Beautiful lie that killer me
Sumary:
By: nEtSiRk!
Disclaimer: los personajes le pertenecen a Masashi, la trama es sacada de mi retorcida mente je'.
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Flashback
—Sakura por favor abróchate el cinturón de seguridad—la aludida rodó los ojos a forma de cansancio. Tenía varios minutos donde no la dejaba de fregar con lo mismo.
— ¡shhh! Déjame disfrutar el momento— el piloto que hasta el momento guardaba silencio decidió intervino dándole la razón a la otra chica.
—Estoy de acuerdo con Alice, tu cuerpo no es muy rápido en digerir la morfina—Sakura miro en dirección a la carretera, las luces tenues daban un aspecto solitario a la carretera donde iban transitando. En estos momentos la carretera no era muy transitada a excepción de los vehículos de carga.
Habían ido de parranda a Tennessee, Sakura en eso días la habían castigado por andar saliendo con un chico que no le convenía o que no les convenía a sus padres. Su madre lamentablemente había descubierto que salía son un chico que era hijo sus enemigos. Inmediatamente la habían hecho que rompiera su relación de cinco meses.
Los padres del chico eran los dueños de las industrias automotrices más famosas de los Estados Unidos, debido a la gran rivalidad que mantenían los padres no dejaron que se vieran.
Pero claro, para Sakura eso no significaba ningún problema, al contrario, le gustaba desafiar a sus padres. Regularmente no le ponían la atención adecuada, a sus quince años ellos no se preocupaban en lo más mínimo, solo interferían en casos como este.
Sakura vive en Nashville, un pequeño estado de América del norte, le apodan "Music City, U.S.A." (Ciudad de la música) ya que de ahí provienen grandes artistas, además, cuenta con una disquera de las más grandes del condado.
Su padre es un gran empresario, tiene el sesenta porciento de las acciones de la disquera más destacada, además, tiene una industria donde construyen partes de automóviles, aviones y barcos. Su madre suele ayudarle a su marido en todo lo que llegue a necesitar.
—Sakura detente por favor—la voz de Alice era más que una petición, Sakura y Alice eran mejores amigas, se habían conocido desde los tres años y se habían vuelto inseparables, por el mismo motivo estudiaban en la misma escuela.
— ¡Vamos Alice! No seas tan mojigata—y Sakura sabía cuanto le afectaban esas palabras, la diviso por el retrovisor; de sus ojos surcaban gruesas lágrimas que ella misma había provocado.
—Sakura todo esto lo tenias bien planeado. Me engañaste, esto no era una pijamada, y además, ¡mírate! No te sabes controlar—la miro con el ceño fruncido, le hartaba cuando le daba clases de cómo debía comportarse siempre era… lo mismo.
— ¡Cállate, cállate, cállate! Estoy hasta la fregada de tus malditas palabras puritanas ¿Cuándo dejaras de molestarme?—le había gritado, había sacado lo que estaba guardando desde hace tiempo y le gustaba como se sentía. Tal vez después sentiría un poco de pena pero mientras disfrutaría de la sensación que le brindaba por un momento su libertad.
— ¡Cuidado!— el sonido de un claksón y la desviación repentina del coche en el cual viajaban. Solo vio como su piloto tenia una mueca de susto, su amiga poniendo las manos junto a su pecho a modo de estar rezando y el coche dirigirse en dirección al barranco.
Sintió como su cabeza chocaba con el parabrisas, su mano azotarse continuamente con la puerta de un lado y como su pie se estaba incrustando a la palanca del coche.
De un momento a otro lo que parecían segundos se convirtió en miles de años, el coche detuvo su caída, seguramente habían tocado tierra estable. La falta de oxigeno se hizo presente el su cuerpo y el dolor constante en su cabeza se agudizo notablemente.
—Ali… Alice-chan por favor ¡ayúdame!
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—Señorita Sakura levántese por favor— una voz aturdía su sueño, le disgustaba que le molestaran cuando dormía. Solía despertarse de mal humor. Hizo caso omiso a la voz que pedía su separación con la cama.
— ¿Puedes largarte? En un momento me levanto—los ojos le pesaban de sobremanera, además, sentía mucho cansancio.
Con un gran esfuerzo me levante, camine hasta quedar enfrente del gran espejo que adornaba mi habitación y solo una palabra describía mi apariencia.
Fatal.
Me veía realmente fatal, mi cabello se encontraba enredado, tenia unas manchas negras debajo de mis ojos (ojeras) y las uñas estaban carcomidas.
Todo resultaba realmente complicado.
Tal vez el cabello tenia solución, una muy buena desenredada; las manchas debajo de mis ojos con un poco de corrector se eliminaban y las uñas con un poco de esmalte se ocultaba el daño. Pero mi cansancio no tenía ni una solución.
Últimamente tenía unos extraños sueños que me atormentaban mis horas de sueño. No recordaba en que consistían por que las imágenes eran borrosas y no lograba acomodarlas pero de algo estaba segura, y es que siempre amanecía en estas condiciones.
Alice se estaba empezando a asustar, decía que se debía a que era sonámbula pero todo se descarto cuando vino a pasar una noche conmigo. Ella me describía de una manera incontrolable: gritaba demasiado alto y cosas sin sentido, mi cuerpo se convulsionaba repetidas veces y que pedía auxilio continuamente.
Su madre tomaba unas pastillas por que padecía de insomnio, así que le robo unas pastillas para ver si causaban efecto en mí. La primera noche dio el resultado esperado, pero al siguiente día ya no.
Volví a aparecer en las mismas condiciones: ojeras, cabello enmarañado y uñas carcomidas.
Al paso que iba me quedaría sin uñas
Tome un pequeño pero rápido baño para evitar tardarme demasiado. Me vestí con el uniforme de física del colegio Un pantalón rojo pálido, una blusa de manga corta con un bordado en el lado derecho y unos tenis tipo Vans algunas chicas del colegio llevaban un short en ves del pantalón solo por enseñar un poco de pierna, taradas. Me tome asiento enfrente de mi tocador, jale el peine y proseguí con desenredar mi cabello.
Tarde diez minutos en dejarlo completamente liso, fije la vista en el peine con el cual había logrado mi cometido y pegue un brinco involuntario, el peine estaba infestado de mi cabello rosáceo que se había caído debido a la desenredada.
Mi expresión denotaba un poco de miedo que se instalaba en mi pecho, trate de guardar la calma y concentrarme en mi segundo paso para eliminar los rastros de que había pasado una mala noche nuevamente.
Pinte mis uñas de color negro, cuidando de que no se notaran que se encontraban en mal estado. Unte un poco de corrector en mis grandes y espaciosas ojeras y después difumile para que se acoplara al tono de mi piel.
Me mire una vez más comprobando de que no me veía tan mal, una vez que el resultado fue satisfactorio baje al comedor. Ahí ya se encontraba la joven Yin-chan una empleada que en esos momentos se encontraba a cargo de que los desayunos se llevaran acabo a la hora adecuada; si había alguna queja ella era la responsable.
— ¡Oh! Buenos días señorita, aquí esta su jugo de apio con naranja como a usted le gusta—asentí y bebí todo el contenido del vaso de un solo trago.
—Gracias—le dije agradecida por su labor, camine directamente a la salida donde el chofer me estaba esperando.
Hoy no íbamos a pasar por Alice, me había llamado la noche anterior diciéndome que me ahorrara mi gasolina por que su madre la llevaría al colegio.
Cuando llegue al colegio note como Alice se despedía animadamente de su madre con un beso en su mejilla. Cuando logro divisarme sus labios formaron una amplia sonrisa, corrió dirigiéndose a mi auto donde apenas se había estacionado.
—Buenos días—solo rodé los ojos a forma de saludo. Seguí mi camino sin siquiera tomarle un poco de atención a mi única y fiable amiga.
Como siempre, me siguió en silencio y aun con la sonrisa pintada en el rostro.
—Quita esa sonrisa nerd—le dije. Me había detenido y dado la vuelta encarándola de frente, ella solo agacho la cabeza a modo de disculpa pero en ningún momento dejo de sonreír.
—Te comprendo… Se que te duele—lo único que había causado su comentario era que hiciera una sonrisa… amarga. Y eso había sido un golpe duro, ella estaba muy al tanto de mi situación familiar.
Tenia envidia. Mucha.
Ella pertenecía a una familia de clase media, sus padres se había divorciado pero había sido por acuerdo mutuo. Hasta el momento, sus padres no estaban casados con ninguna persona, no habían vuelto a rehacer su vida con otras personas; frecuentaban muy seguido a Alice, mantenían una estrecha elación a pesar de que ya no vivían bajo el mismo techo. Todos los miércoles se reunían los tres para ir a un restaurante y así platicar amenamente; cualquier problema que le surgía a Alice por muy pequeño que fuera o resultase podía contar con ellos.
Todo lo contrario a mí.
Mis padre no estaban divorciados, pero no se preocupaban en lo más mínimo. Era un cero a la izquierda en esa enorme mansión, debido a todos los problemas que me embargaban me drogaba. Resultaba demasiado fácil por que gracias a las dosis que ingería podía olvidar los problemas que me embargaban.
—Me das envidia nerd—ella solo suspiro.
Sentí como entrelazaba su mano con la mía, me detuvo de un jaloncito y me miro con una sonrisa tierna.
—Sabes que te quiero ¿Verdad? Siempre vas a contar con todo mi apoyo—sus palabras me resultaban realmente reconfortantes.
Ella era la única persona con la que me llevaba en la escuela, todas las chicas me envidiaban debido a mí popularidad entre el género masculino y resultaba fastidioso tener que lidiar con las miradas recelosas que me dirigían.
La única que jamás me odiaría, envidiaría o mandara miradas recelosas era Alice.
A pesar de que le había puesto el apodo de nerd, no me odiaba, a ella le daba igual, sabia que siempre necesitaba de su apoyo.
—Te odio nerd—camine en dirección a mi casillero, ella reía a carcajadas.
— ¿Sabias que Shikamaru esta soltero?—había olvidado decir que era un poco chismosa, regularmente me cuenta los cotilegios que sucedían y que yo jamás me enteraba.
—El vago ¿No?—ella asintió, Shikamaru comparte clase de algebra en nuestro salón, era un chico sumamente flojo pero que siempre saca diez en la jodida materia.
—Admítelo estas celosa de que el siempre saca diez y tu no—su evidente manera de decir las cosas hacia que me alterara, solo quería joderme la mañana.
— ¿Enserio? Me da igual, con un maldito siete u ocho me conformo, al menos no soy una nerd—cerré mi casillero con un golpe estrepitoso, todos los presentes miraron en mi dirección con una ceja alzada.
— ¡Valla! La princesita se enojo, lastima…perra—una sonrisa fue lo único que denotó mi rostro. Ella era Temari, una chica pelirrubia con un busto abundante y unas caderas amplias pero sin pompa.
—Claro al menos no trató de imitar a cierta persona y que no ha logrado conseguir, jamás lo lograras—ella solo río por mi comentario, miro sus uñas como si fuera lo más interesante.
—Eres una corriente y barata. Aunque tus padres sean ricos—me acerqué a ella lentamente y de la nada la tome por el cuello y la empuje sobre el casillero. Emitió un quejido debido a la reacción de su cuerpo chocar con el metal.
— ¡Cállate prostituta de cuarta! Yo no me he tumbado a mas de veinte hombres… puta—la solté, vi como lentamente se deslizaba hasta dar con el suelo. Le hice una señal a Alice y no dirigimos a la primera clase.
Las siguientes horas pasaron amenamente, Alice trataba de sacar diferentes temas de ambientación, trataba de mejorar mi humor aunque fuera imposible.
— ¿Puedes callarte de una buena jodida vez?—ella dio un brinco involuntario, mi reacción había sido inesperada y ciertamente involuntaria.
—Sakura solo trataba de mejorar tu humor pero creo que no está dando el resultado esperado… mejor te dejo para que te tranquilices—pero la detuve. Nos encontrábamos en unas bancas que había en el jardín del colegio.
—Odio que me molesten todo el tiempo—Alice era la única que sabia que mi apariencia era una gran mentira. Solo había adoptado esta imagen debido a mi odio hacia mis padres.
—Sakura debes ser fuerte, aquí estoy—me recosté sobre su hombro, ella se asemejaba más a una madre, la cual siempre estaba pendiente de mi.
Tarde varios minutos en recuperar mi cordura, cuando lo logre me dirigí al estacionamiento… mi chofer ya había venido por mi.
—Espérame Sakura—Alice se levanto parloteando cosas sin importancia.
La lleve a su casa pero ella insistió en que me quedara a almorzar con ella y su madre. Era divertido comer junto con su mamá, siempre hablaba y contaba chistes, hacia faramallas con sus manos tratando de imitar a ciertas personas.
Y nunca hablaba de negocios en la mesa.
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Hola! Aquí con una nueva historia, espero y les guste.
Es merecedora de un ¿Review?
Okis bye bye
