Poco después de Salvar a China y al Kung Fu nuevamente nuestro amigo el Panda Po regresa al valle de la Paz para reencontrarse con sus obligaciones como guerrero Dragón...
—Po… Po… despierta Po! —Dijo el maestro Shifu a la vez que le daba golpecitos en la cabeza al panda con su bastón— el Guerrero Dragón no puede desperdiciar su día durmiendo.
— ¡Auch…! Puedo ser yo mismo solo 5 minutos más —contestaba Po a la vez que intentaba cubrirse del incesante golpeteo de Shifu con sus manos— solo un momentito más…
Haciendo uso de sus magistrales habilidades el maestro Shifu pone de pie al panda con un solo movimiento de su mano dejando a este último desorientado y aun somnoliento.
-Po es inconcebible que a estas alturas sigas quedándote dormido, eres el Guerrero Dragón y como tal tienes grandes responsabilidades para con esta escuela y con el kung fu mismo –decía el pequeño panda rojo con semblante serio, aunque evidentemente un poco desanimado, pues sabía que esta no era la primera y seguramente no sería la última vez que tenía estos conflictos con Po- Ven acompáñame, tengo una noticia que dar a ti y a los 5 y es importante que estén todos juntos.
Mientras tanto los 5 furiosos se encontraban ya en pleno entrenamiento practicando sus rutinas respectivas, estos no se percataron en qué momento se abrió la puerta del salón de entrenamiento dejando ver a Shifu y a Po, el cual aún se encontraba algo somnoliento.
—Guerreros —dijo el maestro Shifu interrumpiendo la rutina de los 5— he de darles magnificas noticias.
Los guerreros dejaron sus ejercicio para presentarse y saludar a su Maestro y a Po, Shifu se veía de mejor humor que de costumbre una gran sonrisa se dibujaba en su cara, caso contrario en Po que a duras penas podía mantener los ojos abiertos tambaleándose ligeramente de un lado hacia el otro.
—Como sabrán cada 10 años se realiza el Torneo del Gran Consejo de Maestros -exclamó el Maestro Shifu— creo que no necesito preguntar si alguno de ustedes ha escuchado de dicho Torneo, ¿verdad?
— ¡Claro es el Torneo de mayor renombre en la historia del Kung Fu! —Contestó Po despertando instantáneamente de su aletargamiento— es donde se dan cita los más grandes combatientes del Kung Fu en toda China.
—Heemm... Po... —interrumpió Shifu con una expresión de seriedad callando de inmediato al panda — Como sabrán este año no solamente están listos y preparados gracias a su arduo entrenamiento, sino que además hemos recibido de parte del Consejo de Maestros el gran honor de presidir el Torneo de esta década por lo cual todos ustedes deben dejar el nombre de la escuela del Valle de la Paz muy en alto.
—Cuente con nosotros Maestro. —La maestra Tigresa fue la primera en contestar a su maestro y de esta forma tomando la voz del grupo— Le aseguro no le decepcionaremos.
—Estoy seguro que no —respondió Shifu con una notable sonrisa de orgullo en su rostro— Después de todo ustedes son los 5 Furiosos, los más veloces, fuertes, astutos y entrenados guerreros que el Kung Fu viera jamas.
— ¡Claro nadie es rival para los 5 Furiosos! —Exclamó Po mientras sonreía a sus amigos— Muero de ganas por participar y demostrarles la fuerza del Guerrero Dragón.
Heem... Po... —volvió a interrumpirlo Shifu esta vez de forma más cortes—Me temo que no podrás participar en el Torneo. —Dijo el maestro ante la mirada atónita del Panda y de los 5— Para participar debes al menos tener 10 años entrenando en la escuela.
—Pero Maestro él es el guerrero Dragón. —contestó Mono sorprendido de igual forma que los otros ante la negativa de Shifu — ¿Cómo es posible que no participe?
— Yo no estipulo las reglas Mono, es indispensable, parte del protocolo del torneo y nuestra mayor responsabilidad como los anfitriones del mismo es llevarlo a cabo según las tradiciones —dijo Shifu con seriedad, aunque comprendía perfectamente la inquietud de sus alumnos ante tal reglas, pues incluso él sabía que Po estaba más que calificado para participar en el torneo—Además confió plenamente en que las habilidades de los 5 serán más que suficientes.
— ¡Claro que sí! , quien dudaría de la barbarosidad de los 5 Furioso los mejores Maestros de Kung Fu de toda China —exclamó Po entusiasmado— Sé que esto será pan comido para ustedes.
—Gracias Po. —Respondió Víbora a la vez que le esbozaba una sonrisa a Po— Y con tu apoyo seremos invencibles, ¿verdad Tigresa?
—Bueno… un poco de apoyo de un fan nunca está de más, solo espero tener un oponente digno hace tiempo que no tengo una buena pelea.
—Perfecto, no los interrumpo más —dijo Shifu— me retiro a hacer los arreglos prudentes, por favor continúen con sus entrenamientos, confió ciegamente en que serán los campeones indiscutibles de este torneo, Po hablaremos más tarde para asignarte algunas tareas para que auxilies en la organización del Torneo.
—Por supuesto Maestro —dijo Po con una cara que denotaba un poco de curiosidad y preocupación - Sera un placer.
— ¡Increíble! El Torneo del Gran Consejo de Maestros, llevo esperando una vida —decía Po con una cara de incredulidad — Jamás pensé que yo sería parte de él, bueno… aunque sea una participación "pequeñita".
—Yo no diría exactamente "pequeñita" —dijo Mantis en tono bromista.
— ¡Mantis! - recrimino Víbora mientras lo mirada de soslayo – Po tu apoyo y ayuda serán vital para nosotros.
Dicho esto los 5 furiosos retomaron sus entrenamientos, Po los siguió para observarlos
—Oye Po. —dijo Mono volteando a ver al Guerrero Dragón— Te importaría si entrenamos un poco, no me vendría mal algo de compañía en mi entrenamiento.
—Por su puesto Mono encantado de ayudarte. —Respondió Po muy alegremente —Aparte me debes la revancha de la última vez que entrenamos.
—Yo también podría ocupar un poco de ayuda Po. —Replico Víbora, a la vez que Grulla y Mantis hacían la misma petición —Así todos podremos entrenar contigo y mejorar nuestra técnicas.
Tigresa se mantuvo callada y avanzaba por delante de ellos rumbo al campo de entrenamiento escuchando atentamente la conversación preguntándose para sus adentros porque Po no le ofreció su ayuda, usualmente lo hacía y usualmente ella se negaba será que por fin logro mermar las intenciones del panda.
Después de una ardua jornada de entrenamiento Po y los Furiosos se encontraban realmente cansados, hacía mucho tiempo que no entrenaban con tanta energía y dedicación, se veían claramente motivados por la idea del Torneo, y de cumplir con las expectativas de su Maestro.
— ¡Uff! Sí que ha sido un día cansado. —dijo Mono mientras se paraba a respirar un poco después de terminar su rutina de ejercicio— como se sienten ustedes muchachos.
—Creo que necesitare una sesión de acupuntura—dijo Víbora en un tono que demostraba cansancio— después de probar la deliciosa comida de Po desde luego.
Mientras los guerreros se dirigían hacia el templo dispuestos a descansar y tomar una deliciosa cena, Po se quedó atrás por un instante esperando a que Tigresa terminara el último de sus ejercicios en el circuito de pruebas y obstáculos. Tigresa se percató de quien la esperaba, haciendo su último esfuerzo esquivo una serie de troncos con púas y picos que batía cual péndulo frente a ella, de un golpe certero partió en dos todos los troncos frente a ella terminando así el circuito, para después dar un gran salto cayendo frente a Po que no dejaba de observarla fascinado por el alto desempeño de la felina.
—Siempre me sorprendió lo buena que eres para partir madera. —Dijo el Panda asombrado, mientras Tigresa asentía con una pequeña reverencia a forma de gratitud por su comentario— Deberías enseñarme uno de estos días —le dijo a la vez que le arrojaba una toalla para que secara su sudor.
—Necesitas practicar mucho Po —decía Tigresa mientras frotaba la toalla contra su cabeza— No creas que te revelare todos los secretos que he aprendido así nada más.
—Claro ya se, disciplina, esfuerzo y dedicación —dijo Po resignado— a decir verdad necesitaba pedirte algo especial Tigresa— Po cambio el tono de su voz por uno más suave casi murmurando.
—Si claro, ¿qué pasa Po? ¿en qué puedo ayudarte?—Miro al panda detenidamente con cierta curiosidad y preocupación pregunto— ¿Ocurre algo?
—Podrías acompañarme afuera un momento necesito preguntarte algo —dijo el panda algo inseguro— y creo que será mejor afuera que adentro, necesito un poco de aire fresco.
—Claro Po —respondió Tigresa aun confundida por la extraña actitud del panda.
Una vez afuera del centro de entrenamiento Po volteo a ver muy serio a Tigresa, sus ojos verdes brillaban como dos enormes esmeraldas, mientras que los de ella parecían brillar en la oscuridad como dos ópalos de fuego.
—Veras, es algo que llevo mucho tiempo esperando preguntarte, pero no se había presentado la ocasión. —Decía el panda con voz serena y clara —Pero después de lo que paso con Lord Shen y ahora con esto del Torneo preferiría hacerlo ahora… Tigresa ¿tu…
Los ojos de Tigresa se abrieron expectantes, incrédula de la situación en la que se encontraba tuvo volver en sí misma para evitar abrir la boca frente a la declaración del Panda, ¿será que Po me está pidiendo que…? Se preguntaba para sus adentros la felina.
—No… espera Po, no estoy muy segura de lo que crees que somos y francamente no quisiera lastimarte —dijo en un tono preocupado Tigresa un segundo después tomo las manos de Po entre las suyas y le musito casi al oído— Yo te aprecio mucho y no me gustaría que resultaras herido, yo no soy esa clase de… bueno espero que entiendas yo soy más "radical", perdona Po.
—Bueno... —dijo Po mientras suspiraba algo decepcionado y su mirada se clavaba en el suelo —Gracias de todos modos.
—En serio lo siento —dijo Tigresa en un tono seco y triste— quisiera, pero la verdad... no se...no me lo esperaba , es que yo...
—No te preocupes te entiendo a la perfección —respondió el panda de forma sumamente serena.
—Bueno espero que Víbora este libre, estoy seguro que elle aceptara acompañarme, aunque no quisiera molestarla, ella siempre me acompaña a los eventos oficiales del templo. Y quitarle su tiempo libre para que me ayude a elegir el regalo de papa no me hace sentir cómodo, pero es que en serio necesito ayuda soy muy malo eligiendo regalos…
Esta vez Tigresa no puedo evitar abrir un poco su boca y mirar fijamente al Panda, su expresión cambio rápidamente recobrando su compostura y preguntándose si Po estaba fingiendo o si simplemente ella había mal interpretado sus acciones.
—Ok Po… bueno es que yo… veras —titubeo por un instante— no es que no quisiera acompañarte es solo que… nunca le he regalado nada a nadie, no sé si sea la persona más apropiada para ayudarte con el regalo de tu padre.
Por un momento Tigresa quedo en silencio, sin siquiera pensarlo se dio cuenta que ciertamente nunca le había dado un regalo a nadie.
— ¡Ohh Vamos eso era lo que te preocupaba! —dijo el panda sonriendo y poniendo su mano sobre su hombro— No te preocupes, no quiero insistirte tampoco, pero la verdad estaría muy agradecido si pudieras acompañarme, esto es muy importante para mí , aparte creo que entre dos grandes Maestro del Kung Fu podremos encontrar algo que le guste a Papa. Aparte se ve que tienes buen gusto.
—Bueno yo —decía Tigresa aun en un pequeño estado de shock— Es que... está bien, si es tan importante para ti, te acompañare.
—Gracias Tigresa— dijo el oso a la vez que le daba un abrazo— eres barbará por eso siempre has sido mi furiosa favorita, pero no le digas a los demás si— dijo Po con una voz tan baja como un susurro.
Tigresa no sabía que hacer era la segunda vez que la abrazaba de improvisto, simplemente ella no sabía cómo actuar frente a esa situación así que solo atinó a decir...
—Ok, gracias Po… —dijo con una voz un poco forzada— Pero podrías dejar de abrazarme tan fuerte y ponerme de nuevo en el piso por favor.
— ¡Oh! si los siento —dijo el panda mientras la colocaba de nuevo sobre la tierra, ni si quiera él se había dado cuenta de que tan fuerte la estaba abrazando— muchas gracias ahora que te parece si vamos a cenar.
—Pues me parece excelente idea Po —dijo Tigresa mientras le sonreía— vamos.
