Esto es un experimento, no esperen continuación inmediata, realmente, mi relación con esta historia es la misma de la Yuma con su situación. Si, así de mierda. Pero si no la publicaba moriría, en el sentido mas falso y fanatico que pueda darsele a eso.

VOCALOID.

Personajes: Kaito. VY2 Yuma. No emparejados.

ADVERTENCIAS: Muerte de un personaje (LOL). Zombies, locuras del autor, malas palabras que los niños buenos no repiten (asi que cuidadito con repetirlas cabroncito de mierda!).

CAPITULO 1

...

A lo largo de toda mi artificial vida he tenido oportunidad de escuchar por ahí a personas quejándose.

Se quejan del clima, del transporte, de su trabajo, de su familia, los programas en televisión, si no les funciona tal o cual cosa en su casa, si no les dieron tal o cual cosa.

No ha habido un día que no pase sin escuchar una queja.

Eso me parecía molesto, innecesario y bobo. No es como si al quejarse de algo esta se arreglara.

Pero, ahora, en este instante de mi artificial vida, he aprendido a disfrutar la gloriosa satisfacción que cosquillea dentro tuyo luego de una queja salida de lo más profundo de tu ser y en el lenguaje más soez que se te ocurra. Si, tal vez no ayude en nada a mejorar "esto" (no creo que nada lo haga), pero, como que te reverbera los circuitos…

Pero no creo que ustedes estén entendiendo un carajo de esto, ¿cierto?

Probablemente se están dando a la idea que solo soy un chico con doble moral, quejón y que critica mucho.

Bien, pues permítanme aclararles que están mal. Pues en primer lugar, no soy un chico, y no, tampoco soy una chica. Soy un androide.

Y no tengo doble moral, solo que me actualizo constantemente sin darme cuenta. Y quejón y criticón lo he sido desde hace exactamente: 2 años, 3 meses, 19 días, treinta dos minutos y veinticinco segundos. Antes era más…ajeno a todo.

Pero fue en el momento, hace2 años, 3 meses, 19 días, treinta dos minutos y veinticinco segundos en el que todo se fue al carajo. Bien, no todo, solamente la sociedad como la conociamos.

¿Por qué? Sólo fue algo con lo que la cinematografía soñaba y explotaba a comienzos del siglo, algo que las probabilidades apuntaban en que no podría llevarse a cabo nunca, o al menos no a tales dimensiones catastróficas; algo que los más raros temían que ocurrieran, algo que existía como un mito, un tema que explotar o un disfraz de Halloween que presumir entre otros cientos vestidos como tú (escuchas eso, es la originalidad abandonándote).

Un jodido apocalipsis zombie.

Zombie.

Cadáveres arrastrándose de aquí a haya, babeando, mordiendo todo aquello que tenga pulso, perdiendo toda su humanidad junto a trozos de piel, dientes, control de esfínteres; y todo quedaba reducido a una bolsa de carne que pululaba gruñendo, mordiendo, obedeciendo sus más primitivos instintos.

Solo hay una palabra que describa esto: Mierda.

Asquerosa, jodida y brutal mierda.

Pero no todo ocurrió como en las películas. Si, hubo muchos muertos, la raza humana disminuyo de manera drástica, no tanto por los infectados sino porque, como cruel casualidad, la infección había estallado en las ciudades más importantes del globo, aquellas que manejaban todo, absolutamente todo, desde la electricidad, los servicios de salud, de transporte, los alimentos, tecnología, todo.

Y con los habitantes de estas convertidos en monigotes babeantes y mordelones toda la organización mundial se fue de paseo, sin retorno. Y mientras la gente intentaba recordar cómo es que funcionaba un cerillo todo se iba al traste.

Pero, oh maravilla, alguien se había alzado proclamándose salvador.

Con un excelso plan había logrado organizar a la mayoría de la población, dirigió la construcción de un domo autosustentable y se encerró dentro con todo aquel no-infectado que llegara a él alabándolo.

Pocos quedaron afuera de eso, generalmente gente loca, o con un gran sentido de supervivencia, o a la que no le gustaba lamerle las bolas a aun tipo egocéntrico.

Me gustaría decirles que yo soy de esos últimos, que preferí sobrevivir en libertad afuera que a salvo encerrado lamiéndole las bolas a un tipo con un gran ego. Pero no. No soy de esos, mi programación me lo impide, vago por el mundo sobreviviendo con una celda solar de cuarta, cargando un montón de trastos inútiles y sin una aceitada decente en más de un año. Y todo gracias a él.

Mi querido protegido: Kaito Shion.

El tipo más idiota que ha existido. Tengo la creencia de que sus padres aparte de exigir esos genes que le dieron el cabello y los ojos de un estrambótico azul también pidieron que le aumentaran la estupidez, pero no cualquier estupidez, sino esa que da con la persona que te gusta.

La peor estupidez de todas.

En realidad, todo estaba bien hasta hace algunos meses, gracias a mí habíamos logrado sobrevivir como bien podíamos, acampando, ocultándonos, yo salvándolo cada vez que su torpeza le hacia quedar a dos metros de un zombie, el plan era simple: entrar al jodido domo tecnológico. Ya habíamos logrado llegar la ciudad donde estaba, solo dos días más de escabroso viaje y lograríamos llegar a la puertas, le harian exámenes a Kaito, comprobarían que no estuviera infectado, a mí me desinfectarían (y una afinación por favor). Y luego, una vez dentro cada quien se iría por su lado, el me daría autonomía (ahora que su madre no estaba, él podría hacerlo), yo dejaría de ser su niñero y todos felices y contentos.

Y entonces al muy imbécil se le ocurre ir y dejar que una puta zombie putrefacta le arranque un pedazo de cuello (con tráquea incluida). "No Kaito, no te vayas por ahí" "No pasara na-" Un grito de niña, gruñidos, yo lanzándome contra ellos, forzando la mandíbula del zombie, sosteniendo a Kaito que boqueaba de una manera graciosa, viendo como exhalaba, tendiéndolo en el pavimento sin ganas, cerrando sus ojos, su boca, intentando ocultar la fea mordida con su eterna bufanda. Apenas me había alejado cinco metros cuando el maldito se había alzado, gruñendo, con los ojos vidriosos, babeando, con el semblante más pálido que alguna vez le vi.

Se convirtió en un zombie idiota.

Me convertí en el androide guardián de un zombie idiota.

Y a la puta con todo, no puedo matarlo, no puedo apagarme, no puedo abandonarlo, no puedo hacer nada más que ser su jodida niñera. Maldita programación de mierda, te odio. Porque cada vez que quiero incumplirla es como si dentro mío estallara una bomba, la cabeza me zumba, todo el cuerpo duele y una puta descarga eléctrica como final. Cuando pasa me siento un perro o un gato (de esos que mojas cada vez que hacen algo mal), peor que ellos. Al menos pueden morder a su dueño, yo ni eso puedo. Da asco.

Y todo porque al maldito de Kaito se le ocurrió morir sin darme la orden de "Resetear" o algo que me hiciera olvidar, que le hiciera olvidar a mi programación, su orden anterior de: "Ayúdame a llegar al domo". Y ahora estoy atrapado en un jodida paradoja, porque si voy y lo llevo lo mataran y eso incumplirá con mi programación estándar de fábrica, y no lo llevo sólo me queda cuidarlo manteniéndolo a salvo porque así dicta la estúpida programación estándar de fábrica. Y no lo puedo matar porque incumple las leyes de la robótica, y no me puedo desconectar porque si me desconecto él muere (es un hecho indudable) y eso es volver a las malditas leyes.

Hace mucho, cuando el apocalipsis aun no estallaba y Kaito sobrevivía a base de empleos de medio tiempo, agua, helado y la fruta que la vecina le regalaba recuerdo que tuve que cuidar a los gemelos de la vecina (la fruta no era tan regalada). Kaito debía terminar de programar algo, editar varias escenas de una tarea y prepararse para su examen del día siguiente así que yo, de idiota, me ofrecía a ayudarlo a cuidar de los pequeños rubios.

Mi más grande error. Ese día descubrí tres cosas: uno, los niños son pequeños monstruos destructores salvajes que disfrutan de verte desesperar; dos, Kaito era capaz de enojarse a niveles alarmantes y tres, la harina cernida podía convertirse en explosivo en manos equivocadas (finas, pequeñas y salvajes manos equivocadas)…

Si cuidar a un niño es malo cuidar a Kaito era peor, nunca sabias con qué tontería te saldría…

"Yuma, me caí de las escaleras" Unas escaleras de tres escalones.

"Creo que me quebré la muñeca", ah, pero el señorito quería aprender a andar en bicicleta, ¿no?

"Yo…eh… rompí la televisión" ¿Cómo putas le hizo? Esa cosa era enorme, y pesada.

"La receta decía dos horas…" ¡Dos horas a 150°C no a 1500°C!

Y ahora como zombie es muchísimo peor.

Como no siente dolor anda por ahí caminando a lo imbécil, golpeándose contra todo (parece hecho adrede); un día, tenía que buscar un buen lugar donde dejar la batería para que cargara y el único que encontré fue el techo de un edificio de veinte pisos (maldito sol, malditas nubes), primero me desconectaba antes de dejar que Kaito subiera ahí, eran escaleras además, tardaría todo un día en subirlas, así que me decidí a ir solo, en lo que fui y regrese, no más de diez minutos, me encontré con Kaito, desmadejado en el piso recargado en un trozo de pared, con rasguños en la cara, una cortada en el abdomen y una tubería clavada en la pierna izquierda…

¿Pues qué demonios hizo?

Obviamente aun ignoro que habrá hecho para acabar así de herido. Y a mí me toco curarlo.

Aparte de la torpeza zombie también hay muchas en su nueva "condición" que debo cuidar. La temperatura es un engorro, debe ser lo suficientemente fresca como para que no se pudra tan rápido, lo suficientemente cálida como para que no se congele.

El maldito sol también es un engorro. Debo protegerlo de este. Acelera el proceso de putrefacción, y si ya Kaito da asco, no me lo quiero imaginar aún más podrido.

Y los malditos cuervos ¡Creí que esas cosas ya se habían extinguido! Y ni hablar de todas las demás aves rapaces. Todos los demás animales se alejan al vernos sólo esas malditas comienzan a perseguirnos y Kaito, siendo como es, se sigue arrastrando a su misma pachorruda velocidad aun y cuando tiene dos picoteándole el cabello y otras diez detrás de él, y al final tengo que cargarlo y empezar a correr perseguido por treinta de esas cosas.

Y el agua, nunca creí odiar tanto la lluvia. Estúpidos zombies con su puto proceso de putrefacción.

Nada de sol, nada de agua, nada de temperaturas extremas, ¿Qué soy una máquina del clima?

Aunque hay algo que debo agradecer, la ropa. Oh bendita ropa hecha por ángeles tecnológicos.

Me ayuda a controlar su temperatura, a obtener algo de electricidad extra, lo mantiene seco y gracias al ridículo abrigo que Kaito insistía en usar no debo preocuparme tanto por el sol pues la gloriosa prenda lo cubre desde el cuello hasta casi los tobillos. La cabeza se la cubro con la bufanda, si, esa bufanda ridículamente larga de la que yo me burlaba tanto, esa misma. Ahora casi podría construirle un altar.

Sólo que, gracias a esa "hiperactividad salvaje" que le da al sentir cerca algo que tenga pulso, he tenido que agregarle correas por todos lados, cocidas precariamente a lo largo de toda su ropa. En sus brazos, sus muñecas, piernas, la bufanda sirve como correa (si, como un perro) y también para cubrir su boca.

En cualquier otra situación eso sería algo muy… perturbante (malditos humanos con sus fetiches raros), pero aquí, es algo desesperadamente práctico. Solo lo sostengo con fuerza y listo, Kaito solo forcejea y gruñe pero al cabo de un rato se cansa y vuelve a esa actitud medio lela.

Otra cosa es la comida. Me niego a dejar que valla por ahí intentando comerse a alguien, peor aún: algo. Así que cuando veo que anda muy frenético con sus gruñidos y comienza a morderse las manos voy y le consigo algo de carne podrida (lo mejor que puedes conseguir ahora) en algún supermercado. Cuando no hay ni eso, uso la impresora, pero solo en ocasiones especiales. Y ya si no hay nada (la impresora a veces falla), pruebo mis habilidades como cazador con esos malditos cuervos que nos siguen, es algo complicado hacerlo con una katana, mientras al mismo tiempo intentas cuidar que tu protegido zombie no haga otra tarugada, como arrancarse el brazo a mordiscos.

Debería enorgullecerme. Hace casi un año que Kaito se convirtió y, exceptuando el olor, podría pasar por un chico adicto, insomne y con algún retraso mental. Lo que es mucho mejor de cómo se ven todos lo demás zombies, al menos él tiene todos sus miembros.

La piel más que podrida se le ve pálida, aunque en algunas partes de su espalda ha empezado a obscurecerse, si se ignoraran el montón de cicatrices cocidas de mal modo aún se vería algo bien.

El cabello aunque despeinado y sucio aún se mantiene en su sitio, al igual que sus dientes y su nariz. Tiene una pequeña mordida en su oreja izquierda pero los largos mechones de su cabello lo ocultan… tal vez demasiado, debería cortárselo un día de estos.

Su cara en si… bueno, siempre tuvo cara de ingenuo, ahora es de idiota, no noto tanta diferencia. Sólo los ojos blancuzcos y vidriosos. La bufanda se encarga de ocultar su primera y más grande cicatriz como zombie, aquella que su amiguita le dejo al lanzársele encima, en el cuello.

Siempre camina encorvado y a un paso pachorrudo, como un anciano con muchos años encima. Y gruñe o hace sonidos muertos a cada rato, sólo babea cuando nota algo vivo cerca y suelta mordidas cuando esta frenético.

Si, realmente no se ve tan mal. Creo que he hecho un buen trabajo. Cualquiera que lo viera pensaría que tiene solo un mes de convertido.

Sabes que hay algo malo en tu artificial vida cuando te enorgulleces de lo bien que se ve tu zombie protegido…

Y ahora, henos aquí, en el jodido apocalipsis zombie, sin ningún lugar a donde ir, con las probabilidades en nuestra contra, pudriéndonos en el caso de Kaito y oxidándonos en el mío (mi pierna no hacia ese leve rechinido antes). Y el puto futuro parece cerrarnos la puerta en la cara mientras ríe.

¿Y ahora qué? ¿Qué hago? ¿Me resigno? ¿Lo mato? ¿Lo abandono? ¿Me desconecto? ¿Qué?

...

N. A.: ¿Que les parecio? Antes que digan algo, esto esta guardado en la computadora con el nombre de "Fumado", ya sabran que esperar si es que me digno a continuar esta pendejadita XD No malentiendan, le tengo amor y todo... pero aparte de la vida de Kaito antes de "eso" y varias escenas de esos dos ahora no tengo mucho más. Quien sabe, tal vez una de estas noches se me ocurre algo X)

Ven ese sexy boton de Rewievs? No se resistan, yo sé que quieren presionarlo y mandarme un comentario con tomatazos, maldiciones, opiniones, criticas, consejos, sangre de virgenes, su alma...