LA VIDA QUE NO CONOCÍ
Disclaimer: Yugioh no me pertenece, todos los personajes son propiedad Kazuki Takahasi.
Capítulo 1
Kaiba Corp, una compañía de gran importancia en Ciudad Domino y en todo el mundo, debido a sus avances tecnológicos en cuanto a realidad virtual se refiere, así como también se le atribuye la invención de la sofisticada visión sólida, las cuales no sólo han figurado en los videojuegos, sino que también esta tecnología es de gran utilidad en distintos campos: la medicina, la investigación espacial, la industria petrolera, la arquitectura, etc.
Todo esto gracias a la inteligencia y tenacidad del CEO de dicha Cía., Seto Kaiba, un hombre que desde una edad temprana ha trabajado arduamente para hacer de su compañía la mejor. En un principio la había tomado como una forma de sobrevivencia para él, y más que nada para su hermano menor, Mokuba.
La infancia de ellos dos fue muy dura, sufriendo orfandad y después el maltrato de su padre adoptivo, un hombre cruel y sin escrúpulos que nunca imaginó que sería vencido por un adolescente y que le arrebató su empresa a la mala y de forma muy humillante, Gozaburo Kaiba ante tal hecho se suicidó, quedando Seto a la cabeza por ser el accionista mayoritario. Ante este escenario, Seto decide reformar la compañía y la transforma para que la misma estuviera presente hasta en la sopa.
Eso sí, el precio que tuvo que pagar Seto fue muy alto, ya que sacrificó varias etapas de su vida para lograr sus objetivos, también tuvo que fortalecer su carácter, convirtiéndose en una persona fría, solitaria por convicción, arrogante, desconfiada, adicta al trabajo, entre otras "cualidades" .
Era un día normal en KC, Seto se encontraba en su oficina trabajando hasta que fue interrumpido por Mokuba, quien tenía la necesidad de hablar con su hermano mayor.
—Hola Seto, ¿Tienes un minuto?—Dijo su hermano menor con actitud decidida.
—¿Qué pasa Mokuba?—Seto dejó de pulsar el teclado de su computadora por un momento y posó su mirada en su hermano, era el único que tenía permitido interrumpirlo, por ello no le molestaba en lo absoluto.
—Necesito decirte algo, espero no te molestes conmigo—Mokuba bajó un poco su mirada y en su rostro enmarcaba una visible nostalgia y algo de incertidumbre.
—Adelante, ¿Qué me quieres decir?—Seto lo miró de forma analítica.
—He estado pensando mucho sobre mi futuro, y ya tomé una decisión y quiero saber tu opinión; no quiero quedarme en Kaiba Corp, quiero estudiar ingeniería automotriz y fundar mi propia empresa—. Mokuba respiraba algo agitado y las rodillas le temblaban.
—¿Y cuál es el problema?—El castaño lo tomó de forma muy natural, sin saber que se le avecina una encrucijada, mientras tanto tomó algunas hojas que tenía apiladas en su escritorio para leerlas y firmarlas—.Tú eres tan capaz como yo, así que no te será difícil cumplir con tus funciones de vicepresidente cuando tengas tiempo libre o vacaciones, no te preocupes por eso.
—Es que… aún no término… no quiero estudiar aquí, quiero irme a Europa, sobre todo a Italia y Alemania—. Esta vez Mokuba agachó un poco la cabeza y su flequillo le cubría sus ojos azul grisáceo.
—Y yo aún no veo ningún problema con eso, es bueno que pienses así, tienes que volverte independiente algún día, sabes que depender de los demás es una señal de debilidad, aunque ya te he dicho que estoy aquí para apoyarte en todo, y también puedo ser tu socio para desarrollar juntos tecnología de punta para tus autos.
—Sí, te lo agradezco hermano, pero si hay un problema, me preocupas y mucho Seto—. Mokuba tenía el semblante serio y a la vez angustiado.
—Explícate, te he dicho también que por mí no te preocupes, no me afecta estar sólo—. Seto afiló la mirada, sabía de antemano que su hermanito insistiría hasta no estar satisfecho.
Aquí venía lo más difícil para Mokuba, el tratar de convencerlo que no todo en la vida es trabajar sin descanso.
—Seto, me preocupa Kaiba Corp también, ¿Quién se hará cargo después, no crees que estarías trabajando en vano?, yo quiero ocuparme de mi futura empresa porque es lo que más me gusta, no seré feliz si me quedo en KC.
Al escuchar eso, Seto dejó caer las hojas en su escritorio, ya se imaginaba un poco para donde iban los argumentos de su hermano, pero no pensó que se lo plantearía así, tan maduro y ecuánime que lo hizo pensar en lo que le había dicho.
—Mmm, déjame divinar: ¿Quieres qué consiga novia, me case con ella y te de sobrinos verdad?—Seto bajó un poco el rostro y sonrió de medio lado, y se le salió una pequeña carcajada—, discúlpame pero no, no haré eso, olvídalo Mokuba—, dijo eso esta vez ya muy serio, como siempre.
—Pero Seto…
—No insistas, pídeme lo que quieras menos eso, antes preferiría creer en todas las patrañas y trucos de Yugi Muto y compañía, bueno, eso tampoco.
—Perfecto, entonces me quedo en KC—, le dijo el pequeño Moki enarcando una ceja y empuñando sus manos visiblemente molesto, el chico podía ser condescendiente pero también tenía su carácter.
—Basta Mokuba, no te metas en mis asuntos, yo sabré resolver ese pequeño inconveniente—le dijo ya muy exasperado.
—Tú tampoco te metas en mis decisiones Seto, me quedare aquí y no lo mencionaré más.
Mokuba tenía una carta boca abajo, el chantaje, sabía que esa era la única debilidad de su hermano, y que haría cualquier cosa para verlo feliz, ante eso Seto no tenía ninguna carta fuerte ni tampoco mágicas y de trampa, estaba totalmente expuesto.
—Mokuba, yo no estoy hecho para esas cosas, una mujer sólo me daría problemas, me reprocharía todo el tiempo que la dejo sola, que KC es más importante que ella, que abandono a los niños, etc.
—Eso no sucedería si eliges a la indicada, además siempre he soñado con tener sobrinos y sobrinas para enseñarles todo lo que sé. ¿No te da curiosidad saber cómo serían, y lo qué podrían hacer para preservar nuestro legado?, o ¿Le confiarías a alguien más esa proeza?
El silencio se hizo presente en la pequeña reunión de los hermanos Kaiba, una vez más Mokuba había ganado en su turno.
—Bien, ¿Y qué sugieres entonces?, yo no tengo tiempo para salir a fiestas y antros, y tampoco paciencia para esas tonterías del romance, y menos para citas.
—Bueno, eso puede solucionarse muy fácilmente, tenemos muchas conocidas.
—Espera Mokuba, ¿Hablas en serio?, ¿Yo con la cacatúa de Mazaki?, no gracias.
—No tiene que ser ella, no es la única que conocemos.
—Jeje, ¿Me emparentarás con Wheeler, eh?, ni muerto Mokuba.
—Si no quieres no, elije a otra entonces, ¿Qué tal Ishizu?
—Mmm, puede ser, aunque: Imagínate nuestras peleas: Me recordaría el pasado en todo momento, no se le escaparía nada; y la verdad me aburre con sus cuentos de hadas.
—Seto, niégame que ella es muy atractiva e inteligente.
—Sí, si ya lo sé, no estoy ciego.
—¡Hermano!, estas aceptando que te gusta—.Dijo el menor con toda su adolescencia presente, la cual lo hacía cambiar de estado de ánimo sin previo aviso.
—Oye, no te ilusiones—, Seto rodó sus ojos azules—, tengo veinte años, todavía soy muy joven para casarme.
—Seto estas en la edad ideal, si yo fuera tú que no haría.
—¡Mokuba!, más respeto.
—Sabes que es la verdad hermano, y no eres ciego para no estar consciente de los atributos que traes encima.
—Hump, ¿Qué voy a hacer contigo niño?, ¿Por qué no te buscas una novia y olvídate de mí?
—Ay Seto, primero me dices niño y luego que busque una cuñada para ti, y eso que el incongruente soy yo. Aunque no es mala idea, lo difícil es escoger sólo a una—. Seto miró a su hermano menor bastante serio pero no le dijo nada—. Perdón hermano—, dijo Mokuba muy apenado.
—Como sea, déjame pensarlo y para la cena ya tendré una respuesta sobre eso, pero no te prometo nada—.El castaño continuo redactando en su laptop como si nada, se estaba tomando la situación como si fuera a emprender un nuevo negocio, analizando si le convenía invertir o no, porque para él aun no nacía la mujer capaz de construir un imperio en su corazón, y quizás tenía algo de razón, con ese carácter cualquiera huiría de inmediato.
"Jojojo, hermanito si supieras que desde hace tiempo me comunico con ella, aun eres muy inocente, pero no es tan mala tú idea".—Pensó muy divertido el castaño, y es que él estaba consciente que siendo hombre algún día sentiría atracción por una mujer; para Seto él amor y todos esos sentimientos surgían como una respuesta evolutiva y de supervivencia, ya que según su lógica sin esas "mentiras tan fantasiosas" nadie confiaría su intimidad a alguien más y por consiguiente la humanidad desaparecería.
—¡Qué bien! Hermano, veras que no te arrepentirás, por fin nuestra familia será un poco más numerosa, bueno me voy para que sigas trabajando—, a Mokuba se le iluminó el rostro de tanta felicidad, su sonrisa era para enternecer a quien sea.
La hora que tanto esperaba Mokuba llegó, él y seto se sentaron a cenar.
—¿Y qué decidiste hermano?, dime que tengo razón por favor—, dijo el pelinegro juntando sus manos como si fuese a rezar.
—La tienes Mokuba—dijo escuetamente el castaño
—¡Síiiii, eres genial Seto!
—Cálmate, aún falta la opinión de ella, sabes que es demasiado independiente.
—Aceptará, estoy seguro hermano, ella es muy inteligente y pienso que es similar a ti en varios aspectos, con sus diferencias claro está, además es muy fuerte.
—Mañana saldré de viaje, necesito que estés al pendiente de KC Mokuba—, le dijo esto antes de meterse el tenedor a su boca.
—¿En serio? ¿Y a dónde?, claro yo haré eso por ti, pero por favor inténtalo con Ishizu.
—Lo sabrás después, no comas ancias. Y en cuanto a eso último, no debes ilusionarte demasiado, es algo complicado, lo entenderás en un par de años más.
—Ay Seto me dejas igual que esta mañana—El Kaiba menor hizo un puchero y prefirió continuar degustando su cena.
Al día siguiente, Seto se levantó temprano como siempre, y le pidió a la servidumbre que le hicieran una maleta, escogió algunos trajes y los dejó encima de su cama; ya había terminado con algunos pendientes de la compañía la noche anterior, así que se despidió de Mokuba y se montó en su jet privado en forma de dragón blanco ojiazul.
—Aquí Seto Kaiba, me dirijo al Cairo, Egipto—, dijo el castaño por el comunicador de diadema.
Y mientras uno abandonaba Domino City, otro arribaba a la misma; Yugi Mouto, el Rey de los juegos, quien estuvo en Alemania varios meses, participando en un concurso de diseño de juegos, por supuesto ganó el primer lugar y muchas empresas importantes en el rubro de los juegos le darían el patrocinio como premio, sólo que estas compañías carecían de los adelantos tecnológicos necesarios para su diseño (por mucho dinero que invirtieran, se tardarían bastante tiempo en desarrollarlo, es decir, el problema no era de índole financiero), y el único que podía solucionar ese pequeño detalle era Seto Kaiba. Debido a ello había regresado, para convencer al CEO de que lo patrocinara. Estaba totalmente seguro que Kaiba Corp y toda su vanguardia tecnológica desarrollaría su juego perfectamente y dejaría de ser sólo un prototipo.
Además, Yugi ya había contraído matrimonio con Anzu, sólo sus amigos más cercanos sabían de ese acontecimiento; así que necesitaba más que nunca llevar a cabo su proyecto para sacarlo al mercado lo más pronto posible y quien sabe, también podría llegar a ser socio de Kaiba.
Hacía cuatro años que se había separado de su alter ego, el duelo ceremonial había tenido un final inesperado, se dio un empate, por lo tanto Atem, se había quedado en el mundo de los mortales pero con su propio cuerpo. Atem decidió vivir unos cuantos años en Egipto, su pretexto ideal era que necesitaba estudiar su pasado y la vasta cultura de la civilización egipcia porque era algo que le fascinaba, pero la verdadera razón era que sentía una atracción prohibida por Anzu, por supuesto él todo el tiempo la ignoraba y le daba trato de amigos y nada más, pero decidió alejarse antes de que esa atracción se transformará en algo más complejo, temía que su relación de hermandad con su aibou se viera afectada, él más que nadie sabía que Yugui amaba a Anzu en secreto. Obviamente Yugui no sabía nada sobre eso, a pesar de compartir su mente con Atem, quien sabe como pero este último logró mantener a raya esa situación.
El matrimonio Muto tomó un taxi que les llevara a la casa donde Yugui creció para hacerle compañía a su abuelito, ya que su madre se había ido a vivir al extranjero con su padre cuando se casó con Anzu.
—Oye Yugui, cariño, me siento un tanto nerviosa, Qué crees qué te diga Kaiba?
—No te preocupes nena, todo saldrá bien, Kaiba es una persona difícil pero te aseguro que en el fondo es un gatito indefenso. — Dijo a su esposa mientras pasaba su brazo detrás de su espalda para abrazarla tiernamente y darle un dulce beso en la boca.
—Gatito?, más bien una fiera, es un engreído petulante.
—OK no, Kaiba es Kaiba, pero sabemos que es un tipo visionario, para él no existen los límites, lo único importante para él es revolucionar su tecnología y los juegos. Estoy seguro que mi diseño llamará su atención.
—Tienes razón, realmente el juego que inventaste es excelente y muy entretenido, estoy muy orgullosa de ti. — Esta vez Anzu le dio un beso a su esposo, además de compartir sonrisas en el asiento trasero del vehículo donde viajaban.
—Sabes de que tengo ganas nena?, de ver a nuestros amigos y mostrarles mi juego, también quisiera ver de nuevo a Atem, quien sabe cuando regrese de Egipto.
—Sí, yo también tengo ganas de saludarlos, y bueno con Atem tienes video llamadas casi a diario.
—Sí pero no es lo mismo, tiene que ver mucho por los lazos que compartimos.
—Cierto, ustedes son algo así como hermanos gemelos, es normal que sientas eso.
Anzu y Yugui llegaron a casa de su abuelo, platicaron sobre su estancia en Alemania por largo rato, más tarde cenaron y siguieron charlando los tres. Después levantaron la mesa y los muchachos lavaron los trastes.
Después de realizar las labores domésticas, Yugui y Anzu se fueron al cuarto que fue el dormitorio del tricolor desde muy niño.
Una vez que el chico cerró la puerta tomó a su esposa por la cintura y comenzó a besarla lentamente y a pegar su cuerpo al de ella, la pasión comenzaba a crecer y Yugui acostó a Anzu en su cama quedando encima de ella. Ambos gemían quedito, disfrutando el momento. El tricolor besaba el cuello de la ojiazul como si saboreara un helado, al mismo tiempo desabotonaba su blusa de seda color rosa, le hizo a un lado las copas del brassier para succionar los voluptuosos senos de su esposa, mientras tanto ella abrió el cierre de su pantalón para tocar el miembro erecto de su marido, al sentir esto Yugui se levantó un momento y rápidamente desabrochó su cinturón y se quitó pantalones y bóxer, además terminó de desnudarla también, la chica le quitó la camisa, una vez hecho esto el tricolor retomo su labor, ella estrujaba fuertemente la espalda de él, la cual ya era más ancha, de hecho Yugui había crecido bastante, media 1.72 de estatura.
Anzu suspiraba, con una mezcla de sentimientos muy profundos y placer, y le susurró al oído: — Te amo Yugui, así, más, no pares por favor,ahhhh…
Esta declaración hizo que Yugui sintiera una enorme excitación, él se movía encima de ella cada vez más rápido, apenas y logró contestarle que él también la amaba, su respiración estaba totalmente agitada.
—Yo… también te amo…siempre…te…ahhhh…he amado.
Así continuaron por varios minutos más, manteniendo el ritmo de sus cuerpos, hasta que de un momento ella arqueo su espalda, y después él también llegó al cielo.
Después de eso se quedaron dormidos, unos veinte minutos después, Yugui despertó y le puso el camisón de dormir a su esposa, la colocó en su pecho para abrazarla y poder descansar.
Seto Kaiba se encontraba en Egipto, desde que llegó se fue a visitar a Ishizu Ishtar.
Flas back
Seto aterrizó su jet en un ángar que mandó a construir, ya sus guardaespaldas lo esperaban en un Porsche color blanco, se subió y dio la orden para que lo llevaran a casa de Ishizu.
Su chofer estacionó el auto y Seto bajó, tocó el timbre, esperó un momento y la puerta se abrió. Ahí estaba ella, un poco sorprendida por la presencia del castaño.
—Hola, no esperaba verte por aquí.
—Sí, he estado muy ocupado. Tienes algo que hacer en este momento?
—Entiendo, y… no, en este momento estoy desocupada, pero pasa por favor. —La egipcia abrió más la puerta y lo invitó a pasar con un ademán muy sútil.
—En realidad vengo por ti, te invito a dar un paseo, te espero aquí afuera.
—Ok, me cambiare, no tardo.
—Bien. —Contestó escuetamente el CEO.
Ishizu se encontraba lista para su cita o lo que fuera con Seto, el chico ya estaba sentado al volante, el chofer le abrió la puerta del copiloto amablemente y una vez que ella abordó cerró la puerta del lujoso automóvil.
—Y a dónde vamos? —Preguntó Ishizu mientras se colocaba el cinturón de seguridad.
—Espera y veras.
La egipcia miraba detenidamente a Seto mientras conducía, desde que lo conoció le llamó mucho la atención, quizá su personalidad no era la mejor pero eso a ella nunca le importó, jamás la logró intimidar, a veces hasta se divertía molestándolo y en cierta forma manipularlo un poco.
Y de un momento a otro puso su mano sobre la de él, la que tenía descansando en la palanca de velocidades. Él volteo y la miró a los ojos, digamos que era su forma de comunicarse.
En eso la voz del GPS le dio instrucciones a Seto de que debía doblar a la izquierda y a 400 mts. Encontraría el Zitouni, un restaurant francés muy elegante.
—Ya veo, era una sorpresa entonces?, porque si no me hubieras preguntado, ese es el único que no habíamos visitado.
—Cierto, no te había llevado a ese.
Ishizu traía puesto un vestido azul turqueza, línea A escote de corazón y transparencia en el pecho y espalda, un collar de brillantes en forma de v y aretes largos, todo se lo había regalado Seto en su cumpleaños.
—Te lo pusiste eh?, te queda bien.
—Gracias, tienes muy buen gusto.
Seto asintió satisfecho, por unos minutos ambos quedaron en silencio.
—Alguna vez te han dicho que eres muy atractivo?
—Oh, sí "muchas"… veces—Le contestó en tono juguetón y rodando un poco sus ojos.
Ella hizo un puchero, también de forma juguetona.
—Cálmate, no te pongas celosa, por obvias razones nadie me había dicho algo como eso, o por lo menos nadie se atrevió.
—Pero yo sí, y no me da miedo decirlo.
—Y no tienes porqué, yo no muerdo.
—Rasguñas— Dijo ella sonriendo.
—A ver: Me dijiste gato?—Entonces el no aguantó más y una pequeña sonrisa se formó en sus labios— Pues prefiero ser un gato y no Wheller.
—Nunca dejarás de odiarlo, cierto?
—No, por el momento.
—Ok, sé que soy buena pero no hago milagros.
—Sabías lo bella que eres? —Cambió un poco el tema de conversación.
—No, pero ahora que me lo dices veo que sí.
—Deja de ser tan modesta por favor— Le dijo Seto en tono sarcástico.
—No, en serio, recuerda que yo viví encerrada casi toda mi vida.
—Cierto, lo olvidé, no quise decir…
—No te preocupes—lo interrumpió—, a veces es mejor olvidar algunas cosas.
—Llegamos—Anunció el CEO.
Seto aparcó el auto, bajó y fue a abrir la puerta del copiloto para ayudar a Ishizu a bajar, después le entregó las llaves al vallet parking.
Entraron al lugar y uno de los empleados los guio a su mesa, Seto ayudó a Ishizu a sentarse y el camarero les dio la carta.
—Qué se te antoja comer? —Preguntó el CEO
—Pediré lo más parecido a ti, un coq au vin
—Gallo al vino?, En serio crees que me has conquistado?
—Bueno, no hay un platillo que se llame dragón o algo parecido, además, no estaríamos aquí si no, te resististe tanto pero al final…
—Bueno lo declaro un empate, yo te gane en aquel duelo.
—"Sí, Señor no hablemos más del pasado" —La egipcia rodó un poco los ojos.
—No pero estuviste muy bien, casi me ganabas, y es todo. Qué quieres de postre?
—Que petulante eres Seto Kaiba. Y me gustaría de postre unos macarrones con relleno de ganache de moras azules.
—Bien, y el vino?
—Qué te parece un borgoña—Ishizu miraba a Seto de manera sexy.
Seto asintió en respuesta, él también la miraba de forma especial, de hecho no podía dejar de hacerlo, sentía una especie de desesperación que obviamente no le costó ni una pizca disimular, su corazón latía acelerado, realmente todavía no asimilaba como fue que llegó a enamorarse de ella, antes no lo aceptaba pero no se iba a permitir estar sufriendo por una nimiedad que fácilmente podía resolver. Y claro, se sentía completamente realizado, exitoso en el plano profesional y personal, en resumen mucho más poderoso.
Continuaron conversando un poco más y unos minutos más tarde la comida llegó a su mesa. Empezaron a degustar sus platillos y se miraban para comunicarse en silencio, había muy buena química entre ellos. Lo cierto es que nunca se hablaban por teléfono, preferían esperar a estar juntos para platicar porque tenían la sensación que después en persona no tendrían tema novedoso de conversación. Obviamente se extrañaban muchísimo porque en ocasiones Seto tardaba hasta cuatro meses en ir a verla hasta Egipto, su trabajo no le permitía estar tan seguido por esas tierras y por supuesto ella lo entendía perfectamente.
Terminaron su comida y salieron del restaurant, Seto la llevaría a dar un paseo a la costa mediterránea de Egipto, específicamente a las playas de Marsa Matruh, Ishizu no lo sabía pero pronto se daría cuenta.
—Nos estamos alejando de la ciudad, a dónde me llevas Seto Kaiba? —Ishizu le dijo esto afilando la mirada.
—Ya veras, espera un poco más.
Cuando ella comenzó a ver el mar comprendió a donde la llevaba el castaño, y una extraña incomodidad se hizo presente en ella porque sabía que ese lugar era solitario, pero no quería hacer sentir mal al CEO.
—Sucede algo? —Cuestionó el chico.
—No, pero… Para qué quieres que estemos a solas?
—Oh, eso… cálmate, nunca te obligaría a hacer algo que no quieres, es sólo que quiero conocer ese lugar contigo a mi lado, supe que tiene una vista espectacular, muy parecido al mar Caribe y libre de construcciones.
—Entiendo, y la verdad es que yo tampoco conozco ese lugar. Puedo? —Dijo la chica mientras presionaba un botón del equipo de sonido del auto.
Seto asintió sin problemas.
—Hoy estas de muy buen humor, bueno veamos qué encuentro en la radio.
Comenzó a sonar una canción muy moderna, con un ritmo fresco y una mezcla muy singular de pop y electrónica, muy europeo eso sí. Además daba la sensación de estar en una playa
Únicos
Mira cuántas cosas peculiares
Las rosas del desierto
También en los balcones
La historia ha dado ya
Las frases más brillantes
La ciencia avanzará
Más no sabe de amores
Mira los milagros que hay delante
La vida en un "hard disc"
Memoria de elefante
Comparten la ciudad
Diversidad de gentes
Y un beso cruzará
Diversos continentes…
—La vida en un hard disc, eh? Una frase muy interesante—Comentó Kaiba mientras hacía el ademán de tocar la batería palmeando el volante siguiendo el ritmo de la canción.
—Sí. Y ciertamente un beso puede cruzar diversos continentes, una frase muy verdadera—Le contestó Ishizu mirándolo y sonriéndole.
Y hay un invierno latiendo en Hawai
Nuestros héroes huyeron
No hay otros como tú y yo
No los verán jamás
Somos únicos, únicos, los únicos
Aunque sé que no lo sabe nadie
Somos únicos, únicos, los únicos
Tú y yo, amor en primer plano
Haz la maleta y salgamos de aquí
Mira la belleza de la noche
Al menos naceremos
Otro millón de veces
La posibilidad
Estará siempre contigo
El tiempo te dirá
Que el primero está solo
Fuimos navegando hasta la luna
A hacer la foto que
Miraremos en casa
Alguno ha dicho que
Ya estaba todo dicho
Pero cambió de idea
Muriendo en un abrazo
Y hay un recuerdo que no se nos va
O la calle quedó a la mitad
Dos como tú y yo
No los verán jamás
Somos únicos, únicos, los únicos
Aunque sé que no lo sabe nadie
Somos únicos, únicos, los únicos
Tú y yo, amor en primer plano
Haz la maleta y salgamos, únicos, únicos
Amor en primer plano
Mira cuántas cosas peculiares
Hay agua en el desierto
Y arena por los mares
Ninguna novedad
Sobre esta madre Tierra
Porque encontrarte es ya
La mayor recompensa
Somos únicos, únicos, los únicos
Aunque sé que no lo sabe nadie
Somos únicos, únicos, los únicos
Tú y yo, amor en primer plano
Haz la maleta y salgamos de aquí
Únicos, únicos, únicos, únicos
De aquí
Únicos, únicos, únicos, únicos
Compositores: Filippo Nevani / Andrea Bonomo / Luca Chiaravali
Letra de Únicos © Warner/Chappell Music, Inc
—Qué te pareció?, a mí me gustó—Dijo Ishizu
—No sé nada de música ni me gusta… pero no está mal. —Le contestó Kaiba con la seriedad que lo caracteriza.
Seto e IShizu llegaron a la playa y realmente les pareció excelente, el paisaje era inigualable. Seto paró el coche lo más cercano al mar, bajó de su auto y se quitó su gabardina de color negro y se quedó sólo con su camiseta de cuello alto color blanca y pantalones de vestir blancos (Le cambié un poco su look porque en Egipto hay mucho calor). Abrió la puerta de Ishizu y nuevamente la ayudó a bajar, la tomó de la cintura para subirla al cofre del auto y así quedara a su altura. Después puso sus manos suavemente en sus hombros y le conectó un beso dulce pero muy apasionado. La egipcia puso sus brazos alrededor de su cuello y acariciaba el cabello y la nuca de Seto. La respiración de ambos era rápida y entrecortada, sus corazones latían desesperados y un sentimiento muy fuerte los invadía. Ella recorría su espalda con las yemas de sus dedos, después se aventuró a acariciar sus fuertes bíceps y sus pectorales. Por su parte el castaño acariciaba el cabello azabache de la chica y sus pómulos, deseaba con toda su alma ir más allá pero sabía que ella no se lo permitiría.
Él dejó de besarla un momento para decirle algo.
—Te extrañé, no tienes idea cuanto—Le bisbisó el CEO
—Yo también—Le respondió la chica suspirando.
Seto siguió besándola por largo rato, hasta que llegó un momento en que necesitó parar, bajó a Ishizu del cofre y se fueron a sentar al asiento trasero del auto, él recostó un poco su espalda en el pecho de la egipcia y cerró sus ojos en cuanto ella comenzó a acariciar su rostro y a darle mimos, el castaño estaba totalmente relajado y en paz.
—Y mi primo, Cómo está?
—Atem se encuentra bien y trabajando mucho.
—No te ha dicho cuando regresa a Japón?
—No, al parecer piensa quedarse más tiempo aquí para seguir…
—Aún no la olvida, cierto?, que débil y patético es. —Le interrumpió Seto.
—Espera, como sabes…
—Soy antisocial, no estúpido.
—Te tomaste la molestia de investigar, cierto?
—Oh, por favor Ishizu, era obvio como la miraba y como disimulaba después, me di cuenta mucho antes que él de lo que sentía por esa niña boba, ni parece mi primo, es tan imbécil.
—Su situación era complicada y lo sabes.
—Debió pelear por ella, además siempre supe que Mazaki no le era indiferente.
—En realidad creo que ya lo superó, ya no se levanta con la vista roja como cuando llegó aquí.
—Tenía que hacerlo, puesto que su amor prohibido ya se casó o al menos es lo que supe. Cómo lo tomó?
—Sí que te enteras de todo, pero no lo sé, reaccionó normal y hasta les mandó un regalo, mm… Realmente no sé qué sienta actualmente por ella. Mejor cambiemos de tema, puedo preguntarte algo?
—Qué quieres saber? —Le respondió Seto.
—Porqué cambiaste de opinión con respecto a mí?, Qué te animó a caer en las mieles del amor?, siempre supe que eres desconfiado y frío.
—Porque no quiero ser como mi padrastro, yo soy alguien distinto y pienso que no es suficiente crecer como empresario, mi vida personal también cuenta. Antes era algo que no me importaba pero ya he crecido y mi perspectiva cambió.
—La vida es muy subjetiva, y Mokuba nunca te ha preguntado qué piensas hacer con tu vida personal?
—Sí, ya lo hizo de hecho, pero todavía no le he dicho que salimos, quiero sorprenderlo. Tomé esta decisión precisamente pensando en él también. Mokuba es feliz si yo lo soy. Bueno, él quiere ser tío, quiero darle esa alegría algún día, porque todavía es muy niño para estar pensando en hijos.
—Temes que pueda arruinar su vida?
—Sí, Mokuba quiere irse a Alemania y a Italia a estudiar ingeniería automotriz, no podré estar cerca de él todo el tiempo ni tampoco me parece justo tenerlo vigilado y no creo que eso me sirva de mucho porque él es muy inteligente pero demasiado emocional.
—Entiendo, Y Por qué me elegiste a mí?
—Porque para mí eres la mujer perfecta, contigo me siento identificado y comprendido. Eres inteligente y muy bella. Ahora, Por qué te enamoraste de mí y no de alguien más?
—Porque eres un buen hombre a pesar de tu forma de ser, eres atractivo e inteligente, serio, seguro de ti mismo, fuerte y tienes buen corazón.
—Oh claro, ese soy yo—Le dijo el castaño muy orgulloso.
—Y también engreído.
—Oye, ibas muy bien.
Ahora Ishizu era quien comenzaba a besar al CEO, el castaño se incorporó un poco y se sentó al lado de ella sin dejar de besarla y cruzó sus piernas de forma muy elegante, pasó uno de sus brazos detrás de la espalda de la chica egipcia y con su mano libre acarició su rostro, mientras tanto ella enredó sus finos dedos en el cabello de Seto. Ambos disfrutaban de ese beso pero el chico siempre mantenía su distancia por respeto a Ishizu. Sus corazones volvían a latir fuertemente, y más porque sabían que pronto tendrían que despedirse. Siguieron besándose algunos minutos más, hasta que Seto se separó de ella porque era consciente de que la deseaba demasiado.
—Debemos irnos, te llevaré a tu casa.
—Aun estás conmigo y ya comienzo a extrañarte, dime que no te iras hoy mismo por favor.
—En serio quieres que me quede un poco más?
—Sí, al menos hasta mañana por favor.
—Y por qué no vienes conmigo, para qué esperar más, o tienes miedo? —Dijo Seto mientras le dedicaba una pequeña sonrisa cínica.
—Yo… me encantaría, pero no puedo hacerle eso a Marik—Ishizu agachó la mirada.
—Miedosa, bueno, qué te parece si salimos hoy por la noche?
—Así que eres un gatito nocturno, me parece buena idea, a dónde me llevarías?
—Tal vez a cenar y después a donde quieras, tú eliges. —Le respondió Kaiba.
—Perfecto, ya pensaré a donde, sé que no te echaras para atrás. Pues vámonos, son las cinco p.m.
CONTINUARÁ…
