Y bueno, aquí una tabla realmente antigua de un personaje querido; Japón. Concretamente es la tabla Armada de la siempre querida, comunidad Musa Hetaliana.

·Disclaimer: Los personajes no son míos~.

·Claim: Grecia y Japón.

·Advertencias: Nada mortal. Si eres lo suficientemente sucio, podrás ver algo de Japón/Grecia. Sino, no pasa nada.

·Palabras: 305.

·Prompt: Militares.


·

Ironía de vestuario.

·



—Se ve bastante relajado.

Kiku desde un asiento miró a Heracles salir de un pequeño cuarto que estaba en su hogar. Conversando, ambos habían acordado mostrarle al otro el uniforme militar que solían lucir y mediante el azar le tocó primero al castaño. Y ahora el japonés observaba con detenimiento el traje de dos piezas que su compañero portaba, fijándose de sobremanera en la chaqueta que colgaba sobre sus hombros, dándole un aspecto descuidado.

Heracles se paró frente a Kiku, esperando algún otro tipo de observación, pero al no obtener nada más que una mirada fija (y algo nerviosa por un motivo que ignoraba) preguntó con suavidad si él uniforme se veía mal. Kiku tragó saliva antes de responder.

—N-No, de hecho se le ve bastante bien y viene con usted —respondió sonriendo un poco. Ante la duda implantada en la cara de Heracles, se apresuró a añadir una justificación a sus palabras—. No creo que otro tipo de uniforme le venga —admitió con las mejillas sonrosadas—. El descuido que luce su vestimenta refleja exactamente como es usted.

Heracles sonrió. Aunque aquellas palabras podrían ser malinterpretadas, bastaba con decir que su vestimenta reflejaba como era para olvidar el resto. De todos modos, Kiku tenía razón, porque en términos prácticos sí era descuidado.

—Te toca a ti.

Ambos cambiaron de lugar y ahora Kiku se perdió en el cuarto donde Heracles se cambió de ropa. El oriental no tardó en aparecer con su pulcro uniforme blanco por la puerta, sintiéndose observado desde que colocó un pie dentro del cuarto. Aparentaba tranquilidad, pero la mirada de Heracles le ponía un tanto nervioso.

El griego abrió la boca pero no dijo nada. Volvió a hacer lo mismo pero terminó por sonreír divertido. Kiku no dejó de verle sin comprender que ocurría.

—Tu uniforme te hace ver como si fueras una persona pura —mencionó haciendo más grande su sonrisa.

El rostro de Kiku no tardó en volverse tan rojo como un tomate y Heracles no demoró en reír. Ambos podían comprender la ironía del blanco uniforme del japonés pero ninguno fue capaz de decir nada al respecto.


Notas finales:

Esto es sumamente viejo, así que si tiene errores, sería muy feliz si me los hacen saber :D.

¿Review? 83.