante, dejando solo al vampiro líder con la humana sujeta, que quedaron asombrados ante la desaparición de todos sin ver que les paso apenas, solo vieron como cortes de espada cuando en realidad usaba un látigo, al parecer la velocidad hacía que parecieran cortes de espada en el aire. Al ver que solo quedaba él, guardo sin mas el látigo en su sitio apoyando luego las manos en cada lado de la cintura con vacilación.

- ¡¿Por qué demonios lo has hecho? ¡Ambos somos vampiros de verdad! - exigió el vampiro aterrado.

- Pues para mi, tu y tus compañeros sois una desgracia y deshonra para los vampiros, no puedo permitir que sigáis con lo vuestro, sino llenaríais la ciudad de cadáveres otra vez. - contestó ella con ironía. - Después de lo que paso hace veinte años, los que son como tu deberían haber aprendido la lección ya.

Cuando acabo de hablar, ella empezó a acercarse a él, y ante eso puso mas nervioso y cogiendo a la humana con el brazo debajo de su mandíbula la alzó un poco del suelo ahogándola, así se protegió de cualquier peligro y la vampira detuvo su avance.

- ¡Tendrás que intentar darme con la humana pegada a mi, y dudo mucho que puedas sierva de los humanos, jajajaj! - dijo él triunfante, ignorando el sufrimiento de la humana. - Vamos, razona somos vampiros, los humanos solo son alimento para nosotros, y algunas veces son para ser como nosotros después. Olvida lo que estas haciendo y deja que me alimente de ella, incluso podemos compartirla, puedo oler que ella es virgen, su sangre es deliciosa.

- ¿Tu sabes lo que estas diciendo amigo? - pregunto la vampira ahora con voz sería y terrorífica. - Yo de ti me pensaría que esta saliendo de tu boca…

- ¡Se perfectamente lo que digo, y es la verdad. Tu seguramente también se alimenta de humanos como cualquier vampiro ¿no es cierto? - aseguro él perdiendo la paciencia. - ¡Desaparece de mi vista si no quieres que mate ahora mismo a esta zorra! - advirtió mostrando los colmillos.

- De acuerdo amigo… - dijo alzando la mirada con una voz sarcástica. - Tu te lo has buscado por propia voluntad.

Entonces, con una sonrisa sarcástica donde mostraba sus colmillos y ojos rojos de vampira, hizo que sus esos ojos brillaran intensamente, con eso, el vampiro sintió algo extraño en su cuerpo y sin saber cómo ni por qué solo a la humana que cayó al suelo tosiendo por la falta de aire, después, el vampiro hizo cosas raras con sus brazos, los estiro verticalmente y se alzó a los cielos a unos tres metros, él se mostraba confuso y aterrado y no tardó en saber que eso era obra de aquella vampira que se reía en bajo con algo de maldad.

- ¡Maldita diablesa! ¡¿Quién demonios eres? - exigió él viendo que no podía controlar su cuerpo para nada. - ¡Bájame ahora mismo zorra!

La vampira no hacía caso de las exigencias de él y paso su mirada a la humana que se recupero enseguida poniéndose en pie tambaleándose algo mareada. Entonces la chica se giró al vampiro que estaba sujeto en el aire sin estar atado a nada, parecía como si unas cuerdas invisible lo sujetarán, y eso dejo boquiabierta a la chica que no se percato de la vampira que la miraba.

- ¡Eh! - llamó ella sobresaltando un poco a la humana que se giró a ella al instante asustada. - Ya que estas libre vete de aquí y vuelve a casa.

- S-Sí, gracias… ¿Puedo saber quién es? - pregunto ella asombrada por esa misteriosa vampira de negro.

- Mejor que no lo sepas querida, a no ser que quieras tener mas problemas. - aconsejó ella con seriedad. - ¡Vamos vete de aquí! - exclamó en alto.

Con eso la chica no insistió mas y se fue corriendo de allí dando la vuelta a la esquina derecha del callejón desapareciendo de allí, al asegurarse de que se había ido, la vampira volvió su mirada al vampiro que no paraba de moverse para intentar inútilmente soltarse de lo que fuera que lo sujetará. Al verlo así se rió de nuevo dando unos pasos hacía él con la cabeza alzaba mirándolo.

- ¡Maldita zorra, no eres una chupa-sangre normal y corriente, seguro que eres de la Organización Hellsing ¿no es así? - dedujo el vampiro.

- Mmm, podría ser, sí. ¿Pasa algo que lo sea? - pregunto ella tan tranquila cruzando los brazos vacilante. - Si no hubieras atacado a un humano no vacunado y contra su voluntad, y encima atacarme cobardemente con tus compinches, esto no te estaría pasando amigo mío.

- ¡No juegues conmigo zorra estúpida, bájame ahora mismo si no quieres acabar mal! - ordenó él amenazante mostrando sus colmillos enfurecido. - ¡¿Quién te crees que eres para hacerle esto a alguien de tu raza? ¡¿Quién eres en realidad maldita?

- je, ¿de verdad quieres saberlo? Muy bien. - aceptó ella riendo divertida y superior. - Soy Ángela Hellsing, pero para los que son como tu debéis llamarme por otro nombre, y seguro que lo conoces por otros vampiros mas mayores que tu, no me extraña que no me hayas reconocido por el tatuaje de mi cuello, y eso a sido un gran error…

- ¡¿Cómo dices? Entonces tú… no puede ser… - entendió él temblando de miedo al saber que quería decir ella, está sonrió sarcástica afirmando sus sospechas. - ¡Tu eres Ángelus Drakul, la hija heredera del Conde Drácula!

- Bingo, - afirmó ella serpenteante. - Y el haberme atacado y enfadarme ha sido un grandísimo error para ti amigo.

- ¡No espera, espera por favor, ha sido un mal entendido! - intentaba defenderse él temblando como nunca. - Esa chica quería ser vampiresa te lo juro, lo que he actuado un poco salvaje con ella y por eso se mostraba así, no tienes por qué matarme Majestad.

Todo eso que dijo hizo que la paciencia de Ángelus se acabará finalmente, por eso el vampiro sintió un inmenso dolor en su cuerpo haciendo que gritará de dolor. Harta de que estuviera allí arriba hizo que cayera en picado al suelo a tres metros de altura, y el golpe fue fuerte para él pero no dejaba de moverse y encogerse de dolor, entonces ella se acercó a él ignorando el sufrimiento de él y al estar junto a él puso un pie sobre su pecho manteniendo boca arriba y mirándola fijamente, viendo que ahora estaba enfadada y sería.

- Contesta a mis preguntas y quizás me lo piense dos veces antes de hacerte pedazos. - dijo ella con voz aterradora y convincente. - ¿Quién te ha dado esta vida? ¿Te han dado alguna orden contra mi?

- ¡Me… me convirtieron sin decirme quienes eran, solo me pidieron que hiciera lo que quisiera sin hacer caso a las normas de la Organización Hellsing, no se quienes eran lo juro, solo se que los que mandaban no eran de aquí pero sus siervos si, ellos eran extranjeros no se de donde!

- ¿Qué aspecto tenían? - pregunto ella ahora mas calmada.

- Eran tres, un hombre y dos mujeres, una era mas joven que la otra, posiblemente eran madre e hija, y a decir verdad esa chica se parecía a usted físicamente… - observó él nervioso con las manos en alto y quieto. Parecían tener muchos años de existencia por la seguridad que tenían.

- ¿Una chica que se parecía a mi dices? ¿Oíste algún nombre entre ellos?

- No… bueno, no estoy seguro, creo que la chica esa la llamaron Gina, no se nada mas lo juro. - dijo él suplicante.

Ante eso, Ángelus no dijo nada ni hizo nada durante unos momentos, solo estuvo hay como pensativa y concentrada en algo. Entonces, quito su pie de encima de él y se dio media vuelta para irse, entonces, el vampiro dejo de sentir ese dolor en el cuerpo y suspiro aliviado, pero a pesar de haberse salvado se sintió también humillado ante ella, y viendo que era una ocasión buena, sacó de sus ropas un gran puñal, viendo que ella estaba de espaldas ignorandolo se puso en pie y corrió hacía ella furioso.

- ¡MALDITA ZORRA DE HELLSING! - Gritó él enfurecido y corriendo con rapidez.

Él no llegó a atacarla como quiso, por qué al estar a dos pasos de ella su cuerpo se desintegró solo soltando sangre por doquier pero sin salpicarla a ella que se paro de espaldas a él sin girarse, el cuerpo y la sangre enseguida se convirtieron en polvo desapareciendo por el viento que sopló en ese momento. Ángelus se mantuvo hay sin mirar que paso, ya que fue ella quien lo hizo explotar sin mas al oírlo acercarse, de todas formas lo abría eliminado por ser un problema.

- No tenía por qué encargarse de él mi señora Ángelus. - dijo una voz en ese mismo callejón.

La nombrada no se sorprendió de oír a alguien allí, solamente te mostró tranquila mirando de reojo su lado derecho, hay vio a una chica de pelo muy corto y pelirrojo, iba con vestimenta callejera y algo fresca a pesar de que estaba casi en invierno, sus ojos eran de color verde oscuro, se notaba que no era inglesa ni mucho menos, pero tampoco era una vampira por lo bronceada que estaba. Ángelus no se mostró incomoda por el aspecto peculiar de la chica, mas bien parecían amigas, y lo eran en verdad, de hacía mucho tiempo.

- Ya me conoces Yasmina, no soy de esas que se quedan en casa aburridas… necesitaba salir y hacer algo de provecho. - dijo ella paseando de lado a lado.

- Aún así podría haberme encargado de esa alimaña yo misma sin que se ensuciará las manos, sabe que estoy y siempre estaré a su servició mi señora. - dijo Yasmina haciendo una reverencia de lealtad y respeto. - ¿Por qué no se ha cargado a ese ser igual de rápido que al resto?

- Es otro convertido por "ellos" Yasmina, me a asegurado esa información antes de desaparecer. - contestó ella con seriedad en la voz.

- Vaya, así que era por eso. - entendió Yasmina mostrándose dolida y frustrada. - Con este ya son muchos humanos convertidos por ellos mi señora, y casi siempre suelen ser de estos que van a lo suyo buscando problemas y superioridad ante los humanos. ¿Qué pretenden hacer con esto?

- Vete a saber amiga mía, pero empiezan a moverse poco a poco. - dedujo la vampira girándose a ella. - No me atacan directamente por temor a acabar con este que estaba aquí, por eso esperan el momento oportuno, después de lo ocurrido hace 18 años no me extraña que sean cautelosos ahora.

- Discúlpeme mi señora, ¿puedo preguntarle algo personal? - pidió ella insegura de su consentimiento.

- Claro, dime. - accedió ella con naturalidad.

- ¿Por qué no los mató cuando tuvo ocasión hace 18 años? - pregunto ella curiosa y confusa. - De haberlo echo nada de esto estaría pasando, ¿no cree?

Ante eso Ángelus no contestó enseguida, solamente miró a la pelirroja fijamente callada con una mirada directa y sería. Al verla de ese modo Yasmina se inquieto un poco y pensó que no debió preguntarle eso en ese momento.

- Perdóneme mi señora, no es asunto mío de sus decisiones. - se disculpo ella con una reverencia de cabeza.

- Tranquila no te disculpes Yasmina, se que te estabas aguantado las ganas de preguntarme eso durante mucho tiempo. - considero la vampira con amabilidad. - Tienes todo el derecho a preguntarme lo que quieras saber, no eres solamente mi sierva, eres mi hermana y amiga, ¿lo recuerdas?

- Sí, claro mi señora. - dijo ella con una sonrisa mas animada.

- Y tienes razón, de haberme encargado de ellos en su momento, todo esto no estaría pasando, pero… - hizo una pausa algo dudosa. - No se… algo me decía que no era el momento oportuno, y que si lo hacía, algo peor que esto pasaría por ello.

- ¿Eso cree? - pregunto la chica curiosa.

- Sí. Además… creo que de todos modos cosas como estas estarían pasando por culpa de algún otro enemigo igual o mas poderoso que ellos, ya es tarde para pensar en las cosas que pasaron antes. Ahora solo hay que pensar en afrontarlos y vencerlos.

- Mi señora…

Yasmina miró atenta a la vampira, que ahora mostraba una mirada perdida y pensativa, y ella sabía que era con exactitud. En el fondo no deseaba que su ama estuviera triste por los malos recuerdos del pasado, por ese motivo quiso animarla de algún modo pero no se le ocurrió que hasta que recordó una noticia que llevó a la Mansión Hellsing.

- Mi señora Ángelus, ¿Tara la ha llamado para decirle de la última noticia que hemos recibido? - pregunto ella llamando la atención de Ángelus.

- ¿Eh? No, ¿Qué pasa? - pregunto ella curiosa y extrañada, parpadeando un par de veces.

- ¿Verdad que dentro de pocos días será el cumpleaños de Arthur? - pregunto ella, la vampira asintió. - Pues su majestad el rey nos ha llamado pidiendo que asistamos ese día a Palacio para celebrarlo con todos los de la familia real y los miembros de la mesa redonda, quiere que lo celebremos con él, ya que, cuando Arthur cumpla la mayoría de edad…

- Podrá ser el líder de Hellsing, lo se Yasmina. - terminó ella con ironía. - Me sorprende que este pendiente de ello su Majestad, no se le escapa una.

- Pero eso no es todo mi señora…

- ¿Hay mas?

- Sí, al parecer sus dos hijos, Aurora y Adam, están de camino hacía aquí después de muchos años. ¿Se lo puede creer? - dijo Yasmina sorprendida. Eso dejo muda a Ángelus con los ojos bien abiertos. - Todo el mundo decía que su majestad el rey no les dejaba venir aquí por su seguridad, pero ellos dos han insistido en venir y han conseguido convencerle para poder vivir aquí.

- Vaya, que sorpresa. - dijo Ángelus en bajo disimulando una sonrisa en sus labios.

- Ya lo creo mi señora, estoy segura de que a Arthur le gustará celebrar su cumpleaños a lo grande, será mayor de edad sobretodo. - opinó Yasmina imaginándose ese día en la mente.

- Si seguro. - coincidió ella. - Será mejor que volvamos a casa ya, mi hermano debe estar inquieto por nuestra tardanza.

- Si tiene razón, vamos. - estuvo de acuerdo la chica pelirroja.

Sin mas charla, ambas mujeres empezaron su retorno a casa saltando de tejado en tejado con suma habilidad y rapidez en una carrera donde llegaban a la velocidad de una moto a toda potencia. Mientras, en la mente de la vampira iban volviendo viejos recuerdos algo mas recientes, que para ella eran algo agradables y buenas, ya que, no fue la primera vez que se encontró con esos niños que eran los hijos del rey.

- "Ha pasado mucho tiempo, pero para mi es como si hubiera sido ayer, ahora eso se me hace curioso siendo una vampira inmortal" - pensó ella con ironía.

FLASH BACK: 10 años antes

Era una noche lluviosa en la ciudad de Londres, y por los tejados de los edificios altos iban pasando una silueta negra a toda velocidad dirigiéndose a algún lugar en concreto, de cerca se pudo ver que era una persona vestida de negro, una mujer de pelo negro y ojos rojos, ahora empapada por la fuerte lluvia pero lo ignoraba por completo, solo pensaba en llegar a su destino; el palacio real con urgencia, debido a que recibió una llamada del secretario del rey pidiendo su presencia urgente, pero no fue pedido por el rey, sino por la reina, y eso a la vampira no le gusto, era algo malo y serio.

Después de dar saltos de tejado en tejado y dando una veloz carrera sobre la ciudad de forma sobrehumana y asombrosa para un humano, consiguió llegar al palacio donde el secretario la esperaba en la entrada bajo un paraguas. La vampira al verlo a distancia dio un poderoso salto y aterrizó justamente frente de él dándole un pequeño susto, pero al ver que era la persona que esperaba se calmó y le ofreció refugiarse bajo el paraguas, ya no hacía mucha falta pero no quiso ser desagradecida y maleducada.

- ¿Qué es lo que ocurre Arthur? - pregunto la vampira mientras iba caminando con él hacia el enorme palacio de color marrón bronce.

- Ha ocurrido algo terrible Lady Drakul, su majestad la reina me ha pedido personalmente que la llamará a usted, que podría ayudarla sin problema. - contestó el secretario con rapidez. - Ella esta destrozada por lo ocurrido.

- ¡¿Y qué es lo que ha ocurrido maldita sea?, me estas poniendo de los nervios con las dudas! - exigió ella incomoda apartándose de él.

- Claro, lo siento mucho señorita Drakul, es algo que ya a pasado antes, y usted fue la que lo soluciono. - dijo él con culpa.

- No puede ser… ellos han… - dijo ella sorprendida, deduciendo lo que estaba pasando.

- Sí, los hijos del rey han sido secuestrados de nuevo. - afirmó él aclarando las sospechas de la vampira.

- Maldita sea… ¿por qué tienen que hacerles esto a unos pobres niños inocentes? Estoy harta de esa gente. - maldijo ella frustrada entre los dientes.

Sin decir mas, ella fue a paso largo hacía el interior del lugar seguida por el secretario que intento cubrirla con el paraguas pero ella fue rápida y sin importarle estar empapada por la lluvia, dejando un rastro de pisadas de barro y agua, fue directa a la habitación donde estaban los reyes, no le hizo falta preguntar donde estaban por qué pudo oír los llantos de una mujer destrozada y desolada, y al entrar en la habitación empujando con fuerza las dos puertas la vio sentada en una silla siendo consolada por su rey.

Al oírla entrar los dos se sobresaltaron un poco pero al ver que era ella mirándolos sorprendida vieron que ya estaba al corriente, justo detrás de ella llegó el secretario jadeando un poco por la carrera y cerrando el paraguas que no le dio tiempo a hacerlo antes. La vampira estuvo hay de pie observando a los padres, pero sobretodo a la mujer que estaba con el rostro empapado en lagrimas que dejaron correr su maquillaje, tenía en mano un pañuelo y en otro una fotografía, posiblemente de sus hijos.

- Le pido disculpas su majestad, ella ha venido sola hasta aquí sin esperar a secarse. - se disculpo el secretario con una reverencia.

- No importa Arturo, déjanos a solas. - ordenó el rey con seriedad.

El secretario así lo hizo con otra reverencia, después se retiro cerrando la puerta en par. Al estar a solas, el rey volvió con su mujer que no paraba de llorar, y la vampira la miró apenada y frustrada, odiaba ese tipo de cosas, que personas secuestraran a niños inocentes para conseguir dinero o algo peor, la mayoría de veces los niños secuestrados no volvían con sus padres vivos.

- Gracias por venir tan rápido Ángelus. - agradeció el rey.

- De haber sabido de ante mano de que se trataba habría tardado muchísimo menos señor. - dijo la vampira acercándose a ellos. - ¿Se sabe quienes han sido?

- Vampiros… - contestó la mujer entre las manos llorando. - Los criados que estaban con ellos han sido encontrados muertos en sus habitaciones, dios mío… mis pequeños están…

- Cariño, por favor cálmate. - pidió él abrazándola por la cabeza, pero ella se libero con violencia.

- ¡No me digas que me calme, nuestros hijos los tiene un vampiro asesino, Dios! - exclamó ella nerviosa y frustrada.

- Por eso la he llamado a ella, para que los busque y los traiga de vuelta, como hizo la otra vez hace años. - aclaró él calmado, entendiendo el estado de su reina. - Esta joven, Ángela Hellsing, es la vampira que nos trajo de vuelta a nuestros hijos sanos y salvos.

Al oír eso, la mujer se giró rápidamente a Ángelus que se puso tensa ante eso, entonces, la reina se puso en pie y sin pensarlo o dudarlo se apoyó en ella desolada y desesperada, Ángelus quedo petrificada ante eso y no sabía que hacer.

- Su… majestad.

- Por favor te lo pido… salva a mis hijos. - suplicó ella entre lagrimas, aún con la foto en mano en el pecho de ella. - Tráigame a mis hijos de vuelta…

Ángelus no supo que decir ante esa suplica tan desesperada, entonces ella miró al rey que la miraba directo y seguro de ella, sabía que podía hacerlo como lo hizo la otra vez, y con eso la vampira decidió ayudar.

- De lo por echo alteza, no volveré hasta que estén con ustedes. - juro ella apartándola por los hombros. - Hasta entonces esperen un poco…

Sin decir nada mas, ella salió de allí, y cuando estuvo en el pasillo el mayordomo la siguió hasta la puerta para después cerrarla. Al estar de nuevo bajo la lluvia, la vampira dio un salto y se fue volando hacia la ciudad para empezar su búsqueda. Para poder encontrar información del vampiro secuestrador, Ángelus decidió ir a un lugar adecuado para lo que necesitaba, al Sangre Fresca de su viejo amigo Spike.

Como cada noche a pesar de ser lluviosa y deprimente, el local estaba a rebosar de vampiros acompañados por humanos que se dejaban morder con gusto, no había peligro de que se convirtieran ya que estaban vacunados con anterioridad. Afortunadamente para ella, su amigo rubio Spike estaba a la vista de todos en vez de estar solo en su despacho con alguna bailarina, ahora estaba en compañía con unos amigos. Sin importarle eso, Ángelus fue directa a ellos.

- jajajaj, si tio, yo también habría echo lo mismo de ser humillado de esa forma. - dijo Spike a un amigo animado mientras tomaba una copa acompañado de una bailarina.

- Veo que te he pillado en mal momento campeón. - dijo una voz a detrás de él. - Pero era de esperarse.

El vampiro rubio platino y sus acompañantes giraron la cabeza a sus espaldas y vieron a una mujer de negro masculino con pelo negro y ojos rojos intensos.

- ¡Vaya Spike, ¿Quién es tu chica? - pregunto uno babeando al ver lo hermosa que era.

- Cuidado con lo que dices tío, ella no es una chica vampira cualquiera deberías saberlo, "él" le dio su sangre. - advirtió Spike al ponerse en pie. - El poderoso rey no-muerto le dio su sangre a esta preciosa princesa para que ocupará su lugar en el alto rango de los vampiros, es Ángelus Drakul.

Al decir ese nombre, los vampiros quedaron asombrados y el que presumió con ella pensando que era una chica mas de Spike se medio escondió asustado por su metedura de pata. Ángelus se mostró pasiva ante tantos halagó del vampiro, era algo normal y rutinario en él.

- ¿Y a qué se debe su presencia aquí en esta… húmeda y deprimente noche? - pregunto él estando junto a ella. - Veo que la lluvia le ha hecho una mala pasada.

- Gracias por tu observación y tus halagos Spike, pero ahora te necesito para encontrar a un vampiro urgentemente esta noche. - dijo Ángelus con seriedad.

- Cuente conmigo si es que se algo. - acepto él. - Usted dirá.

- Quisiera hablarlo en privado Spike, es algo importante. - pidió ella viendo a los vampiros mirándolos curiosos.

Spike entendió enseguida que era algo gordo y muy urgente para ella, así que cumplió con su pedido, le dio su copa a la bailarina y le pidió con el brazo estirado a Ángelus que fuera tirando a su despacho. Entonces se giro a sus camaradas disculpándose y que no tardaría en volver, que siguieran con la fiesta y se fue pitando con la vampira de negro. Cuando los dejo, los vampiros expresaron su asombro de haber visto a la única vampira que el Conde Drácula dio su sangre para que fuera la nueva reina No-Muerta, viendo que era mas hermosa y bella de que decían todos los vampiros que vivían en esa ciudad.

Ángelus enseguida estuvo junto a Spike en su despacho para poder hablar, él fue tranquilamente a su silla mientras ella se mantenía en pie sin querer sentarse siquiera, él no insistió en ello viendo en el rostro de ella que algo grave y serio estaba pasando y que ella se encargaba de ello personalmente.

- De acuerdo Ángelus, te conozco. - dijo Spike amistosamente. - ¿De que se trata esta vez?

- Han secuestrado a los hijos del rey… - contestó ella, dejando pasmado al rubio al instante. - Y el secuestrador en un vampiro recién, ha matado a los criados que estaban con ellos, y puede que tenga intención de hacer algo mas con esos niños a no ser que lo encuentre esta misma noche. - Hizo una pausa viendo la expresión sincera de Spike, sorprendido y algo molesto. - Necesito que me digas si ha venido algún vampiro nuevo que llamará tu atención y que tenga que ver con todo esto Spike, te lo pido por favor.

- Vaya, veo que te has tomado muy en serio esto, ¿conoces a los hijos del rey? - pregunto él con seriedad y curioso al ver la desesperación de la vampira.

- De hace tiempo, ya fueron secuestros antes, pero esta vez no es por mi causa y eso es malo. - contestó ella con la mirada baja. - ¿Sabes algo o no?

Spike no contestó enseguida, primero pensó un momento pero dándose algo de prisa por la gravedad del asunto, hasta que finalmente recordó algo.

- Pues si amiga mía, hace poco apareció un nuevo individuo, parecía presumir de algo que haría pronto, decía que se volvería rico cuando lo hiciera. - informó él poniéndose en pie para pasear por el despacho de lado a lado. - Se puso muy pesado y no paraba de ligar con las chicas descaradamente, así que tuve que decirle que se calmará si no quería irse a patadas de allí y no volver, él me hizo caso pero insistió en que sería tan importante como tu.

- ¿Sabes dónde vive ese tipo ahora? - pregunto Ángelus interesada en ese hombre.

- En una noche ya se supo todo sobre él por qué lo decía en voz alta llamando la atención de todo el local, deseaba callarle con un puño… - se quejaba él mientras escribía algo en un papel. - Y se nota que esta desesperado por tener dinero por la dirección que dio. - Con eso Spike le dio el papel a Ángelus, ella lo miró y reconoció el sitio. - Me apuesto una virgen inglesa a que este tipo es el vampiro que buscas amor.

- Gracias Spike, te debo una. - agradeció ella dándose la vuelta para irse de allí con rapidez.

- ¡Me debes unas cuantas guapa, y me gustaría que me las devolvieras! - exclamó él en alto. - ¡Es solo cuestión de tiempo que me necesites para algo mas!

Ángelus le oyó y no pudo evitar reírse un poco de ello divertidamente. En el fondo, Ángelus consideraba a Spike amigo suyo a pesar de su carácter obsesivo con ella y su forma de divertirse con las humanas de su local, a pesar de todo eso él la ayudaba con información y contactos para su trabajo a pesar de ser un vampiro libre. Ángelus salió del local y se puso en marcha saltando al tejado para ir mas rápido hacia la dirección de ese misterioso vampiro, según la dirección dada, el vivía en un almacén abandonado desde hacía años, si que estaba desesperado por conseguir dinero, y que mejor forma que secuestrar a los hijos del rey cuando tienes el don de la inmortalidad de los vampiros para hacer lo que quieras.

El lugar no estaba muy lejos del local de Spike, y con un salto mas, Ángelus localizó en viejo almacén a pesar de la molesta y fuerte lluvia que no dejaba ver mucho esa noche. Poco a poco la lluvia se fue calmando hasta que dejo de caer, pero las nubes no parecían haber descargado todo lo que debían, por lo que Ángelus quiso aprovechar la ocasión, y para suerte de ella, justo en los terrenos del almacén, frente a la puerta corredera visualizo a una persona, con su visión y olfato de vampira pudo confirmar de que era un vampiro recién convertido, era él.

- Te he encontrado amigo. - dijo ella para si misma.

Sin esperar mas, ella se dejo caer al vació sin mas, y aterrizó en el suelo con suma naturalidad, como si hubiera saltado de la ventana del piso bajo. Entonces, ella camino decidida y a paso largo hacía allí, mientras abría mentalmente la verja cerradas con cadenas que explotaron y desplazando la valla metálicas de los terrenos abandonados a su paso. La tierra estaba mojada y con barro pero ella lo ignoró y siguió su camino firme y directa. Entonces, ante de llegar a ver dentro del lugar, a sus oídos llegaron los gritos de unos niños, después alcanzo a ver como el vampiro estaba abalanzándose sobre la niña que lloraba e intentaba apartarse de él mientras el otro niño intentaba ayudarla pero fue apartado violentamente por el vampiro.

Sin esperar mas, Ángelus se desplazó velozmente hacia ellos y sin dudar le atravesó la cabeza al vampiro con la mano, con eso se manchó entera y también a la niña que la miraba fijamente sin gritar siquiera. El vampiro ya estaba muerto, por eso la vampira quito asqueada y molesta su brazo de él dejándolo caer inmóvil al suelo donde se convirtió enseguida en cenizas en el suelo mojado del almacén a la vista de los niños.

- Eres una desgracia para los vampiros idiota, ¿No te da vergüenza atacar a unos niños? - dijo ella molesta mientras se sacudía asqueada el brazo.

Entonces, mientras se lamía un poco los dedos debido a que estaba algo hambrienta, se giro a los niños que la miraba asombrado pero no aterrados, cosa que la sorprendió un poco pero enseguida se inclinó hacia ellos ofreciendo la mano a la niña que estaba machada de sangre en la cara, pero no se mostraba asustada no aterrada por nada de eso ahora, solamente estiro su mano para poder cogerse al de ella sin dejar de mirarla para después abalanzarse sobre ella sintiéndose ahora a salvo, el niño hizo lo mismo después, y Ángelus decidió abrazarlos para acabar de calmarlos y consolarlos.

- Tranquilos pequeños, tranquilos… - calmó ella con amabilidad y dulzura. - Ya estáis a salvo, os llevaré a casa con papa y mama… lo prometo.

FIN FLASH BACK

- ¿Mi señora Ángelus? - llamó la voz de Yasmina a su lado. - ¿Le ocurre algo, pasa algo malo? - pregunto preocupada viendo distraída.

La vampira volvió en si de sus pensamientos y miró a Yasmina mientras corrían y saltaban por los tejados de Londres de vuelta a casa, entonces le mostró una sonrisa amable y tranquila.

- No Yasmina, no pasa nada. - aseguro Ángelus. - Recuerdos agradables que me han venido de repente, unos bastante agradables de recordar.

CONTINUARÁ...

Hasta aquí el primer capítulo, espero que os haya gustado damas y caballeros, a mi me ha gustado mucho como ha quedado personalmente. Y me gustaría daros un pequeño consejo, cuando leáis el principio y el flash back al final que se parecen, escuchar la canción "My Immortal" de Evanescence, la canción le pega al pelo, os lo aseguro, os va ha emocinar de verdad. Hasta pronto guapos y guapas, dejadme reviews para saber como os ha parecido el comienzo de esta nueva historia de vampiros en Londres!