-HOME RUN DERBY-
Disclaimer applied.
Este reto fue creado por una amiga y yo; está inspirado en varios retos que andan por internet, pero lo hemos adaptado a lo que creemos necesario y un poco cómodo. Si alguien quiere que le comparta la lista, pueden pedírmelo sin problemas. :)
● Día 1: OS basado en tu canción favorita: "Let her go" – Passenger.
SÓLO CUANDO
Su cabeza pesaba, sus manos temblaban. Él se recargó en la pared y se deslizó hacia el suelo para abrazar sus rodillas. Sintió la mirada del capitán sobre la de él. No habían hablado desde que inició el partido cuando, con una actitud que sobrepasaba su usual tono despectivo, le dijo que no se metiera en sus decisiones. Los lanzamientos de Sawamura eran suyos, de nadie más. Nadie, ni siquiera el titular, debían intervenir.
En ese momento, Sawamura rió y pasó su brazo por los hombros de Okumura. Takuma, sin embargo, lo miró como si le dijera que debía controlarse: Miyuki Kazuya podía tener cientos de defectos, pero aún era el capitán y el cátcher titular. Él conocía mejor a Sawamura, sin importar cuánto se hubiera esforzado Okumura. Pero no quería aceptarlo:
Hacía unos meses, él había permanecido todo un fin de semana a un lado de su senpai, había aprendido a escucharlo e incluso había dejado que lo arrastrara un poco a su juego lleno de risas y diversión. Habían luchado juntos, habían entregado un excelente juego que todos recordarían. Koushuu podía asegurar, sin miedo a equivocarse, que no fueron las peticiones de Miyuki, sino las suyas, las que llevaron a Sawamura a obtener la casaca con el número uno. Era su responsabilidad, era su triunfo; nada tenía que ver ese pedante e infantil cátcher.
Los tacones de Rei resonaban en el suelo liso del hospital mientras ella caminaba de un lado para otro, tratando de mantener una apariencia tranquila, como si nadie supiera lo especial que era Sawamura para ella. Koushuu lo había notado: ella no lo había volteado a ver desde que Sawamura cayó del montículo.
Takuma, a su lado, lo miró con insistencia.
—Estará bien; no perdió de inmediato la consciencia —dijo en repetidas ocasiones mientras se dirigían al hospital.
Koushuu no quiso escucharlo. En su mente, sólo podía ver aquellas sonrisas que su senpai le regaló, aquellos gestos que le parecieron infantiles, aquellos gestos que tanto quiso rechazar. "El béisbol no debe ser así", había pensado todo ese tiempo.
Miró a su alrededor. Sólo estaban otros cuatro jugadores además de él: Takuma, Miyuki, Kuramochi y, sorprendentemente, Furuya, quien había dejado afuera a Kominato Haruichi. Koushuu reconocía qué lo había llevado hasta ahí: culpabilidad. El cátcher era consciente de que Furuya varias veces había mirado con envidia el número en la espalda de Sawamura, entendía que era posible que alguna vez hubiera pensado sobre qué pasaría si Sawamura no estuviera. Aún estaba Kawakami y era un gran pitcher, mas la competencia disminuiría si tan solo Sawamura…
Sacudió la cabeza. No, ni siquiera era capaz de terminar esos pensamientos. Koushuu había llegado a Seidou por Sawamura, solo por él. Estaba mintiendo al decir que se iría al equipo que ganara en aquel encuentro con Teito; él quería ir con ese pitcher, con ese relevista que había salvado el partido.
Suspiró.
No quería estar en un equipo donde no pudiera estar él. No necesitaba otro equipo si podía tener esa experiencia una y otra vez. No quería… Pero debía aceptar que había sido culpa suya que Sawamura se presionara así. La promesa sobre avanzar juntos, la promesa sobre quemarse juntos… En realidad había valido para una única ocasión. Después de eso, después de sentir esa excitación y ese triunfo, Sawamura corrió hacia él y pasó un brazo sobre sus hombros, sin dejar de sonreír.
—¡Lo conseguimos, chico lobo! —Había exclamado.
—No te recargues en mí, senpai, estás muy pesado. —Le había contestado él mientras el resto del equipo se dirigía a ellos. Sawamura había reído y él lo había considerado innecesario.
—¡Deberías disfrutar esto, Okumura! No siempre se tienen partidos así, ¿eh? ¡Y te lo ha dicho tu senpai, así que ahora debes sonreír!
—No creo que esto funcione así.
Por supuesto, Sawamura había reído de nuevo. Como siempre, había reído. Y Koushuu no se había dado cuenta de que ya estaba acostumbrado a ese sonido, que ya no le molestaba en realidad, que quería escuchar ese sonido después de cada partido. Ver sus ojos brillantes y su expresividad tan entusiasta, ya no le era desesperante. Ahora entendía que esa luz, esa luz que ignoró, era lo que el equipo y él mismo necesitaban. Ahora que podía no tenerla de nuevo, ahora que podía no ver esos enormes ojos mirándolo a él, sonriéndole, llamándolo con esa ruidosa voz suya…
No. No quería extrañar todo eso.
—Pero muy dentro de ti, ¿no estabas feliz en el partido, Koushuu? —Le preguntó Takuma esa primera vez.
Él no pudo responder de inmediato. Y es que no podía decir que estaba feliz porque recordaba con resentimiento la última vez que había disfrutado de un partido. Sin embargo, debía aceptar que el ritmo de Sawamura, sus palabras, sus expresiones y el esfuerzo que llenaba cada uno de sus lanzamientos… Todo eso era diferente. Y lo hacía sentir diferente. No lo había querido admitir, pero ahora entendía que eso diferente que había sentido era felicidad.
—Era mi responsabilidad ganar, nada más. —Había respondido en aquella ocasión
Ahora que podía perder aquello que lo había hecho feliz, entendía cuánto debió apreciar esos momentos.
Tensó los músculos de su mandíbula y recargó la cabeza en la pared. Supo que lo estaban mirando, pero no respondió a ninguna de las miradas. Nadie lo diría, pero todos sabían que el que Sawamura estuviera ahí, con una contusión en la cabeza, era su responsabilidad y su culpa. Así lo había querido él, así se lo había exigido a Miyuki y ahora debía encargarse de ello.
Había sido él quien le había pedido a Sawamura que lanzara con él por más tiempo, que entrenara con él más tiempo y que lo hiciera su cátcher particular. Le había exigido que se esforzara por mejorar y le había prometido que lo seguiría, que lo alcanzaría. Había entregado en él todas sus expectativas… Quizá eso había sido demasiado para un jovencito que sólo quería ganarse una sonrisa suya.
Debió habérsela mostrado siempre que lo veía acercarse a él. Debió ser honesto…
Debió cuidarlo y mandarlo a dormir las horas que debía dormir, debió dejarlo descansar y debió cuidar de su salud mental. El estrés, la ansiedad y la presión solo lo habían llevado a descuidarse y a distraer su atención en aquel batazo.
—Sawamura no está en condiciones para lanzar, entrenador. —Había dicho Miyuki en la junta de esa mañana, sorprendiendo a casi todo el equipo. Kuramochi estaba de pie a su lado, apoyando las palabras del capitán— Ha sobrepasado su entrenamiento y puede tener repercusiones durante el partido.
—¡¿Qué estás diciendo, Miyuki Kazuya?! ¡Yo estoy en perfectas condiciones! ¡Soy el as del equipo y como tal debo cumplir con mi deber! —Se había defendido el pitcher.
—Y lo harás si no te desmayas durante la segunda entrada, idiota —respondió el cátcher titular.
—Permita que Sawamura-senpai lo demuestre, entrenador —intervino Okumura—. Yo me haré cargo de él.
Miyuki había sonreído, mas no se dirigió a él cuando habló:
—Nori está en una excelente condición, por lo que mi recomendación es apoyarse en Nori y en Furuya para este encuentro.
Y justo cuando Sawamura quiso alzar la voz, el entrenador por fin respondió a todos los comentarios:
—Dos entradas, Sawamura. Aún eres nuestra estrella, así que es necesario mostrar tu presencia. Sin embargo, no permitiré que lances más —expresó sin darle oportunidad de alegar—. Kawakami, tú serás el principal relevo. Furuya, Toujou, estén preparados.
Esa mañana Sawamura había estado muy presionado, muy molesto y muy ansioso. Koushuu lo había visto, pero creyó que podía manejarlo. Él era su cátcher, debía saber cómo manejar esas situaciones. Pero Sawamura simplemente estaba más allá de su alcance.
—Koushuu, ¿no escuchaste? —cuestionó Takuma sacudiendo su brazo. Sonaba feliz. Okumura se alejó de sus recuerdos y miró a su mejor amigo— Sawamura-senpai despertó y está bien.
—¿Qué? —cuestionó distraído.
—Es una contusión leve, no tiene daño cerebral. En un par de semanas regresará al campo —explicó Kuramochi a su lado. Sonreía. ¿Por qué sonreía?
—No se va a morir, no pongas esa cara o tendrás que compartir el descanso con él —bromeó Miyuki—. Ahora deja de culparte y ve a verlo. Seguro que ese idiota preguntará por ti.
—¿Eh?
—Si tú no quieres pasar, lo haré yo —dijo Furuya con decisión. Okumura de inmediato se adelantó y se encontró sin desearlo frente al doctor, quien ya hablaba con Kataoka.
—Es probable que tenga problemas para comunicarse o para atender indicaciones. Deberá retomar muy despacio las actividades escolares y deportivas —dijo el médico—. No debe forzarlo a regresar, no hay que permitir que tenga contacto directo con la luz del sol y que las luces de su habitación no sean tan potentes.
—Nos encargaremos de todo eso, muchas gracias —respondió el entrenador.
—Yo cuidaré de él, entrenador. —Se comprometió Okumura. Kataoka lo miró de inmediato— Sé que mi comportamiento ha llevado a Sawamura-senpai a esta situación, pero quiero compensar todo eso. No permitiré que recaiga.
Kataoka volvió su mirada al médico y se inclinó en seña de respeto. El médico respondió de la misma forma y caminó hacia la habitación donde descansaba el pitcher.
—Aunque no lo hubieras pedido, te habría indicado que lo hicieras. Ahora eres su cátcher y es tu deber estar con él— dijo antes de cruzarse de brazos— Ve y demuéstrale que puedes hacer un buen trabajo.
Sin perder más tiempo, Okumura asintió y siguió al médico. Desde antes de llegar a la habitación, pudo escuchar la voz de su senpai.
—¡Sawamura Eijun está bien!
—A eso me refería con que puede tener problemas de comunicación —mencionó el médico.
—En realidad, es común escucharlo hablar así —contestó Okumura antes de recorrer la puerta de donde emergía esa voz.
De inmediato, Sawamura giró el rostro y esbozó una enorme sonrisa tras ver al cátcher. Koushuu se detuvo en la puerta y permitió que esa efusividad lo llenara.
—¡Chico lobo! ¡Así que sí sabes sonreír, jé! —exclamó Eijun.
—Parece que sí, senpai.
«Y es gracias a ti, Sawamura-senpai.»
Notas:
Tuve muchos problemas con este OS, no sabía ni qué escribir o cómo y lo terminé anoche a las once cincuenta... Preferí publicarlo hoy en la mañana para no verme tan desesperada. Ya le eché un ojito y ya lo preparé para las tres plataformas que uso, entonces...
Hoy publico reto del segundo día, de cualquier forma.
Les ofrezco una disculpa a los que leen Re: Última oportunidad, la verdad, estoy en una situación un tanto difícil y me siento muy estresada, traigo el autoestima un poco lastimada y etcétera, etcétera... Así que espero que esto me ayude un poco. Estaré actualizando el fic pendiente la siguiente semana, ya espero terminarlo el domingo próximo.
