Apple Bloom

La casa del árbol en el huerto era curiosamente cálida para la época del año, aun así mis compañeras parecían temblar entre sus abrigos mientras que se acercaban más entre ellas en la manta que compartían con media sonrisa tan falsa que me daban ganas de gritarles que se detuvieran, conversaban sobre algunos eventos graciosos del pasado, yo solo sonreía y asentía cuando me dirigían la palabra sintiéndome sinceramente alegre aunque un poco lejana a lo que hablábamos, no estaba segura de entender siquiera sus palabras pero eso no me molestaba, una ocasional risa salía simultáneamente de sus bocas y yo me les unía unos segundos después, volvíamos a la historia de turno extrañando el pasado con la vista fija en el futuro, una de las malas formas de quedarse en el presente, una corriente de viento entro por la ventana permanentemente abierta que más bien era un hoyo en la pared, jugar con un balón en un espacio cerrado era una idea terrible y Scootaloo se encargó de dejar ese recordatorio hacia una o dos semanas, el aire nocturno ausente del común olor a manzanas del resto del año me golpeo de frente, el frio recorrió pronto mis huesos y temblé un poco, ellas se movieron indicándome que entrara en la manta y me levante para recorrer el medio metro que separaba mi asiento de su improvisado refugio con lentitud, arrastrando los pies, apenas algo de luz de luna y una linterna con la que la que Sweetie Belle apuntaba a la narradora del momento iluminaban la habitación y temía tropezar, apenas me metí en la manta calidez y calma, abrace a Scootaloo que me quedaba inmediata y ella rio un momento antes de corresponder el gesto acercando su cara a la mía.

-Hueles a alcohol- dijo con aquel tono de regaño que no significaba nada en una chica de 12 años como lo era ella.

-Genial, tu hueles a- hice un gesto exagerado de olfato y le sonreí- a frambuesa creo, lindo perfume.

-Applebloom, dijiste que ya no lo volverías a hacer- dijo Sweetie Belle desde detrás de Scootaloo con aquel tono de cobardía común en ella que eliminaba cualquier rastro de autoridad, mi hermana y la suya eran grandes amigas, ella era genial y una gran oradora que sin ningún tacto de molestia demostraba lo que quería decir fuese entre líneas o no y atrayendo toda la atención, en cambio la delgada chica que me dirigía la palabra solo lograba llamar la atención cuando se molestaba y alzaba su aguda voz que más parecía un berrinche o una sátira.

-Y tu dijiste que dejarías de llorar con cada película que viésemos, además literalmente solo tome un trago- respondí cerrando los ojos y cortando el abrazo en que me tenía scootaloo para recostarme en uno de los sacos de dormir que intentaban formar una cama.

-Pero lo prometiste, además estábamos viendo una película realmente triste- dijo con el hilo de voz de una persona derrotada que no sabía que decir, si hablar no me hubiera secado la garganta me reiría ahora mismo.

-vamos Apple, sabes que esto tarde o temprano será un problema- dijo Scootaloo seria, la voz de la razón no me parecía especialmente atrayente ahora.

-Pues disfrutemos ahora que no lo es- conteste, sabía que ella tenía razón pero no tenía nada más que hacer- pero en serio chicas, no es nada, apenas bebo un poco y casi nunca, prometo que no lo hago más de una vez al día- me importaba lo suficiente para intentar calmarlas aunque fuese mintiendo, eran mis mejores amigas y entendía que solo buscaban ayudarme, pero no necesitaba ayuda.

-Pero si sabe asqueroso, lo probamos juntas y sabes lo malo que estaba- refuto una vez más la chica de cabello bicolor, podría jurar que estaba recostada como yo a pesar de no poder verla.

-Lo sé, pero el sabor mejora con el tiempo- una mentira total, nunca sabia mejor, pero sí que sabía menos malo y la sensación de paz artificial que dejaba en cambio se volvía más profunda, "beber un buen trago de sidra es tomar prestada felicidad de mañana" había dicho alguna vez un familiar del que no me apetecía intentar acordarme pero recordaba la frase de una reunión familiar acompañada de muchas risas como respuesta.

-Pero aun así…- ¿Por qué intentaba responder si no tenía nada que decir?

-Bien Apple, yo confió en ti y sé que sabrás controlarte- Scootaloo dijo con su voz de fieltro, jamás tan suave como para llamarle de terciopelo pero si increíblemente agradable en los momentos adecuados y valla que ella sabía crear el momento.

-Gracias Scoot, te besaría si no me sintiera tan cansada- solté y reí un poco acompañada por mis compañeras, ese tipo de bromas se habían tornado comunes entre nosotras hacia unos años hasta dejar de significar nada más que un chiste local.

-Yo también confió en ti Bloom- dijo más amigable Sweetie, su voz era igual de difícil de calificar como aterciopelada que la de Scootaloo, aunque en su caso porque su voz siempre era suave y dulce, costaba imaginarla aún más aterciopelada que su media.

-Lo aprecio mucho, también te besaría pero, la distancia separa nuestro amor- dije con un toque de drama y volvimos a reír, la delgada línea siempre parecía una tentativa para descubrir quién era lesbiana, estaba casi segura de que todas lo éramos y aun así la broma terminaba tan pronto como comenzaba.

-Bueno, creo que deberíamos dormir, ya es tarde y sí que estoy cansada- tomo la palabra Scoot una vez más, firme y simple, espere a que se recostara y la abrace.

Un ruido resonó por fuera, fácilmente confundible con un golpeteo pero yo había aprendido a distinguir los designios del campo, en cambio Sweetie se sentó de golpe haciéndome abrir los ojos para encontrarme con la linterna eléctrica que cargaba la citadina apuntando a la ventana, un ave ocultándose entre las ramas y picando la madera, el aire se inundó súbitamente de un fresco y salvaje olor a humedad, ya podía predecirlo y no me importaba, un trueno lejano y casi muerto hizo de heraldo para la lluvia que comenzó a caer por fuera, las lindas casualidades del otoño en esta parte del mundo, mi teléfono sonó de inmediato.

-Hola hermana- sin leer la pantalla estaba convencida de que era ella, me levante para encender la luz, Sweetie mantuvo su linterna encendida apuntando a la ventana unos segundos más.

-Hola dulzura ¿te acabo de despertar?- ese apodo me había convertido en la burla de mis amigas durante una temporada- llamaba para saber si estás bien, Rarity pregunta por su hermanita y Rainbow también llamo para preguntar por Scootaloo- siempre me había parecido extraña la fuerte relación que formaron Scoot y esa chica de cabello multicolor, actuaban como hermanas comúnmente, parecían muy cercanas y Scoot no paraba de hablar de lo genial que era cada que ganaba un evento deportivo, cosa bastante común, en cambio parecía que Rainbow saciaba su necesidad de halagos con ella.

-No te preocupes, acababa de recostarme- probablemente confundía mi tomo por la sidra que había bebido, una conveniente casualidad- les preguntare- chicas ¿están bien?- alce el teléfono al aire en su dirección para dejarlas hablar.

-Sí, no hay problema, no le temo a un poco de agua que cae del cielo, salúdame a Rainbow- dijo Scoot con su tono efusivo de siempre

-Si, por favor dile a mi hermana que no es necesario que venga por mí- dijo Sweetie en busca de calmar los hábitos de Rarity de sobre protegerla pues sabia de sobra que su hermana confiaba en la mía.

-Bueno, yo les diré, pásenla bien y por cualquier cosa llámenme- dijo con un poco de preocupación, hace poco comenzaba a dejarnos algo más de confianza, antes hubiese estado en la puerta antes de llamar o de que siquiera comenzara a llover, la lluvia llego antes a la ciudad que al campo, cosa poco común.

-Adiós- respondimos las tres al unísono y colgué la llamada.

-Je, acabo de recibir un mensaje de Rainbow- dijo Scoot sosteniendo su celular- ¿sería extraño que repita el chiste de la lluvia que le contara tu hermana? Además ¿Por qué no me pregunto directamente?- dijo sin esperar un respuesta.

-Bueno, yo recibí una lista de preguntas de las cuales la mitad es ¡¿estás bien?! Por parte de Rarity- dijo con un toque de sarcasmo la otra chica, todas reímos del chiste involuntario.

-¿Quieres dormir en medio?- pregunte a Sweetie Bell, sabía que ella era una cobarde por naturaleza pero mi aprecio por ella me hacía respetar su actitud, ella temía a los truenos, ambas miramos a Scoot con aire de pregunta aun cuando la respuesta era obvia.

-¿Así que decides acortar la distancia entre su amor eh?- nadie rio- adelante- dijo sin más mientras se levantaba sin salir de la sabana descobijando a ambas un momento.

-Gracias- contesto saliendo enteramente de la cama- debo cambiarme, casi olvido mi pijama- tomo su mochila y se metió en el armario que usábamos para cambiarnos.

-Demonios, casi lo olvido también, nunca me han gustado mucho las pijamas- Scoot levantándose para buscar en su mochila también.

-Sí, lo sé, no me parecen muy necesarias- dije mientras que también me incorporaba para buscar la mía, un short y una camiseta cómoda.

-Bueno, aun así supongo que son cómodas para dormir- dijo mientras que comenzaba a desvestirse, ella era mucho menos pudorosa que nosotras en ese aspecto, probablemente porque era común cambiarse de ropa en grupos en los equipos deportivos y ella jugaba en varios, su cuerpo modelado por el ejercicio era curiosamente musculoso, mi trabajo en el hogar me había vuelto más fuerte que ella pero apenas tenía músculos, también comencé a cambiarme, el frio del exterior me helaba la piel pero desaparecería bajo la manta así que no le daba importancia, ella se colocó un pantalón corto y una camiseta de mayor talla de algún equipo deportivo que no me importaba reconocer, los tirantes de su negro sostén sobresalían ya que la camisa no cubría por completo sus hombros, aun así mire extrañada que ella tuviese una camiseta con esos colores, me costaba un poco leer ahora, el tono parecía más brillante en tentó que los sonidos más agudos e irritantes.

-Me la regalo Rainbow, es la que usaba cuando gano un campeonato de futbol- dijo con una sonrisa de orgullo en el rostro, sonreí ante la visión.

La puerta del armario se abrió dejando salir a Sweetie Belle que se sorprendió al vernos ya cambiadas, esa chica tenía una nueva pijama básicamente en cada pijamada, ahora usaba una camisa de tirantes interior blanca larga que cubría hasta sus muslos sin dejar ver lo que usaba debajo y una tela transparente con un toque de morado extraña por encima como si fuese un camisón, temblaba más que nosotras.

-Valla que hace frio- dijo acariciándose los brazos antes de meterse en la cama.

-Bueno, hora de dormir, apaga la lámpara- dijo Scoot metiéndose en la cama dejando a Sweetie en medio.

-Sí, gracias- dije sarcásticamente antes de volver a sumergir la habitación entre las sombras, la paz comenzaba a desaparecer mientras que un ligero de dolor de cabeza la sustituía y mi garganta se secaba aún más, ahora hablar parecía molesto y complicado, me metí entre las sabanas.

Sentí los brazos de la chica en el centro rodearme, sus ojos verdes me miraron profundamente un momento, brillantes y bien abiertos, parecían enérgicos y absolutamente faltos de sueño, correspondí el abrazo acercándome más a ella, la calidez agradable era difícil de disfrutar con la extraña sed que se acumulaba en mi garganta, sin incomodarme deseaba que las chicas se durmieran cuanto antes, Scoot me confirmo su sueño con algunos ronquidos, en cambio la chica frente a mi seguía mirándome aunque con los ojos ligeramente entre cerrados, me acerque más y la mire fijamente, sus ojos se cerraron por completo apretando un poco, pasaron segundos o minutos quizá, no podía dormir y la constancia de las gotas contra el césped junto a la oscuridad que huía solo de la luz de luna entrecortada por nubes que se colaba por la ventana dejándome ver por momentos la blanca pero no pálida piel de la chica entre mis brazos y sus densas pestañas, me levante lentamente, dejando los brazos de la Sweetie deslizarse por mi cuerpo hasta que descansaban sobre el saco de dormir, camine lento, tan ridículamente silenciosa y precavida que casi podía escuchar mi corazón más fuertemente que mis pasos, una pieza pequeña de algún juego de esa me regalo un agudo dolor en la planta del pie pero me contuve tanto como pude de dar una maldición al aire y solo me cubrí la boca continuando mis pasos sin despegar los pies del suelo para evitar que ocurriera de nuevo, finalmente alcance la meta, el armario donde ella se había cambiado, solo necesitaba una cosa y podría descansar, entre en silencio intentando ignorar el lento rechinar de la puerta, la botella de sidra se encontraba ahí, debajo de lo que parecía un pequeño asiento, convenientemente oculta a simple vista, fácil de ignorar o de confundir, la tome entre mis manos y di un largo trago, un solo trago como había prometido, el amargo licor bajo por garganta, el sabor a manzana no lograba mejorar el gusto pero la costumbre si me permitía ignorarlo un poco, absurdamente agradable, suspire en silencio y abandone el mundo junto con los miles de malos recuerdos que de pronto rondaban mi cabeza, si el alcohol te ayudaba a perdonar a tus enemigos como esa zorra de Diamond Tiara tan fácilmente no podía ser malo, ahora los años que paso molestándome antes de que le reventara la cara de un golpe y entráramos en una amistad que más bien era una tregua eran algo de lo que reír, bromas de una niña, pensé en llamarle y pedir perdón, sin duda lo que le había hecho fue peor, incluso mis amigas me pararon para que dejara de golpearla y estuve cerca de recibir cargos legales, una lagrima resbalo por mi mejilla y una media sonrisa se formó en mis labios, no, ella se lo merecía, solo le mandaría un tarjeta el día de su cumpleaños y cumpliría las informales formalidades de la vida de los adolescentes, algún cumpleaños y devolver la invitación, ambas esperaríamos que la otra la rechacé o falte excusándose con una mentira y ambas estaríamos satisfecha, tome otro trago, al demonio las promesas, necesitaba descansar un poco de esa clase de falsas obligaciones de vez en cuando, una mano toco mi hombro, la puerta se cerró detrás con un silencio que yo jamás había conseguido, levante la botella sobre mi cabeza dispuesta a reventarla sobre quien estuviera ahí pero por suerte me detuvo la cegadora lámpara de mano de mi compañera, una maldita entrometida con la suerte de que pueda reconocerla con la poca luz que se reflejaba de vuelta a ella.

-¿Podrías dejar de apuntarme?- dije cubriendo con mi mano libre el haz de luz que me dañaba los ojos.

-¿Qué haces aquí?- pregunto con un tono difícil de identificar, mientas bajaba apenas un poco la linterna.

-Bueno, solo buscaba un poco de paz- dije mirándola con los ojos entre cerrados- deberías apagar eso o despertaras a Scoot- sabía que no era verdad, la casa podría arder en llamas por un trueno y ella seguiría durmiendo.

-Bloom, tenemos que hablar- dijo apagando la linterna sumiéndonos en una oscuridad más profunda por no tener los ojos acostumbrados a ella.

-No lo creo, pero podemos comprobarlo si quieres- dije recargándome contra el muro de madera del reducido cuarto, sentí como se recargaba a mi lado y nuestros hombros se tocaban por la estreches del espacio.

-Dijiste que no beberías más- su voz sonaba demasiado temerosa como para ser un regaño.

-Sí, bueno, no lo cumplí muy bien- mi hermana era la que no podía mentir ¿Por qué esperaban que fuese como ella? Pero ella era genial, me encantaría ser como ella, la sidra me impedía preocuparme o molestarme de más.

-Applejack no mentiría a sus amigas- ¿se aprovechaba de mi admiración eh?- ¿Por qué no confías en nosotras?

-Si te gusta tanto Applejack ¿Por qué no te casas con ella?- dije riendo intentando no hacer ruido, ella se mantuvo seria.

-Mira, entiendo que te guste, entiendo que aunque el sabor me haga vomitar quizá a ti no te parezca malo pero ambas sabemos que no es sano- su tono conciliador parecía más agradable, aquel tono que pretende que le regales la razón solo por como lo dice.

-Sweetie, dijiste que confiabas en mí, se cuidarme, nada malo ha pasado por beber y he estado así un buen tiempo ya- las tres bebimos juntas por primera vez hace un mes y medio, curiosamente influenciadas por la escuela que se limito a gritar que era algo malo para los niños, al siguiente día todos los alumnos de la clase fantaseaban con comprobar que tan malo podía ser realmente, un pequeño trago y nos alejamos del sabor repulsivo pero yo elegí intentarlo de nuevo, en su momento parecía una herramienta para lucir genial después de uno de los últimos ataques de mi antigua enemiga Diamond, bebí más largamente que las demás y aunque el sabor era asqueroso sentí por primera vez la calma absoluta que dejaba aquel líquido, el dinero no era un problema y a los vendedores no les importaba venderle a una chica notoriamente menor si se encargaba de dejar en claro que no era una trampa y que entendía lo ilegitimo en sus actos, en general el ocultar el cabello y usar gafas bastaba para denotarlo.

-Bloomy- el diminutivo me molestaba un poco- por favor, sabes que esto no puede ir bien- dijo con el tono suplicante de una niña pequeña.

-Sweetie, sé que todo estará bien mientras pueda confiar en mis amigas- respondí parándome frente al lugar donde supuse que estaba, el sueño comenzaba a llegarme y quería dormir pronto, callarla y descansar- ¿puedo confiar en ti?

-Sabes que si- dijo con resignación, como si no pudiese darme otra respuesta, toco mi hombro y me hizo notar que no estaba donde pensé, aun así me acomode para poder abrazarla de nuevo, enterró su rostro en mi cuello – pero prométeme que confiaras en mí, que no me ocultaras más cosas porque debo asegurarme de que estas bien- podía sentir una mirada suplicante aun sin poder verla.

-No te mentiría a ti jamás, eres de mis mejores amigas- considerando que ya había mentido no era una gran promesa, además estoy mintiendo una vez más pero ella no le dio importancia, quizá no lo pensaba con claridad- ¿vamos a la cama ahora?

-Vamos- contesto con su hilo de voz común- no noto el chiste implícito, esperaba una pequeña risa, solo se aferró a mí.

-Después de usted señorita- dije abriendo la puerta dejándola pasar con un ademan de mi mano que se perdía en la oscuridad, sentí su cuerpo a mi lado.

-Gracias- contesto con tono elegante y la seguí de cerca hasta finalmente recostarnos ambas.

-Apple- dijo estando a mi lado- ¿crees que uno puede enamorarse de cualquiera?

-Claro, amor es amor y es para todos- si algo había aprendido por ahora es que el alcohol me ponía filosófica.

-¿crees que soy bonita?- la bebida me impedía entenderle bien, me quede un momento callada antes de contestar mientras pensaba en nada.

-Sí, creo que eres la chica más linda que eh conocido, más incluso que tu hermana si me lo preguntas- eso no era del todo cierto, su hermana era una autentica belleza que me había hecho sonrojar más de una vez, incluso me había tocado pensando en ella como probablemente la mayor parte de los que la conocían pero sabía que Sweetie tenía cierto complejo por su increíble belleza aun cuando ella no era nada fea, era fácil hacerla sentir mejor o peor con ese tema.

-Estas fría- dijo mientras se recostaba un poco sobre mi- Gracias- dijo con la voz de una niña pequeña que recibe un elogio, envolvió mi torso en sus brazos y coloco su cabeza sobre mi pecho mientras que yo me mantenía mirando al techo, la envolví con mi brazo izquierdo.

Escuche su respiración calmarse hasta que se durmió por completo, no podía apartar la mirada del techo pero el mundo estaba en calma, no había apenas truenos ni ruidos que atender, el calor del cobertor que alcanzaba solo a cubrirme medio cuerpo se complementaba con el calor corporal de la chica que me abrazaba, el mundo podía irse al demonio ahora mismo, la calma me arrullaba, solamente existía este lindo cuarto, mañana tendría que preocuparme por ocultar una vez más que no tenía ningún plan de dejar la bebida, por actuar como sobria en clases y con mi familia mientras que sostendría una charla amable con personas que no me interesan solo porque si pero por ahora no necesitaba fingir nada, solo disfrutar el silencia del mundo salvaje mientras que no tuviese tiempos y horarios que seguir, sonreí a la nada y me dormí entre el vació.


*Nota del autor:

Bueno, me eh dada cuenta de que no tengo el tiempo para mantener mis historias largas sin embargo no quiero abandonarlas porque muchas de ellas me parece que tiene un final o desarrollo digno de ser contado, en lo que espero a que todo se arregle solo como siempre y no tenga que aprender ninguna lección eh decidido hacer un abecedario con los personajes de esta serie, ya hay un plan para las letras sin personajes, esto con textos cortos en busca de practicar la constancia, quiero subir semanalmente, es decir los sábados, un nuevo capitulo hasta cubrir las letras del alfabeto, me parece un experimento interesante al menos para mi.

-Sin mucho mas que decir se despide su autor maníaco depresivo favorito... o al menos entre los primeros 53, espero sus Reviews, toda critica es bien venida y apreciada, por cierto, ahora comenzare a responder las Reviews en el próximo capitulo así que para dudas o aclaraciones, o comentarios que te gustaría que aparezcan en el capitulo, siéntete libre de comentar.

Pd: el capitulo fue editado porque creo que si no se analiza el tema (adicciones en este caso) resulta difícil comprender la parte del abecedario, asi que colocare por titulo al protagonista cuyo nombre también encaja el ritmo.

Bye Bye.