Bueno bueno, hola a todos. Primero que nada, esta es una historia especial en la que he decidido ponerme a trabajar de ahora en adelante. Además de trabajar, también tengo el desagrado de decir que seré uno de los protagonistas!. Dije desagrado?, bueno eso fue porque nada será perfecto para mi ni todo me saldrá bien. Tanto mi descripción, como mi comportamiento será igual al de la vida real para darle algo más de drama a este fanfic.
Acabo de añadir el cover de la historia, que me representa a mi mismo (más o menos como una descripción algo al azar). Lo hice con anime character maker 2 y ese programa no me pertenece. La katana que tiene en su mano no es la que usaré y debajo de la chaqueta lo cubriré con algo, como vendas para no dejarlo tan al descubierto.
Ahora, yo mismo me paso a llamar Asahi Ichiraku. ¿Dijiste Ichiraku? Sí, he decido darme un inicio humilde sin un kekkei genkai ni nada para hacerme genial. No me gustan las cosas así. Todo se conseguirá por esfuerzo, o eso planeo.
La descripción de mi apariencia y todo eso la daré en el siguiente cap. Primero quería escribir este pequeño "Prólogo" para ver como me iba.
¿Parejas?: Ustedes deciden. No tengo nada de nada planeado. Diganme con quieren que esté Naruto y, también, yo mismo y me adaptaré a sus gustos. Pueden votar por cualquiera que quieran, excepto por Tsunade o cualquier opción que no esté dentro del rango de edades. Tampoco pueden votar por Ayame, ya que para ella tengo otra idea ya planeada.
Si no se dan una idea, acá dejo una lista. Cabe aclarar, que Naruto tendrá una gemela así que pueden elegirla también:
Narumi (Fem Naruto, la hermana)
Tenten
Hinata
Ino
Sakura
Shizune
OC (Si elijan esta opción, den una breve descripción de la apariencia)
Y todas las demás mujeres del mundo de Naruto tienen como opción. ¡Sean justos por favor jajaja!
Disclaimer: Naruto no me pertenece. Aunque sí me pertenecen las ideas, yo mismo me pertenezco también (bien quizás no, le pertenezco a Dios jaja).
Prólogo : Una nueva vida
¿Quién podría imaginar que algo así pudiera ocurrirme a mí?. Nadie, ni siquiera yo mismo.
Aún recuerdo todo acerca del día extraordinariamente normal que había tenido, previamente a los acontecimientos que cambiaron mi monótona pero pacífica vida.
Me había levantado tarde —algo que agradecí bastante— porque aquel día no tenía clases. Obviamente, como todo escritor joven, tenía la idea de actualizar una de mis historias que desde hace mucho tenía inactiva. Sin embargo nada raro ocurrió, ni siquiera hasta la hora del almuerzo.
Una que otra pequeña discusión con mi padre —quien a veces está bastante odioso— fue el único inconveniente que tuve durante la comida. Sin embargo, lo que ocurrió luego de eso fue lo que realmente desató todo el cambio.
Por suerte para mí habíamos almorzado temprano, algo que me fue beneficioso para continuar con mis historias. Me retiré de la mesa y me recluí en mi habitación, cerrando la puerta para que el sonido no interrumpiera mi trabajo. (Trabajo del bueno, no del otro xD)
Sin embargo, cuando la pantalla de inicio de mi computadora se reveló fue que noté que algo no andaba bien. En vez del walpaper común de windows, ahora me mostraba una fotografía bastante peculiar: Era un bebé, acurrucado en una pequeña canasta con una manta blanca descolorida por el tiempo. De perfil, se podía ver una aldea siendo atacada por un zorro gigante de nueve colas —probablemente el Kyuubi— con varias bolas de distintos elementos disparados hacia él. Obviamente, lo que estaba viendo, era el ataque del Kyuubi a Konoha. Más precisamente, la imagen tan detallada estaba basada en el 10 de octubre.
Entorné los ojos, notando la cantidad de realismo que tenía la imagen. Traté de recordar si había sido yo el que había puesto como fondo de escritorio aquella foto, pero a mi mente no venía nada. Y por un momento, olvidé también las ideas que iba a emplear para escribir.
Agitando furiosamente mi cabeza, logré quitar la confusión de mi cerebro. Poco a poco, mientras ingresaba en fanfiction, las ideas regresaron a mi mente. Me dispuse a abrir mi cuenta, y ahí fue cuando noté algo que hubiera sido mejor no notar. Algo, que desencadenó la serie de eventos en la que me veo envuelto ahora mismo.
Era un PM o mensaje privado, con el título 'Ninja World'. No me sorprendió el nombre, sino que el usuario que lo enviaba no tenía nombre. Abajo del nombre del mensaje, en el apartado 'From:' donde generalmente se menciona el autor que envía el mensaje estaba completamente vacío. Antes de abrir el PM, me dirigí al perfil del usuario, quien —de nuevo— no presentaba nombre sino un avatar con la imagen de Madara Uchiha mirando fijamente la pantalla. Sus ojos mostraban el Mangekyo Sharingan Eterno y parecía que tenía la edad de aquella época cuando luchó contra Hashirama Senju.
Sin darle mucha importancia a eso, volví a la bandeja de mensajes y abrí —con cierta curiosidad— el mensaje. Graciosamente, pese al título en inglés, el mismo estaba en español.
Has sido elegido para formar parte del cambio. Pronto, tu nueva vida comenzará. Serás mi mano derecha muchacho, y pronto recibirás mi poder si lo buscas. Espera nuevas instrucciones y trata de adaptarte al cambio.
Madara Uchiha.
Abajo del todo, una imagen de los famosos ojos Rinnegan se adjuntaba. Cosa rara, pensé, porque los PM nunca revelaban imágenes. Lo máximo que podían permitirte era colocar el enlace para acceder a una foto por internet.
Sin embargo, me reí. Pese a todo mi cuerpo se convulsionó lentamente en una furiosa risa que pronto me hizo difícil respirar. Me había sobresaltado un poco, pero ahora carcajeaba por mi propia idiotez. Seguramente un escritor me lo había enviado como una broma o algo por el estilo. Sí, cosas así ocurrían en repetidas ocasiones.
Volví a leer el mensaje aún con una sonrisa en los labios, pensando en que sería aún más divertido si lo leía por segunda vez. Desgraciadamente, ese fue mi error más grave. No pude evitar apartarme un instante de la pantalla, mi propio corazón dio un vuelco ante el nuevo cambio. En toda la pantalla de la computadora, ahora se presentaba un Madara Uchiha de edad avanzada con un sharingan debilitado por el tiempo. Sus numerosas arrugas se arquearon en una sonrisa maliciosa que envió un escalofrío a todo mi cuerpo.
Sin embargo, no pude dejar de mirar la pantalla. ¿Cómo era posible que un gif apareciera de repente? o eso creí que era. No me importó demasiado, estaba bastante asustado como para poder pensar en otra cosa que en apagar la pc y abandonar mi habitación.
—Muchacho... te dije que tu vida cambiaría —dijo la voz de Madara Uchiha en un curioso japonés. Sin embargo, le entendí perfectamente. ¿Cómo? no lo supe, pero eso no era lo importante—. Serás mi infiltrado en Konoha, y nada de lo que hagas ahora podrá cambiar eso.
Abrí la boca para gritar, pero la mirada del anciano me impidió moverme un centímetro más. Pronto, sentí que comenzaba a perder el conocimiento. Mi último pensamiento antes de desmayarme fue: "¿Por qué yo?"
La aldea de Konoha se debatía entre la destrucción y el contraataque, sus propios ninjas luchaban desesperadamente contra la enorme bestia que amenazaba con eliminar su existencia.
—¡Hay que resistir hasta que Hokage-sama llegue!
Un grupo de Chunins siguieron al Jounin que había gritado, sus espaldas cargaban Fuma Shuriken y alguna que otra katana. Sus manos temblaban y, por momentos, las piernas se negaban a continuar. Era algo que cualquiera esperaría que sucediese en una situación así, donde cualquiera podía perder su vida en un instante.
Hiruzen Sarutobi apareció de entre un grupo de anbus selecto, cargando un enorme bastón de combate. Era su invocación animal, llamado Enma Enkōō.
—¡Sarutobi-sama! ¡el equipo InoShikaCho tiene problemas controlando el flanco derecho!
El anterior Hokage apretó los dientes con furia, el pequeño espacio que separaba sus labios el uno del otro permitieron que un poco de la sangre que caía de su cabeza ingresara a su boca. Gruñó levemente, mientras se preguntaba en dónde podría estar Minato Namikaze.
—¡Vamos! ¡Defendamos la aldea!
Sus seguidores lanzaron un grito de guerra que, brevemente, captó la atención del Kyuubi. El bijuu, lanzó un rugido atronador al tiempo que acumulaba todo su poder en la entrada de la boca.
Muchos shinobis detuvieron sus ataques, puesto que la sorpresa y terror que sentían en aquel momento les impidió continuar luchando. Después de todo lo que habían hecho, el Kyuubi no tenía ni un rasguño. Es más, ¿todavía le quedaba toda esa energía?. Estaban perdidos, toda la aldea sería destruida.
—¡E-Ese es... Minato-sama! —exclamó uno de los ninjas para luego señalar con el dedo hacia la cima del monte Hokage. Ahí, parado con dos kunai en sus manos se encontraba el Yondaime Hokage.
Por suerte para la aldea, el Kyuubi se vio más interesado por atacar a Minato que a Konoha. Aún así, el Yondaime tenía un sello preparado que sería su salvación.
Afueras de Konoha, dos minutos después de que el Kyuubi desapareciera.
Había despertado finalmente, en lo que se podría decir mi nueva vida. Estaba acurrucado bajo una manta blanca, en una pequeña canasta que hacía poco por mantenerme cómodo y cálido. Afortunadamente para mí, aún conservaba todos mis recuerdos. Eran vagas memorias, pero aún así la imagen de mi familia, mi vida, todo estaba dentro de mi mente de infante.
Estaba en el cuerpo de un bebé, como pude notar casi en el momento que me desperté. Hacía frío, no podía moverme ni un poco y me sentía realmente débil. Era raro sentirse así, como si toda mi fuerza me hubiera sido privada desde el momento en que... 'nací de nuevo'. No culpé a mi nuevo cuerpo de infante, sino al propio Madara. El Uchiha había acabado con mi vida para, dicho de una manera más directa, hacerme su herramienta para sus planes. Curioso, incluso la situación comenzaba a sonar como algo que diría Haku, el compañero de Zabuza.
Aún más desgraciadamente para mí, tenía hambre. Mi estómago sentía la necesidad de tener, como cualquier recién nacido, leche materna en su interior. Quizás si mi cuerpo fuera el de un chico de 18 años entonces mis mejillas se hubieran sonrojado ante el pensamiento. No era un pervertido, pero la simple idea me resultaba algo... incómoda.
Sin embargo, pese a la claridad con la que podía pensar, aún no veía muy bien. Seguramente que era por el hecho de ser un bebé —probablemente— recién nacido. Aún no sabía quién me dejó ahí, ni quieran eran mis 'padres' del mundo de Naruto pero no me importó. ¡Estaba en el mundo de Naruto!
Ahora, para cualquiera eso podría resultar algo excelente. Ustedes dirán, ¡perfecto, ahora vas a poder aprender montones de jutsus!. Aunque sí me gustaba la idea de poder convertirme en un ninja, lo más importante en aquel momento era sobrevivir.
Estaba hambriento, tenía frío y sueño. Me resigné a mi temprana muerte, quizás así podría volver a mi monótona vida y relajarme como solía hacer antes.
—¡Tousan! ¡Estoy cansada! —la voz de una niña pequeña me sorprendió.
¿Acaso había gente por aquellos lares? ¿Ignoraban el peligro que les esperaba si se acercaban a Konoha así como si nada?. Dejé que mis pequeñas orejas captaran más sonidos, puesto que aún no creía mi suerte.
—Ya casi llegamos Ayame-chan, falta poco. Trata de resistir un poco más, ¿de acuerdo?
Mi corazón dio un vuelco al reconocer la voz del hombre que acompañaba a la chica. ¡Eran Teuchi y Ayame, los dueños de Ichiraku!
—Mou... —escuché que la niña se quejaba, su voz chillona pero a la vez infantil me hizo sonreír en el interior—. Está bien, ¡pero entonces me comprarás dango cuando lleguemos!
Teuchi suspiró en resignación, pero accedió a la petición de su pequeña y única hija. Pronto, estaban alejándose de donde yo estaba.
La desesperación se apoderó de mi ser, al tiempo que trataba en vano de hablar. Mi boca se abrió pero solo quejidos escaparon de ella. No podía dejar que se fueran, ¡Si lo hacían entonces moriría de hambre!. Pero, aún así, ya casi no podía escuchar sus conversaciones mientras se adentraban en la penumbra.
Sinceramente, algo se quebró en mi interior. Toda mi frustración llegó a un punto culmine, en la que el deseo de sobrevivir hizo que rompiera en llanto.
Lloré, fuerte y desesperadamente, justo como un bebé lo haría. Lágrimas recorrieron mis cálidas mejillas, mis propios brazos se movían aleatoriamente en un intento de llamar la atención.
—¡Espera! ¿Escuchaste eso tousan?
La voz de Ayame hizo poco por tranquilizarme, y aunque tenía esperanzas mi cuerpo siguió retorciéndose en la canasta. Mis llantos se volvieron más notorios y, en poco tiempo, la familia Ichiraku apareció enfrente de mí.
—¿Un bebé? ¿Aquí? —preguntó el hombre, claramente sorprendido por el tono de su voz.
No quise abrir los ojos, pero dejé de llorar en el momento en que la niña me alzó en sus jóvenes e inexpertos brazos.
—¡Es muy lindo! —dijo ella felizmente. Abrí levemente los ojos, y noté que la mirada de Ayame estaba clavada sobre mis pequeños ojos—. ¡Tousan ven a ver!
Pronto, pude notar que Teuchi me miraba con sorpresa. Su expresión —ahora sin arrugas— cambió en torno de confusión y ternura. Sin embargo, podía notar que algo lo tenía preocupado. Seguramente, la pregunta que pasaba por su cabeza era:
—¿A quién se le ocurre dejar a un recién nacido a las afueras de Konoha? —sip, había acertado. Ahora bien, era evidente que ni él ni Ayame sabían que el Kyuubi había atacado a Konoha momentos antes—. ¡Es una locura!
Ayame asintió sin poder despegarme los ojos de encima. Era una niña pequeña, era obvio que le gustaban los bebés.
—Tousan, ¿podemos quedarnos con él? —preguntó, causando que el joven Teuchi frunciera el ceño. La pregunta en sí era difícil de responder, y su hija pequeña se lo ponía más difícil. Lo noté, la mirada de preocupación en su rostro era algo que mostraba miedo futuro—. ¿Por favor?
Por primera vez, Ayame giró su mirada hacia su padre y le hizo la famosa expresión de 'cachorro' con la que muchas personas habían ganado una disputa en la mayoría de los casos. Pronto, la expresión de Teuchi mostró derrota absoluta.
—Bueno, viéndolo por el lado que alguien abandonó al pequeño... —la oración incompleta del dueño de Ichiraku hizo que mi corazón latiera con fuerza. Estaba un poco nervioso, y Ayame parecía también estarlo—. Supongo que podríamos adoptarlo, no creo que cau-
—¡Arigato tousan! —exclamó Ayame, sonriéndome con ternura. Yo, al igual que ella, estaba radiante de felicidad aunque no se notara a simple vista. Intenté sonreír, pero un ruido vacío en mi estómago me detuvo. La chica me miró y luego a su padre—. ¿Qué es ese ruido Tousan? ¿Acaso está enfermo?
Teuchi rió amargamente ante eso. Obviamente, notó que yo tenía hambre.
—No, solo tiene hambre —explicó, revolviendo el cabello de su hija—. Creo tener una botella de leche en la mochila, déjame revisar.
En el momento en que mencionó que me iba a alimentar, casi sentí que iba a desmayarme de felicidad. Ayame pareció, de alguna manera, notarlo y me sonrió más abiertamente.
—¡Ah! ¿Tienes hambre verdad, Asahi-chan? —preguntó Ayame, meciéndome torpemente entre sus brazos. Teuchi siguió rebuscando entre sus cosas, pero oyó el nombre que mi nueva 'hermanastra' me había puesto.
—Asahi Ichiraku... —repitió el hombre sin detenerse ni por un momento. Por el tono de su voz parecía pensativo, quizás incluso estuviese sonriendo. A mi me dio igual el nombre, yo realmente tenía otro que siempre fue mi favorito. Pero no importaba en aquel momento, mientras tuviera una familia todo saldría bien—. Me gusta... sí señor, Asahi será. ¡Ah, aquí estabas pequeña endiablada!
Teuchi, insertando su mano lo más que pudo en la mochila, sacó una botella de leche del fondo. La miró con cierta cautela —yo sin saber por qué— y luego asintió con un gruñido de satisfacción.
—Ahora a buscar algo que pueda usar como biberón... —susurró, volviendo a su incansable búsqueda en la mochila. Ayame seguía sonriendo, sus lindos ojos negros aún estaban sobre los míos.
Ella no notó que yo era algo diferente a ellos, quizás por el simple hecho de que era una simple niña de —probablemente— 4 o 5 años. "Bueno", pensé, "Solo falta que lleguemos a Konoha. Me pregunto si Naruto habrá nacido..."
Lo que ignoraba, fue que mi llegada cambiaría un poco las cosas en la vida del ninja hiperactivo, impredecible y cabeza hueca.
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Bien acá termina el prólogo. Como pudieron notar, ya tengo vida nueva como hijastro de Teuchi. Sí, seré un ayudante de cocina en Ichiraku pero eventualmente ¡me convertiré en un ninja!. O al menos, si así lo permite la historia xD. Espero que les haya gustado mi idea.
Bien, ahora viene la parte que me interesa. ¿Qué les pareció? ¿Supe describir bien la trama? ¿Le faltó algo?
Si les gustó, por favor, dejen un review comentando que sus opiniones. Como siempre digo en mis historias en inglés, insultos y críticas NO constructivas serán ignoradas. Siempre acepto críticas coherentes y que me ayuden a mejorar.
Con eso los dejo. Yin Protector fuera.
