Introducción

Villa Kaysiki era una pequeña isla situada en el mar del este. Era una isla pacífica y poco importante, aunque se encontraba dentro de la ruta hacia el lugar del nacimiento del nuevo rey de los piratas, Monkey D. Luffy, lugar de perenigraje para todo pirata.

Su órgano de gobierno era un alcalde elegido por el pueblo para un periodo de años, pero debido a que tenían uno muy bueno, nadie le disputaba el gobierno.

El orgullo de los habitantes eran sus niños, la próxima generación de habitantes de la isla, a los que enseñaban todo su saber para que aprendiesen de sus errores, y fuesen justos y sabios.

Todo el mundo recordaba como hace casi 7 años, una niña llego al pueblo misteriosamente en un barco con dos personas, y después de una charla con el alcalde, las dos misteriosas personas se fueron, aunque sin la niña, a la que el alcalde presento a todos sus conciudadanos como su sobrina, a la que su hermano le había dejado, pues había fallecido. Todos los habitantes se alegraron por el alcalde, el cual era viudo desde hace poco tiempo, porque ahora tenía una niña a su cuidado.

Los años pasaron, y él bebe creció hasta ser una niña de 8 años, vivaracha y feliz, aunque un poco traviesa. No le gustaba nada el colegio (casi siempre se escapaba de clases), y lo que más le gustaba eran oír historias de piratas y lugares lejanos.

Un día un barco llego al puerto de la isla. Llevaba una bandera pirata, por lo que los aldeanos se asustaron, pero al reconocer la bandera se asustaron aún más. ¿Qué hacía aquí el rey de los piratas?

Desde hacía unos 10 años, Monkey D. Luffy encontró el One Piece, y se convirtió en el rey de los piratas. Desde entonces no había parado de viajar por el mundo, escondiéndose de la marina, aunque siempre vigilando los acontecimientos. Desde hacía dos años se le había perdido la pista, después de que la marina intentase destruir su isla natal por haberlo criado, pero Luffy los detuvo y salvo su isla, y amenazo a cualquiera que pusiese la mano encima a sus habitantes.

-Hola, ¿Qué tal?-dijo-venimos a pediros que nos vendáis comida y agua, y proseguiremos con nuestro viaje

-¿Quieres que te creamos?-dijo un aldeano-eres un pirata, seguro que luego nos robaras

-No amigos, solo estamos de paso-dijo

-Abran paso-dijo el alcalde-¿Qué deseáis pirata?

-¿Don Marcel? ¿Eres tú? ¿No me recuerdas? Soy Luffy de Villa Fucsia

-¿Luffy? ¿Qué haces aquí? ¿No estabas en Grand Line?

-Jaja, no, nos aburríamos y nos fuimos de allí, y al pasar por aquí nuestro cocinero noto que no nos quedaba casi comida

-Eso es porque tú te la comes toda-dijo el cocinero

-Está bien, puedes bajar, te venderemos lo que quieras. Por cierto, si pudieses hacernos un favor, necesitamos subir un puente para poner unos pilares nuevos, si pudieses ayudarnos te lo agradeceríamos

-Eso está hecho. ¿Quién te acompaña? Creía que no tenías hijos

-Es mi hija adoptiva, se llama Lucía, me la trajeron hace 8 años, desde entonces vive conmigo.

-Hola Lucía, ¿Quieres ver un barco pirata? Sube y te lo enseñara Franky, él lo conoce mejor que nadie

-¿Puedo?-dijo la pequeña

-Claro, pero no rompas nada-dijo el alcalde

A partir de ese día, los Mugiwara se quedaron durante una semana. Durante ese tiempo, Lucía trabo amistad con todos los miembros de la tripulación, adoraba los platos que Sanji le servía, hablaba de ropa y moda con Nami y Robín, y jugaba con Luffy, chopper y los demás. Poco a poco volvió a ser la niña risueña de siempre., y se encariñaba con los Mugiwara, a los que empezaba a considerar como su nueva familia.

Al cabo de una semana, Luffy decidió que ya era hora de abandonar la isla y fue a comunicárselo al alcalde

-Saludos alcalde.

-Hola Luffy, ¿Qué te trae por aquí?

-Vine a decirte que mañana nos iremos de aquí, hemos pasado mucho tiempo, y si nos quedamos más llamaremos la atención.

-Lo suponía, ¿Cómo esta Lucía?

-Ya está bien, lo ha superado en seguida.

-¿Ya se lo habéis dicho todo?

-No, pero le he pedido a Nami que la traiga aquí cuando pueda, para decírselo.

-Debes tener cuidado, creo que te va a pedir que la lleves contigo. Siempre ha querido viajar

-No lo permitiré, cuando decidí dejarla aquí lo hice por su propio bien.

-Si es cierto, sabes que cuando quieras puedes venir a por ella y llevártela

-Lo estuve hablando con Nami, y creemos que es mejor que siga aquí, así podrá disfrutar de una vida sin preocupaciones ni problemas.

-Como veáis, sabes que aquí la cuidaremos bien.

-También acorde con Nami darle dos regalos para Lucía, el día que parta de aquí: Estos son dos trozos de nuestro papel Vivre. Déselos si lo considera oportuno algún día, nosotros seguimos teniendo el suyo, así que si le ocurre algo lo sabremos.

-¿Se lo habéis contado todo?

-Es mejor que de momento no lo sepa-de repente tocaron a la puerta y Nami y Lucía entraron

.-Hola Luffy, ¿para que querías que viniese aquí?-le pregunto Lucía.

-Hola, bien a decirte que mañana nos iremos de aquí, y que nuestros caminos se separaran

-¿Puedo pedirte que me lleves conmigo?

-No te llevare, tu sitio está aquí, cuando seas mayor podrás hacer lo que quieras, pero de momento tendrás que quedarte aquí.

-Yo quiero irme, sois una nueva familia par mi

-Lo siento, pero no es posible.

-Yo quiero ir-dijo Lucía llorando- No, los piratas no lloran-contesto Luffy-¡Te odio!-Lucía salió corriendo de la sala, sin despedirse de nadie

-Burro, mira que te pasaste-dijo Nami dándole una torta-hacerle esto a ella

-¿Qué querías que hiciese?-dijo Luffy

-Nada, lo siento, solo que no soporto verla así, yo no habría podido hacerlo. Iré a hablar con ella y hacérselo entender.- Nami dio un beso a Luffy y salió de la estancia.

Al cabo de media hora buscándola por toda la isla, Nami encontró a la pequeña en un árbol del bosque, al verla se tranquilizó y tomo asiento al lado de ella, esperando a que esta se tranquilizase y hablase con ella

-¿Qué haces aquí?-le dijo

-Nada, pasaba por aquí y vi que estabas llorando, así que me senté para ver si podía ayudarte en algo.

-No pasa nada, solo que Luffy es idiota

-Jajaja, si supieses las veces que yo le he dicho eso durante tantos años, pero el no ha cambiado nada desde el primer día que lo conocí

-¿Cómo lo conociste?

-Veras, yo era una timadora, robaba a los piratas para conseguir dinero para liberar a mi pueblo porque un pirata lo tenía preso. Yo tenía la idea de que los piratas eran los malos, habían asesinado a mi madre y tenían preso a mi pueblo. Se podía decir que Luffy cambio mi manera de verlo. El me ayudo, y aunque le robe a el también, el me siguió hasta mi isla, y al enterarse de la historia, retó al pirata y lo venció. Lo hizo por mi

-¿Hizo todo eso?

-Claro, y más cosas, que esto quede entre nosotras, Luffy puede parecer idiota, pero en el fondo es el primero que daría su vida por sus nakamas, y no dudaría en lanzarse contra toda la marina. Si el considera que debes quedarte aquí hazle caso, en el fondo solo lo hace por tu bien.

-¿Cómo se hizo pirata?

-Es una larga historia, según él me conto, cuando tenía tu edad un pirata llego a su isla donde vivía, cerca de aquí. Cada día Luffy iba con esos piratas, y les pedía que le permitiesen unirse a su tripulación. El pirata no le dejaba, y un día llegaron otros piratas, que se metieron con sus amigos. Luffy intento atacarlos, pero al ser un niño, lo secuestraron, su amigo pirata lo salvo, pero perdió su brazo en el rescate. Cuando se iba, Luffy le prometio que sería el próximo rey de los piratas, y como sabes, cumplió su promesa. El pirata se rio, y le regalo su sombrero de paja, el mismo que hoy mismo lleva y por el que es conocido, su posesión más preciada. Me acuerdo que nunca me dejaba tocarlo al principio.

-¿Luffy volvió a ver al pirata?

-Hace muchos años lo volvió a encontrar en la cárcel de la marina, durante la batalla de Barbablanca combatieron codo con codo. Bueno, basta de charla, esta noche tenemos una fiesta, y tenemos que ir a ayudar. Antes de irnos, quiero que me prometas que hoy lo pasaras bien, y hablaras con Luffy, el solo busca tu bien.

-Muy bien, te lo prometo

Durante la noche, todos los aldeanos acudieron a la fiesta, se sirvió comida en abundancia con bebidas, y todo el mundo bailo durante toda la noche. En un momento de la noche, mientras Luffy bailaba con Nami, este le pregunto cómo estaba Lucía. Esta le respondió:

-Ella está bien, solo necesita tener amigos, y solo nos tiene a nosotros. Eres su ejemplo, Luffy, no me extrañaría nada que mañana gritase que ella será la próxima reina de los piratas.

-Jaja, nada me alegraría más

Al día siguiente, con una gran resaca, todos los aldeanos fueron a despedir a los sombrero de paja al muelle, donde tenían anclado su barco. Todos los Mugiwara estaban asomados a la barandilla, excepto su capitán que estaba en tierra firme despidiéndose del alcalde.

-Luffy, espero que tengas un buen viaje, y sin que me oiga la marina, que tarden mucho en capturarte. Esperamos verte otra vez, así te invitaremos a otra fiesta en compensación por la de anoche

-Jaja, muchas gracias señor alcalde, con esa invitación no dude en que tardaremos poco en volver. Adiós Lucía, espero que nos volvamos a encontrar.-dijo mirando a la pequeña. Esta ni le devolvió el saludo. Luffy comenzó a andar hacia su barco, y a mitad de camino una voz le paro:

-¡Espera!-dijo Lucía

-¿Qué ocurre?-dijo Luffy sin girarse

-Solo quería desearte buen viaje Luffy, y darte las gracias por salvarme

-De nada, aunque no sé si quiero volver a verte-dijo, y se giró y le saco la lengua a Lucía en un gesto de burla.

-¡Idiota, quiero que lo sepas, a partir de hoy me entrenare, y cuando sea mayor me iré de esta isla, y me convertiré en la próxima reina de los piratas!

-Vaya, así que me superaras, Jajaja, ¿habéis oído chicos? Bueno, entonces es justo que tengas esto, para que me recuerdes durante el viaje- Luffy se acercó a Lucía, se puso la mano en la cabeza y le puso su sombrero a Lucía

-Luffy, ¿Qué haces?-dijo Nami

-Tranquila, yo ya cumplí mi promesa y mi objetivo, es justo que otro con mis mismo sueños a mi edad lo tenga-dijo este-Cuídalo, ¿De acuerdo? Cuando seas pirata nos encontraremos y me lo devolverás

Lucía lloro, y abrazo a Luffy. Este después subió a su barco, y se despidió de todo el pueblo.

-Eres incorregible-dijo Nami- Sabia que se lo darías

-¿Qué otra cosa podría haber hecho?-dijo Luffy

-Jaja, estoy esperando que crezca para batirme con su tripulación-dijo Zorro- Siendo quien es seguro que será buena.

-Ha crecido mucho, ¿verdad capitán?-dijo Robín

-Si es cierto, seguro que la volveremos a ver. ¿Se ha tragado la historia, no?

-Seguro que no sospecha nada capitán-dijo la arqueóloga

-Si, por una vez lo hiciste bien y te ceñiste al plan, no lo estropeaste-dijo Nami