—Hey. —dijo en un tono serio, mientras se sostenía de su mano derecha y a la vez de su hombro izquierdo, girando elegante y de forma lenta por todo el salón, dando pequeños pasos. —Todos nos están mirando.

— ¿Y eso que? —inquirió el Gallifreyan en un tono bastante natural, pues no prestaba absoluta atención a los centenares de ojos que los observaban con extrañeza y como sus labios cuchicheaban entre ellos al ver a ambos hombres bailar.

—Tienes tu mano en mi trasero. —Tony Stark se mostró bastante irritado. —Aunque no te preocupes es algo bastante tradicional aquí. —dijo en un claro tono sarcástico y con un ligero tic en el ojo, la situación era bastante incomoda; sin embargo, El Doctor no pareció comprender su sarcasmo. —Quita tu mano. —aclaró casi sacado de sus casillas, por suerte, aquel hombre de cabello totalmente canoso entendió su mensaje y subió enseguida su mano hasta su cadera, haciendo una ligera sonrisa con la cual él respondió con un suspiro.

—Eres raro. —acotó arqueando ligeramente una de sus cejas, en definitiva, el duodécimo era un tipo raro a los ojos de todos, aunque no podía evitar sentir también curiosidad por él.

—Así es. —afirmó el doctor—Tengo dos corazones y a la vez tengo nuevos riñones. —comentó en un suave carcajeo, pero nada, no había logrado sacarle una risa ni siquiera una ligera a Anthony, solo confirmo sus argumentos, el Doctor era un tipo totalmente raro.

Raro y extravagante.

—Normalmente suelen mirarme de esa forma como lo haces tú. —duodécimo rió un poco—; sin embargo, jamás llegaron al punto de querer bailar conmigo en un lugar tan concurrido, más bien, en ninguna otra parte. Lo que me lleva a preguntarme ¿Por qué tu sí? —quiso saber, ya el hecho de estar en esta época le era totalmente extraño, no entendía el porqué de las cosas, él con una vestimenta elegante, pero que era paupérrima a diferencia de los demás, estaba bailando con el hombre más reconocido de todos. Necesitaba respuestas de forma urgente.

—Solo tengo curiosidad. —dijo en un tono tranquilo. —Me has dicho que no eres de por aquí y ya con tu comentario solo afianzas más mis ideas, ¿Quién eres realmente? —instó, llevaba toda la noche queriendo saber quién era este hombre que se hacía llamar "El Doctor".

—El Doctor. —respondió con una amplia sonrisa, manteniéndose quietos en aquel lugar mirándose a los ojos, ninguno deseaba bajar la vista del otro en ningún instante.

—¿Doctor quién? —Preguntó, mientras su mentón era tomado ligeramente por los rugosos dedos del hombre mayor.

—Solo doctor. —No cambió la expresión de su rostro y solo continuó observando a Anthony, debía de admitirlo, se veía totalmente adorable a sus ojos.

De repente, sus ojos pudieron captar unas figuras inconfundibles entre la gente que los observaba, saliendo de la gran mansión, no podía creerlo, eran los Cybermen. Ahora todo le quedaba más claro, el porqué tenía que estar aquí ellos y esto.

—Debo irme. —acto seguido planto sus labios en un casto beso que duró unos instantes en los labios de Iron Man y en un paso rápido se retiró. — ¡Repetiremos esto en otra ocasión! —gritó con una sonrisa antes de desaparecer entre la muchedumbre empujándola con desesperación.

Anthony solo se quedó parado allí con sus dedos en sus labios mirando sorprendido por donde se había ido aquel particular hombre, realmente, lo había dejado en cierta forma, cautivado.

«Sí, tal vez hagamos esto y más.» pensó en una leve sonrisa socarrona, antes de continuar con su deber, así como lo tuvo que hacer El Doctor. Definitivamente, volverían a encontrarse una vez más en otra ocasión.