N/A: ¡hola! Esto es lo que quedó después de editar la otra historia (es el mismo tema que la anterior). La otra estaba horrible, muy pocas palabras para mi actual gusto. Además decidí acortarla unos capítulos. Iba a poner a Rin-Chan chiquita y que pasara un tiempo para que se hiciera grande, etc.

Disclaimer: los personajes no me perteneces ni nada por el estilo, son de Rumiko Takahashi y siempre lo serán.

Capítulo 1.

A la mañana, cerca de un camino se hallaba un pequeño e inusual grupo caminando en dirección a un frondoso y tenebroso bosque. Se los notaba apurados y nerviosos, en especial una chica de cabellos azabaches.

– Chicos, estoy segura de que está por acá – dijo Kagome.

– Yo también, es imposible confundir su apestoso olor – dijo Inuyasha.

– Entonces apurémonos – dijo Sango con Shipo en su hombro izquierdo.

Llegaron y encontraron lo que temían desde el principio. Sesshomaru estaba apoyado en un árbol con la respiración agitada y la parte superior de su vestimenta toda rasgada hasta el punto de poder ver un abdomen bien formado. Kagome caminó preocupada hasta llegar a una distancia prudente de él.

– ¡Señor Sesshomaru! – se escuchó la voz preocupada de una adolescente corriendo hasta el lugar.

– ¡¿Qué hace Rin aquí?! – dijo Kagome entre celosa y malhumorada.

– Rin si que se ha vuelto inteligente y habilidosa – dijo Inuyasha embelesado con Rin, la cual venía saltando de árbol en árbol con un uniforme de exterminadora.

– Ha sido una gran aprendiz, una de las mejores que he tenido – dijo Sango contenta y orgullosa.

– ¿Qué le ha pasado Señor Sesshomaru? – se acercó más a Sesshomaru y lo sostuvo de los hombros.

– Un gran grupo de seres inferiores me rodeo e intentó atacarme, había unos fuertes y muchos débiles, maté a la mayoría pero quedé así en el transcurso del tiempo de la batalla – finalizó cansado. Tranquilo y con calma, apoyó su cabeza en el hombro de ella, así puso nerviosos a todos los presentes.

– Señor Sesshomaru, lo cuidaré hasta que se recupere – le acarició la mejilla al demonio.

– Me quedo a tu cuidado, pequeña Rin – se desvaneció y con esfuerzo y ayuda de Inuyasha lo llevaron a la aldea de la anciana Kaede. En todo el recorrido Kagome no dijo ni una palabra, solo se dedicaba a mirar con odio y celos a Rin.

– ¿En dónde lo dejamos? – preguntó Rin mirando a Inuyasha.

– En la casa de la vieja – respondió con un tenue sonrojo.

– Muy bien – lo llevaron y lo depositaron en un futón – Me voy a dar un baño, el entrenamiento de hoy con Kohaku fue agotador – dijo Rin estirándose.

– ¿Quieres que vigile los rededores? – se ofreció Inuyasha ante la atenta mirada de Kagome.

– Bueno, si no le molesta – dijo algo sonrojada Rin.

– Vamos – ambos se fueron.

– No puedo creer que Rin, una niña de 12 años, se robe la mirada de "Mi" Inuyasha – pensó Kagome gruñendo.

– Kagome, amiga, no te pongas así, Miroku y yo te dijimos varias veces que te le declararas a Inuyasha y nunca lo hiciste – le dijo cariñosamente Sango.

– Pero nunca pensé que este se iba a fijar en una niña debilucha como Rin – se le escapó a Kagome.

– Kagome, no quiero ser peleadora pero ella se defiende, pelea e incluso tiene un poder espiritual más fuerte que el tuyo – dijo Sango algo enojada.

– ¡Lo sé, Dios!, voy a ver que hace Inuyasha – salió furiosa en busca del recién nombrado.

Caminó y caminó durante un rato, hasta que pudo notar su presencia encima de un árbol mirando en una dirección, con dolor ocultó su presencia y se acercó para ver lo que más temía: Rin se estaba dando un baño inocentemente sin notar la presencia de Inuyasha, la cual poseía un notable bulto en la parte inferior de su cuerpo.

– Pequeña y sexy Rin – gimió el hanyou, por desgracia Kagome pudo ver como se manoseaba su enorme y erecto miembro.

– Aún teniendo 18 años y un cuerpazo de infarto no pude conseguir lo que más deseaba, perdí contra una niña de 12 años – como ella sabía que las lágrimas no tardarían nada en aparecer se fue rápidamente pero sin hacer ni un solo ruido. Cuando llegó al lugar en el que conoció al hanyou por primera vez, se puso a llorar desconsoladamente.

– ¿Kagome?... ¡Kagome! – gritó Koga apareciendo velozmente.

– Koga, hace tiempo que no te veo...2 años ¿No? – dijo limpiándose los restos de lágrimas.

– Si pero ¿Por qué una dama tan bella se encuentra llorando solo en este lugar? – la abrazó y luego la miró a los ojos.

– Son problemas personales, algo sin importancia – le dedicó una sonrisa de felicidad. ¡Por fin un hombre la miraba a ella y no a la niña malcriada de Rin!

– Bueno, yo iba a la aldea de Kaede ¿Vamos? – Kagome asintió. Empezaron a hablar y a caminar de camino a la aldea. Al llegar, Inuyasha y Rin aún no se encontraban en la choza, eso entristeció a la joven.

– ¿Inuyasha y Rin? – le preguntó a su amiga, la cual la miró curiosa.

– ¿No dijiste que los ibas a buscar o algo así? – Kagome negó.

– No pasa nada, solo quería saber si habían vuelto – aclaró triste y enojada a la vez.

– ¿Dónde está el perro sarnoso? – dijo alegre como siempre Koga.

– Estaba cuidando de Rin mientras ella se bañaba – dijo Sango sonriendo.

– ¿Quién es Rin? – preguntó curioso.

– Es mi protegida – dijo despertando Sesshomaru de su largo sueño.

– No la conozco – negó Koga – Pero...si es tu protegida ¿Por qué no estás con ella? – eso heló a todos los presentes.

– No es de tu incumbencia – gruñó muy molesto Sesshomaru.

– ¡Perdón por la tardanza! – gritó una muy animada Rin encima de Inuyasha que la cargaba en forma de caballito.

– Bájate de encima del estúpido de Inuyasha Rin – ella obedeció y se acercó a su amo con una gran sonrisa.

– ¿Cómo se encuentra, Sesshomaru-Sama? – él la miró con ternura y cariño.

– Disculpen la tardanza... – dijo entrando Kaede tranquila, luego se enojo levemente – ¿Desde cuándo está tan habitada mi choza? – frunció el ceño levemente molesta. Era cierto, ahí estaban: Miroku, Sango, Sesshomaru, Shipo, Kagome, Koga, Inuyasha y la pequeña Rin.

– Perdón por esto Kaede-Sama – dijo haciendo una reverencia Rin – Es que hoy atacaron a Sesshomaru-Sama y lo trajimos aquí para que se recuperara – aclaró en un tono maduro.

– No importa pero hoy la choza se va a limpiar así que nos iremos a un claro – Kaede le sonrió a la pequeña que esbozó una gran sonrisa.

– ¡¿Escuchaste eso Inuyasha?! – Él asintió también feliz – Podremos practicar, jugar y divertirnos mucho – se abrazó de Inuyasha sorprendiendo a todos los presentes, incluso a la víctima.

– S-si – dijo nervioso, todos lo notaron.

– Rin, aléjate del idiota – dijo demandante Sesshomaru.

– ¡Está bien! – se separó de Inuyasha contenta y se abrazó de Sesshomaru.

– Bueno, vamos – los tres mayores, en todo el viaje al claro nunca dejaron de mirar a la niña, que iba saltando de árbol en árbol mientras cantaba en voz baja. Cuando me refiero a los tres mayores, hago referencia a: Koga, Inuyasha y a Sesshomaru. Todos al llegar no pudieron ocultar su asombro ante tal paisaje, era un sitio digno de admirar.

– ¡Qué lindo lugar Kaede-Sama! – dijo Rin tirándose desde un árbol al suelo, aterrizó limpiamente.

– De verdad, es un lugar maravilloso – dijo Sango sin ocultar su asombro.

– Aquí se realizan las charlas entre los sacerdotes y las sacerdotisas de distintas aldeas – dijo Kaede pensativa.

– ¡Asombroso! – dijo Rin sonriendo con alegría.

– Kaede, creo que deberíamos preparar el almuerzo – dijo Sango sabiendo que sería casi medio-día.

– Tienes razón, Kagome, tú y Rin quédense a disfrutar del día con Sesshomaru, Koga, Inuyasha y Shipo – dijo firmemente, ella sabía del odio de Kagome hacia la niña pero no sabía el por qué de dicho sentimiento – Miroku, ven con nosotras – dijo y se fue con la pareja.

– ¡Shipo!, ¿Vamos a jugar a las atrapadas o vamos al río de al lado? – le dijo con mucha emoción.

– ¡A las atrapadas! – una vez elegido el juego empezaron a correr desesperadamente.

Sesshomaru cansado de estar parado se sentó a espaldas de un gran e imponente roble, Inuyasha se subió a un árbol y Koga se acostó a espaldas de una roca bastante grande, todos tenían algo en común: miraban a donde la niña corría y jugaba. Todos tenían un pequeño bulto ahí abajo, eso Kagome lo notó e hizo que odiara más a la niña. La cosa es que cuando ella corría, sus pequeños pero bien formados senos rebotaban de arriba abajo, eso excitó a los tres hombres.

– ¡Shipo, vayamos al río, tengo calor! – lo jaló con mucha fuerza y se lo llevó.

– ¡¿Cómo es que se excitan con una niña de 12 años?! – reventó Kagome, Inuyasha y Koga la miraron avergonzados y Sesshomaru solo volteó la mirada hacia otro lugar.

– Perdón – dijeron los avergonzados.

– No eres nadie para recriminarnos, humana – le echó en cara Sesshomaru – Tu no eres ni la mujer de Inuyasha, ni de Koga y obviamente mía tampoco, así que no vengas a dar ordenes que me repugnas – frío y directo, como siempre.

– ¡Pero Rin es apenas una niña! – gritó cansada.

– Kagome, no te pongas así, ¿Estás así por qué dejaste de ser llamativa? – se burló Inuyasha.

– Señorita Kagome, mis más sinceras disculpas pero la joven Rin es muy bella para ser una niña – dijo dudando Koga.

– Como dije antes: ¡Tiene 12 años! – se sentó en el pasto enfurecida.

– ¡Inuyasha! – se escuchó la voz de Rin, él fue a ver que sucedía.

– ¿Qué pasa Shipo? ¿Y Rin? – miró y olisqueó el aire.

– Jugamos en el río pero ella se empapó toda y no tiene que ponerse, ella quería saber si le podías dar tu kosode o tu hitoe – Inuyasha se sonrojo un poco y se quitó el kosode, se lo dio a Shipo y este desapareció entre los árboles. Al rato apareció de nuevo pero solo.

– ¿Qué pasa? – dijo cansado Inuyasha.

– Pregunta si le puedes dar tu obi – se lo dio y volvió a irse. Pasó un rato y volvieron los dos, Rin con el pelo mojado y el kosode, junto con el obi, de Inuyasha puesto como vestido. Este traje hacía lucir las tonificadas y esbeltas piernas de la niña.

– ¿Vamos? – preguntó Rin un poco ruborizada.

– S-si – Dijo con dificultad Inuyasha.

– Inuyasha, hay algo que no te dije...Rin se lastimó la rodilla y se golpeó ahí – de inmediato él se acercó a ella y le miró las rodillas. Era cierto lo que Shipo dijo, la rodilla izquierda tenía un moretón y sangraba un poco.

– ¿Puedes caminar? – ella negó.

– Me duele mover la rodilla – Inuyasha se hincó frente a ella.

– Te llevó – ella se subió y ambos se sonrojaron, él la sostuvo del trasero.

– Gracias, Inuyasha – le sonrió, él igual.

– Por cierto, ¿Para qué me pediste el obi? –

– ¡Me olvidé! ¡¿Shipo, busca mi ropa está donde me cambié?! – Él chico asintió y se fue – Lo usé para atar mi ropa mojada – rió nerviosa.

– Mientras no desaparezca está bien – se sonrieron. Mientras Inuyasha caminaba al claro, ella hablaba de banalidades y demás cosas sin importancia, hasta que de un momento a otro se detuvieron en seco.

– Inuyasha, ¿Sentiste esa aura? – preguntó Rin.

– Es como la de Kikyo, pero más maligna – ella asintió.

– Vamos a ver y si llega a ser Kikyo no vuelvas a caer en su juego – le dijo con tono maternal.

– A mi no me das órdenes mocosa – ella le sacó la lengua – Con tus poderes espirituales ¿No podrías curarte? – ella se golpeó la frente.

– No me di cuenta, lo siento – puso su mano en la zona herida y un aura azul zafiro empezó a curar esa zona – Ve caminando mientras me curo – le dijo ella sin dejar de curarse, él asintió.

– Te has vuelto habilidosa, niña –

– Lo sé, ¡soy genial! – Se rió y él la imitó – Ya estoy curada – Inuyasha la bajó y saltaron a los árboles, de ahí hasta el lugar en donde se sentía un aura pura pero maligna a la vez.

– Para aquí – dijo Inuyasha parado en un tronco grueso, Rin apareció a su lado.

– Es más fuerte de lo que creí esta aura – los ojos de ella brillaban con emoción – ¿Podemos ir a ver? – preguntó pero lo jaló hasta el suelo.

– ¡Para! – se zafó pero su nariz captó un olor muy conocido.

– Inuyasha, recuerda lo que te dije – le dijo seria ella.

– Ese olor... – siguió el aroma con Rin detrás – Es de... – miró hacia delante y abrió los ojos estupefacto.

– Inuyasha, tanto tiempo sin vernos –

– ¿Kikyo? – dijo Inuyasha en shock.

N/A: jejeje, deben de acordarse del capítulo en el que Kagome fue secuestrada e Inuyasha la vio desnuda, luego le dio el traje para que se cubriera. Bueno, imagínense el mismo traje que tenía puesto Kagome pero en Rin. En fin, ¿Les gustó o no?, merezco tomatazos, insultos, halagos, ¿Qué merezco? Si quieren pueden aportar ideas, no se, lo que quieran...ACLARO que este fanfic no va a tener Inuyasha x Kagome o Sesshomaru x Rin...quiero hacer algo diferente, en fin, saludos a todas/os!