Antidoto

Fairy Tail es propiedad de Hiro Mashima

Este drabble participa de la CI Pairing Cup, del foro Cannon Island

Pareja: StinGue

Extensión: 499 palabras.


Antídoto

[Rogue]

—Ese desgraciado.

Lance una maldición en voz alta sin importarme que hubiera personas que se encontraban cerca de mí. Estaba hastiado y mareado, por culpa del desgraciado al que debo de ir a visitar.

Lanzando un suspiro de resignación, me dispuse a recostarme en el asiento para así tratar de controlar el mareo que me invade cada vez que subo a un medio de transporte. Aunque dudo que recostarme ayude, puesto que siempre intento hacer de todo para calmar el malestar.

Siento que todo me da vueltas. ES molesta esta sensación, pero agradezco que nadie halla tenido la grandiosa idea de sentarse a mi lado, ya que de ser así seria vergonzoso ir sufriendo mientras me observan.

Ya quiero llegar a destino, o de lo contrario, estoy casi seguro que cometeré una estupidez, tal como saltar de esta máquina infernal mientras está en movimiento.

— ¡Hola!

Escucho que alguien dice a mi lado. Y yo trato de ignorar la presencia del desconocido, ¿acaso no se da cuenta que no tengo ganas de socializar?

—Te afecta viajar, ¿verdad? —Afirma lo que a leguas se ve, mientras se gana un gruñido de mi parte— ¡No te enojes! Entiendo lo que sientes, porque yo lo viví.

—Hola. —Por fin accedo a devolverle el saludo, pero lo hago sin mirarlo a los ojos, pues tengo el presentimiento de que un accidente desagradable puede ocurrir.

— ¿Sabes? Es raro ver que alguien pase por situaciones muy parecidas a las que vivía.

—Es más raro escuchar que alguien mienta para mantener una conversación con un extraño. —acuse, ya que eso de que él se sienta identificado conmigo ni él se lo cree.

—No miento —aseguro y añadió—: Soy Sting. Sting Eucliffe.

Entendía su punto. Me dijo su nombre para dejar de ser extraños, aunque estaba equivocado, yo no le diría mi nombre.

— ¿Qué hiciste para curarte de los mareos, Sting?

—El antídoto me lo dio mí vecina, Wendy. Solo debes de mantener tu mente ocupada…

El seguía hablando y a mí me dieron ganas de golpearlo. ¿Mente ocupada? Era ridiculez más grande que alguien me haya dicho. Fue entonces cuando recién repare en su figura.

Desde mi posición note que Sting era rubio, se vestía a la moda, tenía casi la misma estatura que yo y hablaba demasiado para mi gusto.

— ¿Qué te parece si jugamos para distraerte? —Su casual sugerencia me hizo volver a la realidad— Yo digo una letra y tú me dices un nombre, animal, fruta y objeto que inicien con esa letra, ¿va? Con la letra G.

Guarde silencio, ya que no tenía cinco años para ponerme a jugar y menos en un tren; así pensaba, pero antes de darme cuenta mis palabras se escaparon.

—Gajeel, gato, guanabana y guantes.

Sting me miro sorprendido. Sus ojos azulados brillaron de la emoción y por inercia sonreí levemente, pues Sting me dio el antídoto para el mareo.

—Con T. Por cierto extraño, soy Rogue Cheney.

Después de todo, en esta realidad dudo volver a verlo.


Notas de la Autora...


1.- Esta idea fue la primera que surgió, pero la segunda que escribí.

2.- Tenia la letra correcta. Los nombres necesarios y entonces mi compañero de trabajo me hablo y ¡puf! todo se fue al desagüe.