Advertencia: Femslash/Yuri. (Si no gustan del género, omitan el fic)
Titulo: Pétalos en Nudo.
Autor: Marcy-DovahQueen (anteriormente Keito Onee-Sama)
Fandom: Naruto Shippuden.
Rating:T (sujeto a cambios)
Pairing: Tsunade/Sakura
Sinopsis: Encuentros predestinados con resultados inesperados. En medio de la locura contemplas la idea de que si puedes odiar a alguien, también eres capaz de amarle.
Disclaimer: Naruto Shippuden y sus personajes no me pertenecen.
Capítulo I
Sin querer (Menta)
"Es otra de esas tantas noches en las que camino sin rumbo alguno. Sin una razón ni objetivo, sólo por moverme a la deriva prefiriendo eso a estar quieta, ahogándome en los reproches que me hago a mí misma.
Las calles de esta enorme ciudad siempre están atestadas, pero ni siquiera esta multitud logra evitar que la fría briza se cuele por debajo de mi desgastado abrigo y llene cada rincón de mi piel.
No quiero verlos, no quiero detener mis pasos. No me gusta contemplar el descuidado caminar de las personas al pasar… siempre que lo intento, termino deseando que uno de esos rostros que se muestran frente a mí, refleje al menos un poco de tristeza.
El pensamiento que inunda mi mente es tétrico y bastante cobarde… si alguien es más miserable que yo, quizá pueda hacerle feliz con mi podrido amor"
La mirada de la joven que sostenía el manuscrito mostraba completa incredulidad al finalizar su lectura y sin contenerse se giró hacia la chica que la acompañaba para decirle -Esto definitivamente no es poesía romántica Sakura… ¡es totalmente deprimente! de hecho, hasta me produce un poco de miedo... en todo caso, ¿de dónde demonios sacas ideas como esta?-
Su compañera con un gesto relajado alzando las cejas al no comprender lo que la otra le quería decir, respondió - Pues a mí me parece romántico Hinata, o eso creo... de cualquier forma, no deberían asignar temas tan rebuscados como tarea en la clase de poesía. Al fin y al cabo, eso del amor está sobrevalorado y cada quien lo interpreta como mejor le parece.-
La joven de largos cabellos negros y ojos de un inusual pero hermoso tono gris muy pálido, no podía creer lo que su amiga decía. Siempre había estado muyal tanto del poco interés que Sakura tenía por estos temas "cursis" como ella decía, pero esto era exagerado.
- ¡Lo que dices no tiene sentido! El amor es el más hermoso de los sentimientos, complejo, total... y la poesía se trata de plasmar los sentimientos. Definitivamente no sabes nada del amor. Creo que tomar Poesía como clase especial fue un groso error de tu parte- se detuvo y con un tono más bajo y delicado terminó diciendo -Pensé que te gustaba aquel chico de la clase avanzada-.
Ese tema definitivamente no era el favorito de Sakura. Una leve sorpresa y una notable incomodidad pasaron por su rostro para finalmente con un gesto de derrota bajar la cabeza y espetar algo resentida -Si tú misma dices que no sé nada de esas cosas, entonces debe haber una gran diferencia entre "gustar" y "amar"... además no es como si ese chico estuviera enterado de que yo existo- culminó con una tenue sonrisa llena de amargura.
Un silencio incomodo se apoderó de la azotea donde ambas se encontraban tomando sus almuerzos. Siempre lograban colarse al edificio administrativo del instituto pues esa terraza siempre estaba solitaria, a diferencia de la que pertenecía al edificio principal donde ellas tomaban clases.
Hinata algo arrepentida por su comentario, buscó la mirada de su amiga y tomando su mano le dijo animadamente -Incluso si no sabes mucho sobre el amor o si es diferente o no a gustar de alguien, tenemos mucho tiempo para descubrirlo. Y Por aquel chico ni te preocupes, habría que ser imbécil para no notar la existencia de alguien como tú, ¿te has visto al espejo?-
- ¿Y a ti te ha visto el oftalmólogo? No soy nada extraordinaria en cuanto a belleza se refiere, aunque honestamente, eso no me preocupa ni un poco- dijo Sakura restándole importancia al asunto.
-¡Mi vista está perfectamente bien Saku-chan! la que parece necesitar una revisión urgente es otra. Eres muy atractiva y traes a medio instituto detrás de ti. Incluso con esa actitud de "Su existencia es poca cosa"que traes puesta desde que entraste al club de artes marciales. Chicos y chicas te adoran.-
Ciertamente Sakura era linda, de ojos verdes y mirada intensa. El color de sus ojos iba muy bien con el peculiar rosa pálido de su cabello. Le gustaba llevarlo corto, un poco más arriba de sus hombros pues era una chica muy dinámica y no era del tipo que se detendría a cuidar los detalles frente al espejo por mucho tiempo.
Aún con todos los cumplidos que le hacían y la cantidad de pretendientes que tenía, Sakura nunca se ha considerado hermosa,en cambio, creía que este adjetivo le iba muy bien a su amiga Hinata Hyuga. Ante sus ojos, Hyuga era mucho de lo que ella quizá jamás llegaría a ser. Esa sonrisa amable y la mirada cálida que tenía su amiga eran una de las cosas favoritas de la pelirosa, siempre parecía encontrar algo positivo en todo, soñadora, un poco caprichosa y llena de ilusiones.
-El hecho de ser tan diferentes es lo que hace que nos llevemos tan bien-pensó algo divertida Sakura. -A veces creo que asistimos a escuelas diferentes.- dijo de manera irónica -Yo jamás he notado a medio institutodetrás de mí. Debes dejar de leer esos mangas shoujo con urgencia. Están deteriorando tu cerebro y afectan seriamente tu percepción de la realidad.-
El enfado se manifestó en el rostro de Hinata en forma de mejillas infladas y un rojo poco saludable, parecía que iba a reventar hasta que soltó -¡Y tu deberías dejar ese club de artes marciales donde solo te están enseñando a ser más insensible de lo que eres!- gritó indignación.
La aludida no reaccionó al reclamo de la chica. En cambio miró el reloj para efectivamente comprobar que se les estaba haciendo tarde para volver a clases, como de costumbre. Esa era una de las desventajas de almorzar alejadas del edificio principal. -Ya vamos o llegaremos tarde, gracias a ti-. Dijo mientras le daba la espalda a Hinata y se dirigía hacia la escalera.
-¿Gracias a mí? tú eres la que me ha entretenido hablando.-
-Y tú eres la que insiste en venir a comer en "un lugar secreto donde se pueda apreciar el cielo"- se detuvo solo para imitar la voz de Hinata y decir la siguiente frase- "Eso es lo que hacen todas las chicas normales del Japón durante su juventud". Me preocupa que tu definición dechica normalla sacaras de los mangas que lees como desquiciada.
Sin dar oportunidad a Hinata de continuar el debate, siguió rápidamente su camino, finalmente dejando ambas su lugar secreto.
-x-
La tanda de clases se reanudaba en el instituto Hi no Ishi donde ambas amigas hacían vida escolar. Aunque era uno de los institutos más prestigiosos de todo Kyoto, no estaba exento del calor que traían las tardes cercanas al verano, y esto ciertamente no ayudaba con la ya de por sí escasa motivación de Sakura en la clase de poesía. Su profesor asignado al aula era un caballero joven llamado Hatake Kakashi, pero las clases especiales como esa tenían su propio docente, en este caso el encargado de la clase de poesía para ese grado era uno de los más excéntricos personajes que ella haya podido conocer en sus 16 años de vida.
-¡Guy-sensei! ¿Podría empezar yo la lectura de los trabajos asignados? -Dijo levantándose enérgicamente de su asiento uno de los alumnos que conformaban la clase de poesía del 3er año.
-Lee es el único que se entusiasma con esta asignatura- pensó Sakura quien no quería que el turno de presentar su trabajo llegase jamás y esperaba que su compañero tuviera otro de sus interminables ensayos filosóficos que tanto emocionaban a su profesor. Muchas veces daba la impresión que esos dos fueran los únicos que se entendían entre sí, casi parecían padre e hijo.
-¡Esa es la actitud que busco en todos mis alumnos! ¡Todos deberían querer ser los primeros en leer sus trabajos y batallar por ese privilegio!- Los alumnos de la clase se limitaron a intercambiar miradas de fastidio ya que nadie fue tocado por el comentario de Guy-sensei, a excepción de Lee quien se vio notablemente conmovido.
-Dime Lee, ¿le has dado el enfoque que pedí? El amor y el romance es el tema de esta semana y ustedes estando en la flor de su juventud deben plasmar su pasión y entusiasmo casi sin esfuerzo alguno.-
Sakura giró el rostro a su derecha donde se sentaba una de sus compañeras de club, Temari, quien siempre tenía un semblante inexpresivo que solo cambiaba cuando la hacían enojar, era increíble que ni siquiera semejante despliegue de estupidez la hiciera reír o al menos turbar su expresión –formidable- pensó Sakura. Luego miró a su izquierda para observar a una Hinata totalmente sonrojada, sofocando sus risas con la palma de su mano puesta sobre su boca.
-¡Por supuesto que lo he hecho sensei! La juventud y el amor van de la mano, así que no ha sido difícil en lo absoluto. Pero la parte más hermosa del amor es el romance, avivado por las flores y su fragancia. Es por eso que mi poesía está inspirada en la flor de cerezo que me robó el corazón.-
Esto último lo dijo viendo a Sakura mientras se sonrojaba levemente.
-¡Maravilloso Lee! ¡La juventud te da el valor para demostrar tus sentimientos sin temor alguno!- Decía Guy sensei mientras trataba infructuosamente de parar el brotar de sus propias lagrimas con un gesto exagerado.
Sakura se quedó en una pieza, no podía creer que Lee hubiera dicho eso viéndola directamente a los ojos. Si bien no era un secreto para nadie la devoción que este chico profesaba hacia ella, el jamás se le había insinuado de una manera tan directa. El resto de sus compañeros apenas podían contener las carcajadas que clamaban por salir, incluso Temari se veía algo divertida con una ceja a medio alzar. Sakura al sentir todas las miradas de burla sobre ella, la expresión de determinación en el rostro de Lee y la cara de preocupación de Hinata, sintió como su estómago se revolvía, acto seguido sostuvo la inevitable arcada cubriendo su boca haciendo uso de ambas manos y se dirigió rauda a la salida del salón.
Toda la clase superó la conmoción rápidamente, menos Hinata, quien estaba obviamente preocupada por su amiga. Sabía perfectamente sobre de los ataques de pánico que sufría Sakura cuando era víctima de una situación vergonzosa y se convertía en objeto de burla.
Guy-sensei se acercó con una sonrisa de orgullo hasta el asiento de Lee y colocando la mano sobre su hombro, le dijo -Tus sentimientos la abrumaron, así que ten la certeza de que no le fueron totalmente indiferentes.-
Lee sonrió y correspondió el gesto agregando -En ese caso, ¡no me rediré con ella!-
De muchas formas a veces parecía que esos dos se perdían en su propio mundo.
Culminada la clase de poesía Hinata se apresuró a salir en busca de su amiga pero no tenía idea de en dónde podía estar, así que recorrió pasillos, baños, y básicamente cualquier lugar que pudiese revisar antes de que el siguiente bloque de clases iniciara, pero no tuvo éxito así que volvió resignada al aula.
-x-
La briza soplaba con fuerza refrescando esa tediosa tarde. Sakura estaba recostada en una de las paredes laterales del edificio donde se supone que debía estar asistiendo a clases para ese momento. En cambio, le pareció mejor idea salir y aprovechar la única utilidad que le veía a aquella construcción… la gran sombra que brindaba después de mediodía. Pensaba las mil maneras en las que golpearía a Lee más tarde en el club de artes marciales por avergonzarla en frente de sus compañeros. Su ira se veía incrementada por la frustración de no haber podido controlar su ansiedad ante la situación. No sabía cuándo había comenzado a reaccionar de esta manera ante circunstancias vergonzosas, pensó que quizá para ella siempre había sido de esa manera.
Tanteando los bolsillos de la chaqueta de su impecable pero descolocado uniforme gris, buscaba torpemente su encendedor y uno de los cigarrillos que afortunadamente llevaba consigo. El resto del paquete estaba en su mochila la cual había dejado junto con su dignidad al salir del salón apresuradamente, pero estaba segura que Hinata la llevaría más tarde al club y esperaba que no notara la cajetilla o la morena le daría un buen sermón. Sakura sabía que fumar no era para nada inteligente, que tampoco era lo más conveniente para alguien como ella que pertenecía al club de artes marciales mixtas de su colegio y que además pretendía obtener una beca por desempeño deportivo. No era una fumadora asidua pero a veces necesitaba un escape y para ella eso era un cigarrillo esporádico. Lo encendió y le dio una fumada, sabía que nadie pasaría por la zona a esa hora de la tarde y nadie la vería ya que esa área no era visible desde la frontal de la institución. Solo un portón algo viejo y descuidado por el desuso daba frontalmente con el lugar donde ella se encontraba. Sakura lo miraba fijamente mientras trataba de adivinar con que lindaba exactamente, pues, del otro lado se podría apreciar a la distancia la fachada lateral de los dormitorios del instituto donde ella misma vivía. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por los chirridos que emitía aquel viejo portón mientras se abría. A lo lejos podía observar como una mujer que llevaba una larga bata blanca, parecida a las que usa la enfermera escolar, batallaba para correr por completo el portón y así darle paso a un auto deportivo bastante lujoso. -No debería usar esa entrada de tierra, es un desperdicio forzar un auto como ese- pensó atrapada en la escena que veía. Tan distraída estaba en ver como el auto había dejado atrás a la mujer encargada de apartar la vieja reja, que Sakura no se percató de que el mismo automóvil se detuvo a escasos metros de ella. Sólo reaccionó al ver que la puerta del piloto se abrió y un par de largas piernas enfundadas en negros tacones altos, descendían desde el asiento del conductor. Sakura casi aletargada por la extraña sensación que esa visión le provocó, mantuvo la vista a la altura de la pantorrilla de aquella mujer para luego subir justo hasta donde terminaba su falta. En trance, veía como aquellos pasos se acercaban a ella, hasta que sintió que le tomaban de manera férrea la muñeca de la mano con la que sostenía el cigarrillo, sacándola bruscamente de su ensueño y obligándola a subir la mirada
-Parece que no necesitas esto, pues lo has dejado desperdiciar-.
Sakura notó que sólo le había dado una fumada a aquel cilindro de nicotina, mientras miraba unos increíbles ojos avellana que la dejaron aún más impactada. La belleza de esta extraña mujer era hipnotizante. La rubia mujer arrebató lo que restaba del cigarrillo de la mano de la joven y le dio ella misma la última calada antes de arrojarlo al suelo y apagarlo con el tacón de su zapato.
-Deberías dejar esto para los adultos. Las niñas como tú aún pueden ahogar sus penas con postres o salir de compras con sus amigas para lidiar con sus problemasde chiquillas.-
Este comentario trajo a Sakura al aquí y al ahora provocando que una visible ira creciente se reflejara es su rostro, -¿Quién demonios es esta mujer? y ¿con qué derecho me habla de esta manera?-
-Tú no sabes nada de mí, así que deberías dejar de meterte en los asuntos de personas que ni siquiera conoces y que no tienen nada que ver contigo.-
La mujer rubia ignoró el berrinche de la joven. Sacó del bolsillo de su chaleco una especie de aerosol y sin decir más, roció a la pelirosa casi sin consideración. Sakura tosía e intentaba apartar de su rostro el gas con sus manos para no inhalarlo. La mujer retiró el rociador y se encaminó de vuelta a su automóvil. Subió a él antes de que se le pudiera reclamar algo y continúo su camino hacia la parte frontal del instituto.
Sakura continuaba tosiendo descontroladamente intentando recuperarse. Tomó una gran bocanada de aire y logró reincorporarse -Menta- dijo para sí misma una vez que pudo distinguir el olor que aquel aerosol le dejó impregnado. – ¡Desquiciada!- fue lo que le grito a la mujer que la había dejado en aquel estado de confusión y rabia.
Al otro lado del camino de tierra y aún bajo el oxidado portón, la única persona que había presenciado la escena se veía confundida. -Tsunade sama no suele interferir en la vida de los desconocidos… al menos no cuando está fuera de su consultorio.
La joven mujer de cabellos castaños seguía preguntándose a que se debió el comportamiento de su amiga pero sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar los llamados provenientes del dormitorio a sus espaldas
–Shizune san, ¡ya cierra esa reja y ven aquí! Tenemos mucho que arreglar para su estadía en este lugar-.
De inmediato Shizune acató la petición de la anciana mujer quien dirigía el dormitorio femenino de la academia Hi No Ishi.
N/A: este fue mi primer intento en el mundo del Fanfiction. Lo escribí hace un par de años y desde entonces ha estado en mi computadora esperando a que le diera permiso de salir. Recuerdo que dirección quería darle a la historia, pero es cierto que mi manera de pensar y escribir ha cambiado un poco desde entonces. De hecho, apenas veo anime hoy en día, aun así, intentare desarrollar la idea que tenía en mente para ese entonces.
