Buenuu mi primeer fiic...que me está costando la vida acabarlo, se me ha hecho larguísimo xDD...pero ya falta poquito para terminarlo, creo que nada más haré 4 capítulos...Pues nadaa espero que os guste, que quien es novato es novato jejeje.
Y nada, como se suele poner siempre aqui, los personajes son propiedad de Gosho Aoyama.
Espero algún review para motiverme a escribir más, espero que os guste. Un saludito a todos!
FIESTAS ESPECIALES
Un mediodia cualquiera, en el instituto de secundaria de Ekoda, una estudiante de preparatoria estaba recogiendo sus cosas para marcharse lo más pronto que pudiera, porque ese dia había tenido idiomas, y aunque fueran fiestas de Navidad, ella decidió aprender algún otro idioma durante las vacaciones, mientras a otros compañeros les habían cedido el instituto para hacer también sus propias fiestas como obras de teatro, puestos de manualidades, revistas, y algunos preferían hacer deporte, etc para despedir de alguna manera el año con sus compañeros de clase y de instituto. Todo esto era opcional, claro. Ese día sin embargo, era la fiesta de fin de año. Tenía que prepararse toda la vestimenta y hacer cosas en casa, como los artilugios para una bonita cena para despedir el año, antes de marcharse al templo por la noche. Su padre, como siempre, estaba trabajando y no sabía si iba a estar tampoco estas fiestas, para cenar, beber sake y todo tipo de bebidas alcohólicas, y pasar tiempo con la familia y con la madre de su mejor amigo, Kaito Kuroba, como cada año. Parecía que Kid había vuelto a hacer de las suyas y no descansaba ni en Navidades. Sonó su móvil:
-¿Si, dígame?
-¿Aoko?
-Sí, ¿quién llama?...¡Ah! Ran, eres tu...si...claro, me quería ir yendo ya de la escuela a ver si puedo llegar pronto a casa y preparar un par de cositas...ahá...ah, ¿también vendréis tú y Conan? ¡Perfecto! Yo debería avisar a Kazuha y a Heiji, a ver qué planes tienen ellos...Bien, ¡pues quedamos así Ran! Un beso, hasta pronto.
Mientras seguía recogiendo, vio una sombra acercándose.
-Hey, ¿qué tal vas?
-Ah, ¿qué tal Kaito? Estoy acabando de recoger mis cosas para marcharme ya.
-¿Tan pronto?
-Sí, es que tengo faena en casa hoy...
-Vaya, pero aquí va a haber fiesta esta tarde, creí que te quedarías.
-No, es que quiero prepararme el kimono y un par de cosas más para ir al templo Hokken esta noche...
-Oh. ¿Con quién irás este año?
-Bueno, vendrán Conan, Ran, Heiji, Kazuha y me imagino que Ran se traerá a Sonoko y Makoto...y bueno, daba por hecho que tú y yo iríamos juntos, como cada año.
-Si, claro que iré, pero me gustaría quedarme un rato por aquí.
-¡Ah! Bueno, no hay problema, quédate por aquí, ¡ya nos veremos más tarde Kaito!
-De...De acuerdo...
De repente se escuchó una voz a lo lejos:
-¡Nakamori!
-¡Hakuba!
Kaito se volvió para encontrarse con una cara que no le era nada agradable..."maldito detective metomentodo...¿Qué diablos querrá ahora?"
-¿Qué tal Nakamori? Te he oído de refilón y me ha parecido oir que irías esta noche al templo, ¿cierto?
Kaito siguió callado sin decir nada, solo pensando: "¿De refilón? ¿Pero qué se cree? Seguro que ha estado escuchando muy bien todo el rato...Es muy pesado y esas confianzas a veces con Aoko no me hacen ninguna gracia. Me cae taaan mal..." y continuó mirando atentamente la conversación de los chicos.
-Si, ¡es cierto! Tengo pensado ir al templo esta noche con Ran y los demás y pasar el fin de año allí.
-¿Te importaría si fuera yo también? Es que hace muchos años que no voy...
"¿CÓMO? No puede ser...Aoko, ¡dile que no por favor! ¡No lo soporto!"
-¡Claro que puedes venir Hakuba! No te dije nada a ti porque me imaginé que estarías con trabajo...
-¡Ni hablar! Este fin de año pienso tomármelo de relax...¡algo muy grave tendría que pasar para no
ir con mi pequeña Aoko Nakamori a pasar el fin de año al templo!-Dijo Hakuba, pasándole un brazo alrededor del cuello a la chica. Kaito estaba que trinaba.-"Quítale la mano de encima a Aoko, imbécil!"
-(Aoko rió, un poco obligadamente quizás) Claro Hakuba. No te preocupes. Puedes venir sin problemas.-Le respondió al detective, deshaciéndose de su brazo disimuladamente- Ya te diré luego la hora concreta para encontrarnos, ¿de acuerdo?
-¡Bieen! ¡Nos veremos esta noche pues!- Antes de irse, miró burlonamente a Kaito, guiñándole un ojo y riendo.- Nos vemos esta noche Kuroba.- Luego se marchó.- "¡Maldito detective aficionado! ¿No tiene nada mejor que hacer este fin de año? ¡Maldición!"
-Bueno Kaito, yo me marcho ya. ¿Nos vemos luego entonces?
-¿Eh? Ah...¡Claro!
-¡Hasta luego Kaito! ¡Pásalo bien por aquí!
-Hasta luego...
Al rato, cuando la chica había acabado de recoger todo, salió deprisa como pudo de la escuela y se marchó. Antes que cruzara la puerta:
-¡AOKO!- la chica se giró- ¡Espérame, voy contigo!
-¡Kaito! ¿Por qué? Creí que ibas a quedarte aquí.
-Si, pero me lo he pensado mejor. Te acompaño a casa.
-¿Eh?- el chico rió pícaramente- Kaito...¿Te estás auto-invitando a mi casa a comer...otra vez? ¿Es que no tienes casa? ¬¬
-¿Yo? ¿Cómo me dices algo así? Eso me ha dolido...-El chico hizo el ademán de irse, aunque ya sabía por qué lo hacía.
-¿Eh? ¡ESPERA! ¿Dónde te crees que vas?
La chica respiró profundamente, resignada, hasta que le dijo:
-Está bien, Kaito...total siempre te apuntas tú solito, no sé de qué me sorprendo ya a estas alturas de conocerte...
-(Risa maligna) ¡Cierto! ¿De qué te sorprendes?
-Pero te aviso de antemano que pensando que iba a ir a mi casa rápido y prácticamente para volverme a ir, no he hecho la compra, así que no sé qué voy a hacer para comer.
-Jo...
Cuando llegaron a casa de la chica, estaba su padre sentado en el sillón viendo la tele.
-¿Papá? ¿Qué haces aquí? ¿No tenías faena hoy?
-Si, pero el aviso de Kid era falso...No sé quién habrá tenido la brillante idea de enviar un mensaje en su nombre sin ser cierto.
-Vaya...
Kaito se quedó pensando. -"Es cierto, yo no he enviado ningún mensaje hoy...no lo entiendo. Aunque pensándolo bien...(Rió malévolamente, con la mano en el mentón) creo que sí hay algo que Kid quiere robar..."-Se quedó callado y siguió escuchando atentamente la conversación de su amiga con su padre.
-Lo que sí que es extraño...
-¿El qué papá?
-Hay una joya increíblemente grande en el templo de Hokken...Me extraña que no se haya fijado en ella...
Kaito pensó-"Bingo, inspector...es un hombre brillante...será por lo bien que me conoce..."-De repente, se le pasó el pensamiento, observando a Aoko.
-¿Has comido ya, papá?
-No, tenía pensado pedir alguna cosa de comida rápida, no tengo ganas de cocinar.
-¡Genial! Porque yo tampoco, la verdad. Pensando en la fiesta de hoy, no he hecho ni la compra, lo siento. Tengo que ir esta tarde a comprar la cena de hoy...
-No te preocupes. Llamemos al restaurante nuevo que han puesto de Okonomiyaki. Probemos a ver si es comestible.
-De acuerdo. Buscaré el número de teléfono.
-Esto, Aoko, yo voy un momento al baño ¿de acuerdo?
-Tú mismo Kaito, estás en tu casa.
El chico subió corriendo rápidamente al piso de arriba.- "Bien, vamos allá"-Cogió un trozo de cartulina y empezó a escribir:
"Esta noche apareceré entre las nubes que arropan el templo Hokken
y me llevaré la Estrella de Apolo, antes que la última campanada
anuncie el anhelo del cumplimiento de los deseos de la gente.
KID"
-Bien, ya está. Ahora nada más me falta hacérsela llegar al inspector.- Dio un silbido discreto para que nadie más lo oyera y apareció una bonita paloma blanca por la ventana.- Ten preciosa. ¡Buena chica! - La paloma salió volando por donde había llegado para volver a entrar por la ventana en el piso de abajo, y el animal la dejó caer en el sillón del sofá, donde estaba sentado Ginzo.
-¿Hmm? ¿Qué es esto?...¿Cómoooo? No me lo puedo creer, ¡ese maldito Kid me desafía hasta en mi propia casa! ¡ESTO ES INTOLERABLE!
Apareció Aoko por la puerta de la cocina al comedor.
-¿Qué pasa papá?
Y por las escaleras, también Kaito.
-¿Qué le ocurre señor Nakamori? ¿Está usted bien? ¡He oido unos gritos impresionantes desde el baño!
-El maldito ladrón Kid, no me deja en paz ni en mi casa. ¡Me acaba de enviar un mensaje con una paloma pulgosa y mugrienta!
-¿Cómo?¿Pero cómo sabe donde vivimos papá?
-No tengo ni idea. ¡Pero tengo que acabar con él como sea!
-¡Claro que sí papá! ¡De esta noche no pasa! ¡AAAA POR ÉÉÉL!
-¡SI! Me voy hija, tengo que avisar a mis hombres. Intentaré estar en casa esta noche para la cena.
-¡Pero papá si ni siquiera has comido!
-Me lo llevaré en la bolsa, no te preocupes. (Besó a su hija) ¡Ten mucho cuidado sobretodo eh! ¡Confío en ti Kaito! ¡Cuidamela bien! Nos vemos luego princesa.
-¡De acuerdo papá! Ten cuidado tú también.
-Descuida.
Abrió la puerta de la calle, salió, la cerró y se marchó.
Aoko se quedó pensativa.
-¿Hmm? ¿Ocurre algo Aoko?
-No, es sólo que...me da rabia.
-¿El qué?
-Me da rabia ese ladrón. No deja a mi padre en paz ni para las fiestas. Nunca puedo estar más de media hora con él. Entiendo que sea su trabajo, pero...
Kaito se quedó mirándola pensando, y de repente le vino ese día a la cabeza:
"-¿Eh? ¿Tú también esperas a alguien?
-Sí...espero a mi padre, que me había prometido que me llevaría al parque pero me ha dicho que tenía trabajo y no podía venir a buscarme...
-Me llamo Kaito Kurobane. Encantado.-se presentó a la pequeña regalándole una rosa roja."
"-Aoko, lo siento...supongo que si supieras todo, llegarías a comprender por qué hago todo esto...pero es muy peligroso para ti...y para tu padre también. Siento que tengas que vivir siempre separada de tu padre por mi culpa, pero hay vidas en juego y necesito acabar con todo esto cuanto antes y así estabilizar mi vida y la de los que me rodean para siempre. Perdóname...por favor..."
-¡Kaito!
El chico despertó de su pensamiento.
-¿Eh?
-¿Se puede saber qué demonios te ocurre? ¡Estás en tu mundo desde hace un rato!
-¡Ah, no es nada! Estaba pensando en que luego podrías acompañarme a mi casa para ayudarme a elegir qué kimono me pongo. Las mujeres tenéis mejor ojo para eso...
-De acuerdo. No hay problema. A ver si vienen a traernos la comida al menos. Estoy hambrienta...
-Si, yo también. Por cierto, ¿no me dijiste que vendrían también Heiji y Kazuha? ¿Has hablado ya con ellos?
-¡Oh vaya maldita sea! Se me había olvidado por completo. Voy a llamarles...
¿Kazuha? ¡Hola soy Aoko! ¿Qué tal?...bien, me alegro...te llamaba para preguntarte si teníais planes para esta noche...¡Si! Es que hablé con Ran esta mañana y van a venir al templo Hokken, para celebrar el fin de año con Kaito y conmigo...¿Si? ¿Podréis venir vosotros también? ¡Genial! Luego os hago a todos una videollamada para quedar entre todos la hora y el lugar después de cenar, si os parece bien...¡Perfecto! ¡Hasta luego!
-¿Y bien?
-Si, ellos también vendrán. Será una noche divertida.
-Seguro..."Sobre todo con el maldito Hakuba dando vueltas por ahí...Dios...¡Qué infierno de chico!"
Beika, 19:00pm.
-Kudo...
-¿Eh? ¿Haibara pasa algo?
-Tengo algo para tí.
-¿Cómo?
-Si...Pero antes quiero preguntarte algo. Últimamente te veo triste y pensativo. ¿Qué es lo que te ocurre?
-No, nada en especial. ¿Por qué lo preguntas?
-Kudo podrás engañar a Ran siempre que quieras pero a mí no, y a estas alturas no sé quién te conoce mejor. Así que ya puedes decirme qué tienes en esa cabezota llena de deducciones y misterios.
-Oh...No es nada...es solo que...
-Fin de año ¿verdad?
-Si...hace más de un año que no paso tiempo con Ran y...la noche más importante del año, igual que el pasado, no podré estar a su lado. Me gustaría no haberme ido nunca detrás de esos tipos. Me arrepiento tanto de haber dejado a Ran sola esa noche... Maldita sea, esto de ser un niño cada vez se me hace más duro.
-Kudo...
-¿Es que nunca podré volver a ser quién era, Miyano? ¿Nunca?
-Vaya, es la primera vez que me llamas por mi verdadero apellido. Lo siento Kudo.
-¿Eh? ¿Qué es lo que sientes?
-Siento volver a hacértelo pasar mal, pero creo que te quedarás más tranquilo.
-No entiendo...
-Ten.- Le dió un fármaco de APTX4869, o al menos, eso parecía.-Lo acabé ayer después de muchas vueltas y conseguí alargar sus efectos algo más. Substituí el sake por otro licor parecido, pero más potente. Creo que éste te durará al menos dos días. Puede ser que si mezclamos los dos licores en algún momento, podamos ampliar el efecto. Pero de momento es sólo una hipótesis, tengo que investigar más.
-¿Lo dices en serio?- Le dijo Shinichi, muy contento- ¡Gracias! ¡Muchísimas gracias! Me has hecho un gran favor...
-Supuse que querrías pasar este fin de año con ella, así que me apresuré a trabajar lo antes posible y está hecho. Cada vez que te hago otro nuevo, voy aprendiendo más cosas y tomando nota de qué te afecta más y qué te afecta menos. Estamos muy cerca de la verdad Kudo. Cada vez más cerca.
-¡Vaya Haibara! ¡Es genial! ¿Cómo podría agradecértelo?
-Siendo más prudente, por ejemplo. Evitando hacer lo que te condenó hace un año.
-Lo sé, pero es que...
-Es que nada. Ahora mismo no eres Kudo, por lo tanto compórtate como Conan Edogawa aunque seas Shinichi. Si sigues con tus impulsos de a la mínima de algún caso ir directo, nos meterás en problemas y nuestras vidas están en tus manos. Si vuelves a hacerlo, Kudo, lo siento pero hasta que no consiga el antídoto definitivo no te daré ninguno más temporal. ¿Queda claro?
-De...de acuerdo...tienes razón. Procuraré no hacer locuras. Lo siento.
-No sientas nada y cumple tu palabra.
-Hecho.
Shinichi se fué al baño, se miró al espejo y dijo pensando: "Tu que persigues la verdad, debes mentir a todos...idiota..." vio su cara y su cuerpo de niño, que tanto tiempo le han hecho sufrir y le ha hecho resignarse a vivir una vida que no era la que él quería. Ni para el...ni para Ran. Se tomó el fármaco y, en cuestión de minutos, empezó a notar sus síntomas habituales en estos casos. Tos, estornudos, dolor de garganta, dolor de cabeza...y empezaron los dolores en el pecho. Los malditos dolores que le volvían loco, viendo todo borroso, mareado, más dolores, más sudores, taquicardias...¿taquicardias? el grito. El famoso grito final de su transformación.
-¡Kudo! ¿Estás bien? ¡KUDOOO!- Haibara fué corriendo al baño, y vio allí al extremadamente guapo, no...guapísimo detective, apoyado en la pica. Se puso roja como nunca se había puesto en su presencia. Incluso el sudor de haberlo pasado tan mal le hacía aún más atractivo.
Sus ojos profundos, azules intensos, medio cerrados, rojos...entró en razón de nuevo.
-¿Todo bien Kudo? ¿Has notado algo distinto?
-No...bueno si -dijo entre enormes bocanadas de aire-algo...-más bocanadas, respiración agitada- Nunca había tenido taquicardias...
-¿Eh? ¿Taqui...? ¿Taquicardias eh...?
-Si. Tengo la respiración...-respiró más fuerte y más rápido- más agitada de lo normal...
-Bien...Esto es interesante. Me voy al laboratorio. Dile al profesor que no entre nadie, al menos hasta la noche. Tengo mucho que hacer.
-De acuerdo...pero...Haibara...-Ella se volteó.
-¿Eh?
-¿Qué vas a hacer tú?
-¿Yo?¿Qué quieres decir?
-Tú...¿no vas a salir hoy?
-No.
-¿Por qué?
-Por que no.
-Yo...sé que haces mucho por mí, y aunque no sé por qué...-Ella se ruborizó- me gustaría pedirte algo...
-¿Cómo...Cómo puede ser que pidas tanto Kudo?
-Vente conmigo esta noche...-Ella se quedó fría y paralizada por la proposición.-por favor...vente conmigo...
-Pero...Kudo...
-Vente conmigo...pero...como Shiho Miyano- El corazón de la chica dio un vuelco impresionante que casi se le sale por la boca- Me gustaría conocerte...con tu verdadera identidad...
-¡Kudo! ¡No digas tonterías! ¡Es más peligroso de lo que tú te crees! ¡Los hombres de negro, si me vieran...me descubrirían al momento, ¿No te das cuenta?
-Si...es cierto pero...me gustaría que todos fuéramos felices al menos por un día...Sólo por un día...
La chica pensó durante unos segundos, pero rápidamente rectificó:
-Imposible Kudo. Soy feliz siendo como soy ahora mismo...de momento.
-Está bien...no te voy a insistir más pero...piénsalo al menos ¿de acuerdo? Hazlo por mí.
-Olvídalo...
-Bien...tengo que irme. Le daré el aviso a Agase. Gracias de nuevo, Shiho Miyano...-y el chico se fué, un poco triste quizás, o al menos fue la sensación que le dio a Haibara.
"-Kudo, lo siento...no es tan fácil..."
Y Shinichi salió por la puerta, en busca de un poco de aire para respirar, y fue camino a su casa. Cuando estuvo en su casa, hizo una llamada.
-¿Hermana Ran? ¡Soy Conan! Lo siento pero es que esta noche no podré ir contigo. Mis padres me han llamado diciendo que vendrían a Japón de visita y pasaban a buscarme para pasar con ellos el fin de año...¡perdona!
-¿Eh? ¿Pero estás seguro, Conan? Podemos ir todos juntos si quieres...
-No, no...mejor no,es que vamos a visitar a familia y todo eso. Cuando se vuelvan a ir mis padres vuelvo a llamarte ¿vale?
-¡De acuerdo Conan! ¡Pásalo muy bien!
-¡Gracias! Por cierto, si ves al Hermano Shinichi, ¡dale recuerdos de mi parte!
-¿Eh? ¿Shinichi? No creo que venga Conan, ya sabes cómo es, una tonta llamada de vez en cuando y para de contar...¡pero bueno, si le viera por casualidad se lo digo! ¡Ten cuidadito Conan! ¡Un beso!
Cuando el detective colgó:
-Bien, Ran...Hoy vas a arrepentirte de lo que has dicho...-y rió maléficamente.
Osaka, 21:00pm.
-Heiji, ¡eres muy pesado! ¿Cómo puede ser que tardes tanto en ducharte y arreglarte? ¡Me estoy impacientando!
-Kazuha, ¡déjame en paz! Tardo lo que quiero ¿de acuerdo?
-¡Maldita sea, al final llegaremos tarde como siempre!
-¡Cállate!
Salió el moreno del lavabo y Kazuha se quedó impresionada. Estaba guapísimo.
-¿Ya estás satisfecha? ¡Estoy harto de ir con prisas por ti siempre!
-¡Idiota! ¡Haber empezado a arreglarte antes!
-Si no te hubieras echado una siesta de no sé cuántas horas, ¡yo habría estado antes en mi casa para arreglarme!
-Heiji, ¡cállate y vayámonos ya!
-Está bien...pesada. Vayamos a por la moto.
Cogieron la moto de Heiji y fueron hacia Tokio directos. Llegaban tardísimo.
Beika, 21:30pm.
Casa del profesor Agase.
-Profesor, he de irme. Si cambias de opinión para esta noche venirte, házmelo saber de inmediato ¿de acuerdo?
-De acuerdo, pero no te preocupes Shinichi. Tranquilo.
-¡Bien, pues me voy! Hasta...
-UN MOMENTO.
El detective dio un bote por no esperarse la voz que se había escuchado.
-¿Pero qué...?-El chico miró sorprendido.
-Pensabas irte sin mi...¿detective?
-Hai...Haibara, ¿eres tú?
-¡No, claro que no! ¿Por quién me tomas? -Dijo extrañamente seria y con la cara desfigurada prácticamente.-Soy Sherry y he venido a por ti...-Le dijo apuntándole a la cabeza con una pistola.
El detective la miró extrañado, y se miraron los tres...Hasta que los tres empezaron a reír.
-Vaya señorita Sherry...Está muy guapa esta noche. Es un placer que me asesine alguien como usted...-le dijo a la castaña, ofreciéndole su brazo para ir juntos.
La chica se ruborizó de manera impresionante y no supo casi que decir, hasta que:
-Pues tú estás horrible, Kudo. No te favorece mucho el color de kimono que llevas con la fama que tienes. El detective la miró con mala cara durante unos instantes...Y volvieron a reír los tres.
-¿Vamos?
-Vamos. ¿Profesor?
-Está bien, vayámonos ya.
-¿Cómo? Profesor, ¿no me dijiste que no...?
-Estaba esperando a alguien con la que no había tenido nunca una cita.
Shiho se echó a reír.
-Ah, claro, perfecto. Vamos a engañar por una vez al detective con una broma inocente para que crea que la persona que es como de su familia no va a la fiesta. Vaya tontería.
-Vamos, Kudo. No te pongas así, no ves que estaba esperando que se arreglara Haibara, se ha tenido que comprar ropa nueva y todo esta tarde.
-Entiendo...Bueno, vayámonos ya.
Haido, 22:00pm
En casa de Aoko, llamaron a la puerta. La chica fue a abrir, aún con el delantal.
-¡Señora Kuroba! ¡Hola!
-¡Hola preciosa! ¿Cómo está mi pequeña Aoko?
-¡Muy bien! Creí que no le daría tiempo de venir a Japón...
-¡Claro que sí mi vida! ¿Cómo me iba a perder la míticas y anuales cenas con la familia Nakamori? ¡Tenía que venir, como cada año!
-¡Muchísimas gracias! ¡Pasa, ponte cómoda!
-¡Gracias! ¿Es que soy extrañamente la primera en llegar? ¿Dónde está la cámara oculta?
Aoko se echó a reír.
-¡No hay ninguna!
-Vaya, qué raro...y por cierto, ¿dónde está tu padre? ¿Y Kaito? ¿No ha venido todavía? Me había dicho cuando me ha llamado que había pasado la mañana y la tarde contigo.
-Bueno, mi padre está trabajando...Kid ha vuelto a enviarle un aviso y no sé ni si podrá estar con nosotros esta noche...y Kaito se fue. Iba a acompañarle, que tenía que escoger kimono para esta noche, pero como ha visto que era tarde y aún no tenía acabada la cena, me dijo que me quedara aquí, que volvería luego. La verdad es que me hizo un favor, aunque me sabe mal no haber podido ir a ayudarle...
-¡Bah no te preocupes Aoko! Él no tiene mucho problema con eso. Lo solucionará en un momentito.
-De acuerdo. Igualmente, voy a llamarle.
-¡No, tranquila! Tu continúa, ya le llamo yo.
-Bien, ¡gracias señora Kuroba!- Y la chica se adentró en la cocina.
-¿Kaito? ¿Dónde estás hijo?
-Estoy en casa mamá.
-¿Y qué haces ahí?
-Pues acabando de prepararme...
-Y prepararte también el golpe de esta noche, ¿cierto?
-Eh...¡mamá!
-Kaito, te lo he dicho mil veces, me parece bien que quieras hacer el trabajo de tu padre por lo que ya sabemos, pero ¿te parece normal, decir en una nota que aparecerás con la última campanada?¿No piensas pasar la última campanada con Aoko?
-Mamá, el mensaje no se refiere a eso...
-¿Cómo que no? ¿Y entonces a qué viene?
-Voy a actuar cuando ya hayan pasado las campanadas de fin de año, con las campanadas siguientes, cuando la gente vaya a pronunciar sus deseos y los cuelguen.
-Ah...en ese caso de acuerdo, pero la próxima vez piensa un poco más en Aoko.
-Será que no pienso ya suficiente en ella mamá. ¡No me tortures más!
-De acuerdo, hijo...Te espero aquí, ¡no tardes! ¡Te quiero!
Apareció Aoko de la cocina.
-¿Has conseguido hablar con Kaito?
-Si, estaba en casa acabándose de preparar.
-Ah, bien.
Llamaron de nuevo a la puerta.
-¿Eh? Pero si no espero a nadie más, creo.- y abrió.-¡Hakuba! ¿Qué haces aquí?
-¡Hola Nakamori! Vi que tu padre recibió un aviso de Kid y vine a ver si estaba todo bien.
-Si, claro. ¿Pero por qué no iba a estar todo bien?
-No sé, no me fío de él.
La madre de Kaito se quedó mirando al joven Hakuba, con la mirada fría y desconfiada.
-Vamos, Hakuba, Kid envió el mensaje de cara a esta noche, no a ahora...¿Eh? ¡Kaito!
-¿Qué tal Aoko? Siento retrasarme.
-No te preocupes, pasa. Está tu madre dentro.
-Gracias.
A Kaito le cambió la cara por completo cuando vio a Hakuba en la puerta. ¿Qué se supone que hacía ahí? Siempre andaba detrás de Aoko, y eso le ponía de los nervios.
-Bueno, ya que estás aquí...¿Quieres quedarte a cenar?
Kaito miró a Aoko con una mirada asesina. No podía ser verdad.
-Oh, es todo un detalle, Aoko. Pero creo que alguien no quiere que esté por aquí. ¿No es así Kuroba?
-¿Eh? ¿Quién no quiere que estés aquí? No se de qué demonios hablas tú ahora...
-Sabes perfectamente de qué hablo, Kuroba.
-Pues no. Si no me equivoco, creo que ni yo ni mi madre hemos dicho nada al respecto.
-Bien...Pues entonces me quedaré, si no te importa Aoko. ¿Necesitas ayuda, o que vaya a comprar alguna cosa?
-No, gracias Hakuba. Lo tengo todo.
-Bien, te iré a echar una mano a la cocina.
-No es necesario, en serio.
-¡No insistas!
-De acuerdo, de acuerdo...
Kaito no paraba de mirar mal a esos dos y la escena en general. Estaba que quemaba.
-Kaito, ¿se puede saber qué te traes con ese Hakuba? ¿Qué demonios os pasa a los dos? ¿Estáis enamorados de la misma chica, es eso?
-Mamá, no digas tonterías, yo no estoy enamorado de Aoko.
-Oh...¿Y quién ha dicho que sea Aoko?
-¡Mamá! ¡Deja de utilizar de una vez esa psicologia inversa que siempre utilizas conmigo! ¡Me pones histérico!
-Kaito, no es una novedad. Esa chica siempre te ha gustado, no me lo puedes negar. Tu padre lo averiguó rápido.
-Mamá, ahora no es el momento de hablar de eso.
-Tienes razón. Pero deja de intentar engañar a tu madre, que tiene más años que tú y te cala rápido.
-¡BAH!
-¡Kaito!-sonó la voz de Aoko-.
-Eh ¿si?
-¿Puedes echarme una mano por favor?
-Claro, ¿qué necesitas Aoko?
-Necesitaría que me arreglaras la mesa. Tengo todo preparado, solo falta colocarlo.
-Claro, eso está hecho.
De repente, se escuchó la puerta de la residencia Nakamori. Todos miraron hacia la entradita.
-¡Papá!
-¡Hola hija! Kaito, Hakuba...y mi querida señora Kuroba...-Dijo cariñosamente, besándole la mano a la mujer, haciendo que ésta se sonrojara levemente.
-¡Ginzo! ¡Cuanto tiempo! ¿Todo bien, querido?
-Perfectamente. He podido escaparme a cenar, ya que KID iba a aparecer más tarde y quería pasar la noche con la familia. Aunque veo que hay un nuevo inquilino por aquí hoy, ¿Cierto?
-Buenas noches señor Nakamori. Es un placer cenar con usted esta noche.
-Claro, es que Hakuba no tiene casa, sabe señor Nakamori?
Ginzo lo miró divertido, pero pronto puso cara seria de nuevo, carraspeando y disimulando su compartida opinión de Hakuba. Nunca le había acabado de caer bien, ese impertinente niño que iba de detective enterado y poniendo en duda todas sus deducciones y modos de capturar a KID.
-¡Kaito! ¿A qué viene eso?-gritó Aoko.
-No te preocupes, Nakamori. Parece que Kuroba está un poco celoso...
-¿Eh?-Dijo sonrojada-¿Celoso por qué?
-No sé, él sabrá. ¿Por qué no nos lo explicas a todos, Kuroba?
-¡Chicos, chicos!-interrumpió la señora Kuroba.-¿Por qué no nos calmamos un poquito y comenzamos a cenar, eh?
-Cierto, deberíamos empezar a cenar, es un poco tarde...-le siguió el cuento el señor Nakamori.
Cuando estuvo puesta la mesa, comenzaron a cenar y a hablar sobre los planes de esa noche.
-¿Cómo has quedado con la gente, Aoko?-Preguntó Kaito.
-Debería de llamar a todos para ver el lugar y la hora en la que quedamos. Cuando acabemos de cenar les hago una llamada. En principio cada uno cenaba por su cuenta.
-Y ese niño y Ran, ¿van a venir de Beika aquí?
-Si, porque dicen que hace mucho tiempo que no nos ven y les hacía ilusión. Y además, no tenían planes para hoy y han preferido venir con nosotros.
-Bueno, lo pasarán bien.
-Por cierto Kaito, ¿Tú siempre te has llevado muy bien con ese niño verdad?
-¿Eh? Si...bueno. Más o menos..."si no fuera porque ese maldito Kudo me descubre siempre, seguro que me llevaría mejor...(Risa resignada)"
-Parece inteligentísimo para la edad que tiene. Es un chico especial, ¿verdad?
-Sii, demasiado quizás...
Continuaron cenando. Y mientras tanto, en Beika, picaron a la puerta de Ran, mientras ésta estaba arreglándose. Fue a abrir la puerta, y cuando vio el culpable de haber llamado, se puso llorosa y trémula.
-Shi...Shi...Shinichi...
-¿Qué tal Ran? He podido escaparme del caso y me ha parecido buena idea venir para fin de año y de paso a verte...-no le dio tiempo a acabar la frase, cuando se encontró con un fuerte abrazo que no se esperaba en absoluto.
-Ran...
-¡Idiota! ¡idiota! ¿Cómo no me has avisado que venías? ¡Hacía muchísimo que no me llamabas! ¿Qué te has pensado que soy yo?-La chica lloraba.
-Ran, lo siento. He estado ocupado...demasiado. Y me tendré que volver a ir después de fin de año, pero prefería que pasáramos al menos juntos esta noche, después de tanto tiempo.
-¡Si, pero sigues siendo un idiota, Shinichi!
-Si, lo sé...y lo siento...oye, por cierto Ran, antes de irnos, me gustaría presentarte a una prima mía lejana que ha venido desde Gran Bretaña para pasar el fin de año conmigo. Mira, es Shiho Izibara. Shiho, te presento a Ran.
-¡Es un placer Shiho! Siento mucho el espectáculo, es que hacía tanto tiempo que no sabía nada de él...
-No te preocupes. Lo entiendo, y comparto tu opinión de que mi primo es un poco idiota a veces...pero en el fondo, tiene un gran corazón.-El aludido se puso rojo como un tomate al oír esto.
-Si...es cierto...es un gran chico. Hace muchos años que nos conocemos y la verdad que es la persona más transparente y noble que he visto nunca.
-Bueno chicas, ¡ya está bien! ¿Qué es un complot para sacarme los colores esto?
Se echaron a reír todos menos él.
-¿Se puede saber qué es tan gracioso?
-Nada Shinichi- Dijo Ran, muy risueña y feliz- Deberíamos ir tirando o llegaremos tarde a casa de Aoko.
-Si, andando.
Llegaron antes que los de Osaka. Llamaron al timbre.
-¡Aoko, soy Ran! ¡Ya estamos aquí!
-¡Ran!¡Kudo! ¡Hola chicos!
-¿Qué tal Aoko?
-Muy bien, ¡hacía muchísimo que no te veía Kudo! ¿Como te va todo?
-Bien, acabo de salir de un caso, pero después de esta noche tengo que marcharme a otro, para variar...
-Oh, es una lástima. Pero al menos pasarás el fin de año con Ran, y eso es muy importante.
-Si, es cierto. Tenía ganas de volver por aquí después de tanto...
Empezaron las presentaciones entre todos los que no se conocían y una vez presentados, empezó la charla. Y Kaito preguntó a Ran:
-Oye Ran, y ese niño pequeño de gafas que siempre va contigo, ¿no ha venido al final?
-No, se marchó con sus padres que vinieron para estar con él para fin de año.
-Oh, vaya, es una pena. Me lo pasaba en grande con él.-Y miró a Shinichi pícaramente.-Espero que todo esté bien. Por lo que tengo entendido, Kid actúa esta noche y al crío ese se le daba muy bien descifrar sus avisos.
-Si, la verdad es que lo hacía muy bien. Me recuerda a Shinichi muchas veces. ¿Qué tontería verdad?
-¡No me parezco en nada Ran! Tú siempre con lo mismo...
-Bueno, quizás no va mal encaminada la chica. Un aire si que os dais, no sé por qué...-y volvió a mirarle de la misma forma.
-Tonterías..."Por qué me mirará así Kuroba?"
Empezaron a hacer la charla y Aoko dijo:
-Bueno chicos, tendríamos que ir yéndonos ya, en cuanto Heiji y Kazuha aparezcan...
DIINNGG DOONNGG
-Anda mira, hablando de los reyes de Roma...
-¡Hooolaa Aokoo y compañíia! ¡Sentimos el retrasoo! Es que el tonto de Heiji se ha esperado a última hora para arreglarse...
-¿Otra vez con esas Kazuha? ¿Quién se ha dormido cuando debería haber ido a buscarme, eh?
-¡HEIJI!¡No digas mentiras!
-¡Kazuha no las digas tu!- y los dos- GRRRRRRR...
-Chicos, chicos, ya está bien...dejad de discutir ya, que estamos de fiesta...
-Ya, pero Aoko, ¡es que es un pesado!
-¡Bueno va dejadlo ya! ¡Vámonos venga!
Fueron caminando y, mientras Shiho estaba andando con las chicas, Hakuba se le acercó a Kudo.
-Oye Kudo...¿esa amiga tuya es soltera o qué?
-¿Eh?¿Quién? ¡Ah! ¿Shiho, dices?
-Si, la castaña de ojos verdes.
-Eh...si que yo sepa...
-Ahá...esto empieza a ponerse interesante...
-¿No me digas que...?
-Quizás...Se nota que eres Shinichi Kudo, ¡claro que si!
-Uf...eres demasiado, Hakuba.
Y mientras, por su parte, Kazuha, Ran, Aoko y Shiho iban juntas, Kazuha le preguntó a Ran:
-Oye Ran, ¿y tu amiga Sonoko no viene al final?
-¡Si, claro! Lo que pasa que su chico tenía que venir en avión de muy lejos y iba a esperarle al aeropuerto, así que hemos quedado allí directamente.
-Ah...
-¡Oh vaya Kaito! ¿Has visto eso?
El chico de ojos azules que iba con el grupo de chicos, puso su atención en Aoko.
-No, ¿El qué?
-¡Un puesto de magia!
-¿En serioo? ¡Oh vaya, allá que voy!
-¡Kaito pero espérame por favor, que voy contigo, yo también quiero mirar!
Y salieron los dos corriendo, uno detrás del otro. Shiho se los quedó mirando, algo nostálgica.
-Qué buenas migas hacen esos dos ¿no crees Shiho?-Preguntó Hakuba a la muchacha.
-Si, la verdad es que si...
-Me recuerdan mucho a Ran y a Shinichi. ¿No opinas lo mismo, Ran?-Shiho agachó la cabeza.
-¿Qué...qué dices?¿En serio?
-Es verdad, Ran. Sois muy parecidos, incluso en la forma de ser.
-¡Hakuba! ¡Bastaa!-Dijo la muchacha colorada.
-Pero mírate Ran...si se te cae la baba cada vez que le miras-le recriminó Shiho.
-Yo...no sé...-Respondió Ran mirando a Shinichi ruborizada. El chico se dio cuenta que Ran lo miraba y le dedicó una sonrisa increíblemente bonita y sincera. Ella tuvo que voltearse rápidamente de lo roja que estaba.
Shiho se echó a reír.
-Vaya Ran, cualquiera diría que estás enamoradísima de Shinichi.
-¡Es cierto, lo está hasta las trancas!-Le siguió Hakuba.
-¡Hakuba! ¡Shiho! ¡Ya vale por favor! Me estáis haciendo pasar una vergüenza impresionante...
Y mientras, los otros dos a lo suyo.
-¡Oh Dios! ¡Este libro es genial! ¡Lo quiero!
-¡Vaya, es muy grande! ¿No será demasiado para ti, Kaito?
-¡Ni hablar! ¡Es perfecto!
-Oh...qué conejito más bonito, es un peluche precioso...
-¿Cuál? ¿El del conejo blanco o el rosa?
-¡El blanco es precioso!
-Si, la verdad es que está bonito. ¿Lo vas a comprar?
-No, no traje mucho dinero. No me llega...
-Oh, vaya es una pena. ¡Póngame este libro por favor! ¡Gracias!
-Caray, tienes para mucho rato de lectura y trucos ¿eh Kaito?
-¡Imagínatelo! Con esto tengo para un año.
Aoko se echó a reír. Llegaron al sitio donde tenían pensado sentarse, debajo de unos almendros y se sentaron todos. Mientras cada uno charlaba por su cuenta, Kaito le dijo a Aoko:
-¡Vaya Aoko! ¡He recordado un truco increíble! ¿Quieres verlo?
-¿En serio? Si, ¿a ver?
-Se llama "the jumping rabbit"
-¿Eh?
-Mira: damas y caballeros...hago esto con las manos, y luego esto, y luego rebusco en la manga del kimono y...¡TACHÁÁÁNN! ¡Aquí tenemos a un bonito conejito blanco! ¿Qué te parece?
-¡OH, KAITO! Es...es...
-Por supuesto, señorita. Ni más ni menos que el conejo que le gustaba-y lanzó una risa de orgullo-la verdad es que me dijo por telepatía que le habías caído bien, pero quería hacer su entrada triunfal a través de mi kimono. Fué muy astuto el condenado peluche, ¡y además no tiene mal gusto con las chicas en absoluto!
Aoko lanzó una carcajada enorme.
-¡Gracias Kaito! ¡Muchísimas gracias!-y sin que el chico se lo esperase, se le agarró al cuello-¡Eres un sol!
-¡Vamos, vamos tampoco es para tanto!-Dijo el chico intentando apartarse ruborizado-¡solo es un peluche!
-Pero es TU peluche. Es más importante que cualquier otro.- y le miró roja y sonriéndole tiernamente.- Es especial.
El chico, sorprendido y rojo, se le ocurrió decir:
-Si, igual de especial que esta noche.
La chica le miró sin comprender, pero no dijo nada. Prefirió no saber la respuesta y nada más apoyar su cabeza al hombro de su mejor amigo especial. Él lo único que hizo fue ponerse rojo para variar y seguir mirando las estrellas.
-¡Vaya, vaya! ¡Pero si parece una parejita de verdad y todo!-Dijo Heiji con ironía-Cualquiera diría que sólo sois amigos, chicos.-y sonrió de forma maligna.
-¡Hattori, a qué viene eso! ¡No somos ninguna pareja, idiota!-Gritó Kaito
-¿Ah no? Pues os miráis de una manera un tanto extraña para ser solo amigos-(Rió malévolo)
-Pues no es por nada Hattori...-replicó Aoko- Pero es más o menos la misma mirada con la que tú miras a Kazuha...
Kaito se echó a reír y Heiji se mantuvo callado, rojo y con mala cara, mirando de reojo a Kazuha.
-¿Eh? ¿Qué pasa Heiji? ¿Por qué me miras de ese modo?
-¿Eeeh? No, nada...¿cómo quieres que te mire a ti, tonta? Hay cosas más interesantes que ver...
Kaito le susurró:
-No da esa sensación, moreno...-y rió también con una risa maligna.
-Maldito Kuroba...
-¿Pero qué pasa Heiji? ¿De qué diablos estáis hablando?
-¡Te he dicho que de nada, cotilla! Deja de chafardear y vamos a mirar las estrellas ¿eh?...-Dijo riendo y haciéndose el disimulado.
Pasaron las horas y llegaron las campanadas de fin de año. Kaito cogió a Aoko del brazo y se la llevó corriendo a un lugar de vete tu a saber dónde...Aoko estaba que no entendía nada de nada.
-¡Kaito! ¿Pero a donde me llevas?
-A un sitio tranquilo.
-¿Cómo?-Gritó la chica ruborizada totalmente.
-Confía en mi.
-Confío en ti pero...
Llegaron a un claro, detrás del templo.
-¿Qué hacemos aquí Kaito?
-Shh...tu escucha...3, 2, 1...
DONG...DONG...DONG...
-¿Las campanadas?
-¡Si! ¡Y mira qué vistas! ¡Son geniales! Suelo venir aquí cuando me siento solo o necesito pensar. Me ayuda muchísimo a recapacitar y relajarme si he tenido un día duro...
Desde un acantilado, se podían ver las estrellas y toda la ciudad de Tokio, panorámica.
-Kaito...es precioso...-Sonó la décima campanada...
-Pero el paisaje y estas estrellas no tienen nada que envidiarte...-A Aoko no le dio tiempo de decir nada, porque de repente el chico le robó un tierno beso. Despacio, suave, con delicadeza, como si la boca de la chica pudiera resquebrajarse cono un cristal en cualquier momento. Cuando el beso cesó:
-Feliz año nuevo...Aoko.
-¡Kaito!-Gritó toda roja.-¡Pero...pero...!
-Shh...-El chico le acarició la boca con un dedo para que no hablara.-Hay cosas que no hace falta decirlas con palabras para entenderlas. Y dicho esto, Aoko no supo que decir.
-Kaito...yo...yo...
-Sé lo que quieres decir...pero después de los deseos hablamos. Ahora tengo algo importante que hacer. Dame un ratito, ¿de acuerdo? En seguida volveré.
-Pero...¿A dónde vas?
-¡No te preocupes! ¡En seguida vuelvo!
Y al estilo de lo que le pasó a Ran con su amado Shinichi en su día, a Aoko se le rompió un lazo del vestido nada más ver marchar a su amigo...no...a su Kaito, a lo lejos. La chica se asustó.
-¡KAAAIITOOOOOO!-Su voz resonó en la noche vacía. Nada más le acompañó su eco. Nada más. Ni un ruido, ni una respuesta.
Aoko decidió seguir los pasos. Algo pasaría. Tenía un mal presentimiento. Muy muy malo. Empezó a correr y no había manera de encontrarle. No había señales de él. Cuando llegó al grupo que les acompañaba:
-¿Habéis visto a Kaito?
-No...¿dónde diablos os habíais metido?
-No tengo tiempo. Tengo que encontrarle.-y la chica huyó corriendo.
Heiji y Shinichi se miraron, asintiendo al unísono con la cabeza, y empezaron a correr tras la chica.
-¡Shinichi!
-¡Heiji!
-¿Donde vais?-gritaron las dos enamoradas. Pero no hubo respuesta.
"Kaito...Kaito...¿Dónde te has metido?". La chica tuvo de repente una extraña sensación. Una presencia cerca. ¿KID?
Miró a un lado y a otro y en un momento, vio una sombra blanca en lo alto del techo de uno de los templos. No supo por qué, al ver esa silueta blanca, algo malo le pasó por la cabeza. En su imaginación apareció su querido Kaito. "¿Qué significa esto?¿Por qué le he visto a él ahora, al mirar a KID?"
Aoko frunció un poco el ceño...pero de ser así...de ser lo que a ella se le pasó por la cabeza...si era así, tenía que despistar a los detectives para que no la vieran.
La seguían de cerca y Aoko, antes de que la vieran, se escondió entre la multitud de gente, en un puesto de sushi que había y ellos la perdieron de vista.
-¿Dónde diablos se ha metido esta chica?
-No sé Hattori. Pero algo me huele mal. Muy mal...-Dijo Shinichi, mirando al ladrón y le vino a la cabeza lo mismo que le vino a Aoko, sin saber por qué.
Cuando dijo esto, los dos detectives observaron la figura blanca del ladrón, bañado por la luna, con el templo donde se había posado sutilmente, sin perturbar el silencio de la noche, solo resonaban las sirenas de los coches de policía que lo habían rodeado. Cuando fue a coger la joya para mirarla a través de la luna tan llena que había ese día, alguien le apoyó algo metálico en la cabeza. Al ladrón le recorrió un gran escalofrío por su cuerpo, al notar esa sensación tan fría, y por primera vez, ese miedo de voltearse y ver...posiblemente, a los asesinos de su padre.
-Vamos, Kuroba, sé buen chico y danos esa joya.-El chico se volteó y vio como a una veintena de hombres, vestido de negro, todos apuntándole con armas.
-¿Cómo dice? Disculpe pero es que últimamente sufro mucho del oído.-Dijo con su particular cara de póquer.-¿Me repite, por favor?
-Claro...que me des esa joya ahora mismo si no quieres que te vuele la cabeza.
-Sigo sin entender...¿Quién ha dicho que soy? No conozco a ningún Kuroba.
-¡Maldito seas Kuroba! ¡Deja de intentar jugar con nosotros y danos de una maldita vez esa piedra!
-Lo siento, señor de negro, pero creo que eso no va a ser posible, al menos, no hasta que corrobore que es la que busco. Entonces quizás negociemos.
El chico, dio un par o tres de volteretas hacia atrás, haciendo el pino, y llegó a la barandilla del templo, para observar. Nada, otro fracaso. "¡Maldita sea! ¿Es que nunca va a aparecer la condenada Pandora?"
-Bueno caballeros, como habréis visto, esta tampoco es vuestra joya, así que...Yo me retiro, pero tampoco os la voy a dar a vosotros.
-¿Cómo?
-Ni hablar...esta piedra tiene dueño.-Hizo ademán de huir, pero cuando alcanzó la baranda, se escuchó:
-¡Que no escape! ¡Disparad, idiotas!
Kaito esto ya se lo esperaba; empezó a esquivar balas y tiró al suelo una bomba de luz para escapar. Pero aún así, el chico tuvo la mala suerte que en el momento de la huida, dos balas le alcanzaron. Sin que se supiera más del ladrón, éste desapareció.
De repente, en su ala delta, descendió como pudo, con pocas fuerzas, hacia donde estaban los detectives y hizo un gesto a uno de ellos.
-Ten, pequeño detective...sé que tu sabrás bien qué hacer con esto.
El mago, mientras paró dejó a sus pies una inmensa mancha de sangre.
-¡KID! ¡Estás sangrando! ¿Qué ha pasado?
-Nada que te tenga que importar a ti, Kudo. No tienes nada que ver en esto, no deberías involucrarte. Hasta otra, detectives.
Shinichi se quedó pensando, y en parte preocupado por el aspecto del ladrón.
-Kudo...te ha llamado...¿pequeño detetive? ¿Sabe quién eres?
-No lo creo...es imposible, nunca le he dado motivos para pensar eso...
-No sé, me resulta extraño.
-No te preocupes. Regresemos. Aquí no tenemos nada más que hacer.
-Si...
Aoko, hacía un rato que había salido de su escondite, y alzando la vista, vio a KID sobrevolar bajo, y haciendo movimientos un poco extraños.
"¿KID? ¿Qué está haciendo?"-La chica decidió seguirle, sin ser descubierta. Vio caer el ala delta y llegó al lugar. El ladrón estaba tendido en el suelo, sangrando.
-¡Eh! ¡Eh, KID! ¿Estás bien?-Dijo con cara de rabia-. ¿Se puede saber qué has hecho esta vez, estúpido ladrón? ¿Qué haces sangrando?
"¡Aoko...! Como le dé por descubrirme estoy perdido...maldita sea, ¿qué hacía aquí?" Vaya vaya si es la hija de mi querido inspector Nakamori. ¿Qué tal preciosa?-Le dijo, con la respiración bastante interrumpida, mientras la chica se cogía un trozo del kimono y le ataba las heridas
-¿Ahora vas a intentar salvarme la vida? Qué ironías...-dijo con una leve sonrisa.
-¡Cállate idiota! Por muy ladrón que seas y por mucho que te odie, sigues teniendo una vida humana. Ninguna vida merece perderse por ser quien seas. Además si mueres ahora, mi padre no disfrutará del orgullo que supone atraparte. Te quiero vivo.
-Madre mía, para ser una chica tan entrañable y con cara de ángel, tienes un poco de malas pulgas ¿eh?
-Vamos...tampoco es para tanto. Solo soy así con quien merece que yo sea así. No hay más.
-No era un cumplido...
-Me da igual. Yo me lo he tomado así. Y si no te parece bien, es tu problema. Mejor que te vayas ladrón, antes que te descubran.
-¿CÓ...CÓMO? ¿No vas a delatarme ni a intentar saber quién soy como harían todos?
-¿Para qué? Ahora no estamos en igualdad de condiciones; tú por lo menos, no estás en estado de que te descubran. Vete antes que me arrepienta.
"-¡Aoko...! Pero...¿Por qué?" Está bien...gracias de todas formas, señorita.
-No me lo agradezcas. Aún estoy a tiempo de pensármelo.
Se oyó un soplido de aire y al voltearse, el ladrón ya no estaba.
"Kaito, eres un idiota. ¿Cómo iba a delatarte? Tengo casi claro que eras tú...pero aún tengo esperanza en que eso no sea cierto... mago imbécil"
Aoko volvió con los demás. Cuando la vieron llegar, Ran le preguntó por Kaito.
-¿Le has visto?
El chico estaba escuchando escondido entre los árboles. "Ni me encontrarás...al menos por hoy
...lo siento, Aoko"
Aoko negó con la cabeza.
-No, solo he visto al idiota de ese ladrón huir. No he visto nada más...
-¿Y entonces Kaito no va a aparecer?
-No lo sé...
-No os preocupéis por él -dijo Shinichi- si se ha ido...seguro que es por una buena razón...-Miró discretamente hacia unos árboles, donde estaba él escondido. Kaito se dio cuenta.
"-Maldito detective... -sonrió- ¿siempre lo tienes que saber todo?"
