¡Hola a todos!

Comienzo nuevofanfic sobre One Piece en el que la protagonista será una chica se unirá ¿temporalmente? a nuestra querida banda de Piratas. No es el primer fanfic que escribo, pero sí es cierto que hace años que no publico nada, así que estoy encanta de recibir cualquier tipo de crítica, siempre y cuando sean constructivas y desde el respeto :)

One Piece y sus personajes son del increíble y talentoso Eiichiro Oda.

Capítulo 1

Habían pasado varias semanas desde todo lo acontecido en Dressrosa y todos estaban agotados, tanto física como mentalmente. Luffy y Law habían sido los que más habían sufrido las consecuencias de la batalla contra Doflamingo y ambos habían estado al borde de la muerte. Su recuperación fue lenta y dolorosa. Durante los días que duró, las dos tripulaciones habían cohabitado en un silencio sepulcral. Ahora parecía que los dos estaban recuperados, pues el optimismo y la energía de Luffy parecían intactos, pero el espadachín sabía que por dentro su capitán no estaba bien. Él lo sabía mejor que nadie, pues había experimentado heridas de mucha gravedad en Thriller Bark.

Zoro seguía al resto de la tripulación. Sus ojos se iban deslizando de un lado al otro de la calle, fijándose en cada uno de los puestos. A pesar de ir el último, el espadachín podía escuchar los gritos de emoción de Luffy. Su capitán había decidido, después de descubrir cuál era la gran atracción de aquella isla, que todos tenían que visitar el circo. Zoro habría preferido quedarse en el Sunny, pero Luffy había insistido tanto que incluso Law había tenido acceder.

"¡Hey, Zoro! Eres el menos adecuado para ir el último".

"¡Cállate!", Zoro le lanzó a Usopp una de sus muchas miradas intimidatorias, haciendo que el tirador de los Sombreros de Paja se escondiera detrás de Sanji.

Zoro no había estado nunca antes en un circo y nunca había tenido interés. El bullicio y las horas que duraba el espectáculo solían aburrirle. Buscó junto al resto de sus nakamas un lugar en el que situarse y poder ver bien la pista. Sanji le empujó cuando fue a tomar asiento al lado de Nami, así que Zoro acabó desplazado a un lado, ocupando un sitio a la izquierda de Robin, quien no pudo evitar contener la risa tras presenciar la escena.

Con las luces apagadas, Zoro pensó que quizá podría echarse una siesta, pero estaba equivocado. Los gritos de Luffy, Chopper y Usopp eran una pesadilla, así que decidió darle al espectáculo una oportunidad. La parte más interesante llegó más o menos a mitad del show, cuando uno de los artistas del circo apareció en escena. Por sus curvas, Zoro habría jurado que era una mujer, pero las ropas y el maquillaje que llevaba le hacían dudar. Aquella persona movía su cuerpo al ritmo de la música, contorsionándose y haciendo ejercicios que despertaron un interés en Zoro más allá de lo que estaba presenciando. Su cuerpo se inclinó hacia delante y sus ojos se mantuvieron fijos en aquella figura que le resultaba hipnotizante. De repente, con un fuerte estruendo, una especie de gran rueda apareció en mitad del escenario, haciendo enloquecer a parte de la grada. Un hombre ató su cuerpo a la rueda y el mismo artista que minutos antes había estado contorsionándose, cogió varios cuchillos y comenzó a lanzarlos. La velocidad y precisión con la que ejecutó la acción despertó los aplausos del público. Luffy, Chopper, Brook, Sanji, Nami… Todos parecían bastante impresionados por lo que acababan de presenciar.

"El tío de los cuchillos ha estado increíble. Si le veo, le voy a pedir que se una a la tripulación", Luffy estaba extasiado y ni las protestas del resto iban a ser suficientes para hacerle cambiar de opinión. No conocían de nada a aquel tipo y ya le habían dicho a Luffy cientos de veces que no podía ir pidiendo a todo el mundo que se uniera a su aventura, las cosas no funcionaban así. Luffy se limitó a reírse, como la mayoría de las veces y, cuando su estómago rugió, todos supieron que no era hora de discutir, sino de comer.

La falta de comida en el Sunny les hizo optar por comer fuera. El restaurante al que entraron no era el lugar más higiénico del mundo y muchas de las mesas estaban ocupadas por hombres de aspecto temible, haciendo que Usopp se escondiera detrás de Zoro. Luffy buscó rápidamente un sitio y el resto se sentó a su alrededor, dejando a Zoro una silla al lado de su capitán.

"Hola. ¿Sabéis lo que vais a tomar ya?", Zoro escuchó una voz femenina detrás de él, pero sus ojos se posaron en su capitán.

"¡Carne!", Luffy gritó, extendiendo sus brazos hacia arriba.

"Tenemos muchos tipos de carne y muchos platos diferentes, pero el estofado está bastante rico", Luffy insistió en que quería probarlo todo, así que, tan pronto como Luffy hizo el pedido, la chica se marchó.

"¿Es que te has vuelto loco? ¿Y cómo piensas pagarlo, eh? ¡No tienes dinero, Luffy!", y, cómo no, ahí estaba Nami para sacar el tema del dinero.

"Esperaba que pudieras prestarme", Luffy sonrió, pero eso no hizo más que aumentar el enfado de Nami. La navegante comenzó a regañar a Luffy por lo irresponsable que era con el dinero y lo mucho que lo gastaba en tonterías, mientras ella ahorraba e intentaba repartirlo para que pudieran gastarlo en comida y otro tipo de materiales que fueran necesarios. Por no olvidar los intereses de sus prestámos. Zoro suspiró y se resignó, intentando no intervenir en aquella conversación. Solo la llegada de los primeros platos hizo parar la discusión de Luffy y Nami. Aunque el sitio tenía un aspecto horrible, el olor de la comida era delicioso.

"Espera, ¿no eres tú la chica del circo? ¿La de los cuchillos?", la pregunta de Sanji hizo que Zoro levantara su cabeza del plato se girara para ver a la chica que les estaba atendiendo. Sin todo ese maquillaje, la chica era bastante guapa. Tenía un rostro dulce, casi angelical y una espesa y larga cabellera castaña. Zoro deslizó su mirada por la figura de la chica. Parecía delgada, de curvas marcadas, pero de pecho mucho menos abultado que el de Nami o Robin. Su aspecto, lejos de ser el de una chica joven, le hacían parecer mucho mayor, pues a ojos de Zoro parecía intentar esconder su figura bajo un vestido largo y ancho, acompañado de una chaqueta de punto. La chica se sonrojó y asintió en respuesta. ¿Cómo demonios Sanji había sido capaz de saber que ella era la misma persona que el artista de los cuchillos del circo? Pervertido, pensó.

"¿En serio?", los ojos de Luffy se iluminaron, "¡Tienes que unirte a mi banda!", la chica les miró asustada y negó con la cabeza, "¡Vamos! Es increíble eso que haces con los chuchillos"

"Yua, querida, ¿no ves que hay mesas que todavía tienen que ser atendidas?", un hombre de pelo oscuro se acercó a ellos. Por la forma en la que se dirigió a la chica, parecía el dueño del restaurante, haciendo que ésta se retirara rápidamente a atender a otros clientes. "Veo que no has podido resistirte a los talentos de mi Yua. Es una chica extraordinaria", Luffy le dio un mordisco a un trozo de carne.

"Sí, quiero que se una a mi banda", el hombre sonrió de medio lado.

"Sé quién eres, Sombrero de Paja", tan pronto como el hombre pronunció aquellas palabras, todos tensaron sus músculos, "Tranquilos… Aceptamos a los piratas en esta isla. A mí no me importa que Yua se una a tu banda", aquellas palabras captaron la atención de Luffy. El hombre se acercó a él y bajó el tono para continuar hablando. "No me gustaría desprenderme de ella, pero sé la clase de pirata que eres, un Supernova. Por un buen precio, unos pocos millones de beries, será tuya. Será una gran adquisición. Veo que te gustan las mujeres exuberantes, pero aunque mi Yua no es así, tiene un cuerpo bastante bonito y una cara preciosa, ¿no te parece? Es educada, trabajadora… Y tiene una voz realmente impresionante. Estoy seguro de que sabrá complacerte", el hombre emitió una sonora carcajada.

Zoro sintió repugnancia al escuchar la forma en la que aquel hombre había hablado de la chica. Sus ojos se deslizaron de nuevo hacia Luffy, quien escondía su mirada bajo la sombra proyectada por su sombrero. Y, de repente, Luffy propinó un puñetazo al hombre en la cara. El hombre se desplazó a gran velocidad por la sala, chocando contra la pared y rompiéndola en pedazos. El local quedó en silencio y varias figuras se pusieron en pie, apuntándoles con armas.

"¿Quiénes creéis que sois para hacerle eso a nuestro jefe?", uno de aquellos hombres habló y los Sombreros de Paja se levantaron, dispuestos a entrar en acción.

"¡Tú, la de los cuchillos!", todas las miradas se clavaron en la chica, "Únete a mi banda. No tienes por qué aguantar a esta panda de idiotas"

"¿Cómo te atreves, mocoso?", uno de los hombres dio un par de zancadas hacia ellos. Zoro agarró sus katanas, pero antes de desenvainarlas, alguien gritó.

"¡Basta!", la chica estaba visiblemente asustada. Sostenía la bandeja con fuerza contra su pecho y su cuerpo temblaba, "Para, Brunel. Yo… No voy a unirme a su banda", la chica miró a Luffy, "Lo siento, pero no te conozco. Este es mi hogar, ésta es mi familia. Tengo que quedarme aquí". Alguien comenzó a reír. El dueño del bar, que había permanecido unos segundos inconsciente, se acababa de levantar. Su risa atronadora y hizo que todos los allí presentes contuvieran el aliento por unos instantes, hasta que sus hombres empezaron a reír también.

"Tienes suerte de que mi Yua sea una buena chica, Mugiwara. ¡Fuera de aquí! Si te vuelvo a ver, te mataré". Luffy se ajustó su sombrero y caminó hacia la puerta, seguido por el resto de la tripulación y por Law, quien se había mantenido al margen de todo lo ocurrido, mientras las carcajadas y las burlas les acompañaron hasta que salieron del restaurante.

Si soy sincera, no estoy muy orgullosa del primer capítulo, incluso he llegado a reescribirlo varias veces, pero no encuentro mejor manera de comenzar la historia. Tengo escritos algunos más y todavía no sé la periodicidad con la que publicaré, supongo que dependerá de mi tiempo.

Espero que, a pesar de todo, os haya gustado y no tengáis miedo de decir lo que pensáis.