Capítulo 1. Me visita la reina de los Dioses

-¡Corran!, ¡Están por todos lados!- gritó el desesperado y ansioso sátiro. Grover siempre será Grover; no ha cambiado nada en los últimos años.

Bien, yo soy Annabeth Chase; y si, aquel chico de ojos verdes que está partiendo por la mitad a un par de perros del infierno es el gran Percy Jackson, mi novio.

Muchas personas se preguntarán (si son mortales y no pueden ver a través de la niebla) ¿qué hacen cinco chicos jugando con ramas de árbol en medio de Central Park en la noche? Bien, para empezar somos cuatro, tomando en cuenta que Grover es un sátiro, y definitivamente no estamos jugando con ramas.

La cosa es que no somos chicos normales, no, somos semidioses, si, si, hijos de dioses con mortales. Después de la guerra con Cronos, por primera vez se había respirado la tranquilidad en el Campamento Mestizo, y hace unos días llegó Thalia con una sonrisa y varios días libres. Y bien, queríamos hacer algo que harían los jóvenes de 16 años de edad que no corren el riesgo de morir en manos de monstruos por el olor de su sangre; entonces fuimos al cine, y nos divertimos todo lo que se pueden divertir cuatro semidioses y un sátiro antes de ser encontrado por los monstruos.

Una vez que terminamos con los perros del infierno sólo quedó nieve y rastros de polvo dorado, si, es invierno y se acerca la navidad; otra de las razones por las que habíamos salido fue para conseguir adornos para la fiesta de navidad, nunca la habíamos celebrado, pero ésta vez lo haríamos como la familia que éramos.

Una vez que llegamos al árbol de Thalia pudimos admirar bien el campamento, había cambiado, se había reconstruido las cabañas, he incluso se había incluido varias de otros dioses.

Quiron nos esperaba despierto en la casa Grande.

-Al fin llegan- dijo con una sonrisa mientras nos dejaba entrar a la sala- ¿Tuvieron inconvenientes para encontrar el camino?

-En realidad, no fueron muchos, solo un par de dracanaes en el cine- dijo Thalia mientras se acomodaba en un sillón- y varios perros del infierno en Central Park.

-Yo diría que incluso nos fue bien- dijo Percy.

Quirón sonrió y asintió con calma, Thalia miraba la foto que él nos había tomado a Percy y a mí pocos días antes.

-Es bueno mantener los buenos tiempos ¿eh?- dijo ella con una sonrisa.

-En realidad Thalia es bueno recordar que lo bueno siempre triunfara sobre lo malo. Y bien, si quieres organizar una fiesta en pocos días será mejor que se vayan a dormir ahora.

Nos pusimos de pie dispuestos a irnos me despedí de Thalia y Nico, Quiron me abrazó como todas las noches desde que tenía siete años, él era como mi papá.

Percy y yo caminamos alrededor de las cabañas, había decidido acompañarme hasta la cabina de Atenea.

-¿Qué pasa Wise Girl?- dijo él mientras caminábamos- Has estado muy callado últimamente.

-Nada, sólo estoy un poco cansada, ha sido un largo día.

-Sí, sé a qué te refieres- dijo mientras nos deteníamos enfrente de mi cabaña- ¿alguna vez pensaste que habría tanta paz?

-No, la verdad es que, casi parece un sueño.

Él se inclinó hacia delante, y presionó sus labios suavemente contra los míos, le devolví el beso mientras pasaba una de mis manos por su cabello negro.

-Te quiero.

-Yo también te quiero

-Buenas noches Wise Girl, te veré mañana.

Suspiré y entré a la cabaña, tenía muchos planes aún, como la captura de bandera de mañana, verificar la construcción del jardín de Artemisa, y la fiesta de navidad. Sentí que en calor desaparecía cuando abrí la puerta, todas las luces estaban encendidas, era raro por ser ya muy tarde; pero lo que más me sorprendió fue quien me esperaba sentada en un sillón en medio de la cabaña.

-Hera- le dije mientras cerraba la puerta, y me acercaba a la reina de los dioses, se veía extraña, inquieta, pero firme, estaba seria, sentí ganas de regresar por donde vine, pues no entendía qué hacía la diosa en mi cabaña, a esa hora, y más aún después de los problemas que teníamos una con la otra.

-Tranquila hija de Atenea, no vengo a hacerte daño- dijo ella mientras me señalaba el sillón frente a ella, sin más remedio me senté.

- ¿Qué quieres?- le pregunté, pero me dirigió una mirada de "vuelves a decir una palabra en ese tono y te vas a arrepentir", esperé.

- Bien Annabeth, necesito un favor de ti- dijo ella mientras se acercaba más

- ¿Un favor?

-Si, aunque sé que nuestra relación no es la mejor, pero necesito de ti para llevar a cabo mi plan. - dijo ella mientras caminaba alrededor de la cabaña, me di cuenta que mis hermanos estaban dormidos en posiciones raras como si les hubiera agarrado el sueño mientras hacían sus actividades- Percy y tú, son los líderes del campamento, pero tú mueves a Percy, su punto débil es la lealtad, y él te seguiría a donde sea que tú vayas.

- ¿Perdón?- me había perdido en la conversación- ¿ir, a dónde?

-Al otro campamento- dijo ella

- Lo siento pero no existe otro campamento- le contesté yo.

-No me contradigas hija de Atenea- dijo ella con fuego en sus ojos- he decidido perdonarte si logras cumplir la misión.

-No sé de qué habla, y no necesita perdonarme por nada- sentía que las mejillas me ardían.

-Lo siento pero no tienes opción- ella me tomó de la mano y colocó la otra sobre mi frente, traté de alejarme de ella, pero no pude moverme ni un centímentro- te daré lo necesario para que logres llegar al campamento, Annabeth sólo estoy cuidando de mi familia.

Mi visión comenzó a volverse borrosa, y todo comenzó a cambiar.