Nota de la autora:

¡Bienvenidos a mi primer fan fiction! Los personajes NO son de mi propiedad, pertenecen a CLAMP.

Espero que les guste esta historia de amor o ¿desamor? ¡Descubranlo!

Amor en tiempos de redes

Capítulo 1: Génesis

Era un dia de verano y caminar por las tranquilas calles de Tomoeda por la tardecita era relajante. Se podía ver el atardecer y tímidamente la luna se asomaba, una suave brisa chocaba con su cara y unos mechones de pelo marron la tapaban al caminar. Pero ella era feliz con su pelo revuelto. Esos días la ponían de mejor humor que el que siempre llevaba, por eso no le molestó que su molesto hermano mayor, Touya Kinomoto le ordenara comprar los ingredientes para la cena. Una cena que incluso ella misma se ofreció a prepararla.

-¿Iras a comprar los ingredientes y cocinarás, monstruo?

-Así es, si quieres también puedo lavar los platos hermano. ¿Qué te gustaría comer? Oh, no! Ya sé! Prepararé un platillo especial que me contar…digo que leí en una revista. ¿Por qué no invitas a Yukito? Seguro que le encantará. Bueno, no me tardo, enseguida vuelvo - dijo mientras corría hacia la puerta la adolescente de 18 años.

-¡Hey monstruo! No hace falta que hagas todo, puedo ayudarte, sería injusto que hicieras todo esto tú sola.

-Hermano no te preocupes. Insisto, me gustaría prepararles algo especial. Hoy por ti, mañana por mi- y salió de la casa sin antes guiñarle un ojo.

-Hmm…monstruo.

La cena había sido todo un éxito. Y los comensales estaban encantados por el delicioso plato que Sakura Kinomoto había preparado.

-Sakura, de donde has sacado esta receta? Porque que yo sepa, no pareciera ser un plato japonés- preguntó Yukito tomando un pedacito de pan y limpiando el plato con lo poco que quedaba de la salsa.

-Am, bueno yo..una amiga de la universidad me la pasó. Y sí, Yukito, tienes razón. No es japonés, es un plato chino- respondió con timidez Sakura.

-Estuvo realmente delicioso. No hay ninguna duda de que te convertirás en una excelente cocinera, hija-comentó con una sonrisa el papá de Sakura, Fujitaka Kinomoto.

-Esta mañana dijiste que lo sacaste de una revista -preguntó entrecerrando los ojos Touya.

-Pues…no, digo sí! Bueno en realidad ella…ella tiene parientes chinos que son cocineros como sus abuelos y…a veces…a veces sus recetas son seleccionadas en…en revistas de cocina…sí, eso.. y…am…ya terminaron?-contesto nerviosa Sakura, evitando responder la pregunta de Touya y viendo como todos los platos ya estaban vacios- Muy bien, comenzaré a lavar los platos- se levantó de la silla y comenzó a juntar los platos.

-Pequeña pinocho- susurró Touya mientras la veía correr llevando la pila de platos a la cocina.

-Déjame ayudarte-se ofreció Yukito y también se dispuso a juntar los vasos.

Mientras Sakura lavaba los platos no dejaba de pensar en lo cerca que estuvo. No le preocupaba que su padre o Yukito supiera, pero que su hermano se enterara de que ella estaba…

-Auch!

-Sakura, estás bien?- se preocupó Yukito

-Sí, solo me corté el dedo con el cuchillo- dijo llevándose el dedo a la boca y con expresión de dolor.

A continuación Yukito le tomó la mano a la adolescente y la puso debajo del grifo de agua. Esto hizo que Sakura se pusiera ruborizada.

-Tienes alguna curita para tapar la herida?-dijo dulcemente Yukito

-Sí, en el baño hay algunas-contestó Sakura

-Muy bien, entonces ve. Yo terminaré con el resto. Ya has hecho demasiado. Muchas gracias por la comida- dijo Yukito con una sonrisa.

Sakura se quedo mirándolo por unos segundos y después aceptó. Subió las escaleras y en el baño encontró la curita que tanto buscaba. Se sentía mucho mejor. Yukito no solo era dulce con ella, sino con todo el mundo. Era el mejor amigo de su hermano desde que iban a la secundaria y desde el día que se lo presentó, no pudo sacárselo de la cabeza. A pesar de que le llevaba 8 años, ella no podía dejar de pensar en él. Y no lo haría hasta que un día del año pasado, Sakura se armó de valor y le confesó que le gustaba. Yukito con todo el amor del mundo le explicó que él no era la persona especial que ella buscaba. Que sin dudas lo encontraría, porque ella era una chica dulce y hermosa. Pero por más que esa persona haya sido el más delicado en rechazarte, es inevitable sentir ese dolor en el corazón que te causa cuando no te corresponden.

Sin embargo, todo eso había cambiado. Porque ahora ambos se convirtieron en muy buenos amigos y solían encontrarse en las cenas familiares, charlar, reír, opinar sobre películas. Incluso a veces se encontraban en la Universidad de Tomoeda donde ella estudiaba Diseño de Interiores y Yukito era profesor de Historia. De vez en cuando se encontraban en los recesos y tomaban un café juntos contándose lo que habían hecho hasta entonces. Pero si Sakura logró olvidar el amor que sentía por Yukito no era solo por propia voluntad, sino porque además había encontrado a alguien más. Alguien con quién hablar muchas horas, alguien con quien reir, alguien con quien suspirar, pero ese alguien no lo conocía precisamente. No hace falta conocer a otra persona para sentir algo. ¿O si?

Bep bep…bep bep, el celular empezó a vibrar anunciando la llegada de un nuevo mensaje. Los ojos de la muchacha se abrieron como platos y con una sonrisa de oreja a oreja fue corriendo a su habitación a fijarse el destinatario de dicho mensaje en su celular:

Piensas ir a dormirte sin despedirte? Sabes que no puedo irme a dormir sin antes hablar contigo.

Sakura respondió con una carcajada:

Que exagerado! Ni que fuera tu osito de peluche. Me hiciste reír. Aguarda un momento, en seguida me conecto.

Rapidamente, se sentó en el escritorio y encendió su notebook. Fue cuestión de segundos ingresar a su usuario "Miss_teriosa" y colocar su contraseña.

[Lobo_solitario] dice:

-Me encantaría que fueras mi oso de peluche, asi podría abrazarte por las noches.

[Miss_teriosa] dice:

-Con que un oso, eh? Eso me hace dudar de la edad que me dijiste que tenias. No tendrás 13 años, verdad?- .

[Lobo_solitario] dice:

-Mmm, me atrapaste…

[Miss_teriosa] dice:

-Oye!

[Lobo_solitario] dice:

-Es broma! Sabes que tengo 19 y que vamos a la misma universidad. Aunque…

[Miss_teriosa] dice:

-Aunque?

[Lobo_solitario] dice:

-Nos habremos conocido ya? Cruzado siquiera?

[Miss_teriosa] dice:

-Quien sabe, la universidad tiene más de 5000 alumnos, un lindo numero para adivinar. Ah apropósito, hoy cociné la receta que me pasaste la otra vez y estuvo deliciosa.

[Lobo_solitario] dice:

-Que bueno, espero que algún día entonces podamos encontrarnos en los recesos de las clases y almuerces conmigo.

[Miss_teriosa] dice:

-Encontrarnos?

[Lobo_solitario] dice:

-Sí. De hecho, por qué no nos vemos el martes? Tengo dos horas libres después del mediodía y tu también si mal no recuerdo, que te parece?

A Sakura le dio un vuelco el corazón, ¿el martes? ¿este martes? Es decir ¿pasado mañana? Ella no estaba preparada para tal encuentro. Hacía varios meses que venía hablando con "Lobo_solitario", un chico chino de su misma ciudad y que iba a la misma universidad pero que estudiaba Administración. Varias veces el chico insistió encontrársela pero ella simplemente había rechazado todas las propuestas con buenas excusas…El año pasado insistió tanto que una vez finalizado el primer año de universidad, le dijo que se iria de vacaciones por todo el verano, por lo que había dejado de insistir. Ahora, volverían a empezar un nuevo año universitario pero aun no se sentía segura de verlo, simplemente pensaba que el chico era demasiado bueno para ser verdad y temía que todo lo lindo que sentía se apagaría en un segundo. ¿Y si no era lo que esperaba de ella? Y si al chico le parecía que era tímida o fea (porque nunca intercambiaron fotos) o que no era la misma persona que hablando por chat, o simplemente si se le escapaba decir alguna tontería, capaz lo asustaba y si…

[Lobo_solitario] dice:

-Toc toc, hay alguien del otro lado? ¿No estaras buscando alguna buena excusa para no verme, verdad?

Oh genial, lo que faltaba. Que él pensara que ella no quería verlo por culpa de él. ¿Cómo explicarle que era ella la del problema? Bueno, Sakura no era fea. Tenía unos hermosos ojos verdes color esmeralda, era delgada y alta, con el pelo largo hasta la cintura de color marrón y unos cuantos mechones siempre le caian en la frente. Quizás no era voluptuosa a simple vista como las demás chicas de la universidad que usaban ropa ajustada, ni era muy femenina cuando asistía a clase. Era el tipo de chica que prefería ir cómoda con unas buenas zapatillas, jeans y remeras sueltas, con una trenza de costado y sin maquillarse.

[Lobo_solitario] dice:

-Está bien, creo que puedo sobrevivir otro día sin saber quién eres aunque me mate la intriga por estar frente a ti

[Miss_teriosa] dice:

-Yo… no creo que te agrade conocerme.

[Lobo_solitario] dice:

-Por qué dices eso?

[Miss_teriosa] dice:

-Es difícil de explicar.

[Lobo_solitario] dice:

-Acaso eres un hombre?

[Miss_teriosa] dice:

-Claro que no, tonto. Cómo crees? Solo…

[Lobo_solitario] dice:

-Entonces tienes 30 años…

[Miss_teriosa] dice:

-No, tampoco!

[Lobo_solitario] dice:

-Pues…yo no soy la persona más perfecta del mundo. Pero quién lo es? En estos meses que estuvimos hablando, me he sentido cómodo y muy feliz. ¿Y quieres saber qué es lo más extraño?

[Miss_teriosa] dice:

-¿Qué?

[Lobo_solitario] dice:

-Que nunca nos hemos visto. Ni siquiera sé tu verdadero nombre, ni tú el mio. Y aún así, no cambiaría por nada nuestras conversaciones a ciegas. Aunque debo admitir que después de tanto tiempo, me gustaría conocerte personalmente. Y así…confirmar lo que siento.

Sakura sentía latir su corazón muy rápido. No sabía si saltar de felicidad por tales palabras o quedarse como estaba…en shock. El chico siempre le decía algo tierno y hasta había llegado a confesarle que sentía algo por ella. Algo que él quería verificar el día que finalmente se encontraran cara a cara.

[Miss_teriosa] dice:

-Tu también me haces sentir diferente…y no quiero dejar de sentir esto que siento…

[Lobo_solitario] dice:

-Y que es lo que sientes? Acaso no te agrado?

[Miss_teriosa] dice:

-No es eso. Es complicado ponerlo en palabras. Siento muchas cosas pero…principalmente… siento que…que…- En ese momento, Sakura vio el reloj que estaba colgado en su pared y que marcaba ya la una de la mañana. Al día siguiente cursaba a primera hora- que ya es demasiado tarde para seguir conversando! Prometo que hablaremos en otro momento. Deberías irte a dormir. Mañana empezamos un nuevo año en la Universidad y no nos vamos a despertar a tiempo.

[Lobo_solitario] dice:

-Está bien, tú ganas. Buenas noches, descansa princesa.

Princesa. Amaba que le dijera así.

[Miss_teriosa] dice:

-Descansa, querido lobito

Sakura se sentía la persona más afortunada del mundo. ¿Existirá algún chico más dulce y tierno que él? Apagó su computadora, la luz de la habitación y se tiro en la cama mirando el techo imaginando uno de miles de posibles encuentros, y dejándose llevar por el profundo e inevitable sueño.

*.*.*.*

Mientras tanto, en un lujoso departamento, a unas cuadras del parque pingüino, un adolescente también apagaba su computadora con una leve sonrisa.

-Joven Shaoran, su madre está al teléfono.

-¿A esta hora? No podría ser más insistente…Dile que no quiero hablar con ella Wei. O que estoy dormido.

-Pero joven…

-¡Hazme caso te digo! - gritó el apuesto muchacho.

-Como usted lo ordene, señor- dijo el viejo mayordomo con una reverencia y luego cerró con cuidado la puerta del lujoso cuarto de Sharon Li, un chico chino de 19 años que vivía en Japón, Tomoeda y que estaba cansado de hablar con su madre a toda hora y recibir presiones por parte de ella de casarse con alguna chica "a su nivel" para dirigir el clan Li en China. Ciertamente era algo que detestaba. Tener 19 años y con tantas responsabilidades. A veces le hubiese gustado ser un joven universitario común y estudiar lo que él quería, sin tener que dirigir nada y sin tener que suplantar a su madre cuando ésta renuncie a su puesto de Jefa de la gran empresa que llevaba su nombre. Le había costado muchísimo convencer a su madre de estudiar en otro país, diferente al de su país natal pero luego de tanto insistir y con la condición que estudiaría Administración y Finanzas, lo había conseguido. Ser varón y menor de 5 hermanas no era sencillo tampoco. Y lo único que reamente extrañaría sería verlas. Sin embargo, el irse a estudiar a Japón era la excusa perfecta para huir de todo lo que le exigía su madre. Una vez en Japón, su carácter ya no era el de una persona obediente dispuesto a obedecer ordenes. Lejos había quedado la persona dulce y atenta que solía ser antes de que la responsabilidad de todo un clan recayera en sus hombros. Se había convertido en alguien más amargado y frío para que nadie lo vuelva a pasar por encima. Ni siquiera su propia madre. Wei era mas que su mayordomo, era quien cuidó de él de pequeño y le enseñó todo sobre artes marciales. Lo apreciaba sin decirlo pero a veces, si uno quiere cambiar su forma de ser, lo tiene que hacer con todos.

Y lo habría conseguido con éxito, sino fuera porque una misteriosa muchacha desconocida le envió un mail por error para preguntarle sobre cuando se reunirían para realizar unas maquetas de diseño. Podría haberla ignorado o podría simplemente haberle dicho que se había equivocado de compañero, ya que él estudiaba administración y no diseño pero le llamo la atención que la cuenta de mail fuera (Universidad de Tomoeda,la misma que él asistia). En vez de escribirle un mail y viendo que estaba en línea, decidió contestarle por chat.

[Comienzo del FlaskBack]

-Niña, creo que te estas confundiendo, yo no tengo idea de las maquetas que hablas…-la había tratado con mucha amabilidad de lo que solía hacer con cualquier extraña, y era porque su hermana también había iniciado una carrera donde realizaba maquetas y sabia que esos trabajos llevaban días de organización. Solo quería dejarle en claro que no perdieras el tiempo buscando a la persona equivocada.

-Quien eres?

-¿Por qué me preguntas a mi? Fuiste tú la que me escribió. Yo debería preguntar eso.

-Cierto, tienes razón, disculpa lo que pasa es que tu mail decía udt. Creo que te confundí con otro compañero de la universidad.

-¿Vas a la universidad de Tomoeda entonces?

-Así es

- Y qué carrera estudias?

-Diseño de Interiores, ¿y tú?

-Es una muy buena

-Dime cual

-Se llama Noesdetuincumbencia.

-Oye, que grosero. Tú tampoco la de saber la mia y sin embargo te lo dije.

-Ya. Administración.

-Que aburrido. Debes ser bueno con los números. Yo los he detestado desde que tengo memoria.

-¿Aburrido? Y que tiene de divertido cortar pedazos de cartón y armar casitas?

-¿Esa es tu percepción de mi carrera?

-Mi percepción es que, si elegiste diseño, es porque te importa más lo que piensen los demás de ti que lo que realmente pienses sobre ti misma.

-¿Acaso dices que soy superficial?

-¿No lo eres? Te apuesto a que eres una niña caprichosa, con dinero, que siempre quiere lucir perfecta y ser el centro de atención.

-Es lo más tonto que he leído en mi vida. Sabías que tus palabras hablan mas de lo que realmente eres que lo que pueda hablar un tercero de ti?

-¿Ah si? ¿Y que dice mis palabras señorita sabelotodo?

-Veamos…te gusta tener la ultima palabra porque te sientes poderoso, prejuzgas sin saber una carrera y la personalidad que tienen las personas por ello. Yo podría haber dicho alguna estupidez como que eres frio y calculador por estudiar administración. Pero te tomaste el tiempo para advertirme que no eras el compañero que buscaba. Eso habla bien de ti. Siento romper tus ilusiones pero yo no soy lo que dices…y creo que tu tampoco lo que quieres aparentar.

Sin saber cómo responder, y pasado un tiempo, se había desconectado luego de leer esas líneas de esa jovencita. Siempre las chicas solían decirle de todo y bloquearlo. Él realmente no pensaba así de las carreras de diseño, solo lo escupió para descargarse de otra charla frustrante con su madre. Pero lejos de ignorarlo, ella le dijo unas cuantas verdades. Aparentaba algo que no quería. Sin embargo, era la primera vez que se lo decían. Y mas una completa extraña.

[Fin del FlashBack]

En los días siguientes, Shaoran tuvo curiosidad por seguir conversando con esa muchacha; por lo que comenzaba hablarle como si nada hubiese pasado. No podía creer como una charla tan cotidiana con alguien desconocido podía convertirla de a poco en alguien con quien quisiera conversar siempre. Sus conversaciones se hacían más amenas y llegaban a intercambiar pensamientos y metas que tenían pero esta vez sin juzgarse. Por alguna razón, ambos, habían decidido mantenerse en el anonimato. Seis meses charlando a través de internet. Las conversaciones era cada vez mas fluidas. Solo lo hacían y eso…eso se sentía muy bien. Sentir. Soltarse. Volver a soltarse así, era increíble.

-Princesa…-susurró acostado en su cama boca arriba antes de cerrar los ojos e imaginarse a la desconocida "Miss-teriosa".